Nueva encuesta corta de Stanford Klapper. La derrota está cantada. En los últimos 14 meses, en Puerto Rico se han publicado 9 encuestas de tres firmas y medios completamente distintos en sus líneas editoriales. Los números podrán variar en algo, dependiendo de la fecha de la medición y de la naturaleza, pero nadie puede negar: (1) que en ninguna de las 9 encuestas ni el PNP ni Fortuño salen al frente del Partido Popular; y (2) que en todas en las que se mide la intención plebiscitaria, la Estadidad y el anticolonialismo están al frente o competitivos.
Según los números de afiliación, el PNP está bien jodío. El Partido Popular recupera adeptos hasta llegar a un 37%, que es aproximadamente un 85% del 42% de sus votos obtenidos bajo la insignia de la Pava en las generales del 2008. O sea, está consolidado. El PNP, por su parte, continúa rezagado en su base de afiliados y un 35% de su electorado está borrado de las pantallas de radar. Cuatro de cada 10 están ‘encabritaos’ con los de su estirpe.
El etiquetaje partidista es un parámetro vital, para medir la energía interna de los partidos y la dinámica de agregado o pérdida de votos de un periodo a otro. La encuesta corta que publicó esta semana EL VOCERO, demuestra que el anticolonialismo y la Estadidad están más fuertes que el PNP con un 41%, y si tomamos los resultados de las ocho encuestas publicadas anteriormente por los demás medios, los políticos de la Palma están más atrás que su partido y ahí es donde está la escritura. Yep. El equipo Fortuño tiene una estrategia chueca con un defecto estructural catastrófico. Las prioridades del elector están ancladas en la ideología que vuela viable; mientras que las prioridades del partido estancado están centradas en los candidatos rastreros. Ese es mi análisis de todas las encuestas en lo que llamo mi ‘Poll the Polls’.
Al igual que en la encuesta anterior de Stanford Klapper, publicada en el mes de febrero, los partidos siguen estadísticamente pareados en la fuerza de sus bases de afiliados, pero el PPD solidifica la base más rápido y eficaz que el disgustado PNP. El 35% de los electores PNP que están dispuestos a identificarse con la Palma, están todavía bien por abajo del 53% de los votos obtenidos bajo su insignia y el 54% de los votos íntegros que recibió en las elecciones del 2008. El PIP, por su parte, refleja un 2% de los votos, levemente mejor al 1.8% de los votos íntegros que recibió en las elecciones del 2008, con un aliciente mayor: su candidato a gobernador, Juan Dalmau, debiera correr mejor que su partido, según levante la campaña.
La ‘nivelación’ y el delicado ‘equilibrio’ de fuerzas que demuestra esta encuesta a 6 meses de la decisión, es música a los oídos del retador Partido Popular. Contrario a la sabiduría convencional, el PNP ya no tiene un corazón del rollo mucho mayor que el de la Pava. Eso quiere decir que no tienen ‘flautista de Hamelín’ y que la Palma y sus candidatos van en dirección contraria a la Estadidad: con resta de electores se quedarán cortos de la reválida. Claro está, los tres sectores están inexorablemente atados, ya que la Estadidad no prosperará sin una campaña centrada en la descolonización y los políticos del PNP no levantarán cabeza si la Estadidad y la descolonización no los cargan con efecto tirabuzón.
El Partido Popular parece haber ganado terreno en los municipios de la zona metropolitana. Malas noticias pa’ los caciques de la Palma de nombres Santini, O’Neill, Rivera y Vega Borges. Sin duda alguna, el desmadre de las primarias del PNP, las trampas del alcalde Héctor O’Neill y el robo de las del Distrito 6, tienen que haber repercutido negativamente en las lealtades partidistas del PNP en un municipio y zonas aledañas que, hasta entonces, se ufanaban de ser capitales de la Palma. Los estrategas de Fortuño también tienen dificultades en convencer electores de la clase pobre, e inclusive de las clases más adineradas donde está la mayor fuente de donativos verdes. Las mujeres tienden a identificarse mucho más con el PPD y la Pava goza de mayores simpatías entre los electores mayores de 50 años, que históricamente son los más inclinados a votar el día de las elecciones.
Aunque el PNP parece haber detenido la sangría de afiliados que se registró a principios de este año, ni el Partido ni Fortuño saben como consolidar su base estadista. Lo que parece indicar un descontento de fondo de los electores con partido y candidato y el desatino de una estrategia suicida anclada en el candidato y la quincalla usual. No obstante, el hecho de que los dos partidos estén más o menos nivelados en base, plantea la posibilidad de que esta elección todavía pueda ser rescatable para el PNP, en un momento de una crisis histórica en que los electores de todo el mundo están emitiendo voto castigo en contra de los gobiernos incumbentes que han tenido que manejar la crisis de solvencia y la gran recesión de principios de siglo 21.
Peor aún, el ELA Soberano en libre asociación está pareado a la Estadidad y la retranca del ELA viene para arriba con el ‘No’. Los populares votan por la soberanía porque lleva la etiqueta del ELA; otro error garrafal de los genios del PNP. Irónicamente, ahora más que nunca, el PNP depende de los estadistas ‘desafiliados’ para que lo salven de la derrota.
¿Es inevitable esta ‘derrota’ anunciada? ¿Es salvable la campaña del PNP? Sí lo es. Si saben como armar una campaña exitosa para una histórica remontada. Lo primero que tienen que cambiar son sus prioridades y enmendar la consulta. La relección y candidaturas son secundarias y dependen de una victoria contundente de la Estadidad y del ‘No’ descolonizador. Solo esa variable tiene potencial. Los que apuesten a la total ineptitud de Agapito, no cuentan con la obsesión compulsiva que tiene este país por la mediocridad colonial.
El PNP tiene dos opciones: o cambia de candidato y su equipo de la ‘gangaquedisparaalrevés’ para que el PNP pueda competir con una ‘cara nueva’ en otra elección ‘trililí’ colonial, o se ponen las pilas, se enrollan las mangas, rediseñan su estrategia y dejan de seguir jugando en la trampa insuperable de los jueguitos de quién administra peor la cochambra colonial. Si ese es el paradigma, el Pueblo volverá a votar por el más inepto y a repetir mediocridad del no cambio en el círculo colonial…
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