Dr. Héctor A. Ríos Maury  Catedrático UPR Río Piedras

– Luis A. Ferré

Finalmente ocurrió lo que tenía que ocurrir. La Agencia Federal de Aviación, con el peritaje y la autoridad para el manejo de la aviación civil en Estados Unidos aprobó el contrato de arrendamiento del aeropuerto Luis Muñoz Marín. Se trata de un magnífico negocio para el Pueblo de Puerto Rico, que de acuerdo al convenio entre el Gobierno y Aerostar es y seguirá siendo dueño de tan importante instalación.

Es un buen negocio porque coloca a nuestro principal aeropuerto, cuya seguridad continuará en manos gubernamentales, en posición de convertirse en uno de calidad mundial y aportar a sus usuarios mejores servicios e instalaciones, más vuelos, líneas aéreas y rutas, y mayor comodidad, algo que no ha ocurrido en las últimas décadas. Todo lo contrario. El Muñoz Marín se ha estancado y deteriorado, perdiendo sostenidamente dinero por años y debilitando la capacidad de conectividad mundial de Puerto Rico y su potencial turístico y comercial.

Mas allá de las subdesarrolladas majaderías ideológicas y agendas de poder y protagonismo de la colonialista, nacionalista y xenófoba izquierda jurásica portorricensis –destacada aliada del Partido Popular en su cruzada antiestadista– hay unas realidades muy simples. La Autoridad de Puertos, que está quebrada, recibirá por medio de esta Alianza Publico Privada –de inmediato– $615 millones para pagar parte de su deuda de más de $900 millones. Además, recibirá durante la duración del arrendamiento cerca de $600 millones adicionales. También, el concesionario está obligado a invertir unos $1,400 millones a lo largo de la vigencia del contrato, de los cuales alrededor de $200 millones deberán invertirse en los primeros tres años. Nada de esto sería posible sin esta alianza.

Parece que el gobernador García Padilla vio la luz luego de una campaña en la que cuestionó vehementemente el contrato y prometió derogarlo. Su iluminación llegó a tan elevado grado y voltaje, que cuando presentó hace dos días, al fin, y ante la militante y patriótica Prensa local que tanto lo adula, la postura de su gobierno en torno al contrato, reconoció con franqueza –y nunca es tarde para eso– que la Autoridad de Puertos y su Gobierno no tienen ni un centavo para todas esas inversiones. Solo olvidó agregar una simple afirmación aunque quien sabe si hasta él o sus asesores la pensaron: sobre este asunto del aeropuerto Muñoz Marín, Fortuño tenía razón. Será por eso que también el Gobe habló de respetar palabras empeñadas, comprometidas por el pasado gobierno en función de un análisis correcto, debió precisar. Elemental mis queridos y queridas compatriotas….