Mejor época económica desde 1940 hasta 1960

NR – Para nosotros el verdadero impulso económico moderno de Puerto Rico lo comenzó LAF en el 1069.

Mejor época económica desde 1940 hasta 1960

Por Carmen Arroyo, EL VOCERO el 11 de mayo de 2011 en Negocios · 1 comentarios

Innovación y liderato convirtieron a una cepa de puertorriqueños en la pieza clave que convirtió el periodo de 1940 al 1960 en la mejor época para la economía de Puerto Rico, que pasó de ser punta de lanza a nivel mundial a quedarse rezagada en una crisis en estos momentos.
A esta conclusión llegó un panel de economistas que participaron en una mesa redonda convocada por EL VOCERO para analizar los eventos más sobresalientes del espectro económico de Puerto Rico en el pasado siglo.
Los economistas José Alameda, Joaquín Villamil y Carlos Colón de Armas identificaron las décadas del 1940 al 1960 como las más agraciadas para la economía boricua. Sin embargo, aunque coinciden en cuanto a los periodos buenos, discrepan al mencionar las razones que hicieron que estos fueran los tiempos mejores.
Colón de Armas y Villamil-contrario a Alameda- coinciden en que la historia económica de Puerto Rico se puede dividir en tres periodos: 1900 al 1940, del 1940 al 1975 y del 1975 al presente. Pero Alameda en su análisis, divide las épocas en dos: del 1900 al 1950 y de 1950 al presente.
Alameda expuso que en los primeros 50 años comenzó el desarrollo de Puerto Rico y la integración a la economía estadounidense. “Tenemos todo un desarrollo de las instituciones norteamericanas. Comienza a crecer la economía de Puerto Rico, pero a expensas de las corporaciones azucareras”, sostuvo Alameda.
Ese proceso, agregó el Economista, provocó desigualdad porque, mientras crecía la economía, las condiciones de los trabajadores iban en descenso. Este período fue precedido por la Gran Depresión de los años 30 que tuvo en efecto nefasto en la economía local, que decreció en hasta un 14 por ciento del 1929 al 1934, explicó Alameda.
“El Gobierno logró a través de las instituciones norteamericanas del Nuevo Trato, reducir el impacto de la caída de la economía de Puerto Rico. De ahí, se comienza a formalizar un proyecto de economía quizás a través de un movimiento de status”, indicó Alameda. La Constitución del Estado Libre Asociado (ELA) se firmó en el 1952.
A partir de ese momento, a juicio de Alameda, se inicia un proceso de industrialización que ha dejado en el trayecto las huellas de sus logros y sus fallas.
Por el contrario, Colón de Armas y Villamil entienden que el ELA no fue el responsable del desarrollo económico de Puerto Rico.
Para Colón de Armas, al analizar la historia económica de Puerto Rico es necesario disipar lo que él denomina como “mitos”.
El primer mito que mencionó Colón de Armas es precisamente la creencia de que el ELA fue una especie de puerta hacia el desarrollo. “En el 1952 no cambió la moneda, no cambió el mercado común, no cambió la defensa común, no cambió la ciudadanía, no cambió la exensión contributiva. Todas esas condiciones de Puerto Rico, todos esos factores económicos preceden por mucho el ‘52”, dijo Colón de Armas.
Aunque los economistas mencionaron en varias ocasiones las grandes aportaciones de Teodoro Moscoso en el desarrollo del País, no se aventuraron a nombrarlo como la figura que más aportó a la economía.
Villamil y Colón de Armas se inclinaron a mencionar el esfuerzo colectivo y la capacidad de innovación de múltiples figuras a cargo de la política pública como los factores responsables del éxito económico que una vez tuvo Puerto Rico.
“Si yo fuera a escoger a quien le daría el premio en términos económicos de Puerto Rico, yo se lo daría a los puertorriqueños del 1940 al 1975”, afirmó Colon de Armas al destacar que otro de los mitos que han minado la economía están vinculados al “estado anímico y social”.
Y es que, creer que los puertorriqueños no tienen la capacidad de aportar y contribuir al desarrollo de su propio destino, es otro de los grandes mitos mencionados por Colón de Armas. Esa falta de confianza de la que habla el economista, se traducen en los problemas sociales como la violencia y la falta de valores que hoy predominan. “Sería como una depresión, no económica, sino psicológica”, según la describió Colón de Armas.
