Investigación realizada por USA Today revela detalles de contratación del cabildero y favoritismo hacia sus clientes

El congresista Luis Gutiérrez pagó a un cabildero de Chicago más de $500 mil en fondos públicos para que trabajara lado a lado con su personal del Congreso para beneficio de sus clientes, según un reportaje investigativo publicado en USA Today.

El congresista de origen puertorriqueño le dio un contrato—aprobado por el Comité de Administración de la Cámara de Representantes federal—al cabildero Doug Scofield, exjefe de su gabinete en otra época, para tareas relacionadas a personal y relaciones públicas. Sin embargo, aparte de hacer ese trabajo, quedó al descubierto que algunos de los clientes del ahora cabildero fueron favorecidos de una forma u otra por Gutiérrez.

“Parece que el clientelismo clásico de Chicago”, dijo Kathy Kiely, gerente de la organización sin fines de lucro que busca la transparencia gubernamental,Fundación Sunlight. “Es equivalente a un puesto de trabajo clientelismo político”, aseguró al portal electrónico del USA Today.

De acuerdo al artículo, Scofield había sido jefe de gabinete de Gutiérrez hasta que abandonó el puesto en el 2002 para unirse a la campaña para gobernador de Illinois, Rod Blagojevich. Cuando Blagojevich ganó, Scofield comenzó a trabajar en la nueva administración, pero renunció en marzo de 2003.

Semanas después, Gutiérrez comenzó a pagarle a Scofield $5,500 mensuales de su cuenta de la oficina del Congreso para la formación y “desarrollo de mensajes no legislativos”, muestran los registros de gastos, y lo ha pagado casi todos los meses desde entonces. El contrato es claro en que Scofield puede participar solamente en actividades no legislativas. En mayo de ese año, Scofield se registró como cabildero en Illinois.

Informes de gastos del Congreso muestran que  los $ 72 mil que Gutiérrez pagó Scofield  en 2012 para la capacitación, fue casi cinco veces más que cualquier otro miembro del Congreso dedicado a los adiestramientos.

El artículo puntualiza que a los miembros del Congreso se le dan los presupuestos anuales para ejecutar sus oficinas, y cada miembro tiene un límite en el número de empleados que pueden contratar. Las normas del Comité de Administración dicen además que los “miembros de la oficina no están autorizados a adquirir servicios de consultoría”. Sin embargo, “los miembros podrán contratar con empresas o personas, solo para, servicios de oficina no legislativas y no financieros generales (por ejemplo, mantenimiento de equipos, integración de sistemas, la entrada de datos, la capacitación del personal, la fotografía, servicios de limpieza, servicios web)” para especificada períodos de tiempo.

El artículo puntualiza que a los miembros del Congreso se le dan los presupuestos anuales para ejecutar sus oficinas, y cada miembro tiene un límite en el número de empleados que pueden contratar. Las normas del Comité de Administración dicen además que los “miembros de la oficina no están autorizados a adquirir servicios de consultoría”. Sin embargo, “los miembros podrán contratar con empresas o personas, solo para, servicios de oficina no legislativas y no financieros generales (por ejemplo, mantenimiento de equipos, integración de sistemas, la entrada de datos, la capacitación del personal, la fotografía, servicios de limpieza, servicios web)” para especificada períodos de tiempo.

Scofield no respondió a los mensajes enviados por el medio que publicó el artículo.

Por su parte, el director de comunicación de Gutiérrez, Douglas Rivlin, dijo que el contrato de Scofield ha sido revisado varias veces en la última década por el panel de administración y de la oficina de finanzas que rinde cuentas de Cámara. ” (Ellos) nunca han tenido un problema con esto”, dijo. Añadió que  ”estamos recibiendo valor por el dinero que estamos gastando”.

Rivlin manifestó que “Doug Scofield nunca estuvo involucrado en la obtención de cualquier financiamiento federal para los clientes de su empresa, y es importante tener en cuenta que los contratistas están permitidos bajo las reglas de la casa para tener otros clientes y realizar otros negocios”.

Rivlin indicó que Scofield y el congresista son “amigos” y Scofield ayuda al personal a aprender “cómo escribir en la voz del congresista.”

Asimismo, algunos de los clientes de Scofield recibieron el apoyo de Gutiérrez.

En julio de 2004, la compañía de Scofield registró como cliente al banco de alimentos Gran Chicago Food Depository. Un año más tarde, el depósito de alimentos anunció en un comunicado de prensa que Gutiérrez entregaría frutas y verduras desde un vehículo suyo en el Día Nacional de Concientización sobre el hambre. El comunicado de prensa señaló: “A principios de este año, el congresista fue instrumental en ayudar a conseguir 539,500 dólares en fondos federales que ayudarán al aumento del depósito de alimentos y mejorar los programas y servicios.”

En ese momento, Gutiérrez pagaba a Scofield $4,500 de su oficina del Congreso cada mes.

“No creo que tomó mucho convencimiento para conseguir que el congresista Gutiérrez se interesara en la ayuda alimentaria a Chicago”, dijo Rivlin. “No es como si Scofield tendría que presionar el congresista”, agregó.

Rivlin proporcionó documentos que indican que otro congresista local, el entonces representante Bill Lipinski, tomó un papel más importante que la de Gutiérrez para solicitar los fondos para el banco de alimentos. Rivlin dijo: “esto me lleva a creer firmemente que es sumamente improbable que Doug Scofield y el congresista nunca hablaron de la consignación propuesta”.

En 2010, Gutiérrez solicitó que el Comité de Asignaciones de la Cámara destinara $ 620 mil para el Jardín Botánico de Chicago, de acuerdo con el sitio web del Congreso. Scofield aparece como cabildero del jardín durante unos meses en 2005, y sigue apareciendo como un cliente en el sitio web de su empresa de comunicación.

Scofield también ha proporcionado asistencia en la campaña de Gutiérrez. En noviembre de 2009, la campaña del congreso de Gutiérrez informó haber pagado a Scofield Co. $9,329 para la gestión de una recaudación de fondos, y en agosto y septiembre de 2012,  pagó $12 mil en “honorarios de consultoría” para un evento de “divulgación electoral”.

“Aunque técnicamente no es ilegal, es por lo menos desagradable para un exempleado de estar al mismo tiempo en la nómina de un miembro (del Congreso) y representar a clientes en su distrito que están solicitando y obteniendo servicios del congresista. El conflicto de intereses es evidente”, dijo, por su parte, la directora de Public Citizen, Lisa Gilbert.

El cabildero también será coautor de las memorias de Gutiérrez, que se publicarán en otoño.