Agentes de la Policía se trasladaron a la escena que ubica detrás de donde localizan los radares en la antigua base naval.
El lugar en el suroeste de la isla ha sido utilizado ocasionalmente como punto para entrar contrabandos de droga.
Octubre ha establecido un nuevo récord con sobre 70 asesinatos en lo que va del mes. ¿Parapelos, verdad? Sin embargo, la realidad es mucho más dramática. Entre el 2000 y 2012, Puerto Rico perdió 552,032 años de vida a raíz de los homicidios que se cometieron durante ese período.
Se trató de 11,508 víctimas, en su mayoría varones jóvenes y padres de familia en plena edad productiva a los que la muerte los sorprendió de una manera violenta.
Las consecuencias de una muerte a destiempo –considerando que la expectativa de vida de los hombres es de 75 años y en las mujeres 82– tiene serios efectos sociales y económicos que hoy más que nunca se están reflejando en el país.
Se trata de niños que quedaron sin padres, de una sociedad cada vez más anciana y de una familia que llevará por siempre una carga emocional a raíz de la traumática experiencia de ver a un ser querido asesinado.
El análisis, realizado recientemente por la demógrafa Judith Rodríguez, reflejó un perfil distinto de la persona fallecida por homicidio en Puerto Rico, entre la última década del 90 y los primeros 12 años del siglo 21. “En una década ha habido unos cambios sustanciales y esos cambios son cónsonos con nuestra realidad, donde la criminalidad y la violencia han tomado auge”, planteó la experta.
La cifra de 552,032 años perdidos la calculó Rodríguez tomando en consideración la mediana en la que murieron las víctimas, su expectativa de vida y los años que dejaron de vivir como consecuencia del crimen, cantidad que multiplicó por la cantidad de asesinatos.
Uno de los cambios más significativos hallados por Rodríguez es un aumento en la mediana de edad de las personas fallecidas. En el caso de los hombres, aumentó de 24 a 31 años y en las mujeres, de 18 a 28 años.
Este incremento, detalló la demógrafa, debe ser tema de análisis pues detrás de estas cifras se encuentra la realidad del Puerto Rico de hoy.
Una de las posibles razones para este alza en la mediana de edad de las víctimas de homicidio puede estar en que cada día más personas no solo ingresan al mundo de las drogas como medio de sustento económico, sino que se quedan más tiempo dentro de él, empujados probablemente por la falta de empleo y la difícil situación económica que atraviesa el país.
La distribución de sustancias controladas pasa a ser su sustento. “Pero eso genera otro problema y es que a mayor edad más posibilidades tiene de que este individuo esté en una relación de pareja y con hijos menores que van a quedar huérfanos y eso trae otros problemas sociales”, advirtió.
Para las madres –especialmente de varones– representa vivir más tiempo con la preocupación de que su hijo pueda convertirse en otra víctima del crimen.
“Si seguimos así, tú vas a tener a través de todo el país una gente que estará viva, pero que emocionalmente no estará bien por el daño”, apuntó.
Esa partida prematura puede representar también la ausencia de una figura paternal, la pérdida del ingreso del sustento del hogar y la partida de un hijo, que de acuerdo con la ley de la vida no debería morir antes que sus padres.
“¿Cuánta gente no han matado que son productivos, que eran los jefes de familia? ¿Qué va a pasar con esa familia? Esa suma es lo que la gente no ve. No son simplemente números. Detrás de esa cifra hay unos sentimientos, la gente deja de ser lo que era, su psiquis cambia… porque es una muerte violenta y una muerte violenta es prevenible desde el punto de vista de salud pública”, expresó.
“Sigues sumando, sumando y cuando tú vienes a ver tienes un país que emocionalmente está bien mal y después tú quieres que la gente se comporte de otra manera y que la muchacha aquella no use droga, pero qué podemos esperara si es otra víctima”, denunció.
golpe a la economía
En términos económicos, las muertes violentas tienen también sus repercusiones. Primero, estamos hablando de una persona que económicamente deja de aportarle o devolverle al país lo que en él se invirtió.
De un niño al que el Estado –claro, porque ese es su deber constitucional– le paga su educación elemental, intermedia, superior, y en algunos casos universitaria, y lo menos que se espera es que devuelva parte de esa inversión a la sociedad a través de su trabajo y ejemplo. Si embargo, esto no está pasando en quienes fallecen a una temprana edad.