“Cuando uno mira esa generación de los años 40, nuestros abuelos, nuestros padres, fue una generación con una ética de trabajo inmensa con un énfasis en la educación bien claro”, agregó.
La diferencia entre la presente generación y la de los años 40, puntualizó Colón de Armas, es que los líderes y encargados de hacer política pública en el pasado estaban al tanto de las mejores corrientes del mundo, por lo que Puerto Rico estaba a la cabeza.
Capacidad de innovar 
“Una gran capacidad de innovación”. Esta es, a juicio de Villamil, la clave del éxito de los responsables del quehacer económico de Puerto Rico desde la posguerra hasta el 1960.
“Había una gran capacidad de innovación, no solo económica, sino también social”, planteó Villamil y resaltó que cundo se pensaba en el desarrollo económico, se miraba como parte de ello las artes, la salud y la educación.
Villamil mencionó como uno de los grandes avances de Puerto Rico: la regionalización de los servicios de salud, gestada por el doctor Guillermo Arbona. Otros de los programas que se destacaron fueron el Programa de Ayuda Mutua y Esfuerzo Propio.
“Casi todas las variedades de caña que se desarrollan en la región salieron de aquí, de Puerto Rico. Que lo que uno ve en ese momento era un sitio que tenía gran capacidad de innovación”, insistió Villamil al destacar que otro factor que contribuyó a la salud económica fue la baja en la población producto del proyecto de migración que llevó a cientos de miles a salir de Puerto Rico.
La visión integrada de la economía del País que se tenía en las décadas pasadas, tuvo efectos directos en otros renglones como en las condiciones de vivienda, la salud y la educación, sostuvo Alameda. Estas condiciones tuvieron su mayor impacto en la ampliación de la expectativa de vida que se elevó de 40 años hasta sobrepasar los 70 años de edad, mencionó Alameda.
Comienza a decaer la economía 
De registrarse tasas de producto nacional de 8.4 por ciento en el 1959 y 8 por ciento en el 1960, el escenario económico comenzó a decaer, según cifras provistas por Alameda.
El economista añadió que en la segunda mitad de la década del 1970 se ensayaron con varios proyectos económicos, incluyendo la sección 936. “En este preciso momento- al igual que en el 1930- estamos buscando movernos hacia otra dirección”, afirmó Alameda. La sección 936 fue una disposición del Código de Rentas Internas Federal que otorgaba créditos contributivos a las empresas estadounidenses que se establecieron en Puerto Rico.
Colón de Armas entiende que el deterioro económico de Puerto Rico comenzó a partir de la implementación de la sección 936 en el 1976. El tercer mito que rodea a los puertorriqueños, según Colón de Armas, es el pensar que las 936 fueron la base de la economía local.
“Tienen que desaparecer los mitos. Los mitos definen la política pública sin querer”, expresó Colón de Armas.
Para Villamil el deterioro económico se registró en los años 1964 y 1965. Esto principalmente porque algunos países comenzaron a entrar en el mercado. Mencionó por ejemplo a España que comenzó a fabricar zapatos.
Igualmente, dijo la deuda pública aumentó junto con los empleos gubernamentales. Como bote salvavidas se recurrió a las petroquímicas y a los complejos industriales y posteriormente, a las 936. Según Villamil, ello demuestra que el salvavidas de la economía local siempre se ha buscado en empresas del extranjero. Esto ha dejado en el aire a los empresarios locales.
Para Villamil y Colón de Armas, el poco respaldo a los empresarios puertorriqueños ha sido un enorme problema para la economía.
Por su parte, Alameda entiende que las 936 no fueron la causa del deterioro económico.
“Las 936 no fueron la causa desde mi punto de vista y ahí puedo estar en contra de lo que dicen los compañeros. Sirvieron de ‘buffer’ (amortiguador), pero no evitaron el colapso final”, sostuvo Alameda.
La poca capacidad de mercadear afectó negativamente a las multinacionales que se establecieron en Puerto Rico, afirmó por su parte, Colón de Armas. Estas empresas generaron una buena capacidad de producción que no resultó suficiente para subsistir. “El desarrollo de Puerto Rico de manera sostenible no puede ser sólo producir, hay que saber mercadear”, dijo Colón de Armas.
Para Villamil, el sector privado tiene mucha de la responsabilidad del mal estado económico de Puerto Rico porque depende mucho del Gobierno.

