{José M. Saldaña, Jaime Benson, Héctor Ríos Maury, Ramón Rosario y Mario Ramos, intelectuales, escritores, los que se han convertido en los Mejores Colunmistas y Comentaristas Radiales del Puerto Rico Hoy.}
De todas las tareas que tiene Pedro Pierluisi como presidente del PNP, la de reorganizar su partido es la de mayor importancia de cara a las elecciones. Cuando asumió la presidencia, sin oposición ni disidencia alguna, el PNP estaba desorganizado y descabezado en la mayoría de los comités de unidades electorales. Esa falta de organización llevaba varios años. En muchas de ellas desde que Pedro Rosselló presidía.
Bajo la presidencia de Luis Fortuño la reorganización de toda la estructura política no se logró terminar. Múltiples fueron los factores, siendo los de mayor impacto el descuido y dejadez que el mismo Luis Fortuño tuvo para el aspecto político de su propio partido y la falta de atención de algunos de los cuatro secretarios que tuvo el PNP, en algunos casos por aspiraciones políticas. Todo por Fortuño poner su atención en gobernar y delegar completamente la parte política.
Al asumir el mando, desde los primeros meses de 2013, Pedro Pierluisi se dio a la encomienda de visitar todos los pueblos de Puerto Rico y hablar directamente con la base de su partido, y escuchar sus quejas y recomendaciones. Según dicen, algo que no se hacía desde los tiempos de Carlos Romero Barceló. En cada visita detectó los mismos síntomas; falta de reorganización de la estructura de base y enorme coraje hacia la figura de Luis Fortuño. Sobre este último, las quejas eran de altos decibeles, como lo siguen siendo al día de hoy dentro del partido de la Estadidad.
Pedro Pierluisi tendrá la ardua tarea de reorganizar los 48 municipios donde el PNP perdió la alcaldía en las pasadas elecciones. Eso significa reorganizar toda la estructura; presidencia y vicepresidencias, secretario, tesorero, vocales, juventud, mujeres y servidores públicos. También, reorganizar las unidades electorales de esos municipios con la misma nomenclatura jerárquica que a nivel de precinto. Y no menos importante, seguir recaudando fondos para las arcas de su partido.
Los alcaldes, mientras sean incumbentes, seguirán presidiendo, De igual manera los representantes a la Cámara cuyo distrito representativo sea, a su vez, un precinto. Sin embargo, las unidades electorales de sus respectivos municipios o precintos serán reorganizadas. No debe quedar lugar a dudas que donde haya competencia, al nivel que sea, incluyéndose la gobernación, habrá primarias y votarán los progresistas que estén inscritos.
Sin embargo, no será fácil el trayecto a recorrer ni el trabajo por delante. Pedro Pierluisi corre contra la costumbre histórica que tiene el PNP de ser un partido ingrato con sus presidentes cuando se está en la oposición. Además, en el horizonte están las ambiciones de Ricky Rosselló y de sus colaboradores más cercanos, algunos de los cuales fueron responsables por la pérdida en las elecciones de 2012 y que son ejemplos de insensibilidad política y humana, pues trataron a la base del PNP con manifiesto desprecio y arrogancia. En su brújula el fin justifica los medios.
Sin importar las bajas que la refriega interna pueda producir, como las habrá, el saldo final deberá ser positivo, tanto para el PNP como para Pedro Pierluisi. El se lo ha ganado. El triunfo propio como el de su partido lo ha ido cocinando a fuego lento, para en su día degustarlo, como merece, en completa compañía de su pueblo.
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