“Isaac dejó en Tampa un tornado generado por alas de mariposas cuyo efecto se verá en las elecciones”

Carlos E. Chardón
Exsecretario de Educación

‘Shadenfreude’ es la alegría del acomplejado y del vicioso; es el júbilo que siente quien mal te quiere cuando algo malo te pasa. El 28 de agosto el ‘Shadenfreude’ embargó a Puerto Rico desde estadistas hasta populares e independentistas. Nos arropó con el incidente en la Convención Republicana al rendir el informe que diera la presidenta del ‘Site Committee’, la licenciada Zoraida F. Fonalledas. Los que no son estadistas gritaron “se los dije, no nos quieren”. Los acomplejados estadistas gritaron “me alegro por blanquita”. Hubo un independentista que dijo que era una lástima que no hubiera hombres para protegerla. ¡Protegerla de qué, si el abucheo no fue para ella! Y si lo fuera, de casta le viene el lidiar con ello.

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Isaac dejó en Tampa un tornado generado por alas de mariposas cuyo efecto se verá en las elecciones. Dicho tornado se llama Ron Paul. En la Convención Demócrata del 68, el tornado fue Eugene McCarthy, y la ventolera se llevó a Humphrey y nos dejó a Nixon. Lo republicano fue una tempestad en un vaso de agua, aunque “tempest in a tea pot” es más apropiado por estar entre los que protestaran, muchos del Tea Party.

El barullo de la noche del martes lo generó un informe de Mike Duncan sobre los delegados republicanos; se adoptó a puro mollero, aunque en comité el apoyo fue abrumador. De haberse llevado a votación en el pleno habría sido igual, pero hay políticos que no saben cuando han ganado la guerra. El informe le da un poder de veto sobre los delegados a un candidato como Romney con delantera absoluta. Desde antes de la llegada de Isaac, los delegados de varios estados, generalmente adeptos a Paul, protestaron el cambio que se avecinaba. ¿Qué llevó al cambio? En Maine, Paul tenía 20 delegados y Romney 4, pero el voto popular había sido casi igual. El GOP le quitó votos a Paul por irregularidades y se los dio a Romney, autorizó al Comité Ejecutivo Nacional a cambiar los reglamentos sin esperar a una convención. Como si no fuera suficiente, jurungaron la llaga al no dejar que Ron Paul hablara en la Convención. Como me escribió un amigo “added insult to injury”.

El ‘chairman’ del GOP, Rience Priebus tiró a Zoraida Fonalledas a los leones cuando se generalizaba la protesta de los delegados de Paul. Quisiera pensar que fue por aquello de que los republicanos se comportarían como caballeros ante una dama. Pero no me engaño. Usó a Zoraida para salir de una situación difícil. Pudo haberle dicho, quédate detrás hasta que yo calme la protesta en contra de lo que acabo de hacer. Pero tiró al “lady from Puerto Rico” a los leones de Paul. Pero Zoraida Fonalledas se comió a los leones.

Los delegados mayoritarios usaron la estrategia de callar a los que protestaban con el grito de “¡U.S.A.-U.S.A.-U.S.A!” Por unos instantes, se le fue de las manos la convención a Priebus, el ‘chairman’, pero recobró el control pidiendo que dejaran hablar a Fonalledas: “Let the lady speak, let the lady give her report”. No bastó con la mirada de la representante de Puerto Rico para que Priebus se diera cuenta que había fallado en su labor de mantener el orden y proteger a los que hablaban de los gritos dirigidos a él; Zoraida tuvo que acercar la mano al mallete, como diciendo, si no haces el trabajo por el cual te pagan, lo haré yo. Priebus finalmente reaccionó, llamó al orden y ella dio su informe. Pero, primero, callada, sin estridencias, se unió al “¡U.S.A.-U.S.A.-U.S.A!”