LDC: Enfacciolados

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Enfacciolados

17 de octubre de 2012 – Opinión, Política, Puerto Rico – Luis Dávila Colón, Analista de noticias y abogado
“Una campaña política puede sobrevivir errores de táctica, pero que nunca puede sobrevivir una estrategia desacertada y mensajes diversos”
EL VOCERO / Archivo / Luis Alberto López

Circa Junio 24, 2012 – Un arrogante Alejandro García Padilla anuncia con la certeza de aires triunfalistas que es imposible que pierda las elecciones y que ya estaba preparando sus primeras órdenes ejecutivas y proyectos de ley para un primer y segundo término. Reiteró su promesa de crear 50 mil empleos en 18 meses, eliminar inmediatamente la cuota de $800 de la UPR, bajar en 50% las facturas de luz y un plan de salud universal para todo el mundo. ¡Puf!

Si Irving Faccio pierde esta elección, “en el saco”, ganada y atornillada desde el mismo 2009, pasará a la historia como el director de campaña que hizo sal y agua una ventaja de 22 puntos en poco menos de 18 meses.

La politología 101 establece que una campaña política puede sobrevivir errores de táctica, pero que nunca puede sobrevivir una estrategia desacertada y mensajes diversos. Los números de las encuestas reflejan la picada de la candidatura de su pupilo y el inesperado reavivamiento y resucitación de la campaña de Luis Fortuño. Si bien es cierto que Agapito es el candidato más inepto que jamás ha presentado el PPD, no es menos cierto también que la estrategia y los mensajes de Faccio parecen haber contribuido a la aparatosa caída.

¿Cómo es que un ‘genio’ de la estrategia política puede haber cometido errores tan garrafales en el diseño de los mensajes y de la estrategia? Tomemos por ejemplo los temas. La campaña del PPD ha tenido más mensajes que una pantalla de ‘sexteo’ móvil. Empezaron el año con la jeringa de que Luis Fortuño es el político más corrupto en la historia del País. En marzo, dejaron a un lado el mensaje de los despidos de la Ley 7 cuando AGP tuvo que admitir –después de haber prometido lo contrario– que no podía restituir a sus puestos los alegados 30 mil empleados públicos que despidió Fortuño. Su contestación entonces fue, que el ELA no tiene el capital para hacerlo. El ‘flip flop’ de los cesanteados no solamente reveló las inconsistencias del candidato, sino que también terminó por justificar la razón de los despidos al Gobernador. El gobierno no tiene capital para mantenerlos en nómina. Aparte de que los números de despedidos estaban inflados, la estrategia de los cesanteados partía de una premisa absurda: Que todos los despedidos en el 2009 y sus familiares iban a votarle en contra al gobierno PNP en el 2012. ‘Not necessarily true’. Aparte de que la matemática del beneficio electoral no pare más de un punto porcentual. Por esa razón fue descartada.

El mensaje de la corrupción de Luis Fortuño y de que les sirve a sus amigotes, pretende diabolizar al candidato PNP, de la misma forma y con las mismas tácticas que demonizaron a Pedro Rosselló en el 2000 y 2004. Pero hay una diferencia. Fortuño ha despedido o botado a todos los corruptos y no hay un solo caso federal de envergadura que haya tocado a la administración central del gobernador. En ese sentido, Forutño goza de un factor teflón.

Ya acercándose el evento electoral, el PPD vuelve a cambiar de mensaje. Ahora Faccio pretende atribuirle a Fortuño los recortes que se aproximan en programas federales en el 2013 a causa de la crisis fiscal y la deuda federal. Todo el mundo sabe, que en esos recortes la Isla no tiene ni voz ni voto, precisamente por ser colonia y que es el Congreso el que determinará los mismos, ya sea en la seguridad social, el Medicare y la reforma de salud de Obama. Nuestros gobernadores y comisionados no tienen vela en ese picadero.

Por otro lado, mientras el PNP y el PIP han estado martilleando continua e incesantemente sobre el tema del status, el gran Faccio jugó la baraja de pasar. Claro está, no hay Cristo que defienda el ELA colonial y meterse a endosar el ELA soberano en el que siempre han creído; le costaría a Agapito un huevo electoral y la mitad del otro plebiscitario. Pasar con ficha sin embargo, pudiera ser un error garrafal en términos estratégicos, particularmente si el asunto plebiscitario tiene tracción y lleva gente a votar.

Irving Faccio tiene el problema de que sigue su libreto a la perfección. No tiene mucho juego de pie y tiende a repetir la misma fórmula elección tras elección. Campaña negativa sobre campaña negativa y destrucción de carácter. Eso le puede haber funcionado con el “Mira que linda” de Sila, la vibroacústica en 90 días de Vieques y los casos de corrupción del gobierno Rosselló. Eran tiempos de vacas gordas. Rosselló tenía ocho años de desgaste y la Fiscalía federal tenía las narices metidas en el resultado electoral. Este año es distinto. Y el librito está leído.

Lo último en la avenida es invocar el “voto inútil” en un llamado desesperado a que el separatismo venga a sacarle a la Pava las castañas del fuego. Ahora vemos a Agapito hablar de un gobierno “puertorriqueñísimo”, hacer pactos con los ambientalistas, prometer carteras de gabinete, y hacer malabares por vaciar los partidos pequeños. Esa es la última página del último sainete, del último libro de campañas electorales enfaccioladas. Veremos a ver si Irving logra hacer el milagro de los panes y de los peces. Y quién sabe, a lo mejor también logra que Agapito hable solito sin necesidad del apuntatonter…