A los catalanes – Mensaje de Felipe González con Paralelismo a Puerto Rico

A los catalanes

La propuesta que hace Junts pel Sí, esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta” para Cataluña. Rompiendo la legalidad, nadie que tenga la obligación de cumplir la ley va a negociar nada

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EVA VÁZQUEZ

Hace casi dos décadas que salí de la presidencia del Gobierno de España. No tengo responsabilidades institucionales ni de partido. He recuperado la sencilla condición de ciudadano, aunque en todo momento comprometido con nuestro destino común. Por ese compromiso con España, espacio público que compartimos durante siglos, me dirijo a los ciudadanos de Cataluña para que no se dejen arrastrar a una aventura ilegal e irresponsable que pone en peligro la convivencia entre los catalanes y entre estos y los demás españoles.

Siempre he sentido gratitud por vuestro apoyo permanente y mayoritario para la tarea de gobierno. Siempre, incluso cuando este apoyo era declinante en el resto de España. Y gracias a esta sintonía he podido representaros con orgullo, como a todos los españoles, en Europa, en América Latina y en el mundo. Con vuestra confianza hemos progresado juntos, durante muchos años, superando la pesada herencia de la dictadura, consolidando las libertades, sentando las bases de la sociedad del bienestar y reconociendo, como nunca antes en la historia, la identidad de Cataluña y su derecho al autogobierno.

He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados: reconociendo la diversidad como una riqueza compartida y no como un motivo de fractura entre nosotros. Para mí, España dejaría de serlo sin Cataluña, y Cataluña tampoco sería lo que es separada y aislada.

La idea de “desconectar” de España, como propone Artur Mas, en un extraño y disparatado frente de rechazo y ruptura de la legalidad, tendría unas consecuencias que deben conocer todos:

He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados

— Desconectarían de una parte sustancial de la sociedad catalana, fracturándola dramáticamente. Ya se siente esa fractura en la convivencia, y se empiezan a oír voces de rechazo a los que no tienen “pedigrí” catalán. Esos ciudadanos catalanes se sienten hoy agobiados porque se está limitando su libertad para expresar su repudio a esta aventura, porque le niegan o coartan su identidad —catalana y española— que viven como una riqueza propia y no como una contradicción.

— Desconectarían del resto de España, rompiendo la Constitución, y por ello el Estatuto que garantiza el autogobierno, y la convivencia secular en este espacio público que compartimos. En el límite de la locura, empiezan a ofrecer ciudadanía catalana a los aragoneses, valencianos, baleares y franceses del sur. Hemos pasado épocas de represión de las diferencias, de los sentimientos de pertenencia, de la lengua, pero desde hace casi cuatro décadas, con la vuelta de Tarradellas, entramos en una nueva etapa de reconocimiento de la diversidad y de construcción del autogobierno más completo jamás habido en Cataluña.

— Desconectarían de Europa, aislando a Cataluña en una aventura sin propósito ni ventaja para nadie. ¿Imaginan un Consejo Europeo de 150 o 200 miembros en la ya difícil gobernanza de la Unión? Porque ese sería el resultado de la descomposición de la estructura de los 28 Estados nación que conforman la UE. ¿Imaginan al Estado francés cediendo parte de su territorio para satisfacer este nuevo irredentismo? Nadie serio se prestará a ello en Europa y, menos que nadie, España, que tanto luchó por incorporarse y participar en la construcción europea, tal como es, con su diversidad y, por cierto, con el máximo apoyo de Cataluña.

— Desconectarían de la dimensión iberoamericana (que tanto valor y trascendencia tiene para todos) y especialmente de Cataluña porque este vínculo se hace a través de España como Estado nación y de la lengua que compartimos con 500 millones de personas —el castellano—, como saben muy bien los mayores editores en esta lengua, que están en Barcelona.