“La inversión que se hizo en llevar esos niños hasta ahí prácticamente se perdió y cuando entran a su edad productiva los matan”, apuntó la experta.
Otro de los renglones más perjudicados es el turismo, pues la imagen internacional del país se afecta.
¿Quién quiere visitar un país donde matan sobre 800 personas al año y donde los robos son la orden del día?
De hecho, cuando se comparan las cifras de homicidios de Puerto Rico para el 2010 con las de los 50 estados de EE.UU., solo tres jurisdicciones superaron numéricamente los asesinatos ocurridos en el país: California, Texas y Florida, que son los de mayor población.
Según cifras de la Policía, es a partir del 2009 que comienza un incremento con 962 homicidios, cifra que en el 2011 llega a 1,194, la mayor registrada hasta el momento en el país.
Rodríguez destacó que cuando se examinan las tasas de homicidios de los países latinoamericanos para el 2011, la primera posición –con la mayor tasa– la ocupa Honduras con 86 homicidios por cada 100,000 habitantes; seguido por El Salvador, con una tasa de 71, y en tercer lugar Venezuela, con una tasa de 67. Puerto Rico, con una tasa de 31.9, quedó en la octava posición.
La demógrafa dijo que debido al panorama que reina en la Isla no se puede pedir algo distinto: sigue el cierre de negocios, el deterioro de la calidad de vida y el vandalismo. Igualmente, el costo de la seguridad continúa subiendo, pues hoy día prácticamente todos tenemos que costear algún tipo de seguridad privada en el área donde residimos.
“No hay duda de que estamos ante un escenario epidémico de violencia, caracterizado por un aumento en los casos de homicidios…”, advirtió Rodríguez.
¡Alerta!
Por los pasados años el panorama, en vez de mejorar, lo que ha hecho es empeorar.
Rodríguez sostuvo que ahí está la prueba de que lo que se ha hecho en torno a la seguridad no ha funcionado. “Es verdad que hay una crisis económica, pero quizás los criminales de hoy no fueran tantos si hubiésemos hecho unas cosas distintas”.
“El hecho de que la magnitud de la violencia mortal –debido a los homicidios– haya empeorado tan marcadamente de una década a otra debiera movernos hacia la búsqueda de nuevos paradigmas”, sentenció.
Uno de los primeros pasos asertivos para lidiar contra la violencia podría ser la adopción del modelo de salud pública, sostuvo Rodríguez.
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30 de octubre de 2013
Azotada por la delincuencia
La Isla Nena se enfrenta a 15 asesinatos impunes. Fotos y vídeo
Mira las fotos
La principal función de los policías estatales García y Feliciano es el patrullaje preventivo desde que fueron destacados a Vieques, según relataron. (JUAN.MARTINEZ@GFRMEDIA.COM)
Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com
VIEQUES – Nadie camina por la plaza pública de esta isla municipio a las 11:00 a.m. de un miércoles cualquiera. Solo dos hombres están en el área recortando la yerba. El ruido que hacen con sus trimmers altera la aparente paz en que se vive aquí.
Dos horas más tarde y en otro extremo de la isla, en el malecón para ser exactos, la escena es igualmente tranquila. Unos pocos turistas comen y beben en los negocios con vista al mar, dos amigos van por la acera tomando un refresco, y cuatro policías prestan vigilancia bajo la sombra de un árbol.
A simple vista, todo luce como sacado de un libro de cuentos. Cualquiera pensaría en este sitio como el ideal para criar hijos o retirarse, sobre todo porque desde hace una década ya no hay presencia militar.
Pero nada más lejos de la verdad.
La desolación que se percibe en Vieques tiene otra explicación: la pequeña isla está asediada por el crimen y el narcotráfico, al punto que 15 personas han sido asesinadas este año, según la Policía, una cifra jamás registrada.
Si algo llamaba la atención de esta tierra -en la que apenas viven 9,301 personas- era, precisamente, la ausencia de asesinatos. Por muchos años no se registró ni una sola muerte violenta; mientras que la cifra máxima, alcanzada en el 2010, era de ocho casos.
