La agonía de la colonia

La agonía de la colonia

2 de julio de 2012 – OpiniónPolítica – 

Hace poco tiempo, los datos publicados por el Negociado del Censo de Estados Unidos reflejaron la gran diferencia que existe entre el salario promedio de las personas en Puerto Rico en comparación con los ciudadanos de Estados Unidos.

En el 1973, el exgobernador, Carlos Romero Barceló, publicó su libro La Estadidad es para los Pobres. Archivo

Por: Adolfo Méndez Ríos
Autor y consultor

En el 1973, el exgobernador, Carlos Romero Barceló, publicó su libro La Estadidad es para los Pobres. En la época en que Romero Barceló dio a conocer el contenido de la publicación, estaba en apogeo la campaña propagandística del sector independentista que proclamaba el lema “Arriba los de abajo”. De otra parte, los estadolibristas se vanagloriaban del auge industrial en la Isla y se proyectaban como los grandes defensores del trabajador puertorriqueño. Dentro de esta gran estática formada por el liderato de ambos partidos, surgió casi inadvertida la propuesta ideológica de Romero Barceló respecto a los grandes beneficios de la Estadidad para los pobres.

Hace poco tiempo, los datos publicados por el Negociado del Censo de Estados Unidos reflejaron la gran diferencia que existe entre el salario promedio de las personas en Puerto Rico en comparación con los ciudadanos de Estados Unidos.

De acuerdo a Thomas L. Mesenbourg, subdirector del Censo, en Puerto Rico las personas obtuvieron un salario promedio de $ 18,862, mientras que en Estados Unidos el salario promedio fue de $50,046. Lo peor del caso es que esta gran diferencia se mantuvo inalterada por los últimos 10 años. Estos datos reivindicaron la tesis de Romero Barceló de que la Estadidad es para los pobres, ya que bajo el ELA, nuestro Pueblo se ha empobrecido.

Es innegable que la colonia llamada ELA le está costando dinero y progreso a nuestras familias. Lo que uno no puede llegar a comprender es cómo el liderato del Partido Popular Democrático (PPD) insiste en perpetuar un sistema político que priva a nuestra gente de un mayor bienestar. La posición ideológica de dicho partido no tiene sentido ni explicación lógica. Lo único que uno puede concluir es que el Partido Popular es una maquinaria enfocada en ganar elecciones y administrar la colonia en beneficio de la oligarquía puertorriqueña que se ha beneficiado sustancialmente de un sistema hecho a la medida para los grandes intereses económicos. ¿Recuerdan los $14 billones en contratos y beneficios a los amigos de los dos más recientes gobernadores Populares?

La realidad es que no existe ninguna preocupación dentro del liderato rojo de mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo. La única manera que tiene el Pueblo para lograr su reivindicación es terminando de una vez por todas con un sistema que le oprime y que lo discrimina. Sin embargo, el liderato del PPD no quiere que Puerto Rico se mueva hacia el futuro. Por el contrario, prefiere condenarnos a un sistema colonial que ya colapsó y que no nos sirve para afrontar los retos del presente y del porvenir.

El problema con el PPD es que dentro de su liderato hay un ala soberana que prefiere mantenernos distanciados de Estados Unidos. Este grupo soberanista, unos abiertamente declarados y otros disimuladamente detrás del falso ELA, pero todos con las garras escondidas hasta que pasen las elecciones, nunca ha tenido los pantalones bien ajustados para hablarle claro al Pueblo sobre su agenda separatista. Al mismo tiempo, el discurso del liderato del PPD es ambivalente y confuso para desorientar al pueblo puertorriqueño. El problema que tiene planteado ese liderato es que nuestra gente está despertando, porque a medida que pasan los años, existe un mayor acceso a los medios de prensa y a otros adelantos del mundo de la comunicación virtual. El liderato del Partido Popular no acaba de comprender que estamos viviendo nuevos tiempos y que el Pueblo aspira a mayores oportunidades de progreso, las cuales se ven tronchadas por la vigencia de un sistema que ya no nos sirve y que nos priva de los poderes políticos que necesitamos para asegurar nuestro mayor bienestar.

Los miedos del pasado ya se han ido disipando y el liderato del PPD se ha quedado sin discurso y sin propuestas reales para oponerse a que el Pueblo aspire a un sistema político permanente y no uno colonial como el que padecemos. En principio, nos decían que de advenir la Estadidad, los puertorriqueños tendríamos que pagar los famosos taxes por los bienes y servicios que adquiriésemos. Sin embargo, fueron los propios Populares los que impulsaron el famoso IVU que hoy pagamos en nuestras compras. En otras palabras, ya el miedo de los taxes se vino al piso.

