Una Cubana Agradecida: Vivir en Suiza

{Uno de los problemas de los Latino Americanos, incluyendo a los Puertorriqueños, es que somos malagradecidos. Por eso me ha resultado raro este escrito de una Cubana jubilada en Suiza. Si los Puertorriqueños fuéramos agradecidos y unidos, ya seríamos Iguales en la Estadidad.}

02 November 2013 ~ 7 COMENTARIOS

Vivir en SuizaSuiza

Columnistas Invitados

En noviembre, mi blog estará dedicado a Suiza, aunque no he escrito nada especial sobre mi experiencia de diez años en Suiza (mi hija, mi nieta y yo llegamos al aeropuerto de Zürich a las 2 de la tarde del miércoles 26 de noviembre de 2003). Pero a mis amigos y conocidos sí me gustaría decirles que dificilmente hubiera encontrado un país mejor para una mujer que con 61 años salió de Cuba. La adaptación de las tres ha sido buena, excepcional en el caso de mi nieta, quien llegó con 9 años y actualmente, gracias al estipendio estatal que recibe, puede estudiar bachillerato en la Musegg, una de las mejores escuelas de Lucerna.

Como ya muchos saben, además de voz de negra americana (lo suyo es el jazz, blues, soul, gospel), mi nieta tiene un extraordinario oído musical y sentido del ritmo. Puede que algún día se dedique a la música, pero será después que logre una formación que en el futuro le permita seguir estudiando y trabajar en Suiza, Reino Unido o Estados Unidos. Le ayuda que además de español, habla alemán, suizoalemán, inglés y francés y, por supuesto, entiende el italiano, el portugués, el gallego y hasta el catalán. Tiene gran facilidad para los idiomas.

Mi hija llegó con 39 años y ahora lee y habla bastante bien el alemán. Para mí, a punto de cumplir 71 años, el aprendizaje ha sido otro. El de cada día constatar la excelencia suiza, que no se limita a la calidad de sus relojes, chocolates, maquinarias, medicamentos y tecnología punta, si no a la disciplina, la puntualidad y, sobre todo, al respeto hacia los seres humanos, los animales y la naturaleza. Esa informalidad tan arraigada entre cubanos, cubanoamericanos, españoles y latinoamericanos, que no te responden un email, una llamada o una carta, o te responden cuando se acuerdan o les viene en gana, es impensable en Suiza.

Aquí a todo el mundo lo tratan bien y a todos responden o reciben, sea un drogadicto, un inmigrante africano o una jubilada cubana. Aquí todo es a través del banco y el dinero te lo sitúan siempre en una fecha fija y tu pagas las cuentas en las fechas establecidas, lo que te permite planificar tu economía familiar. Ese desorden de pagar en cualquier fecha o de acumular pagos, es impensable en Suiza. Lo otro que adoro de los suizos es que, salvo excepciones, no son personas consumistas.

A los suizos no les gusta estar alardeando, dándose valijú ni queriendo hacerse famosos a toda costa. Mientras más talentosos y ricos son, suelen ser más sencillos y humildes, en su forma de vestir y comportarse. En general, a nadie le importa cómo vas vestido ni peinado. Desde que me lo dieron en Caritas, en diciembre de 2003, en el invierno uso el mismo abrigo. Por 5 francos compré unas botas de segunda mano en un pulguero y son las que me pongo cuando nieva. Tengo dos pares de zapatos más: unos buenos, de piel con cordones, de la marca Mephisto, regalo de una amiga suiza y que nunca me hubiera podido comprar (el modelo más barato cuesta 200 francos) y un par de sandalias blancas de piel, también de buena calidad, ya de uso cuando me las regalaron.

Otro día, si me apetece, cuento más. Sinceramente,

Tania Quintero

http://www.elblogdemontaner.com/vivir-en-suiza/por Tania Quintero

03 October 2013 ~ 6 COMENTARIOS

Estreno de una revolución

Columnistas InvitadosHotel Nacional

por Vicente Echerri

(El Nuevo Herald) Se cumplen 80 años exactos, mientras escribo, de los dramáticos sucesos del Hotel Nacional de La Habana, que vinieron a consolidar el golpe de Estado ocurrido casi un mes antes (el 4 de septiembre) cuando un grupo de sargentos, apoyados por el Directorio Estudiantil Universitario y algunos intelectuales, se apoderaron de los mandos militares y depusieron al gobierno provisional que se había establecido desde el derrocamiento de Gerardo Machado el 12 de agosto.

