CIERRE DE CAMPAÑA PNP

CIERRE DE CAMPAÑA PNP

El discurso de Cierre de Campaña el 3 de noviembre de 1968 en Ponce, Ferré prometió «una Nueva Vida de progreso y justicia, donde los humildes serán los primeros». Ese mismo día el periódico The San Juan Star lo respaldó en su editorial de la siguiente forma:

«Ferré es un hombre de negocios que conoce la situación a fondo. Ha dado seguridades de que él promoverá el Programa de Fomento Industrial.

El promovería la celebración de otro Plebiscito dentro de algunos años. El asunto del destino político seguirá como hasta ahora, en manos del propio pueblo puertorriqueño que es donde debe estar.»

El resultado de las elecciones del 5 de noviembre de 1968 fue una sorpresa aún para el Liderato del PNP. ¡Habían ganado las elecciones! Por primera vez en 70 años un partido estadista sólo, sin alianzas ni coaliciones, ganaba las elecciones era el triunfo de don Luis A. Ferré y de todos aquellos que había creído en él y lo habían ayudado.

Ferré y sus colaboradores habían creado el Partido Nuevo Progresista y se habían ganado la confianza del electorado en sólo once meses. Puerto Rico tenía por primera vez un Gobernador Estadista. Era el triunfo de la democracia puertorriqueña. El establecimiento del sistema de dos partidos fuertes que pudieran competir y fiscalizarse mutuamente, lo que es esencial para que funcione la democracia adecuadamente. Triunfó contra la maquinaria política más arrolladora, más insensible y controladora que se puede concebir.

Ferré acudió a hablarle a sus vecinos ponceños a eso de las nueve de la noche, de allí partió hacia el Aeropuerto Mercedita. Cuando Reinita 11 llegó al Aeropuerto Internacional de Isla Verde, la Torre de Control recibió a los pilotos Tippy Dye y Leiva como el «Puerto Rico One», todos rieron la bienvenida, especialmente porque aún el triunfo no era seguro o porque era tan inesperado que parecía algo difícil de creer.

En el Edificio First Federal de Santurce, Piso doce, le esperaban colaboradores de la campaña. Unos riendo nerviosamente, otros saliéndoseles las lágrimas de alegría y de cansancio, todo lo que pudieron hacer lo habían hecho, siempre se dijo que «era mejor hacer de más que de menos».

Las avenidas cercanas se encontraban repletas de felices y alegres ciudadanos que por primera vez sentían que había llegado la democracia a Puerto Rico y se liberaban del continuo temor a que por diferir los pusieran en las famosas listas negras (La Tablita) que tradicionalmente mantenía el Partido Popular como actualizada versión del componente español.

A eso de las tres de la mañana Ferré volvió a su Ponce querido. Desde el Aeropuerto Mercedita hasta su casa en La Alhambra le tomó cuatro horas porque casi todos los ponceños fueron a recibirle, estrecharle las manos y felicitarle.

Las elecciones se ganaron por 26,367 votos; 43.5% ante 40.% los populares. La victoria era Estadista. «La Gran Tarea es desterrar la pobreza, el dolor, y la necesidad de nuestra tierra», le dijo esa noche Ferré.

Esa memorable noche del 5 de noviembre de 1968, Luis A. Ferré dijo:

«Seré el Gobernador de todos los puertorriqueños, sin distinción, de partidos y me esforzaré por gobernar con ecuanimidad, tal como lo he prometido»

Pero se había ganado algo más. Se había demostrado que el Partido Popular no era invencible. Y aún más importante, se había probado que el pueblo votaba a favor de la Estadidad.