El desgarro en la convivencia que provoca la aventura de Mas afectará a nuestro futuro

Naturalmente afirman lo contrario: “Solo queremos desconectar de España”. ¿De qué España? ¿La que excluye también Aragón, Valencia y Baleares? Los responsables de la propuesta saben que lo que les estoy diciendo es la verdad, si se cumpliera ese “des-propósito”. En realidad tratan de llevaros, ciudadanos de Cataluña, a la verdadera “vía muerta” de la que habla Mas, en un extraño “acto fallido”.

Vivimos en la sociedad más conectada de la historia. La revolución tecnológica significa “conexión”, “interconexión”, todo lo contrario a “desconexión”. Cada día es mayor la interdependencia entre todos nosotros: españoles de todas las identidades, europeos de la Unión entre 28 Estados nación, latinoamericanos de más de 20 países, por no hablar de nuestros vecinos del sur o del resto del mundo. Pregunten a sus empresas, las que crean riqueza y empleo por esta desconexión.

La propuesta que hace esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, sea cual sea el resultado de la falseada contienda electoral, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta”. ¿Cómo es posible que se quiera llevar al pueblo catalán al aislamiento, a una especie de Albania del siglo XXI? El señor Mas engaña a los independentistas y a los que han creído que el derecho a decidir sobre el espacio público que compartimos como Estado nación se puede fraccionar arbitraria e ilegalmente, o que ese es el camino para negociar con más fuerza. Comete el mismo error que Tsipras en Grecia, pero fuera de la ley y con resultados más graves.

¿Qué pasó cuando se propuso a los griegos una consulta para rechazar la oferta de la Unión Europea y “negociar con más fuerza”? Después de que más del 60% de los griegos lo creyeran, Tsipras aceptó condiciones mucho peores que las que habían rechazado en referéndum, con el argumento, que sabían de antemano, de que no tenían otra salida. ¿Sabían que no había otra salida y engañaron a los ciudadanos?

¿Cómo es posible que se quiera convertir a Cataluña en una especie de Albania del siglo XXI?

Pueden creerme. No conseguirán, rompiendo la legalidad, sentar a una mesa de negociación a nadie que tenga el deber de respetarla y hacerla cumplir. Ningún responsable puede permitir una política de hechos consumados, y menos rompiendo la legalidad, porque invitaría a otros a aventuras en sentido contrario. Todos arriesgaríamos lo ya conseguido y la posibilidad de avanzar con diálogo y reformas.

Eso es lo que necesitamos: reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales sin romper ni la igualdad básica de la ciudadanía ni la soberanía de todos para decidir nuestro futuro común. No necesitamos más liquidacionistas en nuestra historia que propongan romper la convivencia y las reglas de juego con planteamientos falsamente democráticos.

Si la reforma de la ley electoral catalana no ha podido aprobarse porque no se da la mayoría cualificada prevista en el Estatuto, ¿cómo se puede plantear en serio la liquidación del mismo Estatuto y de la Constitución en que se legitima, si se obtiene un diputado más en esa lista única de rechazo? ¿Cómo el presidente de la Generalitat va en el cuarto puesto, como si necesitara una guardia pretoriana para violentar la ley?

Es lo más parecido a la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo pasado. Pero nos cuesta expresarlo así por respeto a la tradición de convivencia de Cataluña. El señor Mas sabe que, desde el momento mismo que incumple su obligación como presidente de la Generalitat y como primer representante del Estado en Cataluña, está violando su promesa de cumplir y hacer cumplir LA LEY. Se coloca fuera de la legalidad, renuncia a representar a todos los catalanes y pierde la legitimidad democrática en el ejercicio de sus funciones.

No estoy de acuerdo con el inmovilismo del Gobierno de la nación, cerrado al diálogo y a la reforma, ni con los recursos innecesarios ante el Tribunal Constitucional. Pero esta convicción, que estrecha el margen de maniobra de los que desearíamos avanzar por la vía del entendimiento, no me puede llevar a una posición de equidistancia entre los que se atienen a la ley y los que tratan de romperla.

