“Yo le escribo todas las semanas una carta a Obama y a Hillary pidiendo por la liberación de Oscar López Rivera,” declaró Carmen Yulín Soto en un conversatorio con la comunidad puertorriqueña en Chicago el pasado 3 de mayo, uniéndose a varios líderes políticos del País que abogan activamente, más allá de ideologías o partidos políticos, por la excarcelación del prisionero político que más tiempo lleva tras las rejas. “Les escribo todas las semanas un original de la carta que redactó su abogada. Les escribo un original de la carta porque es lo menos que puedo hacer si él ha estado más de treinta años en la cárcel.”
“La carta del espíritu más libre que he recibido”
La candidata a la alcaldía de San Juan por el Partido Popular Democrático (PPD) explicó que un día tuvo la osadía, según ella misma lo describe, de escribirle a Oscar que ella estaba cansada de dar la misma lucha todos los días. “Oscar me contesta esa carta, que es la primera carta que recibo de alguien en prisión, y es la carta del espíritu más libre que he recibido en toda mi vida. Compasivo, amoroso, respetuoso, con el entendimiento total de las cargas que no sabemos llevar. Me escribió dejándome saber que yo puedo con esa carga.”
A través de Eduardo “Tuto” Villanueva, portavoz del Comité de Derechos Humanos de Puerto Rico y ex presidente del Colegio de Abogados, la representante trató de aprovechar su visita a Chicago para ver a Oscar en la prisión donde se encuentra en Terre Haute, Indiana. “No porque le haga bien a él, sino porque me haría bien visitarlo,” explicó. Pero la visita no se pudo concretar por reglas de la prisión en cuanto a las visitas para Oscar. Ciudadanos que no sean familiares, que no lo hayan conocido antes de entrar a prisión, no lo pueden visitar. “Ese derecho que debiera tener Oscar me lo han negado como ciudadana y como servidora pública de Puerto Rico. Si no puedo estar cerca de él por lo menos estar cerca de ustedes. A él lo une Chicago. Podremos tener nuestras diferencias pero yo nunca hubiera podido estar más de treinta años en la cárcel y tener la paz que él tiene. Él no debería estar ahí. Él debería estar donde le dé la gana en el planeta, y si alguien cree que por tenerlo en prisión le han aprisionado su espíritu, está totalmente equivocado.”
La representante confesó que comenzó a conocer sobre Oscar a principios del 2011. “Coincidí con Tuto Villanueva en una manifestación y le pregunté: ¿qué había hecho él? Tuto paró en seco, me miró con una mirada que me llegó al alma y me contestó: absolutamente nada.
Semanas después llegó a mi oficina un libro sobre Oscar. Inmediatamente después, el Departamento de Justicia de Puerto Rico me entregó un subpoena por supuesto uso indebido del conductor asignado a mi oficina. Ese día me di cuenta que todavía yo vivía en un país capaz de perseguir a la gente simplemente porque piensan diferente. Esa noche lloré muchísimo, de rabia, porque me di cuenta que la idea que tenía de la democracia donde vivía no era cierta.”
“La diáspora ha batallado mucho…”
“Antes yo pensaba que para ser puertorriqueña tú tenías que haber nacido y haberte criado en Puerto Rico. Me he dado cuenta que no necesariamente. La diáspora ha batallado mucho para mantener su idioma y sus raíces. Imagínate que Marc Anthony es el nuevo creador de ‘Preciosa’ para los jóvenes puertorriqueños. He aprendido que Puerto Rico es una nación separada.”
Sobre si la diáspora debería votar en un futuro plebiscito Carmen Yulín, que tiene como segundo nombre Yulín en honor a su abuela paterna, quien lo tenía como apodo este por la ciudad china Yulin, cerca del Río Amarillo, responde: “Hay diferentes opiniones. Yo creo que deben votar. Hay que plantearse cómo sería el proceso.”
A Yulín le llena de esperanzas tener al representante Luis Gutiérrez, con voz y voto en el Congreso de Estados Unidos y abogando por la justicia en Puerto Rico. “En Puerto Rico, la esperanza que da tener a un compatriota al otro lado del charco hablando por los que no podemos hablar, da una tranquilidad de espíritu que convoca a continuar dando la lucha todos los días.”
“En cada lucha de justicia social que han dado los puertorriqueños, ahí ha estado Luis Gutiérrez. Y estas cosas se aprenden con el ejemplo. Uno aprende que cuando las causas son nobles y justas el dolor personal va por debajo del posible objetivo que todos y todas podemos alcanzar.”
Su visita incluyó explorar vías para crear intercambios entre Chicago y San Juan, en términos culturales, educativos, de desarrollo económico y espontáneos, y da como ejemplo el hecho de que el Maestro Martorell esté compartiendo con la comunidad puertorriqueña como artista residente. “Prioritariamente, porque hay un sentido de urgencia por un cambio para poder sacar a Puerto Rico de un 16% de desempleo, de los años más violentos, de la falta de derechos civiles, de la falta de derechos que han vivido las uniones.”
Otra de sus propuestas incluye micro-empresas para las comunidades sanjuaneras, que serían del gobierno pero administradas por la comunidad. “Las ganancias serían la mitad para reinvertir en la estructura y la otra mitad para que se establezca un fideicomiso para la gente de esa comunidad. Creo firmemente que la dependencia entumece el alma.”
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