También nos confundieron con el pago de contribuciones federales, y le decían al Pueblo, mediante sus habituales mensajes engañosos, que con la Estadidad tendríamos que pagar contribuciones federales. Sin embargo, los propios datos que refleja el Censo Federal confirman que el salario promedio de las personas en Puerto Rico es sustancialmente menor que en Estados Unidos por lo que la inmensa mayoría de nuestro pueblo (cerca del 80 %) no tendría que pagar contribuciones federales. Por el contrario, las familias puertorriqueñas recibirían un cheque del Gobierno federal como una compensación por sus bajos ingresos, como un incentivo para que se mantengan trabajando. En algunos casos este beneficio pudiera ascender hasta los $4 mil, y en otros casos, una cantidad mayor. Al mismo tiempo, por el concepto del SSDI (Social Security Disability Insurance) se recibirían entre $800 a $1,000 millones para beneficio de los sectores más necesitados en nuestra isla. El liderato del Partido Popular siempre ha ocultado este tipo de información económica con el objeto de preservar la colonia y mantener a nuestra gente desinformada.

Pero los engaños no terminan aquí. También nos dijeron por muchos años que el problema del idioma era otro obstáculo para la Estadidad. Los Populares nunca han querido que los puertorriqueños aprendamos a dominar el inglés como segundo idioma. Esta es la razón por lo que la enseñanza del inglés en las escuelas públicas ha sido tradicionalmente defectuosa. Es lamentable decirlo, pero desde la época de don Luis Muñoz Marín, hubo personas, incluyendo a su propia esposa, que pusieron en acción su agenda para frenar la enseñanza del inglés en nuestras escuelas públicas. Cuando el gobierno americano obtuvo el control de nuestra isla importó una serie de maestros estadounidenses para enseñar el inglés en nuestras escuelas. Mi padre fue uno de los que se benefició de esa enseñanza del idioma inglés que se instituyó en los grados primarios en nuestras escuelas, y hasta su muerte, mantuvo un buen dominio del idioma.

Poco a poco, y en forma soslayada, el liderato del PPD de entonces, que en su mayoría provenía de sectores independentistas y socialistas, comenzó a entorpecer la enseñanza del inglés en los currículos de estudios de nuestros estudiantes. Lo irónico del caso es que muchos de ellos eran gente de dinero que pudieron pagar los estudios a sus hijos en colegios de Estados Unidos. La deficiencia en la enseñanza del idioma causó que muchos puertorriqueños se fueran rezagando en el dominio del inglés. Lo curioso es que el propio liderato del PPD ha utilizado el argumento del idioma como un obstáculo para la Estadidad, cuando ellos mismos fueron los que se opusieron al aprendizaje del idioma inglés por un falso concepto nacionalista.

Lo cierto es que la situación ha cambiado radicalmente con el advenimiento de la nueva tecnología. La gente está recibiendo una programación por cable en la que predomina el idioma inglés. Por otro lado la gran influencia hispana en Estados Unidos ha tirado por el piso el argumento del idioma porque ya en la mayoría de los estados de la Nación se habla el idioma español, y en algunos casos, como ocurre en el estado de Florida, el español es el primer idioma de conversación y de negocios.

Desde que se anunció el plebiscito del 6 de noviembre, el liderato del PPD ha entrado en negación con respecto a dicha consulta. Su candidato a la gobernación, ha tratado de restarle méritos al plebiscito a la vez que rehúsa tocar el tema del status. Esta ha sido la postura tradicional del liderato del PPD, la indefinición, el doble discurso y el deseo de perpetuar mediante el engaño, un sistema político que no puede dar más, y que nos mantiene sumidos en la incertidumbre y en la confusión.

Cuando los pueblos descubren la verdad y perciben que han sido víctimas de un engaño premeditado, están en el deber de rebelarse y de enviar un mensaje contundente a quienes por tanos años han jugado con su prosperidad. La oportunidad se presenta en bandeja de plata este próximo 6 de noviembre. Esa será una fecha importante para el pueblo puertorriqueño ya que nos permitirá votar mayoritariamente en contra del sistema colonial que tanto nos avergüenza ante los ojos de la comunidad internacional. Ese será el día en que los puertorriqueños comenzaremos a labrar un nuevo futuro de mayor dignidad y de grandes expectativas de progreso.

Comentarios a: mendezrios@coqui.net

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