La defensa del exsenador Héctor Martínez reveló ayer durante la vista de sentencia que su cliente es adicto a alguna sustancia, aunque no especificó si se trata de alcohol, drogas antisociales o fármacos recetados.
La sorpresiva revelación fue hecha por Abbe Lowell, abogado principal de Martínez, cuando le solicitó ayer en la tarde al juez federal Francisco A. Besosa que su cliente sea ingresado a un programa de adicción a drogas.
La argumentación se hizo como parte de la vista de sentencia de Martínez, que comenzó ayer. El juez Besosa escuchó las partes, incluido Martínez y el empresario Juan Bravo, convicto en el mismo caso, pero se reservó su fallo para hoy en la mañana.
“Héctor Martínez cometió un error por haber aceptado el viaje… Solicitamos que si es encarcelado sea recomendado a un RDAP program (Residencial Drug Abuse Program o Programa Residencial para el Abuso de Drogas) en Pensacola (Florida) o en Montgomery (Alabama) y se le permita entregarse voluntariamente”, dijo Lowell.
Según el Negociado Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés), el Programa para Usuarios de Drogas está diseñado para atender casos de reos con historial de abuso de drogas o alcohol en los 12 meses previos a su sentencia.
El programa consiste normalmente de 500 horas en 9 meses, periodo durante el cual los reos participantes son confinados en una unidad separada de la población general dentro de la institución y que está reservada para el tratamiento de adicción a drogas.
Los reos reciben un mínimo de tres horas diarias de tratamiento de la adicción a drogas. Los que cumplen con el programa reciben reducciones de sentencias.
Fiscalía no objeta petición
Para que Besosa acepte la recomendación de Lowell tiene que estar documentado en el informe presentencia, que es confidencial, que Martínez padece o ha padecido recientemente de alguna adicción a drogas legales, ilegales o alcohol. El fiscal Peter Koski no objetó la recomendación de Lowell.
Pero si el juez lo recomendara el tratamiento para Martínez, la última palabra sería del Negociado Federal de Prisiones, que evaluaría la situación y decidiría si lo aprueba.
En ningún momento del juicio contra el exsenador, que tuvo lugar el año pasado, trascendió que este fuera usuario de ninguna sustancia controlada.
Martínez fue arrestado en junio de 2010 y desde entonces está en libertad bajo fianza. Sus condiciones de libertad supervisada no incluyen el realizarse pruebas de dopaje, aunque sí se le requirió que se abstuviera de usar alcohol y drogas antisociales.
Un jurado halló culpables a Martínez y Bravo el 7 de marzo pasado de los cargos de soborno relacionados a un viaje que ambos hicieron a Las Vegas en compañía del también exsenador corrupto Jorge de Castro Font a ver una pelea de Tito Trinidad en el 2005.
Ayer, ambos, ahogados en llanto y con voz entrecortada, pidieron la compasión de Besosa, quien los citó para hoy a las 9:00 a.m. para sentenciarlos.
“No tengo una sentencia escrita en piedra y tengo que trabajar junto con mi equipo de trabajo considerando los argumentos, en especial la alocución de los acusados”, dijo Besosa. La fiscalía solicita 15 a 19 años de cárcel para Martínez y 12 a 15 para Bravo.
En su alocución, Martínez destacó que su peor castigo ha sido “perderlo todo” y estar a punto de perder la libertad y sugirió que si es encarcelado por largo tiempo posiblemente no vuelva a ver en vida a su madre, quien tiene 80 años.
“Perdí mis años de sacrificio, mi título de abogado, mi buen nombre y el de mi familia, perdí continuar el legado de mi padre, perdí totalmente mi paz y tranquilidad, mi posición en el Senado, todos mis sueños y metas… Le pido respetuosamente que tome en consideración todos estos factores al momento de emitir su sentencia”, declaró Martínez.
Habló Bravo
Antes, había hablado Bravo, quien, leyendo un escrito en inglés, expresó lo mucho que han sufrido él y su familia por este caso. “Solicito compasión. No por mí sino por la seguridad de los míos, de los que amo (estalla en llanto)… Mi vida entera fue dedicada a mi familia… Mi carácter, mis valores, mi reputación es todo para mí… Todo lo que he logrado parece no tener sentido. Perdí mi negocio, la oportunidad de proteger a otros y perdí también mi salud”, expresó Bravo.
Durante todo el día, los abogados de ambos convictos argumentaron a favor de sentencias lenientes para sus clientes.
Lowell, por ejemplo, sostuvo que su cliente no recibía sobres de dinero en efectivo, como fue el caso de De Castro Font, que solo fue a un viaje a Las Vegas a ver una pelea de quien se consideraba “un héroe nacional”.
Lo comparan con otros
Mientras, la exfiscal federal Sonia Torres, también abogada de Martínez, le recordó a Besosa los históricos casos de corrupción y las sentencias que recibieron Edison Misla Aldarondo, René Vázquez Botet, Marcos Morell y el propio De Castro Font.
“Si compara la conducta de estos individuos con las sentencias (de cinco años) que recibieron, ¿cómo el gobierno puede pedir razonablemente por 12 años cuando el estatuto dice que lo máximo es 10? Él resultó convicto, perdió su licencia de abogado y su castigo debe ser justo y proporcional a la ofensa”, sugirió Torres.
Mientras, Koski reiteró que la única razón por la que Bravo invitó a Martínez a Las Vegas fue para corromper el proceso legislativo y buscar ventaja con los proyectos de los Centros Comerciales y la Ley de Detectives Privados.
“No se puede seguir permitiendo este nivel de corrupción en Puerto Rico”, señaló Koski.
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