“Examinemos esta controversia en las campañas de los candidatos presidenciales”

A medida que se acercan las elecciones, más énfasis vemos y continuaremos viendo en las cifras del desempleo. Las campañas de los candidatos están ya predeterminadas a reaccionar a las cifras que salgan entre ahora y noviembre. Por una parte, los incumbentes reclamarán todo el crédito si la tasa de desempleo baja, y los retadores le achacarán toda la culpa a los incumbentes si la tasa de desempleo sube. Como lo igual no es ventaja (ya lo he dicho anteriormente, “si tuyas son las glorias, también lo son las derrotas”), esa dicotomía en las campañas es justa y entendible. Lo que no significa es que sea cierto o certero.

Examinemos esta controversia en las campañas de los candidatos presidenciales. Ambos candidatos se atacan y se glorifican por lo mismo. Por un lado, tenemos a Obama reclamando que si bien es cierto que bajo su administración ha aumentado la tasa de desempleo de 7.8% a 8.3%, no es menos cierto que se han creado más empleos que cuando comenzó en la Presidencia. Esa alegación es en parte cierta y parte falsa, dependiendo de como midamos la creación de empleo. Sin entrar en asuntos metodológicos complejos, para que cifras como estas tengan valor inductivo, las mismas tienen que ser ajustadas por temporada (primavera, verano, otoño e invierno). Cuando se hace ese ajuste, vemos que el balance total en la creación de empleos es negativo por 316,000 durante la Presidencia de Obama. Resulta curioso, sin embargo, que en la categoría de creación de empleos en el sector privado el balance es positivo por 332,000. Eso implica que la baja en los empleos proviene eminentemente del sector público. ¡Y esto bajo un presidente demócrata!

No obstante lo anterior, no hay duda que esas cifras de creación de empleos no son electoralmente positivas para Obama, pues es como decirle a un paciente que tú has hecho un buen trabajo como médico porque le has dado más medicina, pero por alguna razón estás más enfermo.

Por otro lado, tenemos a Romney diciendo que dada su experiencia como hombre de negocios exitoso, él sí sabe como crear empleos. Alega que bajo su dirección su antigua compañía Bain Capital creó 100,000. No hay manera confiable de verificar esa cifra porque no surge de ningún organismo oficial. Pero aún si la damos por buena, hay que restarle a dicha cifra los empleos que se perdieron por el cierre de compañías en las que invirtió Bain Capital. Es decir, hay que sacar el neto de la alegada creación de empleos de Romney. No creo su campaña divulgue esa cifra neta.

No conforme con su alegación creativa de empleo, Romney ha prometido que bajo su presidencia se creará la friolera de 12 millones de empleos. ¡Eso es nada más y nada menos que 250,000 empleos mensuales por 48 meses! Eso es una broma de mal gusto. Como vemos en la gráfica, nunca en la historia de los EE.UU. se ha creado semejante cantidad de empleados mensuales, ni en los mejores tiempos económicos.

Igualmente desacertados son los ataques contra cada uno de los candidatos en el renglón de la creación de empleos. Ni Obama es el responsable de los 23 millones de desempleados en la nación, ni Romney es el responsable de la falta de creación de empleos o de pérdida de los mismos. Y esto es así porque ni la función de Obama como presidente, ni la función de Romney como empresario es CREAR empleos. Sí, así mismo como lo está leyendo. La función de un gobernante es velar por el cumplimiento de la ley y orden, así como garantizar la vida, la propiedad y las condiciones necesarias que permitan al individuo alcanzar su máximo potencial. La función de un empresario es crear riqueza para sus accionistas, quienes depositan el capital ahorrado por todos nosotros (sí, todos los que ahorran a mayor o en menor grado) en la confianza de que se obtendrá un rendimiento requerido. Ni Obama ni Romney, en sus respectivos trabajos, se levantan por la mañana diciendo “hoy voy a crear X cantidad de empleos”, o “que atractivo es invertir en compañía Y porque me va a permitir crear más empleos”. Si así fuera el caso, ambos estarían desenfocados, y ninguno hubiera llegado a donde han llegado.

Quien no entienda esa realidad desconoce que operamos en una economía capitalista donde la creación de la riqueza ES la que verdaderamente crea empleo. En ese proceso de creación de riqueza, hay ganadores y perdedores, pero en balance todos ganamos. Por eso es que el capitalismo ha sido, es y probablemente será el sistema económico más eficiente y que mejor calidad de vida le ha traído a la humanidad. Afortunadamente, ni Obama ni Romney cambiarán esa realidad.