Si el golpe había sido prácticamente incruento, lo acontecido en el Hotel Nacional vino a ser el sello sangriento de su reafirmación. Se producía en Cuba, aunque algunos no lo vieran así entonces, una ruptura del orden institucional, para dar paso a la improvisación revolucionaria que pretendería, con mediano éxito, refundar la república. A pesar de la nueva Constitución con que, siete años más tarde, se intentaría legitimar un origen espurio, la estabilidad política siempre sería precaria en cualquiera de las dos vertientes en que habría de bifurcarse aquel movimiento conforme a sus líderes (Fulgencio Batista y Ramón Grau) y pese a haber coexistido con momentos de gran actividad económica.

 

Cuba había iniciado su vida como nación independiente en 1902 –luego de una guerra brutal y de una intervención extranjera– de mano de los jefes separatistas (militares y civiles) que aspiraban a la fundación de un Estado eficiente y honrado –no importa que algunas de estas buenas intenciones se malograran luego en la práctica. Con excepción del frustrado intento reeleccionista de Estrada Palma (en 1906) y de la llamada “brava electoral” del presidente Menocal en 1916, el proceso democrático no había sufrido interrupciones graves ni los cubanos habían padecido dictaduras, que ya para entonces constituían un fenómeno típico en Hispanoamérica.

Machado es el primero que se acerca un poco a la figura del dictador –al eludir unos auténticos comicios bajo la figura de una coalición de los grandes partidos y una enmienda constitucional para extender su mandato otros seis años. Este recurso, unido al desplome del mercado internacional de valores y a la crisis subsiguiente, hizo entrar a los cubanos en el clima de una revolución que –en consonancia con las tendencias del momento en el ámbito internacional– tiene un marcado acento social y antiimperialista. Los hechos del 4 de septiembre le dan un sesgo definitivo; los del 2 de octubre lo consagran.

El Hotel Nacional, de cuya inauguración no se habían cumplido aún tres años, es el lugar que el recién depuesto jefe del Ejército, brigadier Julio Sanguily, había elegido para convalecer de una operación, acaso por ser también la residencia del embajador de Estados Unidos, el poderoso Benjamin Sumner Wells. En protesta por el masivo licenciamiento que le imponen los sargentos el 4 de septiembre, los oficiales se refugian en el hotel donde los soldados –que ya no obedecen sus órdenes– los sitian a partir del 7 de septiembre. El 2 de octubre, los soldados atacan el hotel, empleando incluso artillería, a lo que los oficiales sitiados responden, con sus escasos medios, como auténticos francotiradores y les causan no pocas bajas a los asaltantes. Finalmente, al quedarse sin municiones, se rinden y algunos son asesinados por los soldados iracundos.

Así concluye una jornada en que se decapita a la casta militar republicana –que se tenía por una de las mejores del continente– sustituida por la promoción revolucionaria que encarnan los sargentos rebeldes.

Algunos estudiosos de estos hechos, como el historiador Herminio Portell Vilá, afirman que Batista y sus soldados asaltaron el hotel con el visto bueno de Washington. A mí me parece una conclusión temeraria. Habían pasado muy pocos días del golpe de Estado que derrocara el gobierno salido de la mediación de Sumner Wells, para que éste viera alguna diferencia real entre Batista y Grau, las figuras principales de un gobierno que debe haber provocado –por su fracaso personal– toda su frustración y su cólera. Que los americanos encontraran una figura más dúctil a sus intereses en Batista y concentraran toda su enemistad en Grau, es verdad incontrovertible; pero eso ocurriría, a mi ver, meses después.

Sin embargo, la fractura institucional provocada por la revolución del 4 de septiembre, consagrada violentamente el 2 de octubre, liberó un maléfico genio que nadie podría volver a encerrar. A partir de entonces, se hizo evidente que las instituciones podían derrocarse, disolverse y refundarse en nombre de esa fórmula que prometía el paraíso mediante la violencia. En ese clima vivimos por un cuarto de siglo. Todo lo que vino después sería secuela.

http://www.elblogdemontaner.com/estreno-de-una-revolucion/

Eddy Bons4 October 2013 at 3:49 pmPERMALINK

Pues yo estoy basicamente de acuerdo. Cuando la sociedad deja de creer que se pueden cambiar las cosas por medio de la institucionalidad, y que esta es obstaculo en lugar de instrumento para el cambio, es la hora de los mesias revolucionarios. Cuba no es el unico caso. Mas bien ha sido la gran epidemia latinoamericana, como señala el autor. La falta de FE en las instituciones y el deslumbramiento con los caudillos es nuestra cruz.