No creo que España se vaya a romper, porque sé que eso no va a ocurrir, sea cual sea el resultado electoral. Creo que el desgarro en la convivencia que provoca esta aventura afectará a nuestro futuro y al de nuestros hijos y trato de contribuir a evitarlo. Sé que en el enfrentamiento perderemos todos. En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas.

El núcleo duro independentista trata de desprestigiar a Felipe González

Lanzan críticas personales para responder a su oferta de díalogo

Carme Forcadell, expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana. / CONSUELO BAUTISTA

La petición del expresidente del Gobierno Felipe González de que la crisis soberanista catalana se solucione con diálogo, concordia y «reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales sin romper la igualdad» ha sido recibida con duras críticas y ataques personales por parte del núcleo duro del independentismo.

Varios dirigentes de de Convergència Democràtica y de Esquerra Republicana, así como candidatos dentro de la lista Junts pel Sí, que incluye a ambos partidos, han asegurado que González “no tiene autoridad” para aconsejar a los catalanes y le han atacado por viejas polémicas del PSOE.

La número dos de la lista unitaria Junts pel Sí, Carme Forcadell, y expresidenta de la Asamblea Nacional de Cataluña, ha acusado a Felipe de González de defender las mismas tesis que la derecha española. «Me parece que los argumentos de la derecha española son iguales a los de la izquierda española», ha dicho. «González está muy desprestigiado para hablar de legalidad», ha opinado, en una entrevista en Rac1.

«El artículo demuestra que los catalanes hemos estado durante muchos años ayudando a la gobernabilidad de España. Lo hemos intentado todo y no ha habido ninguna alternativa, por eso estamos donde estamos», ha asegurado. Y ha recordado que González contó con un vicepresidente, en referencia a Alfonso Guerra, que se «vanagloriaba de haberse cepillado el Estatuto».

El coordinador general de Convergència, Josep Rull, también ha querido descalificar los argumentos del artículo al compararlos con los del expresidente José María Aznar : «La receta de Felipe González para Cataluña, como la de Aznar: miedo, apocalipsis y exabruptos. Impresenable».

Primero la Benemérita, después Felipe González comparándonos con los nazis solo falta la Conferencia Episcopal excomulgando a los independentistas

Marc Sanglas

El cabeza de lista de Junts pel Si en Tarragona, Germà Bel, ha comparado la posición de González con la del ministro de Interior. “Que Felipe González y Jorge Fernández Díaz se dediquen a predicarnos, y cómo lo hacen… ellos quieren súbditos, no ciudadanos”, ha asegurado .

El republicano Marc Sanglas, también miembro de la lista, ha relacionado las palabras de González con el registro de la sede de Convergència por parte de la Guardia Civil el pasado viernes, apuntando veladamente a una suerte de conspiración. “Primero la Benemérita, después Felipe González comparándonos con los nazis solo falta la Conferencia Episcopal excomulgando a los independentistas”.

El expresidente publica este domingo en EL PAÍS un artículo, titulado A los catalanes, en el que defiende la permanencia de Cataluña dentro de España. También relaciona, de una forma muy matizada posteriormente, las posiciones del independentismo como la “aventura alemana e italiana de los años treinta”, lo que le ha valido también ácidas críticas. “Felipe González dice que Junts pel Sí somos igual que Hitler y Mussolini. Están subiendo el listón. ¿Nervios?” se pregunta el candidato de Junts pel Sí Josep Maria Mainat también en las redes sociales.

Más allá de los miembros de la candidatura independentista, otros cargos de Convergència y especialmente Esquerra Republicana han cargado con actritud contra el artículo del expresidente. “Dice Felipe que el proceso catalán le recuerda a la época del nazismo. ¿Entonces, los catalanes seríamos judíos, polacos, daneses?”.

El diputado de ERC Joan Tardà también ha criticado los “vínculos” que a su juicio establece el expresidente con el nazismo y ha pedido a Miquel Iceta, candidato del PSC a la Generalitat, que se desmarque. “González vomita bilis contra el proceso y si pudiese haría guerra sucia, pero no se saldrá con la suya porque lo haremos cívicamente y democráticamente”.

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