Es fácil en la política, como en los bosques, perder el sentido de dirección y, sin darse cuenta empezar a dar vueltas, alejado de la salida

Es fácil en la política, como en los bosques, perder el sentido de dirección y, sin darse cuenta empezar a dar vueltas, alejado de la salida. Eso parece pasar en estos días en el PNP, que está atollado en la discusión pequeña de si tal o cual frase de un proyecto presentado en el Congreso satisface el plan que se aprobó en el Comité de Estatus y el Directorio. Están perdidos en el bosque.

Para evitar perderse en el bosque, en la antigüedad aprendieron a reconocer con el sol de la mañana dónde estaba el Oriente y si mediante señas en la geografía podían marcar ese punto de referencia; se mantenían ‘orientados’ durante todo el día. Luego, cuando Marco Polo trajo de la China la brújula, los navegantes se dedicaron a buscar el Norte, a ‘nortear’. Es hora que el PNP empiece a nortear.

Para evitar más desorientación, no quiero discutir si el instrumento congresional más adecuado para promover la estadidad para Puerto Rico es el proyecto HR-2000 presentado por Pierluisi con la firma de veinte y pico congresistas de ambos partidos nacionales o la anunciada ‘Admission Act’, aún por verse, que Carlos Romero Barceló inequívocamente prometió que él conseguiría se presentara en el Senado federal con la firma de tres senadores demócratas y tres republicanos.

Ambas deben ser apoyadas y respetadas pero, hablemos claro, ninguna de las dos será el instrumento final que traiga la estadidad a Puerto Rico. Ambas serían medidas instrumentales en mantener viva una discusión y un proceso que, aunque no tengo duda que terminará con Puerto Rico como Estado 51, va a durar años.

Para aligerar ese proceso, más importante que una medida en particular, es la unidad de propósito de las fuerzas estadistas, mantenernos ‘norteados’. Los personalismos y las posibilidades de candidaturas pueden convertirse en árboles y espejismos que nos impiden ver el bosque y encontrar la salida hacia el Norte.

Si despejamos el horizonte podremos ver que el principal impedimento para dar una ruta expedita a la estadidad está en el Norte y no es el Congreso. En la campaña electoral del 2008 dije claramente que el que favoreciera o votara por Barack Obama estaría votando por las políticas federales hacia Puerto Rico que favorecía el ‘independentista’ Luis Gutiérrez, quien trabaja incansablemente para los populares y la colonia. Votar por Obama era votar en contra de la estadidad. En el 2012, votar por o favorecer a Obama fue equivalente a votar para darle acceso a Casa Blanca a los García Padilla, es decir, votar todavía más en contra de la estadidad.

Ya podemos constatar que lo que entonces predije es realidad ahora. Nada va a pasar en el Congreso hasta que no neutralicemos la influencia negativa de la Casa Blanca y los que dirigen su ‘Task Force’ sobe el Status de Puerto Rico. Lo que tenemos que hacer es aprovechar la debilidad extrema en que se encuentra Obama en estos días por el fiasco de su propuesta de reforma migratoria; por la oposición a su proyecto de ley para limitar el derecho a tener y portar armas; por la demostración de que usó para propósitos político electorales los comunicados oficiales sobre el asalto de Al Qaeda encubriendo ese ataque terrorista; por el uso político del IRS (al estilo Richard Nixon) para perseguir a los simpatizantes del ‘Tea Party’; y, por el carpeteo y la interceptación de los teléfonos de los periodistas de Prensa Asociada.

Ante esa debilidad, hay que exigirle al ‘Task Force’ que reconozca el triunfo de la estadidad. Con eso ganaríamos más en el Congreso que radicando 10 proyectos de admisión o de consulta. ¿Hay en el PNP algún líder demócrata que pueda ‘nortearse’ bien para lograr esta meta?

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