El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, pidió hoy esperar por el término del proceso judicial antes de enjuiciar a un voluntario acusado de un ataque sexual contra una sacristana y secretaria de la iglesia Santa Ana del Viejo San Juan.

El arzobispado difundió hoy unas declaraciones de González Nieves en las que el religioso expresa una “profunda tristeza” por la situación y aclara que el individuo acusado “no era ni es seminarista de la Iglesia Católica”.

“Esta persona imputada, al momento de los alegados hechos, residía en Casa Mar, una estructura aledaña a la Iglesia Santa Ana en el Viejo San Juan y desempeñaba labores de manera

El Arzobispo siempre cerca de Escándalos Sexuales

voluntaria”, explicó González Nieves.

A su vez, reveló que “cuando este servidor advino en conocimiento de las alegaciones de la querellante, ya el asunto estaba en manos de las autoridades civiles”.

El arzobispo evitó emitir comentarios sobre el imputado e indicó que prefiere que el caso se ventile en los tribunales de justicia.

“Quisiera exhortar a que, antes de emitir juicio sobre las partes involucradas en este asunto, esperemos a que concluya en su totalidad el proceso judicial”, añadió en el comunicado.

Por su parte, Luvic Arzola Hernández, de 36 años, sostuvo hoy ante fiscalía que el seminarista Leonardo Prophil en dos ocasiones realizó acciones deshonestas contra ella mientras realizaba sus funciones de secretaria y sacristán de la iglesia Santa Ana en la calle Tetuán del Viejo San Juan.

A preguntas de la fiscal Nitza Álvarez, Arzola Hernández indicó que el 19 de julio de 2010, Prophil sacó su pene y se lo mostró mientras se encontraban en los cuartos contiguos a la iglesia.

Luego, el 27 de julio de 2010, el supuesto seminarista la abrazó en contra de su voluntad mientras se encontraba sola en el interior de la iglesia diciéndole “tu vas a ser mía, tu vas a ser mía”.

Arzola Hernández relató que Prophil le dio un “abrazo de oso” por la espalda y la llevó a un rincón junto a una nevera donde le era imposible zafarse y repeler el abrazo ya que sus brazos estaban totalmente limitados de acción por las corpulentas manos del acusado.

La joven dijo que en ese incidente el hombre tenía el pene erecto y rozó sus nalgas con este, luego la viró e hizo lo mismo en el área vaginal. Más adelante logró introducirle los dedos en su vagina.
Mientras esto sucedía, la joven aseguró que gritaba pero nadie escuchaba ya que la iglesia estaba vacía con las puertas cerradas.

Arzola Hernández también dijo que trató de darle la queja al monseñor José Emilio Cummins pero, por estar acompañado de Prophil en varias ocasiones, no pudo.

La mujer decidió hacer la denuncia a través de una confesión “porque era el único momento donde el padre estaba solo y Prophil no estaría con él”.

La mujer dijo que tras hacerle el relato al cura este prometió tomar acción pero nunca se hizo. No fue hasta el 30 de noviembre de 2010 que se hace la denuncia en el cuartel de la Policía en Puerta de Tierra.

El relato de la mujer inició hoy la vista preliminar para juicio en las acusaciones en el caso por agresión sexual y actos lascivos contra Prophil radicados por la Fiscalía de San Juan.

Luvioc Arzola Hernández, relató durante la mañana en el Tribunal de San Juan cómo el supuesto seminarista Leonard Prophil la acosó y la agedió sexualmente por la fuerza en la capilla Santa Ana en el Viejo San Juan luego que la Iglesia Católica alegadamente se hiciera de la vista larga ante sus quejas.

Arzola, sacristán y secretaria en la parroquia de la calle Tetuán, indicó que el primer incidente ocurrió el 19 de julio del 2010 Prophil supuestamente le enseñó su miembro. El segundo hecho data del 27 de julio cuando estando en la cocina alegadamente el hombre la acorraló en un espacio pequeño en la cocina entre la nevera y una pared.

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Arzola Hernández se mantuvo el rostro cubierto durante la intervención de la prensa. EL VOCERO/Dennis Jones

 

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“Jamás uno va a pensar que eso le va a pasar en la iglesia y con un seminarista”, manifestó la mujer de 36 años.

La joven señaló que le contó al encargado de la capilla, el padre José Emilio Cummings y éste segundo alegadamente le hizo creer que tomaría cartas en el asunto.

Sobre el día 27 de julio, la mujer precisó que a eso de las 2:45 de la tarde su madre, quien también trabaja en la parroquia se fue a hacer una gestión en el banco y cerró la capilla. Quedando sóla en la sacristía, dijo que “sentí una presencia de tras de mí, deduje que era mi madre”. Al percatarse de que era Prophyl señaló que se sintió asustada por el incidente previo y su rostro que parecía “desencajado” y “excitado”. El supuesto seminarista le dijo que le traía una información de Cummings y cuando ella le preguntó cuál era la información éste alegadamente le respondió “me gustas mucho, que estás bien buena”.

La mujer, presintiendo lo que podía ocurrir, agarró su celular para defenderse, pero él se acercó rápidamente y le dio “el abrazo del oso”. Y mientras forcejean, ella le gritaba que la soltara. Según los documentos, Leonard se le pegó lasciva y pervertidamente y la acorraló entre la nevera y el fregadero. “No te suelto, tú vas a ser mía”, le decía el seminarista, mientras buscaba la manera de arrancarle el traje azul turquesa que llevaba puesto Arzola Hernández.

Ésta logró finalmente zafarse a duras penas y empujarlo. Con su celular marcó el cuartel de Puerta de Tierra y Leonard, al ver que hacía la llamada, salió corriendo mientras le decía: “tú no me vas a meter preso”.

A la sala 605, Prophyl llegó acompañadao de un traductor, el pastor Gibbs Pier. No está claro si habla el idioma español, aunque Arzola ha reiterado que su comunicación era en español. Tampoco está claro si es de origen haitiano como se dijo en un principio.