joseluis5 October 2013 at 11:28 pmPERMALINK

Hace muchos años, pero recuerdo como si fuera hoy, que los castros producían y hacían industrias al pal de Estados Unidos. Un amigo mío trabajaba en ese circo. Pues llegaban, según él, con instrumentos obsoletos, que solo se mantenía minutos en actividad, podían ser veinte o treinta minutos, no más, necesario para que las cámaras de los castro filmaran. Se ponían un casco, en mano, pala, pico, venían los castro y firmaban películas, después la propaganda en la televisión. Hemos hecho tal mas cual combinado y todo era un show cuando más de media hora.
Sin embargo yo requerí a migo: coño chico, como tú te presta para eso el, y tipo me dijo: ellos me dan condiciones, y me dijo de todas las prebendas miserables que les ofrecían, sin embargo a mí me cogieron para eso sin darme cuenta.
Llegó la bolo amenazante: que el que no estuviera trabajando seria condenado a prisión por peligrosidad, pues yo fui al ministerio del trabajo y me dieron un trabajo que para la propaganda era de bombos y platillos; pero el pago era de $95 con treinta centavos, yo creo que como unos tres dólares mensuales, bueno es el progreso bullicioso.
EL CABLE CORCIAL. Ese era el plato bullicioso de la propaganda del falso progreso, hacer show era progreso. Bueno: ni hubo cable ni tal corciabilidad , todo fue un show más y yo sin saber que era un actor del teatro castrista. Todos esos fracasos de los castro industriales, ganaderos y agricultores, todos fueron show montados por Fidel castro y sus allegados, nunca hubo intención de progresar, solo de entretener, hacer circo sin pan, solo palo y manipulación.

6 November 2013 ~ 0 COMENTARIOS

Chile’s Bachelet must balance growth and spending

by Carlos Alberto Montaner

(Miami Herald) Michelle Bachelet will soon return to Chile’s government house. Chileans like her, and she probably deserves to return. She went through La Moneda once and left it with a very high approval rate.

However, this time she has been voted in so she can govern differently, and she has so promised. Healthcare and education will be gratis. She’s going to lay the foundations for a welfare state. Public expenditure will increase substantially, of course, and with it the merry legion of functionaries.

No doubt about it. There is discontent with the Chilean model, despite its huge successes and the undeniable fact that it is the leading economy in Latin America today. Why? According to Mauricio Rojas, “We’re looking at a long process that had a spectacular hatching in 2011, with major social upheavals that installed an anti-system discourse that questioned the pillars of the Chilean model.”

 

Later, he says: “The Chilean center-right thought that the system’s efficiency would automatically grant it legitimacy and support, and ignored the area where the course of societies is decided — the field of ideas.” He wrote this with much concern in an article titled Chile, Headed for the Welfare State and Chavist Democracy.

Mauricio Rojas knows whereof he speaks. In his youth, he was a fiery Marxist, a member of the MIR [Revolutionary Left Movement], and fled into exile after Augusto Pinochet’s coup to avoid being killed. He moved to Sweden. Happily, he regained sanity there. He got a doctorate in economics at Lund University and abandoned his foolish Marxist superstitions. Later he understood the errors and excesses of the welfare state. He became a Liberal Party deputy and lived intensely the rectification of the excesses committed by the Social Democrats, especially after the crisis of the 1990s.

Sweden was one of the world’s most habitable countries, but its excessive public expenditure — which reached 67 percent of GNP — and state meddling ended up throttling the initiative of civil society and ruining the nation’s finances.

After the debacle, the successive Swedish governments, in addition to cutting spending, learned to depend more on the private sector and turned to the market through systems of vouchers that gave back to society its power (and right) to choose. The public and private sectors harmonized.

The discussion, then, should not be over whether or not it’s convenient to build a welfare state. The core issue is different: Does society produce enough wealth to sustain a model of existence where people have comfortable homes, varied meals, adequate clothing, quality education and sanitation, transportation, communications, entertainment and efficient infrastructures? All that is very nice but also very costly.

The Scandinavian nations are not at the top of world comfort because they decided to create welfare states, but because they generated a productive fabric in the private sector that allowed them to segregate societies like the ones we see in Sweden, Norway, Denmark and Finland.

