La ignorancia es atrevida: ENRIQUE CRUZ

La ignorancia es atrevida

ENRIQUE CRUZ

Los problemas no se van, no se resuelven solos, y si no se resuelven, se ponen más grandes. Hoy me pregunto, ¿por qué esta gente quiere gobernar Puerto Rico? ¿Por qué tú quieres algo para lo que no estás preparado? Para lo que nunca te preparaste.

El gobernador Alejandro García Padilla, en su discurso del pasado 4 de febrero, trajo el tema de la juventud. Un tema que lo ha perseguido desde su inicio en la política.

Trató ineficazmente de trasladar responsabilidades a sectores que tienen más experiencia de vida que él, y más experiencia de vida que muchos en su gabinete. Trató de presentarle al pueblo que él con su juventud y candidez va a arreglar esto.

Lamentablemente la receta de esta situación catastrófica no es 1 taza de juventud, 2 tazas de cara linda, media cucharada de sonrisa y 1 galón de inteligencia. Esto no se trata de recetas y mucho menos de quién tiene la fuente de la juventud. Se trata de madurez, se trata de experiencia, se trata de escuchar y hacer las preguntas para sacarle al grupo de trabajo el máximo. Se trata de estudiar uno, de leer, de preguntar y de estar preparado para esas reuniones donde uno va a ser igual o mejor que el economista o analista que tengas de frente. Se trata de orgullo, orgullo propio, orgullo personal. Como decía ese anuncio, “a orgullo”.

La cara del gobernador ese 4 de febrero no era de degradación, era de derrota política.

Era la cara que anunciaba que no iba a poder ir a una reelección. Mi preocupación es que ante ese panorama asuma la actitud de “me vale” hacia sus responsabilidades.

Hasta cierto punto hemos visto el debate que hay en su cabecita con los aumentos de sueldo en la AEE y, más recientemente, en la UPR. Lo interesante de los aumentos en la UPR es que se crean héroes en el desastre. La UPR tiene su crédito chatarra y, en medio de la crisis, da aumentos sin piedad y luego que viene la doble degradación anuncian que a todo el personal de confianza le van a reducir su salario un 3%. Pero, ¿qué se cree esta gente? Todos esos aumentos tienen un impacto enorme en la pensión de quienes se han beneficiado hasta ahora de estos cambios administrativos. ¡Qué atrevidos!

Nuestra realidad es que el Gobierno tiene que recortar gastos y eliminar leyes que no puede pagar. Mi propuesta está basada en la productividad que, a la vez, le daría un alivio a todo, repito, a todo aquel que emplee gente. Lo primero que haría sería traer la ley del bono de Navidad a como era antes del 2006. Eso significaría una reducción del 50% y ponerle un tope de 300.

Luego me movería al llamado “enfermito”. Lo curaría de un plumazo. Congelaría esa ley y la eliminaría. Si alguien no va a trabajar, se le paga de sus días acumulados por enfermedad, hasta un máximo de 90 días. El exceso que se acumule no se puede seguir pagando. De esos fondos reservaría para ahorros el 50%, y el otro 50% se lo daría a los maestros y policías como aumento de sueldo.

De ahí pasaría a los días de fiesta en Puerto Rico o, como nos dicen en el continente, “Puerto Pobre”. Los pondría a la par con los federales y añadiría dos o tres de los locales, más nada. Aquí hay que ponerse a trabajar y dejar la guachafita de tanto día de fiesta.

Luego entraría en el pote más grande que hay en Puerto Rico: el Departamento de Educación. Un sistema donde fácilmente puedo sacar entre $350 millones y $500 millones al año en ahorros para el Fondo General. Con esa cifra estoy siendo bien conservador, pero hay donde cortar.

Hay que fijarse en que no mencioné el cobro del IVU ni más impuestos, a ver si cogen oreja.