El estado del plantel no es el adecuado para dar clases a estos estudiantes.

Los estudiantes con autismo de la escuela Miguel de Cervantes, en Bayamón, se juegan su futuro al no poder tomar clases en un salón preparado que les permita pulir las destrezas de vida independiente y de empleo.

El aula en la que se supone que tomen clases se encuentra en condiciones deplorables, denunció la presidenta de la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR), María Lara, luego de que varios representantes del gremio pudieran constatar en una visita al plantel la falta de equipo y que su estado no es el adecuado para dar clases a estos estudiantes.

Aun así, la maestra Adilia Rolón recibe a los niños en otra área y les imparte clases de lectura, escritura y Matemáticas funcional. Pero los estudiantes requieren que el salón, que ya está pintado, sea acondicionado y se le coloque nevera, estufa, gabinetes y otras facilidades.

“Ese proceso de habilitar el salón toma tiempo. Estoy recibiendo a mis estudiantes porque no puedo dejar de dar clases, lo hago con lo que tengo porque no puedo dejar a mis estudiantes”, expresó Rolón.

“Este es el último tramo de mis estudiantes, si yo no los trabajo para vida independiente y para empleo, cuando cumplan 21 años van a estar en sus casas aunque tengan el potencial de poder trabajar y salir adelante”, resaltó la educadora especializada en Educación Especial.

Clama por ayuda
De otra parte, el preescolar Centro de Estimulación Integral que atiende a niños con autismo, en Bayamón, no ha podido iniciar clases debido a que el Departamento de Educación no ha suscrito el contrato del Centro con el Instituto FILUS, de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

El Instituto FILIUS es el primer instituto de investigación multidisciplinario y multicampus creado por la UPR con el fin de llevar a cabo trabajos de investigación en beneficio de las personas con impedimentos y con otras necesidades especiales y de capacitar a aquellas otras que, de una u otra manera, atienden a esta población. Todos los años, el DE suscribe el contrato, pero este año no lo han firmado.

“Nuestros hijos con autismo, cada día que pasan sin su preescolar es tiempo perdido, un día que puede significar en ellos años, día perdido de estimulación, de terapias, de evolución, de enseñarles a poderse adaptar a un mundo ajeno para ellos”, denunció Gloria Navarrete, madre de un niño con autismo.

“Sin el preescolar del Centro de Estimulación Integral no sé donde llevaría a mi hijo, yo no tengo recursos para poder costear un Centro de Educación Especial privado. Por favor no abandonen a nuestros hijos, no abandonen su futuro, no abandonen a los nenes con autismo”, clamó Navarrete.