EL VOCERO / Archivo Por José M. Saldaña
Expresidente de la Universidad de Puerto Rico
La Universidad de Puerto Rico tiene sus bonos clasificados como chatarra. Una de las razones principales para esta calificación es que la UPR tiene una dependencia exagerada en los fondos del Estado y estos están en precario.
Según las casas calificadoras, fue un error eliminar la cuota anual de $800 por estudiante, pues lo que esto hizo fue crear una mayor dependencia en los fondos del Estado. Con esa calificación la institución está prácticamente impedida de realizar obra permanente, de poder construir y actualizar las instalaciones físicas debido a los altos costos que conllevaría tomar dinero prestado para hacerlo.
Se anticipa que la Universidad tiene este año un déficit de más de $200 millones. Por años no se les ha podido aumentar los salarios a los profesores ni a los empleados no docentes. Las restricciones económicas para comprar equipos y materiales, son la orden del día.
Desde noviembre pasado la UPR tiene un nuevo presidente, Uroyoán Emeterio Betances Walker. Este es un joven, poco conocido en el sistema universitario quien sin experiencia administrativa significativa alguna, resultó seleccionado por carambola luego de una tercera votación en un cuestionable proceso de elección.
A este joven la Junta de Gobierno de la UPR le recomendó y él aceptó sigilosamente, un salario de $150,000 (un aumento de $45,000 en el salario del presidente). Tan pronto esto se divulgó se suscitó una fuerte oposición, por lo cual se vio obligado a rechazarlo momentáneamente. Pero está dispuesto a aceptarlo en el futuro.
El nuevo presidente sorprendió al país cuando la semana pasada se filtró que calladamente le había aumentado exorbitantemente los salarios a nueve (9) miembros de su equipo íntimo de trabajo por la friolera total de $211,000.00. Esto con la insensible e irresponsable aprobación de la Junta de Gobierno. Lo mismo parece estar ocurriendo en los 11 recintos. Ante la situación fiscal de la UPR, esto constituye un gran escándalo injustificable.
Esto ocurre precisamente en la semana en la que se reveló la Jauja en la otorgación de salarios a los amigos del alma y a familiares de AGP. Durante esa semana se reclutó al Director de la Corporación de Edificios Públicos (en quiebra) con un salario de $120.000 o sea, con un aumento salarial a la plaza de $15,000.00… negociado por el propio Gobernador. Se reveló el aumento a $100,000 al salario del primo del gobernador en una AEE en quiebra. Se reveló que el salario del Director del Centro de Cáncer es de $200,000.00. Como si esto fuera poco, se reveló que en la situación de quiebra de la AMA -subsidiada su nómina por todos nosotros a razón de $50 millones anuales- se le compensa a los choferes a $34.00 por hora en actividades especiales y se otorgan bonos escandalosos a tutiplén.
Hay que preguntarse cómo es que todo esto ocurre después del gobernador haber circulado a principio del año pasado una orden de austeridad prohibiendo los aumentos salariales ante la situación de quiebra que confronta la isla. Parece que al gobe no le hacen caso o que la orden no aplica para los amigos del alma, primos y correligionarios izquierdosos.
La consigna por lo bajo parece ser: vamos a desgarrar que solo nos quedan tres años.
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