Chavismo sin Chávez

Chavismo sin Chávez

7 de marzo de 2013 – Opinión, Política

“No volvamos a recorrer los viejos caminos, en cambio, preparémonos para lo que viene”
– Cicerón

(AP)

Dr. Héctor A. Ríos Maury  Catedrático UPR Río Piedras

Poco antes del anuncio del fallecimiento de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, el vicepresidente venezolano, vaticinó que “en el futuro se confirmará que el proceso canceroso le fue inoculado. No tenemos duda de que los enemigos históricos (entiéndase Estados Unidos) buscaron el punto para dañar la salud del presidente Chávez”. ¡Impresionante! En lo psiquiátrico se trata de un claro caso de paranoia severa. Literariamente es un magnífico ejemplo de surrealismo. Actoralmente es una protagonización tan mala como la de Lindsay Lohan (que todos los años trata de relanzar su carrera) en ‘I know who killed me’. En lo político religioso (el chavismo como buena corriente izquierdista es una mezcla supersticiosa de ambos componentes) es una obvia movida de avivamiento para mantener a la militancia chavista en compás de guerra tratando de perpetuar el chavismo sin Chávez.

Los chavistas son militantes vehementes. El día antes del anuncio de la muerte del Comandante (nunca se sabrá con exactitud cuándo verdaderamente murió) entre rosarios y pócimas, miles de sus seguidores infructuosamente le pidieron a los santos que obraran el milagro de salvarlo; como Nelly Arias. “No podemos permitir que perdamos a este hombre amado como perdimos a Jesucristo”, enunció la connotada militante mientras ante varios periodistas internacionales invocaba la receta de Fray Romano, un sacerdote franciscano, que supuestamente sana tumores malignos.

Quien piense que la muerte de Hugo Chávez significa un rápido y fácil derrumbamiento del chavismo se equivoca. Los muy beneficiados herederos del caudillo populista y socialista, no solo recurrirán a la magia y la hechicería. Cuentan con petróleo y poder. La evidente insuficiencia intelectual de Maduro, designado por Chávez como su sucesor, les asusta. Harán algo más. Continuarán por un tiempo con su sainete inconstitucional. La Constitución venezolana, debido a que Chávez no llegó a jurar su cargo para su más reciente mandato, ordena elecciones en 30 días y que asuma la presidencia interina el Jefe de la Asamblea Nacional (Parlamento), en este caso Diosdado Cabello, chavista por supuesto, pero de no tanta confianza para los regímenes cubano, sirio e iraní, entre otros amigos del chavismo, como el impuesto interinamente exconductor de autobuses, señor Maduro. Reprimirán y tratarán de seguir manipulando la sucesión para controlarla. Chávez vive, dirá la señora Arias. Fidel y Raúl lo repetirán. Y no faltarán curas, magos, presidentes latinoamericanos y ayatolas que sientan su presencia, y lo confirmen.

Chávez y los feminismos

12 de marzo de 2013 – OpiniónPolítica – 

“El Estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social”

(AP)

Entre las muchedumbres que lloran la muerte y ausencia del presidente Hugo Chávez (1954-2013) se perfilan muchos rostros de mujeres. Ellas están presentes en los cónclaves políticos, en las conferencias de prensa y entre las cientos de miles de ciudadanas que desfilan por las calles de Venezuela rindiendo homenaje a quien dirigió los destinos de su país durante 13 años.

Y es que Chávez se proclamó pronto durante sus mandatos como “socialista y feminista”. La Constitución bolivariana de 1999, en su Artículo 88, establece que “el Estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social”. La profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona, Natalia Rosetti, dice: “Por primera vez se reconocía el trabajo invisible e imprescindible de las mujeres y se les otorgaba el derecho a tener seguridad social y un salario mínimo” (público.es).

‘Visibilizar’ la tarea doméstica y de cuido de la familia es un logro extraordinario por el cual hemos luchado las mujeres por siglos y se obtuvo en Venezuela con la Constitución bolivariana del 99. Además, ese mismo año se aprobó la importante Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que es el equivalente de nuestra Ley 54.

La creación del Ministerio de la Mujer así como otras numerosas entidades –entre estas el Banco de Desarrollo de la Mujer– han sido instrumentales en reconocer y fomentar el apoderamiento de las mujeres. Además, nunca antes en la República de Venezuela tantas mujeres ocuparon puestos públicos de relevancia. Es así como la Defensoría del Pueblo, el Consejo Nacional Electoral, la Fiscalía General y el Poder Judicial, entre otras, están dirigidos por mujeres.

