Un año por el rumbo equivocado

La administración municipal de San Juan cambió de ser una de obra y progreso, a una de improvisación, apariencias y falta de prioridades

Por: Miguel Romero
Exsecretario de la Gobernación y del Trabajo

Hace unas se semanas se cumplió un año desde que San Juan tomó la decisión, mediante mandato electoral, de cambiar la administración de su gobierno municipal. Sin embargo, en apenas 10 meses la gente de San Juan se ha dado cuenta de que la alcaldesa y su administración nos llevan por el rumbo equivocado. Hasta ahora el resultado ha sido un desastre que mantiene agobiado a nuestro pueblo por la falta de soluciones concretas a los problemas que a diario sufre San Juan.

El contraste es evidente. La administración municipal de San Juan cambió de ser una de obra y progreso, a una de improvisación, apariencias y falta de prioridades. A un año de las elecciones vemos como las instalaciones públicas están abandonadas, los proyectos de obra que se estaban encaminando se detuvieron, y la falta de mantenimiento y limpieza es rampante en prácticamente toda la ciudad.

Ahora imperan las faltas de respeto y el desprecio por el consenso. Se descartan de plano las aportaciones que de buena fe hace la oposición. Y las decisiones que se toman demuestran incapacidad e inmadurez política.

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Lo que seguimos viendo es desorganización, desfases administrativos y una falta de prioridades que deja mucho que desear. El proyecto educativo de la Capital está desatendido. El sistema de salud está en su peor momento. La ola criminal y la falta de seguridad son cada vez más evidentes. Ya 10 meses de haber juramentado, la presente administración aun no ha presentado un plan de seguridad, mientras la Policía Municipal está sin dirección ni apoyo.

Hace unos meses hicimos el llamado a que se retomara el camino del progreso en San Juan. De hecho, durante este año, hemos presentado un sinnúmero de propuestas concretas para colaborar con la actual administración municipal en diferentes áreas, por ejemplo, presentando proyectos de ordenanza municipal en el área educativa y proyectos de ley en el campo laboral. Al momento, ninguna de estas iniciativas ha sido atendida.

Si de verdad queremos atender nuestros problemas colectivos es imperativo que todos podamos aportar con ideas y soluciones.

Después de todo, la criminalidad, el desempleo y la falta de oportunidades de progreso afectan a todos los ciudadanos por igual, sin importar el color de nuestro partido político. Para que Puerto Rico pueda echar hacia adelante es necesario que nuestra Capital trascienda la división y el oportunismo político. No podemos continuar siendo rehenes de la improvisación actual ni de la falta de soluciones.

La administración actual tiene que cambiar de rumbo. Solo así lograremos forjar una Ciudad Capital que sea el motor de un Puerto Rico vibrante, con un plan de futuro y lleno de esperanza, en el cual nuestros hijos puedan crecer y desarrollarse aquí en su tierra.

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