Vea – http://periodicolarazonprssa.blogspot.com/2011/05/un-analisis-economico-impactante.html

Un análisis económico impactante

 Por Kenneth D. McClintock Hernández – Secretario de Estado de Puerto Rico
Durante los pasados 40 años, desde que tenía 13 años de edad, he participado en literalmente centenares de foros y conferencias relacionados con el status politico de Puerto Rico, inicialmente como miembro de la audiencia y, en la mayor parte de las ocasiones, como orador o panelista. En la mayor parte de las ocasiones, el contenido es repetitivo o una versión mejorada de esencialmente la misma información o argumentación. La ponencia del doctor Carlos Colón De Armas, “The Economic Aspects of the Political Status of Puerto Rico and other Fallacies”, como panelista junto a mí y otros en un evento en el Congreso auspiciado por el Center for Puerto Rican Equality Advancement (CPREA) fue la excepción a la regla, al presentar datos y análisis que nunca había visto antes.
Aunque la discusión de aspectos económicos tiende a ser árida, compleja y complicada, el profesor Colón De Armas presentó un análisis novel que resultó entendible a más de un centenar de asesores congresionales, puertorriqueños residentes en la Capital federal y otras personas interesadas en el status de Puerto Rico que asistieron al foro.
El análisis prueba, sin lugar a dudas que la Sección 936, lejos de ayudar a Puerto Rico, le hizo un daño severo a nuestra economía que ha frenado el crecimiento económico desde entonces.
Como sabemos, la sección 936 del Código de Rentas Internas federal fue legislada en 1976 para proveer un extraordinario trato contributivo a las ganancias de corporaciones que tenían operaciones de manufactura en Puerto Rico.
Cuando se legisló en 1996 para su gradual eliminación entre 1996 y 2005, el entonces gobernador Pedro Rosselló, el Comisionado Residente y ex-gobernador Carlos Romero Barceló y el Partido Nuevo Progresista fueron acusados de destruir el futuro económico de Puerto Rico por provocar o permitir la eliminación de la Sección 936.
El 3 de mayo, en la Capital federal, el doctor Colón De Armas, con hechos y datos irrefutables probó lo contrario.

