Empate PNP y PPD

NR – El mayor peligro del PNP siempre ha sido la sobreconfianza. Pensemos que estemos empate, a pesar de las decisiones difíciles que ha habido que hacer por la condición desastrosa en que el desgobierno PPD de Sila/AAV dejaron a Puerto Rico. Atendamos el sabotaje de los PPD/Neo-Comunistas en las oficinas del Gobierno, comencemos con dos charlas semanales en cada Precinto, multipliquemos por cinco las paginas de Internet, que cada dirigente o líder o con posición, le dedique tres o cuatro horas diarias a la campana y que nadie piense que si no se trabaja educando se va a ganar la Estadidad y el PNP.

Empate PNP y PPD

Por Luis Dávila Colón el 12 de febrero de 2012

A banderas desplegadas, hoy los dos partidos mayores están bigote a bigote en un empate estadístico virtual y ambas colectividades están a merced de una fuerza política mayor: el partido de los “realengos” o de los “no afiliados” usuales. Los resultados de la encuesta comisada por El Vocero a la firma Staford Klapper/IBOPE, revelan una debilidad inherente, tanto del PNP como del PPD, un letargo en la recomposición del PIP y un crecimiento desmedido entre los electores que rehúsan identificarse como afiliados a un partido en específico.

El 33% de los encuestados que se identifican hoy con el Partido Nuevo Progresista, es una reducción de 40% de la fuerza electoral que votó por Luis Fortuño en las elecciones generales del año 2008. De igual forma, el 33% de los electores que se identifican hoy con el Partido Popular, es una reducción de un 25% de los votantes de Aníbal Acevedo Vilá en las pasadas elecciones. El Partido Independentista continúa con un piso electoral de 2% de afiliados, quedándose corto del umbral de 3% para permanecer en el registro electoral.

De otro lado, el sector de mayor crecimiento en este cuatrienio han sido los “no afiliados” que rehusaron identificarse con partido alguno y que rondan el 32%. Llámense como se quieran llamar, “electores independientes”, “desafiliados”, “tapaítos”, “apestados”, o “agentes libres”, ese sector será el que decida finalmente el resultado electoral y plebiscitario y son las tarjetas que los partidos e ideologías tendrán que seducir para traerlos a sus respectivos rediles. Veamos los desgloses:

Aunque los dos partidos mayores están empate a 33% cada uno, el PNP tiene una ventaja en el Area Metropolitana de 31% a 24%. Mientras que el PPD supera al PNP Isla Adentro 37% a 34%. Más mujeres se identifican con el PPD (36%), que con el PNP (32%). Dentro del margen de error. En contraste, más hombres se identifican con la Palma (34%), que con la Pava (30%).
El PPD tiene leves ventajas sobre el PNP en los grupos de edad mayores de 50 años (39% a 36%). El PNP tiene más fuerza en el grupo de edad mediana entre 35 y 49 años (32% a 28%). En todos los demás renglones los dos colosos parecen estar pareados.

Los “no afiliados” superan a los dos partidos mayores en las ciudades de la zona metropolitana llegando a casi un 40%, mientras que en el resto de la Isla bajan a un 26%. En ese sector hay más hombres que mujeres (31% a 30%) y predominan los jóvenes en más de 39% entre los grupos de edad de 18 a 49 años.

Una mayoría simple de los “no afiliados” quisiera ver un cambio de status, aunque sus preferencias están divididas entre las opciones mayores, y un 83% considera importante la ciudadanía americana.

Ciertamente la encuesta indica que hay un decimado equilibrio de fuerzas entre los dos partidos mayores, quedándose ambos cortos de una mayoría. No hay que ser un pitoniso para saber que hay mucho disgusto del ciudadano de a pie con las posturas y opciones de los tres partidos políticos. Aunque la mayor erosión de afiliaciones –comparado al resultado electoral– parece haberla sufrido el PNP, el PPD no presenta mayor fuerza como esperaríamos de un partido de minoría retador con un candidato nuevo y fresco. Claro está, siempre se ha dicho que la base o el núcleo del PNP es mayor que la de su contraparte rojo, por lo que se pudiera intuir una mayor insatisfacción dentro de las filas de la Palma y una potencial sangría de votos azules.

