Aparte de encarecer costos, la nueva tarifa de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) –que entraría en vigor este 1 de julio– incluye tres nuevos cargos destinados al cumplimiento ambiental de la corporación pública y al manejo de cuencas hidrográficas y los acueductos comunitarios / Non-PRASA.

Estos tres nuevos cargos, que se agregarían a la estructura de cargo base y bloques por consumo, aparecerían detallados en la factura mensual.

“Lo que se quiere es darle al cliente un poco de noción de hacia dónde va dirigido su dinero. También le daríamos seguridad, tanto a las agencias reguladoras como a las casas acreditadoras y bonistas, de que estamos usando el dinero para lo que se supone”, declaró ayer el presidente ejecutivo de la AAA, Alberto Lázaro.

Sin embargo, no hay ninguna garantía de que el dinero que desembolsarán los abonados de la AAA se utilizará para lo que se supone.

El propio Lázaro admitió que no se establecerá un fondo o pote especial para el manejo de los tres nuevos cargos, sino que los recaudos “van a seguir entrando a la AAA”.

“(Los recaudos llegarán al área de) Contabilidad y allí se podrá distinguir; la AAA va a tener que poder decir para qué se usarán. Esta acción requiere controles contables y un poco más de transparencia de parte de la agencia”, dijo Lázaro, quien propondrá la publicación de informes anuales “para que los clientes vean cómo entra y hacia dónde sale el dinero”.

Por su parte –y aunque reconoció que “lo preferible” es que la AAA sea quien maneje los recaudos de los tres nuevos cargos–, el profesor de administración pública Mario Negrón Portillo recordó que históricamente las corporaciones públicas del país nunca han manejado bien sus finanzas.

“Sería un poco poner al cabro a velar las lechugas. Si aquí hubiera una tradición de transparencia y rendición de cuentas, nadie pondría en duda que ellos mismos pueden manejar los recaudos de los nuevos cargos. Pero la propia historia de la AAA, con tanta corrupción y malversación de fondos, levanta una bandera roja y no los ayuda en su reclamo”, dijo.

Negrón Portillo añadió que el panorama solo sería favorable para la AAA si se establecen “especificaciones legales”, es decir, si se crea un marco legal que obligue a la corporación pública a usar los recaudos adecuadamente. “Y, aún así, no habría garantías. Ya hay muchos (exfuncionarios públicos) presos por haberse pasado las leyes por donde no les da el sol”, sostuvo.

Cantazo fuerte

A partir del 1 de julio, los clientes de la AAA pagarían el Cargo para el Cumplimiento Ambiental y Regulatorio (CCAR), que estaría directamente relacionado con su consumo.

Para los clientes residenciales, el CCAR más bajo sería de $2 por un consumo de entre cero y 10 metros cúbicos (m³). El CCAR más alto sería de $63 por un consumo de 36 m³ o más.

En el caso de los clientes no residenciales (industriales y comerciales), el CCAR dependería del tamaño de su contador. El CCAR más bajo sería de $63 por un contador de media pulgada. El CCAR más alto sería de $18,959 por un contador de 12 pulgadas.

Cuestionado sobre los usos que se le darían al CCAR, Lázaro respondió que se destinaría al pago de deuda de los proyectos ambientales –pasados y venideros– y al establecimiento de una reserva de $180 millones que, “según acordado con los bonistas”, la AAA está obligada a tener.

“Lo que se recaude del CCAR va al presupuesto operacional de la AAA, que es con el que se pagan los gastos de electricidad, nómina, químicos y el servicio de la deuda. El presupuesto del Programa de Mejoras Capitales es aparte”, dijo el ingeniero.

Entretanto, los cargos para el manejo de cuencas hidrográficas y los acueductos comunitarios / Non-PRASA serían fijos de $1 cada uno, o sea que no estarían vinculados al consumo.

Sobre el cargo para el manejo de cuencas hidrográficas, Lázaro indicó que los recaudos se usarían para desarrollar proyectos que protejan estas áreas, que son las fuentes de abasto de la AAA. Podrían crearse, por ejemplo, proyectos de eliminación de pozos sépticos, reforestación, compras de terrenos y eliminación de fuentes de contaminación.

“Estos proyectos serían adicionales a los del Plan de Mejoras Capitales y serían costeados con fondos propios, no con préstamos”, comentó.

Sobre el cargo para el manejo de los acueductos comunitarios, Lázaro dijo los recaudos se emplearían, por ejemplo, para dar “asistencia técnica” a los cerca de 200,000 ciudadanos que no están conectados a la AAA.

“Pudiéramos ayudar en los costos de laboratorios o construyendo filtros. Todos los ciudadanos merecen beber agua que cumpla con los estándares de calidad aunque, por las razones que sea, la AAA no haya podido conectarlos”.

El aún presidente de la Junta de Directores de la AAA, Edgardo Fábregas, opinó que los tres nuevos cargos “no hacen falta, no hacen sentido y son una exageración”, ya que sus recaudos están contemplados en el presupuesto del Plan de Mejoras Capitales.