LA CORPORACIÓN DE PUERTO RICO PARA LA DIFUSIÓN PÚBLICA

{Este el momento de analizar los temas que prevemos usaran los PPD/Neo-Comunistas que lo único que saben hablar es destructivamente.

LA CORPORACIÓN DE PUERTO RICO PARA LA DIFUSIÓN PÚBLICA

Por – Carlos A. Colón De Armas – Profesor de Finanzas – UPR
En Puerto Rico, el debate sobre los asuntos que deben estar en manos del gobierno y los que son más propios del sector privado tiende a basarse sobre aspectos de pura ideología rígida y absolutista. En un extremo están quienes piensan que el sector gubernamental debe ser bien reducido, pasando el mayor número de actividades posibles al sector privado. En el otro extremo están los que argumentan que todos los servicios esenciales que necesita la ciudadanía deben estar en manos del estado. Como suele ocurrir, sin embargo, hay formas más razonables de analizar estos asuntos.
El análisis no debe girar en torno a si el gobierno es muy grande o muy pequeño, o si son o no esenciales los servicios bajo estudio. Lo que debe analizarse con gran profundidad es cuál es el objetivo principal del servicio o empresa que esté bajo consideración y, una vez determinado esto, cuál es la forma más efectiva en que se logra dicho objetivo para el bien de todos. Si la forma más efectiva de proveer ciertos servicios es a través del sector privado, esto debe hacerse. De lo contrario, éstos deben ser ofrecidos por el gobierno. Por lo tanto, una parte esencial de ese análisis requiere el auscultar si el mercado ya está proveyendo el mismo servicio adecuadamente.
En nuestra Isla, muchos son los servicios esenciales que se ofrecen desde el sector privado. De hecho, muchos de ellos nunca han estado en manos del gobierno ni siquiera parcialmente.
Por ejemplo, no debe haber controversia sobre el hecho de que la comida es un servicio esencial. Desde tiempo inmemorial, sin embargo, la industria da, otro aspecto esencial para la vida humana, la obtenemos en tiendas privadas. La vivienda también es un producto vital que obtenemos mayormente de la empresa privada. Lo mismo puede decirse de gran parte de la industria de la transportación como, por ejemplo, los carros y el transporte aéreo.

En los países donde las libertades civiles se consideran importantes, hay servicios tan esenciales que no sólo se desea que permanezcan en manos privadas, sino que se establecen cortapisas constitucionales y de otra índole para garantizar que el gobierno no las controle. Un ejemplo de una de esas actividades que en muchos países se desea que permanezcan en manos privadas es la industria de las comunicaciones como lo son la radio y la televisión.
En Puerto Rico, el gobierno posee operaciones de radio (940 AM y 91.3 FM) y televisión (WIPR-Canal 6 y WIPM-Canal 3) a través de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública (CPRDP). Además, dedica alrededor de $15 millones en fondos públicos para operar las mismas. Muchas personas piensan que se justifica que el gobierno posea medios de comunicación pues de lo contrario no se transmitirían programas culturales y de interés social que no son rentables para las emisoras privadas. Por lo tanto, es importante analizar qué está sucediendo en el mercado de radio y televisión en Puerto Rico para ver si se justifica esa intromisión del gobierno en los medios de comunicación o si, por el contrario, es hora ya de terminarla.
Con respecto a la televisión, Puerto Rico cuenta con cuatro estaciones o cadenas comerciales privadas: WKAQ (Canal 2), WAPA (Canal 4), WSTE (Canal 7) y WLII (Canal 11-Univisión). A esto se añaden las distintas operaciones de televisión que proveen una multiplicidad de canales por cable como, por ejemplo, One Link Communications, Liberty Cablevision, Choice Cable TV, DirecTV, Dish Network y las múltiples opciones de televisión por medio de satélite. Además, cuenta con varios canales con programación religiosa como lo son, entre otros, WPRV (Canal 13-Teleoro) y WUJA (Canal 15-Generación Victoriosa). Incluso dos sistemas universitarios (SUAGM y la Universidad Sagrado Corazón) transmiten programación de interés público incluyendo programas de la cadena PBS, aparte de los canales culturales y de interés públicos que se transmiten por cable.
En cuanto a radio se refiere, la situación es muy similar con un nutrido grupo de estaciones, AM y FM, ofreciendo una amplia gama de programación en el Área Metropolitana de San Juan con estaciones repetidoras a través de toda la Isla. Además, hay estaciones de radio locales en diversos puntos de Puerto Rico. En términos de programación cultural y de interés social, la Universidad de Puerto Rico opera Radio Universidad de Puerto Rico (89.7 FM en San Juan y 88.3 FM en Mayagüez).

Ante esa evidencia, es necesario concluir que en Puerto Rico ya existen suficientes estaciones de radio y televisión, incluyendo muchas con fines culturales y sociales, para suplir las necesidades que quizás hace unos años sólo podía proveer la CPRDP. Por lo tanto, no se puede justificar que la CPRDP siga en manos del gobierno y que continúe recibiendo más de $15 millones anuales en fondos públicos que muy bien pueden utilizarse para cubrir otras necesidades. Esto aparte del hecho de que permitir que el gobierno controle medios de comunicación es un peligro para el verdadero disfrute de las libertades civiles por los ciudadanos.
Es hora de dejar de asignarle fondos públicos a la CPRDP y de sacar al gobierno del negocio de la radio y la televisión.
Por último, no estoy seguro, pero tengo la corazonada de que, a lo mejor, si la CPRDP hubiera estado en manos privadas, la mujer que hace unos días fue abusada por un hombre no hubiera sido abusada también por su patrono que la despidió.