Switzerland is Switzerland and Austria is Austria not because the kindly politicians and functionaries in those countries decided to give those societies a high standard of living and distribute the wealth, but because each country has a highly competitive private-enterprise apparatus that creates well-paid jobs and pays taxes. There is no question here of who comes first, the chicken or the egg.

That’s Chile’s pending task. The country is doing well, yes, but not as well as others, and only thanks to its exports of copper, salmon, wine, vegetables and a few other products.

As Harvard professor Ricardo Hausmann says: “The only new things that Chile has developed are the AFPs [Pension Fund Administrators], the wonderful private retirement system created by economist José Piñera, and the Falabella and Cencosud department stores and supermarkets. The country has surprisingly few world-competitive businesses, and that shows a lack of diversification that should cause concern.”

The governments that Chile and all other countries need are not those that primarily aim to distribute wealth but those that decide to foster the creation of vigorous, competitive and diversified private enterprises that nourish and sustain the emergence of educated middle classes and, in so doing, fund an efficient state.

How is that done? Let’s hope that Bachelet finds out before she causes a disaster.

http://www.elblogdemontaner.com/chiles-bachelet-must-balance-growth-spending/

24 November 2013 ~ 9 COMENTARIOS

La paradoja chilenaBachelet

por Carlos Alberto Montaner

Michelle Bachelet regresará pronto a la casa de gobierno en Chile. La quieren y, probablemente, lo merece. Ya pasó por La Moneda y abandonó el poder con un altísimo grado de aprobación. Sin embargo, esta vez la han votado para que gobierne de otro modo y lo ha prometido. Habrá salud y educación “gratis”. Va a echar las bases del Estado Benefactor. El gasto público, claro, aumentará sustancialmente, y con él la alegre legión de los funcionarios.

No hay duda. Existe inconformidad en el país con el modelo chileno, pese a sus inmensos éxitos y al hecho innegable de que es hoy la primera economía de América Latina. ¿Por qué? Según Mauricio Rojas, “se trata de un largo proceso que tuvo su espectacular eclosión en el año 2011, con grandes movilizaciones sociales que lograron instalar un discurso antisistema que cuestionó los pilares del modelo chileno”.

Y agrega más adelante: “el centroderecha chileno creyó que la eficiencia del sistema le daría automáticamente legitimidad y apoyo y descuidó el terreno donde realmente se decide el derrotero de las sociedades: el de las ideas”. Esto lo ha escrito, muy preocupado, en un artículo titulado: “Chile, rumbo al estado Benefactor y la democracia chavista”.

Mauricio Rojas sabe de lo que habla. En su juventud fue un marxista fiero, miembro del MIR, y tuvo que exiliarse tras el golpe de Augusto Pinochet para que no lo mataran. Se fue a Suecia. Allí, felizmente, se desasnó. Obtuvo un doctorado en economía en la Universidad de Lund y abandonó las bobas supersticiones marxistas. Luego entendió los errores del Estado Benefactor. Fue diputado por el partido Liberal y vivió intensamente la rectificación de los excesos cometidos por los socialdemócratas, especialmente tras la crisis de los años noventa.

Suecia era uno de los países más habitables del planeta, pero el excesivo gasto público –llegó a ser el 67% del PIB– y la intervención del Estado acabaron ahogando la iniciativa de la sociedad civil y arruinando las finanzas. Tras el batacazo, los sucesivos gobiernos suecos, además de recortar gastos, aprendieron a depender más del sector privado y a recurrir al mercado mediante sistemas de vouchers que le devolvían a la sociedad la facultad (y el derecho) de elegir. Lo público y lo privado se armonizaron.

La discusión, pues, no debe ser sobre si es conveniente o no erigir un estado benefactor. El tema de fondo es otro: ¿produce suficiente riqueza la sociedad para sostener un modelo de convivencia en el que las personas dispongan de casas confortables, comida variada, ropas adecuadas, estudios y sanidad de calidad, transporte, comunicaciones, diversiones e infraestructuras eficientes? Todo eso es grato, pero cuesta mucho.

Los países escandinavos no están a la cabeza del confort planetario porque decidieron crear estados benefactores, sino porque generaron un tejido productivo en el sector privado que les permitió segregar sociedades como las que vemos en Suecia, Noruega, Dinamarca o Finlandia.

