“Los soberanistas son, en realidad, independentistas que le tienen terror a la independencia. O, si no, que le mienten descaradamente al electorado sobre sus verdaderas intenciones y deseos”

En mis dos columnas previas vimos cómo la llamada opción soberanista para Puerto Rico es una proposición absurda y contradictoria: absurda porque la opción de la Libre Asociación bajo la legislación federal está diseñada para acomodar micro sociedades como las Islas Marshall, las Palau y las de la Micronesia que no son capaces de llegar a ser estados de la Unión o verdaderas naciones independientes, lo cual no es el caso con Puerto Rico; contradictoria porque los mal llamados soberanistas lo que pretenden no es que Puerto Rico tenga su soberanía sino filetearla para darle el control sobre las partes sustanciosas (defensa, relaciones diplomáticas, moneda, acceso al mercado interestatal, ciudadanía americana) al Congreso y dejarle la piltrafa al gobierno de la República Asociada de Puerto Rico. Los soberanistas son, en realidad, independentistas que le tienen terror a la independencia. O, si no, que le mienten descaradamente al electorado sobre sus verdaderas intenciones y deseos.

Ante esa realidad política es lógico preguntarse por qué la mayoría legislativa PNP incluyó esta opción en la papeleta, y, como si fuera poco, le pusieron el nombre de Estado Libre Asociado Soberano, que pudiera atraer a los populares desinformados acostumbrados a votar por el ELA. La pregunta es válida y requiere contestación.

Primero, la opción tenía que estar ahí para cumplir las directrices del Task Force del Presidente que, a instancias de los mal llamados soberanistas, reconoció que como cuestión de derecho, esa alternativa es judicialmente posible. Segundo, el Task Force también instruyó que la papeleta del plebiscito debía proveer a todos los electores de Puerto Rico la posibilidad de votar por su alternativa preferida. Esto lo hicieron a instancias de los populares que reclamaron que su alternativa preferida no había sido incluida entre las opciones presentadas al electorado en el plebiscito de 1998 y que por eso fue necesario incluir “ninguna de las anteriores”.

Para evitar reclamos de exclusión, el legislador buscó en el propio Programa de Gobierno del PPD del 2008 titulado “Un Proyecto de País” la explicación de su alternativa libre-asociacionista. Cito el Programa del PPD:

“Estado Libre Asociado Soberano: Soberanía significa que el poder último de una nación sobre sus asuntos reside en su gente, en el pueblo. Para atender el asunto del status de Puerto Rico, debe comenzarse con el reconocimiento de que la soberanía recae sobre el pueblo de Puerto Rico. El concepto de Estado Libre Asociado Soberano busca que Puerto Rico y el gobierno de los Estados Unidos acuerden términos específicos definiendo la relación entre ellos, con la ciudadanía americana como elemento vinculante de la asociación política. En ese esfuerzo, se dispone el alcance de los poderes jurisdiccionales que el pueblo de Puerto Rico autoriza dejar en manos de los Estados Unidos y retiene los restantes poderes o autoridades jurisdiccionales”.

Los elementos de esa explicación son: 1) que a Puerto Rico se le debe reconocer la soberanía para poder negociar, de nación a nación, su destino con Estados Unidos; 2) que en el ejercicio de esa soberanía Puerto Rico le cedería al gobierno federal, mediante negociación, una serie de poderes jurisdiccionales, es decir, aspectos de la soberanía para que el Congreso los ejerza por delegación, no como soberano sobre la Isla; 3) los poderes no contenidos en el acuerdo los ejercería el Gobierno de Puerto Rico de manera soberana, como las naciones independientes, sin la posibilidad de intromisión del gobierno federal.

Para acomodar esa explicación al formato de una consulta plebiscitaria dentro de las normas sentadas por el Task Force del Presidente, la ley 283 del 2011, Ley de la “consulta sobre el Estatus Político”, extrae del lenguaje del PPD la siguiente definición:

“Estado Libre Asociado Soberano: Prefiero que Puerto Rico adopte un estatus fuera de la Cláusula Territorial de la Constitución de Estados Unidos, que reconozca la soberanía del Pueblo de Puerto Rico. El Estado Libre Asociado Soberano se basaría en una asociación política libre y voluntaria, cuyos términos específicos se acordarían entre Estados Unidos y Puerto Rico como naciones soberanas. Dicho acuerdo dispondría el alcance de los poderes jurisdiccionales que el Pueblo de Puerto Rico autorice dejar en manos de Estados Unidos y retendría los restantes poderes o autoridades jurisdiccionales.”

Como pueden ver, la definición de la papeleta del plebiscito recoge los planteamientos del PPD en sus propios términos y, para que no quede duda, le pone el nombre que ellos le dieron. El que quiera votar por esa forma de independencia neocolonial, que lo haga. Sabemos que será una minoría. Por eso es que en la papeleta del plebiscito aparece el ELA Soberano.

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