El terror se ha apoderado de los viequenses porque ninguna de las 15 muertes se ha esclarecido, o sea, que nadie ha sido ajusticiado por los crímenes. Por lo tanto, la impunidad es lo que impera aquí, donde matarse unos a otros parece no tener consecuencias mayores.
“Antes, nada de esto se veía, pero ahora no puede salirse ni de aquí a la esquina con tanto tiroteo. En lo único que pienso es en la seguridad de mis hijos”, dijo la viequense Tanya Robles, de 34 años y residente en el sector Santa María.
“Antes, varios años atrás, aquí se vivía y hasta se dormía con las puertas abiertas, pero eso ya no se puede hacer. Desde enero pasado todo ha cambiado y la incidencia criminal se disparó”, abundó Katiria Cruz, de 35 años y vecina del barrio Pueblo Nuevo.
Estrategia de seguridad para Vieques
Alegan que el crimen es un problema de ausencia de recreación y empleo
http://www.elnuevodia.com/videos-noticias-estrategiadeseguridadparavieques-152928.html
Guerra entre bandas
Tras una reunión en la alcaldía de Luquillo la semana pasada, Samuel Luciano Rivas, comandante del área policíaca de Fajardo, y el teniente primero Carlos Olivo, comandante del Distrito de Vieques, explicaron a El Nuevo Día que la “narcoguerra” se desató en la isla el pasado 24 de enero, cuando fue asesinado Juan “Poti” Reyes Rivera, de 38 años, considerado lugarteniente o segundo al mando del líder del narcotráfico en Vieques, un tal Cheo Silva.
Se cree que Reyes Rivera se sublevó e intentó crear su propia organización en el barrio Monte Santo, pero integrantes de ese mismo grupo lo ejecutaron. Su viuda, Irma “Emma” Torres Santos, fue ultimada la semana pasada en los predios del Tribunal de Fajardo.
La organización de Silva tiene su centro de operaciones en el barrio El Fanguito, donde familiares conocidos como “Los Morochos” trabajan para él. La Policía maneja la teoría de que Silva está vivo y al control de su ganga, pero fuera de Vieques.
“De enero para acá la mayoría de las personas que han muerto son de El Fanguito, de Los Morochos. Los está matando Monte Santo. Pero desde que nosotros llegamos (en verano), ha cambiado el modo de ejecutar. Se han ido para el monte”, indicó Olivo.
El alcalde viequense Víctor Emeric, y el comisionado de la Policía municipal, Roberto Sánchez, señalaron que ese nuevo modo de ejecutar consiste en “secuestrar” a las víctimas, asesinarlas y abandonar sus cuerpos en parajes baldíos o solitarios.
De hecho, el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Vieques (antiguos terrenos de la Marina) que administra el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS) fue escenario de un doble asesinato en abril pasado.
“Los muchachos entraron a coger jueyes, los estaban esperando y los emboscaron”, relató Mike Barandiaran, administrador del Refugio.
Emeric y Sánchez detallaron que todos los asesinatos reportados en Vieques durante este año han sido de varones entre las edades de 18 a 30 años y desempleados. Aunque ninguno está esclarecido, la información extraoficinal es que los asesinatos están relacionadas al narcotráfico.
“Los pocos asesinatos que se reportaban antes aquí eran pasionales, pero ahora son por drogas”, dijo Emeric. “Las muertes son por el control de los puntos (de drogas)”, agregó Sánchez, quien a corto plazo no prevé una merma en las muertes violentas.
“No ha sido efectivo”
La rampante ola criminal motivó al gobierno central -en verano pasado- a reforzar la presencia policíaca en la Isla Nena. Empero, los asesinatos no han mermado y a los locales parece incomodarles la presencia de los uniformados pues, según dijeron, “lo único que hacen es dar multas de tránsito”.
Ante este cuadro, Olivo indicó que la Policía está “prácticamente” sola.
El teniente primero calló cuando se le preguntó cuántos policías encontró en Vieques en verano y cuántos hay ahora, pero justificó su silencio. “Vieques tiene una peculiaridad. No es lo mismo comandar el Distrito de Luquillo, Fajardo, Río Grande o Ponce, que tiene jurisdicción terrestre, que si yo me veo apreta’o pueden llegar (de otros sitios). Yo aquí estoy rodeado de agua, mi carretera es el mar. Dentro de ese aislamiento yo me tengo que cuidar con lo que voy a decir, porque mientras más armas le dé al bajo mundo…”.