Suiza es Suiza, o Austria es Austria no porque los bondadosos políticos y funcionarios de esas naciones decidieron dotar a esas sociedades de un alto estándar de vida y repartir la riqueza, sino porque el país cuenta con un aparato empresarial privado altamente competitivo que crea empleos bien remunerados y paga impuestos. Aquí no hay duda de si viene primero el huevo o la gallina.

Esa es la asignatura pendiente de Chile. El país, sí, va muy bien, pero no tanto como otros y gracias a las exportaciones de cobre, salmón, vino, vegetales y poco más. Como dice el profesor de Harvard, Ricardo Hausmann: “Las únicas cosas nuevas que ha desarrollado son las AFP (el estupendo sistema privado de jubilación creado por el economista José Piñera), Falabella y Cencosud (tiendas, supermercados). El país tiene sorprendentemente pocas empresas globalmente competitivas, y eso muestra una falta de diversificación que debiera preocupar”.

Los gobiernos que necesitan Chile y todos los países no son los que se proponen, primordialmente, distribuir las riquezas, sino los que deciden estimular la creación de empresas privadas vigorosas, competitivas y diversificadas que alimenten y sostengan la aparición de clases medias educadas y, de paso, costeen un Estado eficiente. ¿Cómo se hace eso? Ojalá la señora Bachelet lo descubra antes de provocar un descalabro.

9 Responses to “La paradoja chilena”
  1. Francisco24 November 2013 at 2:44 pmPERMALINK

    El gasto social o público también crea a la larga riqueza , siempre que se haga de una manera eficiente, evitando la impunidad de los corruptos. Sin ir más lejos, aquí en USA , el gobierno emplea sumas consirables en el sector social o terciario desde la época de Roosevelt. Cuando los conservadores norteamericanos ponen el grito en el cielo sobre el enorme gasto público y el déficit galopante , es un hecho cierto que lo hacen avanzando una agenda ideológica : haciendo pagar un costo de sufrimiento a los sectores menos favorecidos. Se sabe, desde Keynes, que la deuda a la larga se paga, sobre todo aumentando los impuestos . Buffet afirma con sonrisa picara que no conoce un solo negocio que se frustre pensando alguien que va pagar más impuestos. En el caso de Chile hay un por ciento atendible de la población pidiendo el agua por seña , a pesar de las cifras macro halagüeñas .

  2. SB24 November 2013 at 5:31 pmPERMALINK

    Es grave que en Chile quieran volver a esos mitos disparatados del marxismo que han hecho tanto daño en América Latina, muy mal signo lo que ahora pregona Bachelet, y el hecho de que se haya elegido como diputada a una hipócrita comunista como Camila Vallejo. Es importante recordar que el desarrollo de los países jamás viene de la benevolencia de los burócratas, el gasto público ni el estado benefactor; los políticos viven de prometer el dinero ajeno a ciertos grupúsculos que se benefician, perjudicando a todos los demás. Es un mito además que el sistema de salud de las naciones escandinavas con socialdemocracias de vieja data sean los mejores, en cambio, son más un obstáculo. Como dice CAM, el desarrollo y el altísimo nivel de calidad de vida en los países escandinavos, norteamericanos y algunos europeos viene de la iniciativa personal, la libertad económica, la empresa privada, y el capitalismo, más no del estado, del que las únicas funciones legítimas son la defensa local, la defensa internacional, y la obligación a la aplicación de contratos. La historia demuestra que entre menos gobierno mejor.

  3. R L24 November 2013 at 9:15 pmPERMALINK

    Si esos son los planes de la señora Bachelet, pronto dejaremos de citar a Chile como ejemplo de lo que bien se puede hacer en America Latina

  4. el inagotable26 November 2013 at 7:04 amPERMALINK

    Cubadebate expone un enjundioso articulo

    El pensamiento del Che en la Cuba actual

    Copian larguisimas altisonantes , e inconexas frases del tio como si los Diez Mandamientos aquel atorrante hubiera anunciado al mundo.

    Les pido que se echen esto y me digan si sacan algo en limpio
    porque lo que soy yo, me he quedado bizco.

    Ja Ja Ja. !Ni se imaginan que carga al machete!

