Cuando mañana inicie el proceso de transición y, con ello, la búsqueda de talento para las agencias, el gobernador electo Alejandro García Padilla debe saber que el pueblo espera que cumpla su promesa de crear 50,000 empleos en 18 meses y que debe integrar personas de otras ideologías en su gabinete.

Esas son dos de las principales expectativas que tienen de su administración afiliados al Partido Popular Democrático (PPD), al Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y a los partidos emergentes que votaron por él, así como electores del Partido Nuevo Progresista (PNP) que favorecieron a candidatos de esa colectividad, según entrevistas realizadas el jueves y el viernes. La empresa The Research Office realizó las entrevistas en San Juan y en Ponce. Participaron un total de 47 personas de entre 18 y 49 años, que se dividieron en grupos focales de acuerdo con su afiliación política.

El pedido de que genere esos empleos se repitió en todos los grupos, no solo como una exigencia de que cumpla sus promesas, sino como una medida que los electores creen que ayudaría a aliviar la criminalidad, otro gran problema social con el que también esperan que trabaje. Algunos reconocieron que, quizás, el nuevo gobernador no pueda generar 50,000 empleos en el primer año y medio de su gestión y destacaron que, en ese caso, lo que importaría es que demuestre que trabaja para lograrlo y, que si no lo consigue, lo reconozca públicamente.

Shopper Neo-Comunista

Los entrevistados anticiparon que García Padilla encontraría una situación difícil al llegar a La Fortaleza e indicaron que, aunque puede divulgar las dificultades, no soportarán que esté cuatro años culpando a la administración pasada.

“Que no llore. Quizás no llega en 18 meses pero, como hombre, que se pare delante del pueblo y le diga: ‘No lo hice en 18 meses pero lo estoy trabajando. Si lo hace (culpar al gobierno anterior) no me coge de nuevo”, sostuvo Edwin Rivera, de Juana Díaz, afiliado al PIP.

Los entrevistados esperan que cumpla lo que prometió, que tenga un gobierno de consenso y atienda los problemas de criminalidad, salud, educación, los sistemas de retiro y la economía. En términos de proyectos específicos de este gobierno que García Padilla debería continuar y fortalecer, muchos de los entrevistados destacaron las Escuelas del siglo 21 y los proyectos de energía renovable, como los de turbinas de viento.

Asimismo, para hacer un buen trabajo, esperan que reclute buenos asesores y jefes de agencia y que escoja profesionales de otras ideologías, incluyendo los líderes de los partidos emergentes, Arturo Hernández y Rafael Bernabe, del Movimiento Unión Soberanista y el Partido del Pueblo Trabajador, respectivamente.

“Los populares estamos abiertos a eso”, aseguró Cyd Marie Rivera, estudiante de Derecho de Ponce.

El grupo de los electores PNP, que votó por Luis Fortuño, también vio con buenos ojos que García Padilla nombre a personas de otras colectividades.

“Si tuviéramos un líder que se mueva a la gente, no por su partido y sí por sus capacidades, sería beneficioso para el país”, dijo Omar Rosario, de Guaynabo.

A los líderes del PPT y del MUS “debe utilizarlos como asesores. Tienen ideas diferentes y eso es saludable”, afirmó, por su parte, Marisol Martínez, identificada con Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR).

En términos del tipo de relación que se espera que el gobernador electo tenga con el comisionado residente y estadista, Pedro Pierluisi, todos los entrevistados dijeron tener esperanzas de que sea muy buena y que trabajen juntos. Mientras, destacaron como un beneficio para García Padilla y para la Isla que este y Pierluisi sean demócratas igual que el reelecto presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Castigo por la Ley 7

De hecho, la percepción de que García Padilla sabe escuchar al pueblo y se identifica con sus problemas fue destacada como una de las razones para que populares, independentistas y afiliados a partidos emergentes lo favorecieran.

Pero la razón principal que le ganó votos de populares y de gente de otras ideologías fueron los desaciertos de la actual administración, especialmente los despidos de la Ley 7. Los participantes dijeron que querían un cambio y que hubo un rechazo a un estilo arrogante de gobernar y de favoritismo hacia unos pocos.

“No quería que ganara Fortuño. Me convenció la situación del país, sobre todo la Ley 7”, dijo Ivelisse Curet, afiliada al PIP.

“No podía votar por una persona que dijo que no iba a botar a nadie y botó a 30,000”, sostuvo Raquel Oliver.

La imagen de un hombre de familia también lo favoreció, según electores populares.

“Un político para gobernar debe ser honesto y que refleje algo familiar y él es bien de familia y religioso, y si tú eres así vas a tener buenos valores”, manifestó el agente de seguros y residente en San Juan, Carlos García.

La inmensa mayoría de los entrevistados aseguró que el llamado de García Padilla a la unidad tuvo buena receptividad y todos recordaron el anuncio en que le pidió al público que bajara las banderas y que solo subieran la de Puerto Rico.

Muchos de los entrevistados hicieron un contraste entre la forma de manejarse y de proyectarse de García vs. Fortuño y destacaron que el líder popular no tenía la actitud elitista del mandatario.

Votantes estadistas, principalmente, señalaron que el resultado de las elecciones lo que significan realmente es que Fortuño perdió, no que García Padilla ganara. Para ilustrar ese argumento, destacaron que, mientras Fortuño perdió, Pierluisi sacó más votos que García Padilla.

De otra parte, los entrevistados aseguraron que estilos como los del exsecretario de la Gobernación, Marcos Rodríguez Emma; el presidente senatorial, Thomas Rivera Schatz, y el comisionado electoral, Edwin Mundo, le hicieron mucho daño a Fortuño.

De hecho, mencionaron los argumentos que se discutió durante el cuatrienio de que el verdadero poder del gobierno residía en la presidencia del Senado.

Los grandes errores

Asimismo, asuntos como el aumento de $800 en la cuota de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico y el trato violento hacia los estudiantes que organizaron la huelga en esa institución le hicieron un daño irreparable a la actual administración.

A esos asuntos, añadieron los ataques a la prensa, limitar el acceso público al Capitolio, la insistencia de construir el gasoducto a pesar de la fuerte oposición de múltiples sectores de la sociedad y los contratos que beneficiaron a unos pocos empresarios y allegados al primer ejecutivo.