“Lo que jamás era creíble era que Fortuño pudiera tener el 25%, el 33%, el 31% y el 36% que le registraban todas las encuestas de la prensa imperial”

No entiendo el revuelo causado por la divulgación de una encuesta privada de ASISA, en que la brecha entre los candidatos se ha cerrado a un diferendo de 5 puntos a favor del gobernador dentro del margen de error. Francamente no lo entiendo. Primero, porque históricamente a 40 días de las elecciones los números tienden a cerrarse, los tapaítos a destaparse, los tibios a calentarse y los indecisos a decidirse. Esta es la época de huracanes que separa a los niños de los hombres.

Que Fortuño tenga 44% no debe sorprender a nadie. Sacó 53% en el 2008. Y por más que esté debilitado, no puede tener menos del 46% con que el PNP perdió las elecciones del 2000 y 2004. Así que ese 44% está dentro de los parámetros de la realidad. Lo que jamás era creíble y que los ‘analistos’ le dieron confiabilidad, era que Fortuño pudiera tener el 25%, el 33%, el 31% y el 36% que le registraban todas las encuestas de la prensa imperial publicadas desde marzo hasta agosto de este año.

Que AGP tenga 39% tampoco debe sorprender a nadie, cuando esos han sido más o menos los números que él ha obtenido en las encuestas del último año publicadas por la prensa imperial. Para los tomases de la vida, aquí van los números de AGP: 39-38-38-41. Voy más, en las elecciones generales del 2008, el candidato del PPD obtuvo precisamente el 41% de los votos. De manera que los números de AGP son cónsonos, tanto con las encuestas, como con su homólogo. Tampoco nadie ha cuestionado dos puntos principales de esta encuesta: Primero, el margen de error es de 5%, lo que supone que la brecha de 5 puntos señala una elección cerrada. Máxime cuando la menudencia de los partidos de minoría saca la norma usual de 6%, y el 9% de indecisos, es normal para esta época.

El segundo punto que nadie quiere discutir es, que esta encuesta cerró el día del debate. Por lo tanto, no recoge el impacto en la opinión pública de la gran ‘agapitada’ y la falta de respeto con la figura del gobernador. Esa metida de pata fue tal, que en menos de 7 días la Pava se vio obligada a retirar todos los anuncios del minusválido que pretendió explotar. Lo que quiere decir, que las propias encuestas de ‘traqueo’ del PPD indicaron que la reacción de la ‘agapitada’ le fue detrimental. Ese barrunto no aparece en esta encuesta del Grupo ASISA.

Lo que no dicen los ‘analistos’, es que Alejandro García Padilla acaba de pasar por un terrible mes de septiembre para su campaña: el encubrimiento de Martín Vargas; el no pedirle renuncias a tres narcoalcaldes; su defensa de Pablito Casellas y su renuencia a destituirlo como oficial del PPD en Guaynabo; su ridícula participación en la Convención Demócrata; sus contradicciones inherentes en abogar por el voto del presidente; el anuncio fatulo del batata política; el fraude cuponero del presidente de la asamblea PPD de Hatillo; la desaparición de Cox Alomar; el agresivo conato de motín en la Comisión Estatal de Elecciones; el tener que recurrir a la Corte federal para solicitar que le reactiven los electores que no pudo reinscribir; el haberse ‘juyido’ de un debate uno contra uno; la alocada propuesta de Ángel Rosa de nuevo mantengo corporativo para las multinacionales; las revelaciones del texto de uno de sus principales asesores pidiendo un voto Popular para vengarse de Fiscalía federal y tumbar el Tribunal Supremo; los traspiés de Yulín con otro pillo de luz y sus intentos de politiquear en iglesias católicas; las revelaciones de que AGP aprobó un reglamento inservible y fatulo sobre la temperatura de gasolina; y el inicio de una campaña explicativa y anticolonialista por el PNP y los grupos estadistas, son las razones por las cuales se ha pasmado la candidatura de Alejandro García Padilla. Ello sin contar, el enraizamiento y la penetración de la brutal campaña radial del PNP, proyectándolo –en sus mismas palabras– como el candidato más torpe, más cantinflesco y menos preparado en la historia política de este país.

La pregunta que tienen que hacerse los que se sorprenden que Fortuño esté recobrando los estadistas tibios y los penepés disgustados es, el por qué miran solamente la viga en el ojo ajeno y no en el ojo propio.

Cabe preguntar, ¿es AGP el candidato más flojo y menos preparado en la historia del PPD? ¿Es AGP mejor candidato que lo que fueron en sus épocas RHC, Sila, Héctor Luis y el propio Aníbal Acevedo Vilá? ¿Ha demostrado su pobre campaña, mejores tácticas y estrategias que en otros años? ¿Lo que no puede suplir Alejandro, lo pueden satisfacer o complementar sus compañeros de papeleta como Cox Alomar, Yulín, Bhatia, o el combo agrandado de petardos quemados como ‘El Cuco’ Pereira, Aníbal José Torres, Fas Alzamora, Luis Vega Ramos, Perelló, Charlie Hernández, et al? ¿Tiene el electorado nuevas alternativas de protesta, más allá del PPD? ¿Le quita votos a la Pava la menudencia nacionalista y soberanista del PPT, el MUS,
el PPR y el PIP?

A 40 días de las elecciones, las contestaciones me parecen obvias y explican el porqué de los porqués…