Le representaron al pueblo que existía una “unión permanente” con los Estados Unidos

Arturo J. Guzmán, Analista

 Esta semana se conmemoró la instauración de la Constitución local y el inicio del “Estado Libre Asociado de Puerto Rico”, denominación que el Congreso autorizó no para reflejar un cambio en el “status” de Puerto Rico sino para  referirse al ente geopolítico anteriormente nombrado Puerto Rico. La relación se mantuvo inalterada como la de un “territorio no incorporado de los Estados Unidos, sujeto a los poderes plenarios del Congreso bajo la Cláusula Territorial de la Constitución”.

La preservación de esa relación colonial fue refrendada explícitamente por Muñoz durante sus múltiples expresiones ante el Congreso en las que aseveró que la aprobación de la constitución “nada cambiaría”. Peor aún, mediante una vergonzosa expresión demostrativa de nuestra subordinación ciudadana y territorial Muñoz admitió abiertamente que “si nos volvemos locos ustedes siempre pueden legislar”  en claro reconocimiento a los poderes unilaterales del congreso para alterar, enmendar o derogar no solo la constitución que se proponía a autorizar sino a la totalidad de la relación.

Sin embargo no se había secado la tinta cuando ya comenzaban a propagar las mentiras, las falsas representaciones y mitos sobre lo que había transcurrido. El propio Muñoz  inauguró la era en que expresaban una cosa en Washington, se contradecían aquí, y si eran confrontados negaban ambas versiones aprovechándose de lo rudimentarias que eran las comunicaciones, la pobreza de la población que no le permitía acceso a los limitados medios, la distancia y las diferencias idiomáticas en la terminología.

Odio PPD

A pesar de que la educación, los avances en las comunicaciones, los procesos congresionales, y la determinación de varios presidentes han logrado mucho en esclarecer la propaganda vertida por el estado partido del ELA-PPD, vale la pena repasar algunas de las “mentiras fundamentales” que persisten.

Le representaron al pueblo que existía una “unión permanente” con los Estados Unidos. FALSO, ninguna relación entre un territorio y la nación es permanente a menos de que tenga rango y garantía constitucional. La Ley 600, base de la relación actual, se mantiene a discreción del Congreso que tiene total autoridad para enmendarla o derogarla.

Afirmaron que la relación actual no podía alterarse sin consentimiento mutuo. FALSO, ya que el congreso no tiene la potestad de subrogar la soberanía de los Estados Unidos a nadie y mucho menos a uno de sus propios territorios. La realidad es que el Congreso tiene el poder absoluto de decidir lo que quiera imponerle al  territorio, incluyendo el Inglés como idioma oficial, tarifas, aranceles, impuestos, y hasta inclusive derogar o enmendar las leyes vigentes.

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Para tratar de perpetuar el engaño del “consentimiento mutuo” utilizaron términos como “defensa, moneda y ciudadanía común”. FALSO, no hay nada de “común” ya que todas son características y atributos únicos de la nación de la cual somos nacionales y ciudadanos. Los que insisten en eliminar el tribunal federal, el FBI y otras dependencias federales dentro de la relación vigente continúan mintiendo ya que el gobierno federal tiene el deber indelegable de proveerle esas instituciones a todos los ciudadanos americanos.

En resumen el estado-partido al que hemos estado sometidos son tan inseparables que el fracaso de uno suscitó el fracaso del otro ya que es imposible resucitar algo que nunca existió ni podrá existir. ¡Pronto celebraremos en este mismo aniversario el fin de la colonia!