PNP, PPD y PIP buscan redefinir su estrategia en función del impacto que pudiesen tener las nuevas colectividades

En la carrera por ganar las elecciones generales, los partidos tradicionales han reorientado su estrategia de campaña para ganar el favor de sectores que potencialmente pudieran definir la votación.

Las estrategias toman en consideración los votos que les pueden restar los partidos recientemente certificados. Estos comicios se presentan como un evento único en la historia con la participación de seis partidos políticos, hecho que no ocurría desde 1972, hace 40 años.

El Partido Nuevo Progresista (PNP) busca atraer a los protestantes, y los inmigrantes, señaló el historiador Mario Ramos. Esto es notable a través de proyectos de ley y actividades oficiales. El gobernador Luis Fortuño -por ejemplo- anunció su plataforma de gobierno para el área de seguridad en la Placita Barceló en Santurce, donde reside un número significativo de dominicanos.

“Son los sectores que entiendan que debe prevalecer fortalecida la relación con los Estados Unidos”, explicó Ramos.

Asimismo, la obra de infraestructura ha estado dirigida a impactar la zona central de la isla en busca de los electores olvidados. A tono con los tiempos, la Palma modernizó su página cibernética, lo que apunta a un coqueteo con los cibernautas.

Provoca el Odio del PPD

A juicio del independentista Gilberto Concepción Suárez, la estrategia del PNP es de “regadera” que trata de llegar a todos los sectores independientemente de que se sean sectores contradictorios.

El Partido Popular Democrático (PPD) se ha caracterizado por buscar el voto de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transexual y transgénero (LGBTT), los universitarios, católicos y los sindicatos. Cabe destacar que en este último grupo hay gremios que favorecen al presidente senatorial, Thomas Rivera Schatz.

Ramos indicó que la Pava combina la reafirmación cultural con mantener la ciudadanía americana, un grupo amplio. Pero Concepción Suárez difirió.

“El PPD lamentablemente no tiene dirección. El candidato y presidente está en disposición de cambiar de opinión y su derrotero no es orientar al país, sino ganar elecciones”, señaló Concepción Suárez.

El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), por su parte trata de recobrar el voto de los conocidos melones y los ambientalistas. De acuerdo con el ex senador popular Eudaldo Báez Galib, el PIP ha sufrido un desgaste visible al no quedar inscrito en las elecciones pasadas, pese a que “su liderato es de mucha seriedad, de presencia y honesta”.

Ramos indicó que las movidas judiciales como la de impugnar el referéndum son estrategias políticas para proyectarse como el movimiento de independencia, quedar inscritos y llevar al Senado y la Cámara a sus dos candidatos.

“El PIP está haciendo un esfuerzo por consolidar los votos de las personas que se han quedado sin manifestarse o que en el pasado han emigrado a otros partidos políticos. Están haciendo esfuerzos por ganar el voto de la juventud”, explicó el hijo de Gilberto Concepción de Gracia, fundador del PIP.

El Movimiento Unión Soberanista (MUS), el Partido del Pueblo Trabajador (PPT) y Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR) son un desprendimiento del PPD y el PIP, manifestó Báez Galib.

Ramos precisó que sus miembros creen en la independencia y la libre asociación pero no encuentran espacio en el PIP ni en el PPD, el primero porque lo ven rígido y el segundo porque no lo consideran como un partido que adelanta la soberanía. El exgobernador Rafael Hernández Colón ha catalogado a los miembros del MUS como las ‘plumitas liberales’.

El Partido del Pueblo Trabajador (PPT) se enfoca en los sindicatos, universitarios y el ambiente. Mientras el PPR busca la alianza con los grupos comunitarios y los ambientalistas.

Vea La Campaña de la Desesperanza y en el Indice sobre los del ELA Soberano.