    Adelante con la trova:

    …El comunismo, como superación positiva de la propiedad privada, como autoenajenación humana y, por tanto, como real apropiación de la esencia humana por y para el hombre; por tanto, como el retorno total, consciente y logrado dentro de toda la riqueza del desarrollo anterior del hombre para sí como un hombre social, es decir, humano. Este comunismo , como naturalismo acabado – humanismo y, como humanismo acabado – naturalismo; es la verdadera solución del conflicto entre el hombre y la naturaleza y del hombre contra el hombre, la verdadera solución de la pugna entre la existencia y la esencia, entre la objetivación y la afirmación de sí mismo, entre la libertad y la necesidad, entre el individuo y la especie. Es el secreto revelado de la historia y tiene la conciencia de ser esta solución.

    ! Y luego los comentaristas lanzandole loas al guerrillero Jas Ja y llamandonos a rescatar su ideario.

  5. F.J.de C.26 November 2013 at 12:02 pmPERMALINK

    Excelente artículo.Lo voy a reproducir en propio blog, citando su autoría como es de rigor.
    Desde ESPAÑA, se me ocurre el siguiente comentario:
    Pobre Chile, mal lo veo en unos pocos años, si Dios no lo remedia….
    Desde España hemos vivido una experiencia parecida con el nefasto expresidente Zapatero, socialista, naturalmente.
    Después de ocho años de crecimiento económico bajo la presidencia de Aznar, la “populista” e insensata política económica de Zapatero (de la otra política mejor no hablo ahora) arruinó España que estuvo a punto de tener que ser rescatada por la Unión Europea.
    Poco a poco y con grandes sacrificios el gobierno de Rajoy, P.P., esta reconduciendo la economía, pero a un enorme coste social.
    Las políticas populistas y demagógicas es a lo que conducen.
    Repito, Pobre Chile……

  6. antfreire26 November 2013 at 1:18 pmPERMALINK

    Lo que va a suceder en Chile es lo que esta sucediendo en casi todo el mundo. Mientras mas democracia haya mas pronto los paises marcharan hacia el desastre economico.
    Ya lo dijo quien lo dijo: “La democracia no es eterna, en algun momento se agota y comete suicidio. Nunca hubo ni habra una democracia que no se destruya a si misma”
    John Adams, segundo presidente de EEUU

  7. ovidio26 November 2013 at 3:43 pmPERMALINK

    únicas cosas nuevas que ha desarrollado son las AFP (el estupendo sistema privado de jubilación creado por el economista José Piñera)
    Este comentario es un chiste de mal gusto? No es solo el olvido del tema de las idea lo que le ha faltado a la derecha, son abusos como las AFP que ya hoy en dia sufren los que creyeron en ellas hace 20 años, es un robo descarado que controlan unos pocos, la diferencia social en chile es la mayor de américa, es el segundo pais mas caro en la medicina, no todo es color de rosa. Pero comparto su preocupación, ojala Michelle sepa ser moderada

  8. Julian Perez26 November 2013 at 10:40 pmPERMALINK

    Hay algo que nunca he entendido y me gustaría que alguien un día me lo supiera explicar. ¿Por qué esa obsesión con las desigualdades sociales? Para mí lo que importa es el grado de bienestar que tengan los menos favorecidos y la cantidad de menos favorecidos que haya. ¿Qué importa la diferencia que haya entre los escalones de abajo y los de arriba?

    Según ese criterio de priorizar la igualdad, una sociedad en que el nivel de vida de todos es X sería superior (porque es igualitaria) a otra en que los más pobres tienen un nivel 2X y los más ricos un nivel 1000X. Pues no. A mí personalmente me importa un comino la diferencia con los ricos y si se bañan en champagne y tapizan las paredes de su casa con billetes de cien dólares. Me interesa la satisfacción de mis necesidades en términos absolutos, no relativos.

    Quizás mi problema es que no soy envidioso. Por algo será que entre los 10 mandamientos está el de no codiciar lo ajeno.

    Igualar lo diferente es tan injusto (y más desastroso) como tratar de manera diferente lo igual. Cada vez que se ha tratado de imponer la igualdad el experimento ha terminado en un baño de sangre (recordemos la egalité y fraternté de la revolución francesa) y en que ¨algunos son más iguales que otros¨ como bien dijo Orwell.

  9. Ramon30 November 2013 at 2:02 amPERMALINK

    Julian Perez

    Me encanto su comentario y creo que esa es la clave de toda esta cuestion.
    Recuerdo cuando en Cuba Fidel tomando las estadisticas de Estados Unidos decia que aqui existian no se cuantos millones por debajo del indice de pobreza, lo que no decia es que esos pobres de aqui, vivian 100 veces mejor que el promedio de los Cubanos.

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