VOTARÉ TAPAITO CON FERRE

VOTARÉ TAPAITO CON FERRE

Mientras recorría de un pueblo a otro en su constante actividad de llevar su mensaje, Ferré siempre encontraba tiempo para dialogar con los electores. Cerca de La Piquiña en Cayey, le preguntó a un empleado de Obras Públicas por quién votaría, el ciudadano mirando hacia todos lados para que no lo fueran a ver, le mostró un pequeño botón de campaña en donde aparecía La Palma y le dijo temeroso:

«Tapaito con Ferré»

Antes el no ser popular era como ser un extraterrestre, porque los populares siempre han sido perseguidores de aquellos que difieren de sus ideas. El impacto de aquella frase fue tan grande que Ferré la comenzó a usar en sus discursos dramatizando la forma en que el temeroso cayeyano le había enseñado la insignia de La Palma. En Sabana Grande se le quedó el botón y Tomás Torres Muñoz tuvo que prestarle su licencia de guiar para simular el botón. Luego la frase, el concepto, se usó en los anuncios y en un «jingle» de la campaña.

Al principio Ferré hablaba demasiado, ofrecía muchas explicaciones técnicas y señalaba muchas cifras, como si estuviera en las reuniones de industriales, luego poco a poco se acostumbró a usar unas pequeñas tarjetitas donde apuntaba los temas y a usar imágenes y cuentecitos sencillos fáciles de recordar. Uno que usaba mucho en los campos era el que cada ser humano tenía en su cerebro una bombillita que le indicaba la verdad, esa era la forma de razonar. Pensar en lo que era lo mejor para él y su familia y su bombillita le indicaría la mejor decisión de cómo votar en las elecciones por el bien de Puerto Rico. Enfatizó en que pensaran en el futuro de Puerto Rico, en sus hijos y nietos y futuras generaciones Que aceptaran del gobierno el empleito temporero o la promesa del camino, pero que no se dejarán llevar sólo por eso, sino pensando en lo que le convenía a largo plazo. Era algo así como la frase de Muñoz Marín de que no vendas tu voto o acepta lo que te regalen pero no comprometas tu conciencia porque el voto es secreto.