“Las promesas de la campaña del 2008 hechas por el presidente Obama aún están sobre la mesa”  AP

En estas elecciones pasadas los electores latinos de los estados se pusieron los pantalones políticos largos.  Su participación fue factor determinante en el triunfo de Barack Obama. De esta elección en adelante los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos tendrán como uno de sus objetivos estratégicos principales el voto hispano.

La incapacidad de la campaña de Mitt Romney para atraer estos votos al nivel que lo hizo G. W. Bush fue el principal factor para su derrota, según la gran mayoría de los análisis post electorales. Tan malo fue el manejo del Partido Republicano de sus relaciones electorales con las comunidades latinas, que Obama consiguió un apoyo porcentual récord de estas a pesar de haber incumplido las dos promesas principales que le hizo a los latinos durante las elecciones del 2008: completar una extensa reforma migratoria; y, resolver en el cuatrienio el dilema del status de Puerto Rico. En cuanto a la primera, el Presidente sustituyó la reforma profunda por el llamado Dream Act para defender la unidad de las familias inmigrantes ilegales que tuvieran un hijo o hija nacida en suelo americano.  Esta popular medida, aunque no satisficiera todo lo que los latinos inmigrantes deseaban, comparaba muy favorablemente con el proyecto de auto-deportación de Romney.

En cuanto a Puerto Rico, el Presidente permutó su promesa de resolver definitivamente el problema del status por la emisión de un informe de su Task Force sobre el Status en marzo de 2011.  En este se definieron las alternativas válidas que podría considerar Puerto Rico y así dio base tanto para que el gobierno PNP legislara un plebiscito local para escoger entre esas opciones como para que el PPD impugnara esa legislación.  Hubo plebiscito, ganó el NO a la condición territorial y la ESTADIDAD, pero García Padilla ha impugnado el proceso y quiere desconocer esos resultados. ¿Estamos de nuevo en la inopia?

No creo. Las promesas de la campaña del 2008 hechas por el presidente Obama aún están sobre la mesa.  Estoy seguro que la comunidad latina en los estados arreciará ahora su presión sobre el Presidente para que atienda el problema de los inmigrantes.  Aunque los puertorriqueños, siendo ciudadanos americanos, no nos vemos afectados por las leyes de inmigración, es imprescindible que demos nuestro apoyo para que esa reforma migratoria se viabilice rápida y eficientemente. Es nuestro deber de solidaridad latina.

Por otro lado, la manera en que el Presidente y el Congreso deben atender el caso de Puerto Rico en este cuatrienio se tiene que enmarcar en esa unidad latina y los resultados del plebiscito del 6 de noviembre pasado.  Nadie que sea una persona seria puede negar que una mayoría clara del electorado se pronunció en contra de continuar su condición política territorial actual. Ese resultado, aun si el gobernador electo lo obviara, creo que el presidente reelecto no lo hará, por una sencilla razón: el candidato demócrata del 2016 volverá a necesitar el voto de los electores de la Florida Central. Por eso, el Presidente y su Task Force y el Congreso tendrán que atender ese reclamo de los puertorriqueños y las organizaciones latinas de derechos civiles.

Entre estas organizaciones latinas se destaca LULAC, que siempre ha defendido el derecho de los puertorriqueños a la autodeterminación como un asunto de derechos civiles. En visita de los directivos de esta organización a Puerto Rico la semana pasada, tuve la oportunidad de reunirme con el Sr. Brendt Wilkes y varios otros líderes para discutir estos asuntos.  Su posición fue clara. LULAC afirma que la expresión de los puertorriqueños en el pasado plebiscito no puede ser barrida bajo la mesa. El Presidente y el Congreso deben responder afirmativamente al mensaje de cambio y autodeterminación que emitió el electorado de Puerto Rico el 6 noviembre pasado. El proceso tiene que continuar: el Task Force tiene que recomendar al Congreso la aprobación de legislación para atender los resultados del plebiscito; el Congreso tiene que aprobar legislación que comience un proceso que viabilice el cambio que se solicitó y proveer para nuevas consultas a los ciudadanos americanos residentes en la Isla sobre cuál entienden que debe ser nuestro destino político permanente. Para lograr esas metas y asegurar la plenitud de los derechos civiles de esos ciudadanos americanos, LULAC tiene la intención de impactar La Casa Blanca y el Congreso solicitando la continuidad del proceso de consulta sobre este tema con la misma intensidad que promueve la reforma migratoria.

LULAC, otra vez, en defensa de los derechos civiles nos da un excelente ejemplo de unidad Latina.

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Casa Blanca: estadidad obtuvo mayoría en la segunda pregunta

Corrige las expresiones sobre el plebiscito del secretario de Prensa, Jay Carney

WASHINGTON  –  En momentos en que el presidente Barack Obama ha tratado de no herir las sensibilidades de sus aliados, la Casa Blanca afirmó anoche que reconoce que una mayoría de los electores prefirió la estadidad en la segunda pregunta del plebiscito de status.

“Los resultados fueron claros. El pueblo de Puerto Rico quiere que el asunto del status se resuelva y una mayoría favoreció la estadidad en la segunda pregunta. Ahora le toca al Congreso actuar y la administración trabajará con ellos en ese esfuerzo, para que el pueblo de Puerto Rico pueda determinar su futuro”, dijo  Luis Miranda, portavoz de Asuntos Hispanos de la Casa Blanca.

Con las expresiones de Miranda, la Casa Blanca quiso clarificar otras del secretario de Prensa y principal portavoz de Obama, Jay Carney, quien al ser preguntado si el inquilino de la Casa Blanca ayudaría a promover la estadidad para Puerto Rico, puso en duda que se pueda decir si esa alternativa de status obtuvo el 61% de los votos. “Creo que el resultado fue menos claro que eso, a causa del mismo proceso (de consulta)”, respondió Carney.

En la carpeta en que mantiene las respuestas a posibles preguntas, Carney tenía preparada la declaración que la Casa Blanca adelantó el viernes a El Nuevo Día.

“El pueblo de Puerto Rico ha hecho claro que quiere resolver el asunto del status político”, sostuvo Carney.

Habla el líder republicano
El portavoz de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor (Virginia), por su parte,  “va a discutir el camino hacia delante con sus colegas y funcionarios de Puerto Rico”, indicó el subjefe de oficina de Cantor, Douglas Heve.

Los republicanos boricuas esperan que Cantor, quien en abril de 2010 votó a favor del proyecto de status 2499, ayude a impulsar cualquier nuevo proceso, según le han indicado al comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi.
En la consulta del 6 de noviembre, un 54% de los electores de la Isla votó en contra de la condición territorial actual. Aunque un 61% respaldó la estadidad frente al Estado Libre Asociado (ELA) Soberano y la independencia, el porcentaje se queda en 45% si se toman en cuenta los votos dejados en blanco que solicitó el gobernador electo Alejandro García Padilla, presidente del Partido Popular Democrático (PPD).

Aunque Carney no  reconoció a la estadidad como ganadora y  revivió las dudas con el diseño del plebiscito local, después la Casa Blanca  hizo todo lo posible por reordenar su mensaje.

“Estoy confiado en que el presidente va a cumplir con su compromiso histórico con los puertorriqueños y que ayudará a resolver el asunto del status de forma expedita, tal y como lo expresó la Casa Blanca en sus recientes declaraciones”, señaló, por su parte,  el abogado Andrés López, enlace personal de Obama con Puerto Rico.