Una crisis perfecta que hay que aprovechar

Los retos del presente han provocado un marcado desasosiego colectivo e inquietudes en diversos sectores a nivel local y fuera de la Isla

Por: Lcdo. Robert Rivera Cruz

Puerto Rico se encuentra en uno de sus momentos más críticos en su historia. Esto dado la posibilidad de que finalmente se formalice la degradación del crédito del Gobierno de la Isla a nivel de ‘chatarra’, acción que agudizará nuestra ya apretada situación fiscal e impactará nuestro desarrollo socioeconómico.

Los retos del presente han provocado un marcado desasosiego colectivo e inquietudes en diversos sectores a nivel local y fuera de la Isla. Sin embargo, el estado anímico predominante no puede llevarnos a olvidar que las crisis pueden convertirse en oportunidades si se saben manejar y aprovechar. Esto contando con un plan integral cónsono con las necesidades, recursos y desafíos del momento y más aún, con el liderazgo, capacidad, voluntad y la madurez política y colectiva requerida para implantarlo exitosamente. Y en el caso de Puerto Rico, el panorama que desconcierta a muchos muy bien puede verse como la crisis perfecta que hacía falta para tomar medidas que verdaderamente atiendan y resuelvan los problemas de fondo que nos tienen al borde de un abismo fiscal de grandes proporciones.

El plan para aprovechar las oportunidades de la crisis tiene que ser uno bien pensado y ejecutado. Cónsono con las continúas recomendaciones de diversos sectores, este plan tiene que integrar medidas comprensivas de disciplina fiscal y para reactivar y potenciar nuestro crecimiento económico. La presente administración ha apostado a la imposición de nuevos impuestos sin demostrar interés por la implantación de mecanismos para controlar el gasto público y generar eficiencias mediante la reestructuración y modernización de agencias y programas gubernamentales, siguiendo modelos y buenas prácticas exitosas. Así las cosas, el gobierno tiene que hacer ajustes, disciplinarse y administrar programas que hagan sentido, de forma responsable y conforme sus realidades, para que no siga pasándole factura a los contribuyentes para cubrir los costos de su ineficiencia y descontrol.

De otra parte, se hace necesario un nuevo modelo de desarrollo económico que impulse nuestro crecimiento y haga más competitivo a Puerto Rico. Mientras aquí se invierte el tiempo en replantear y revertir iniciativas de desarrollo económico que iban dando resultados y en anunciar iniciativas que no siguen un plan concertado, a través del mundo se encaminan estratégicamente proyectos que le permiten a distintas jurisdicciones posicionarse como actores importantes del nuevo contexto global. Ejemplo de ello es el desarrollo de megapuertos en el Caribe, centros de innovación y zonas especiales de desarrollo económico en diferentes regiones, programas de exportación de bienes y servicios y el establecimiento de incentivos para atraer inversión extranjera directa, entre otros. Nuestra Isla no puede darse el lujo de seguir quedándose atrás y de perder oportunidades, ventajas y recursos que la pueden posicionar como líder en nuestra región.

Ahora bien, estas medidas serán insuficientes si no se complementan con la resolución final de un centenario problema de fondo: nuestro presente status político. De hecho, el Grupo de Trabajo de Casa Blanca, últimamente muy activo en la atención de asuntos locales, así lo reconoce en su informe de marzo de 2011 expresando que “la cuestión del estatus y la economía están estrechamente vinculadas”. A esto añade que “la identificación de la manera más eficaz de contribuir a la economía de Puerto Rico depende de la resolución de la fundamental cuestión del estatus” y más aún, que “el bienestar económico a largo plazo de Puerto Rico mejoraría considerablemente con una pronta decisión sobre el asunto del estatus”.

Se dice que el momento más oscuro de la noche precede al amanecer. Si este dicho alienta la adopción de las medidas que requiere el momento, para aprovechar las oportunidades que trae consigo la crisis y resolver nuestros problemas de fondo, de seguro un camino hacia un mejor mañana le espera a Puerto Rico.