Conocido sacerdote de San Juan le recriminó que le haya separado de sus deberes eclesiásticos por desobedecer órdenes “irrazonables”

Parece que la lluvia de problemas del arzobispo Roberto González Nieves no escampa, al ser tildado ayer como alguien que se aparta “de las enseñanzas de nuestro señor Jesucristo y de la Iglesia”.

Además de las públicas luchas en El Vaticano, donde se le investiga y se le pidió la renuncia, y de que se espera de un momento a otro que llegue un investigador de Roma, ahora un conocido sacerdote de San Juan le recriminó que le haya separado de sus deberes eclesiásticos por desobedecer órdenes “irrazonables”.
“Ante las insistentes muestras de apoyo, afecto y respeto de miles de feligreses, me veo obligado a expresar mi sentir en relación a la determinación del arzobispo Roberto González Nieves”, dijo el padre Luis Ricardo (Ricky) Gerena Aguiar.

Gerena Aguiar estableció primeramente que “no claudicará en su compromiso ministerial de servir a Dios en mi vocación y llamado por la gente”, lo que indica que se mantendrá en su papel sacerdotal pese a lo que denominó como fuertes presiones del Arzobispo.

El Padre, quien oficiaba en la antigua Catedral de San Juan, aunque asumió una fuerte oposición a que se le impongan unos cánones de la Iglesia sin justificación y erróneamente, aceptó con “pesar”, que en este momento esa es su situación. Pero, dejó ver que su desobediencia tiene razones morales y eclesiáticas.

“Si el ‘desobedecer’ posturas irrazonables de quiénes se apartan de las enseñanzas de nuestro señor Jesucristo y de la Iglesia acarrea un castigo, lo asumo proclamando mi más profundo pesar. No obstante, reafirmo mi fe y disponibilidad como hombre de Dios para continuar sirviendo”, indicó el sacerdote en declaraciones escritas a las que El Vocero tuvo acceso exclusivo.

“Agradezco la solidaridad y oraciones de ustedes, que conocen de cerca la fibra que encarna este servidor. Reciban mi abrazo y bendición”, dijo al cerrar su comunicación Gerena Aguiar, a quien se penalizó el pasado 3 de enero cuando se le prohibió su participación ministerial en eucaristía y otras ceremonias, según reveló el periódico de la iglesia Católica, El Visitante.