Aunque Olivo y Luciano Rivas no dieron detalles sobre las investigaciones para “no afectarlas”, afirmaron que habrá coto al crimen.
“Las investigaciones (sobre los asesinatos) están encaminadas. Sabemos quién los cometió, sabemos el móvil, sabemos todo. Lo único que esto es algo que hay que levantar una prueba, hacer unas pruebas científicas, tener unos protocolos, un montón de cosas que necesita la Fiscalía para poder llevar un caso como debe ser. Doy fe de que vamos a empezar (a radicar acusaciones), de que las investigaciones van a dar frutos”, dijo Luciano Rivas.
Emeric, entretanto, urgió a la Uniformada a revisar su estrategia anticrimen para Vieques “porque lo que se ha hecho hasta ahora no ha sido efectivo”.
“La investigación debe ir un poco más allá, no limitarse solo a que hablen los testigos. Aquí la gente no habla porque está aterrada. Hay que apostar a lo científico”, dijo, por su parte, Sánchez, quien informó que la Policía municipal pondera instalar cámaras de seguridad en distintas partes de la isla.
Otros factores
Más allá de la falta de cooperación ciudadana o la vaguedad de las pesquisas, los residentes de esta isla tienen otra explicación para la alta incidencia criminal: corrupción y complicidad policíaca, desinterés gubernamental en el tema y desconexión interagencial.
“Aquí los puntos de entrada son limitados, por lo que lo único que explica la entrada de tantas drogas y armas ilegales sería la corrupción entre los que están a cargo de los puertos, aeropuertos, el correo, la Policía y la Guardia Costanera”, denunció Robert Rabin, gerente general de Radio Vieques.
“Pareciera como si a las altas esferas del gobierno no les importara mucho lo que pasa aquí, quizás porque es gente pobre y humilde que se está matando entre sí”, agregó.
En términos similares se expresó la líder comunitaria Kathy Gannett, quien creó un grupo de apoyo a las familias de los viequenses asesinados. El grupo está afiliado a la Alianza Laura Aponte por la Paz Social (ALAPÁS).
“Siento que estoy viviendo en un sitio en caos e incivilizado. ¡Qué vergüenza que los líderes del país no hayan solucionado este problema! No quisiera pensar que existe corrupción, pero es imposible que nadie esté preso después de tantos asesinatos”, sostuvo.
En medio de toda esta situación están, precisamente, las víctimas de los viequenses asesinados, quienes no han recibido ningún tipo de ayuda por parte del Estado, ya sea para manejar la pérdida de sus seres queridos o el miedo con el que viven ahora.
Tal es el caso de Nancy Camacho, cuyo hermano fue asesinado el pasado Viernes Santo. “Lo balearon. Yo sabía que él usaba drogas y tenía asuntos en corte porque le habían dado una paliza, pero jamás imaginé que fuera a terminar así. Han pasado varios meses y todo ha quedado en nada. No hay nadie preso, la Policía no me ha dicho nada de la investigación”, relató.
Camacho afirmó que “gracias a la fe en Dios” ha podido sobrellevar la pérdida de su hermano, ya que no ha recibido ningún tipo de ayuda gubernamental. “Lo único que pido es que quienes mataron a mi hermano, se arrepientan y se entreguen a las autoridades. La criminalidad no se puede poner peor en Vieques”, dijo la mujer, quien sufrió de ansiedad e insomnio tras el asesinato.
Luciano Rivas y Olivo también reclamaron más atención gubernamental para Vieques, comenzando por el Departamento de la Familia y la Autoridad de Transporte Marítimo.
“Vengo de comandar dos años en Culebra y he vivido en carne propia el cedazo que tienen que pasar las agencias para llegar a estas dos islas: el muelle. A mí me afecta con mi plan de trabajo (policíaco), con personal, que no puedan llegar, que no puedan salir, agentes que a veces vienen desde Ponce, de San Juan. Ese es el problema principal de Vieques”, opinó Olivo, quien también le exigió a Familia ser más diligente y realizar patrullajes preventivos con sus unidades.
Aurora Rivera Arguinzoni colaboró con este reportaje.
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