“La asunción de la revolución de las mujeres por parte de Chávez fue un proceso de concientización que lo llevó desde la percepción comprometida de la vida de mujeres muy cercanas y amadas como su abuela Rosa Inés hasta declararse feminista y asumir el feminismo como postulado político, histórico y ético de la revolución bolivariana”, afirma en un importante artículo la profesora Elida Aponte Sánchez (Aporreo.org)

Por mi parte, pienso que tal vez la contribución más importante de Chávez al feminismo y para las mujeres en general es la apabullante reducción de la pobreza porque las mujeres y sus hijos e hijas son siempre los más pobres y más vulnerables en nuestras sociedades. A Chávez lo reconocen las venezolanas y las feministas del mundo como un importante líder en el adelanto de la revolución de las mujeres.

Twitter: @nvalleferrer

http://www.normavalle.com

El chavismo: otro deplorable culto a la personalidad

12 de marzo de 2013 – OpiniónPolítica – 

“Lo irónico es que el alegado padre ideológico del chavismo, Carlos Marx, ya en el 1877 se oponía tenazmente a que su ideología llevara su nombre”

(AP)

Lcdo. Yesef Y. Cordero Lebrón, MBA
Exsecretario de Vivienda

Mientras observaba la pasada semana las noticias sobre la muerte y velatorio de Hugo Chávez, no podía dejar de pensar en cómo ese vecino país había caído preso de un fenómeno que pensé había quedado atrás excepto en las sociedades políticamente más atrasadas. Ese fenómeno es el culto a la personalidad, lo que significa la adulación y adoración colosal a una persona mediante el uso intenso de los medios de comunicación social, generalmente, a un líder político.

Además de la devoción al líder político, el culto a la personalidad se caracteriza por: (i) aceptación incondicional de la palabra del líder; (ii) lealtad ideológica y personal absoluta al líder; (iii) persecusión de los críticos del líder y la consiguiente catalogación de estos como traidores de la patria; y (iv) la identificación de un enemigo común responsable de todos los males que aquejan a la sociedad.

Los que escribieron el libro moderno sobre el culto a la personalidad fueron Adolfo Hitler y Josef Stalin. Sobre esas lecciones otros dictadores establecieron sus propios estilos de culto a sus personalidades. Así, Mao Zedong en China, Kim Il-sung y su hijo Kim Jon-il en Corea del Norte, Saddam Hussein in Irak, entre otros, se convirtieron en pupilos sobresalientes de Hitler y Stalin.

Ahora en Venezuela, los paralelismos entre Chávez y todos los antes mencionados son más que evidentes. A manera de ejemplo, veamos las primeras palabras del juramento realizado durante la toma de posesión del nuevo presidente temporal de Venezuela, Nicolás Maduro: “Juro frente a esta Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, absoluta lealtad a los valores de la Patria, absoluta lealtad al liderazgo del comandante Hugo Chávez”. Nótese que antes de jurar obediencia a la Constitución primero jura absoluta lealtad a Chávez (por cierto, ahora fallecido). Comparemos ahora con el juramento que en el 1932 se hizo obligatorio para todas las Fuerzas Armadas alemanas:“En presencia de Dios presto este sagrado juramento de obediencia incondicional al Führer del Reich y del pueblo alemán, Adolf Hitler, Comandante Supremo de la Wehrmacht…”. Cualquier semejanza entre estos juramentos no es pura coincidencia. Esto obedece a que el chavismo no es fundamentalmente distinto a los otros ‘ismos’ que le precedieron (marxismo, leninismo, estalinismo, maoísmo, nacionalismo, caudillismo).

Lo irónico es que el alegado padre ideológico del chavismo, Carlos Marx, ya en el 1877 se oponía tenazmente a que su ideología llevara su nombre. Me imagino que Marx no recibirá contento a Chávez cuando se encuentren enterrados. O, perdón, se me olvidaba que Marx no podrá hacer eso, pues Chávez se unirá al selecto grupo de figuras cuyos cuerpos serán ‘eternamente’ expuestos, tales como Lenin, Mao, Kim Il-sung y Kim Jon-il.

Comentarios a: corderolaw@mail.com
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