PIB/GDP versus PNB/GNP

En español, el Gross Domestic Product (GDP) se traduce a Producto Interno Bruto (PIB) mientras que el Gross National Product (GNP) se traduce a Producto Nacional Bruto (PNB) (no teniendo la palabra “nacional” nada que ver con el status político).
A continuación las definiciones:
Ü El PIB representa el valor de todos los bienes y servicios producidos y vendidos dentro de las fronteras de un país durante un período de tiempo dado.
Ü El PNB representa el valor de todos los bienes y servicios producidos y vendidos por los residentes de un país durante un período de tiempo dado, independientemente de dónde ocurrió la producción.
En otras palabras, el PIB tiene un enfoque geográfico (lo que se produce dentro de las fronteras) y el PNB tiene un enfoque de domicilio (lo que producen los residentes permanentes del país). En Puerto Rico, la gran diferencia es que en el PIB/GDP se incluye lo que producían las llamadas empresas 936, pero en el PNB/GNP no.
Seis años antes de aprobarse la Sección 936, el producto nacional (en este caso “nacional” no tiene nada que ver con el status politico) bruto (PNB/GNP) de Puerto Rico era un saludable 93% del producto interno bruto (PIB/GDP). O sea, el GNP y el GDP de Puerto Rico estaban casi a la par.
Tan pronto se aprobó la Sección 936, el pequeño diferencial de 7% entre uno y otro se fue separando y para el 2010, la diferencia entre el PNB/GNP y el PIB/GDP se había deteriorado de 7% a 35% de diferencia. O sea, se quintuplicó en 40 años. En términos económicos, eso es terrible.
Visto de otra manera, en las tres décadas antes de aprobarse la sección 936, la relación entre el GNP y el GDP fue de 104%, 99% y 93%, un promedio de 99%. Durante las tres décadas siguientes, fue de 76%, 70% y 67%, un promedio de 71%. Noventinueve por ciento versus setentiun porciento, un deterioro de casi 30% entre las 3 décadas antes y las 3 décadas después de aprobarse la Sección 936.
La economía puertorriqueña comenzó a desplomarse con la estrategia económica equivocada de la Sección 936.
¿Creció la economía con la 936?
Numéricamente, nuestro producto bruto nacional per cápita (por persona) creció dramáticamente entre 1970 y el 2010, de $1,729 a $15,930. “¡Wow!”, podría ser la reacción inicial natural. Esa sería la respuesta natural y superficial que promueven los partidarios del status politico actual.
PERO… en 1970 el GNP per cápita para todos los estados de EE.UU. era de tan solo $5,094 y creció a $47,883 en el 2010. En otras palabras, nuestro GNP por persona era un 33.9% del nacional en 1970 ($1,729 aquí versus $5,094 allá) y en el 2010 era un 33.3% del nacional ($15,930 aquí versus $47,883 allá). La Sección 936 que estuvo vigente durante 30 de esos 40 años no hizo absolutamente nada para cerrar la brecha económica entre Puerto Rico y el resto de los Estados Unidos.
El crecimiento económico y la Sección 936
Entre 1948 y 1979, el crecimiento económico promedio del producto bruto nacional de Puerto Rico fue de casi 6% anual.
Tan pronto se aprobó la Sección 936 a finales de 1976 se notó una diferencia, pero fue una diferencia desastrosa. De 1980 al 2010, el crecimiento anual bajó de casi 6% a apenas 1.5% anual. O sea, bajo tres cuartas partes, ya que 1.5% es una cuarta parte de 6%.
“¡Ah, pero el crecimiento de la economía de los Estados Unidos también bajó!” podrían argumentar los partidarios de la colonia.
Es cierto, la economía nacional también bajó, de 3.84% a 2.68%, una reducción de 30 por ciento. Pero una reducción de 30% es mucho menos que una reducción de casi 75%.
Mientras la economía puertorriqueña creció más aceleradamente que la estadounidense en los 30 años antes de entrar en vigor la Sección 936 (5.56% versus 3.84%), fue la economía estadounidense la que creció más aceleradamente que la puertorriqueña durante los 30 años después de aprobarse la Sección 936 (3.68% vs. 1.52%). La Sección 936 frenó el crecimiento económico de Puerto Rico.
¿Puede Puerto Rico cerrar la brecha?
Si Puerto Rico pudiera reestablecer una tasa de crecimiento mayor a la tasa de crecimiento económico del resto de la nación, podemos establecernos como meta igualar el Producto Nacional Bruto (PNB/GNP) per cápita al PNB/GNP per cápita de todos los Estados Unidos.
Por ejemplo, si nuestra tasa de crecimiento fuera de 1.7 puntos porcentuales mayor a la nacional, como lo fue por 30 años hasta que fue alterada por la imposición de la Sección 936, la economía boricua alcanzaría, proporcional a su población, por supuesto, a la estadounidense, en unos 65 años.
Sin embargo, al paso que vamos bajo la relación política actual, en vez de cerrarse la brecha, la economía puertorriqueña se estará alejando más a la de los Estados Unidos.

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