“Son los niños que ya tienen la promesa del Gobierno de fomentar la enseñanza del inglés en nuestras escuelas públicas para que sean personas bilingües.”

Por: Adolfo Méndez Ríos
Autor y consultor

El título de esta columna tiene que ver con la campaña que viene desarrollando el equipo de estrategas publicitarios del Partido Popular Democrático (PPD), cuyo fin es proyectar al gobernador Luis G. Fortuño como una persona inescrupulosa que se divierte otorgando contratos a diestra y siniestra para beneficiar a los amigos de su círculo más íntimo. Lo irónico del caso es que el gobernador Fortuño ha sido quien ha demostrado tener la mayor verticalidad al enfrentar los casos de corrupción o de faltas a la moral pública que han surgido dentro de su propia colectividad política.

La otra ironía es que han sido las dos más recientes administraciones Populares, con anterioridad a Fortuño, las que otorgaron contratos a amigos y parientes por más de $14 billones según lo confirmó un reportaje investigativo de EL VOCERO.

Esta situación pone al relieve las tácticas acostumbradas del liderato del PPD, encaminadas a confundir al Pueblo y sembrar dudas sobre sus adversarios políticos. También hay que reconocer que los casos de corrupción o de situaciones embarazosas en las que se han visto involucradas figuras del Partido Nuevo Progresista (PNP), ocupan los mayores titulares y la Prensa le asigna a cada caso un seguimiento muy especial hasta exprimir su última gota de escándalo.

Cuando se trata de figuras políticas del PPD, la noticia languidece a las pocas horas y nadie más se interesa por conocer la verdad. Estas son las dos varas de la Prensa que les expliqué a nuestros lectores en una columna publicada en este mismo periódico hace más de dos meses.

A diario escuchamos a los portavoces del PPD expresar con sorna la frase “los amigos del Gobernador”. ¿Quiénes son en realidad los verdaderos amigos del Gobernador? Son los niños y jóvenes que ahora tienen la oportunidad de estudiar en planteles escolares decentes. Son los niños que ya tienen la promesa del Gobierno de fomentar la enseñanza del inglés en nuestras escuelas públicas para que sean personas bilingües y puedan asegurarse un mejor futuro mediante el dominio de dicho idioma. Son las personas mayores y los viejitos que ahora pueden disfrutar de un ingreso adicional otorgado por el Gobierno como parte de la reforma contributiva. Son los líderes de los sectores religiosos que han obtenido varios incentivos para sus iglesias para que sigan realizando la obra de evangelización en nuestra isla. Son nuestros atletas que se han beneficiado con la política deportiva del actual gobierno para mejorar las facilidades públicas e incentivar su entrenamiento y su bienestar económico. Es el sector consciente del pueblo de Puerto Rico, que hoy puede sentir mayor tranquilidad gracias a las medidas adoptadas por el Gobernador para salvar al País del desastre económico. En fin, son muchos; la mayoría, los verdaderos amigos del Gobernador que hoy se sienten agradecidos porque reconocen que tienen un gobierno responsable que quiere lo mejor para todos.

Los contratos millonarios que el liderato del PPD pretende proyectar como actos de corrupción para favorecer a los supuestos amigos del Gobernador, no son otra cosa que los contratos normales que se otorgan para realizar las grandes obras cuyas inversiones conllevan millones de dólares. En estos casos, las obras se ven y la gente percibe que se está haciendo algo beneficioso para el Pueblo. En contraste, bajo las administraciones Populares se malversaron cerca de $14 billones que nadie sabe a dónde fueron a parar porque los proyectos de obras permanentes brillaron por su ausencia.

Los antiguos amigos de los exgobernadores Sila Calderón y Aníbal Acevedo Vilá se beneficiaron ampliamente con contratos millonarios y a nadie parece importarle esa cuantiosa malversación de fondos públicos. Esos sí eran verdaderos amigos favorecidos por los gobernadores antes mencionados.

Lo que sucede es que siempre el ladrón juzga por su condición. El liderato del PPD no puede concebir que un gobernador de la colonia se abstenga de repartir el ‘bacalao’ entre sus amigos más íntimos y creen que todos están obligados a hacerlo. Los Populares siempre lo han hecho y un sector mayoritario de la Prensa no se ha dado por aludida. Se me parece a aquella película de James Bond ‘A Licence to Kill’. En este caso, el PPD tiene licencia para otorgar contratos sin que nadie tenga que decir nada porque se trata de la ‘sagrada cofradía Popular’. Cuando son del PNP, los reportajes periodísticos ocupan los principales titulares de los medios de Prensa. Así es como funciona este sistema en el que vivimos. Las incongruencias son la orden del día.

El gran error que cometen los estrategas publicitarios del PPD es creer que estamos viviendo la época de los años 50 o de los 60. Todavía no acaban de convencerse que vivimos en pleno Siglo 21 y que la gente está mucho más alerta para presentir quién miente y quién trabaja. Es lamentable que se ponga en duda la inteligencia y la astucia de nuestra gente para darse cuenta de lo que ocurre en realidad. Los estrategas del PPD hablan de los amigos del Gobernador pero no son capaces de ofrecer un nombre que se pueda asociar con la corrupción. Mencionan nombres de contratistas y personas profesionales que rinden una variedad de servicios al Gobierno porque han demostrado que poseen la capacidad y la experiencia para realizar tales labores. Por la naturaleza del trabajo, algunos de los montos de estos contratos de infraestructura son cuantiosos, pero ello no implica que se esté cometiendo un acto de corrupción para beneficiar a los alegados amigos.

El liderato del PPD, a falta de ideas, y con un historial previo de administraciones de gobierno desastrosas, no parece tener otra opción que lanzarse por el camino del inuendo y del asesinato de reputaciones. Estoy bajo la impresión que la mayoría de nuestra gente percibe a Luis G. Fortuño como una persona seria, incapaz de fomentar los traqueteos que pretenden endosarle los Populares. Este tipo de campaña casi siempre revierte en contra de sus propulsores porque la gente posee un instinto natural para descubrir la verdad y concluir que se trata de un mecanismo de propaganda irresponsable de corte partidista. Y muchos más, cuando los que lanzan este tipo de campaña tendenciosa tienen las manos sucias producto de sus actuaciones del pasado. Por eso es que sostengo que la campaña de los estrategas publicitarios sobre ‘los amigos del Gobernador’ es una pésima pieza de propaganda que solo convence a los incautos y a los desprevenidos.

Un partido que dilapidó $14 billones en contratos y prebendas para beneficiar a su larga lista de amigos, no puede tener la fuerza moral necesaria para lanzar los ataques al gobernador Fortuño. No creo que nadie sea tan ingenuo en nuestra isla para dar crédito a una campaña, a todas luces malintencionada, que solo persigue sembrar dudas en el Pueblo sobre la honorabilidad del Gobernador.

Los verdaderos amigos del Gobernador están de plácemes porque Luis G. Fortuño ha probado ser un líder de estos nuevos tiempos. Y, a pesar de los ataques y las campañas negativas del Partido Popular en su contra, el hombre se mantiene centrado en dar cumplimiento a una agenda de trabajo que nos depara un mejor futuro. Esto es, precisamente, lo que le fastidia al liderato Popular porque con cada nueva iniciativa y con cada nueva obra a favor del Pueblo, Luis G.

Fortuño sigue consolidando su liderato a pesar de las voces disonantes de quienes pretenden empañar su imagen pública y asesinar su reputación.

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