En el último año y medio, el PNP refleja una pérdida de 3 puntos en el registro de sus afiliados, a la vez que el PPD muestra un incremento de un punto. Los cambios están dentro del margen de error. En la encuesta de Staford Klapper de junio-julio del 2010, 36% se identificó como PNP y 32% popular.

Aunque esta encuesta de inicios de año electoral y plebiscitario, no mide las preferencias del electorado en cuanto a candidaturas, la poca identificación de los encuestados con los partidos políticos nos da un atisbo de la alta temperatura en la calle. La cosa está que arde. El agua no está como para chocolate para los partidos políticos. Los estrategas de campaña tienen por delante mucha tela de donde cortar. La tendencia de afiliaciones muestra una baja de penepés y un alza imperceptible de populares, suficientes para tenerlos empate.
Por un lado, el PPD se tiene que sentir satisfecho de que el 40% de los que votaron PNP en la última elección estén renuentes a identificarse como novoprogresistas. Una ventaja de un cuarto de millón de votos no es fácil de atajar y rebasar. ¿Dónde están los penepés? Al parecer, en la casa de Fortuño no todo está en orden.

El estado mayor del Gobernador tiene que darse golpes de pecho, porque a pesar de los estragos de la recesión económica y de las trifulcas causadas por los despidos de la Ley 7 y por el desempleo, todavía Alejandro García Padilla no logra despegar y el PNP parea bigote a bigote con el PPD en afiliaciones. De hecho, Fortuño puede contar sus bendiciones. El año pasado en las encuestas publicadas en otros medios, el Gobernador aparecía rezagado 22 puntos atrás. En las encuestas de noviembre, la ventaja del líder Popular se había reducido 39% a 33% sobre el líder PNP. Hoy, su partido corre pareado a la Pava. Tanto la brecha entre candidatos como de partidos, se ha cerrado. Aún así, todavía hay que preguntar dónde está la mitad de los PNP.

Obviamente, los problemas de Fortuño parecen estar, no en la oposición, sino más bien entre los penepés disgustados que se le han desaparecido de las pantallas de radar hacia las filas de los agentes libres y los “no afiliados”. El Partido Independentista por su parte, tiene un piso electoral muy ralito y no ha logrado ampliar su masa crítica para tan siquiera quedar inscrito. Cuando la campaña arrecie y el PPD inicie sus tácticas para enamorar el voto nacionalista independentista, al PIP no le queda margen de afiliados a perder al seductor himeneo del meloneo.

El PNP debe sonreír con los resultados de esta encuesta en relación a la abrumadora solidez que tienen la ciudadanía americana y el voto presidencial entre el electorado. Dos valores fuertes del discurso tradicional estadista. Alejandro García Padilla también tiene que sentirse tranquilo con la fuerza abrumadora de la ciudadanía americana y del voto presidencial. Estos resultados de hoy refrendan su decisión ideológica de mover a su partido hacia la derecha y lejos de los discursos nacionalistas anti-americanos y soberanistas. Pero no nos dejemos ofuscar por los espejismos de las contradicciones de la opinión pública. El hecho de que la ciudadanía apoye valores identificados con la unión permanente pero no necesariamente atados a la intención de voto estadista, le debe dar margen al PPD para pensar y maniobrar en la contienda plebiscitaria, particularmente en el enorme saco de los “no afiliados” que en este momento están “sueltos como gabete” y “a la presa”. No todo lo que parece, necesariamente es…

Mañana presentaremos en El Vocero, los resultados de la encuesta sobre los siguientes temas: la opinión del electorado sobre la necesidad de resolver el problema del status y las preferencias sobre si están de acuerdo o en desacuerdo en mantener la condición política actual; la primera pregunta plebiscitaria. El martes, analizaremos los resultados de las opciones de status presentadas en la segunda pregunta plebiscitaria.

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LMM era bien Pro-Americano, pero ahora los Neo-Comunistas controlan al PPD y sus candidatos de agua AGP y Cox. Ahora dejar la puerta abierta a la República Bananera es un peligro inminente.