Sin embargo, nuestro sistema educativo sufre de deficiencias que tenemos que subsanar con sentido de urgencia. La deserción escolar ha llegado a unas cifras inaceptables cuando 4 de cada 10 estudiantes no terminan el ciclo de educación formativa.  Asimismo, aunque hemos tenido algunos avances, el aprovechamiento de nuestros estudiantes en las materias principales está muy por debajo de lo aspiramos. El sistema de educación debe responder a las exigencias de un estudiantado que ha demostrado su desinterés por la educación pública.

La reforma establecida en la Ley 149 del 1999 que está vigente hoy se centró en cuatro pilares importantes que son la guía correcta para seguir encaminando la educación pre-universitaria en Puerto Rico.  Los principios básicos que tienen que dirigir toda iniciativa de educación son que el estudiante sea el foco de la gestión educativa, que visualicemos la educación como un proceso continuo, que revisemos constantemente las destrezas a desarrollar en nuestros estudiantes ya que el conocimiento es cambiante, y que ampliemos la autonomía de nuestros planteles escolares.

En el pasado cuatrienio se lograron adelantos importantes como las 100 escuelas del Siglo XXI, sacar al Departamento de Educación de la sindicatura federal,  un 5% de aumento en los fondos que van directo al estudiante, el reclutamiento de facilitadores de educación especial, la permanencia de 4,000 maestros, la recuperación de los fondos Título III, la Alianza para la Educación Alternativa y nuevos programas tales como Cancha Abierta, ligas escolares y Música 100×35.

Pero todavía nos falta mucho camino por andar y tenemos que actuar de forma concertada para lograr proveerle a nuestros niños y jóvenes la educación que necesitan para triunfar.  Hay soluciones que se pueden trabajar inmediatamente para impulsar una educación de excelencia en nuestras escuelas públicas:

1)     Cumplir e implantar el mandato de la Ley Orgánica del Departamento de Educación de Puerto Rico.

2)     Crear un Departamento de Educación más ágil, reformando sus estructuras burocráticas, llevando los recursos al estudiante y levantando estadísticas confiables sobre el estudiantado.

3)     Enfocarnos en el estudiante con medidas innovadoras que amplíen la educación bilingüe, los programas vocacionales y técnicos, la educación alternativa, los recursos tecnológicos y la medición del aprovechamiento.

4)     Darle prioridad a la educación especial mediante un plan de cumplimiento con las normas federales, el restablecimiento de los facilitadores y una mayor participación de los padres.

5)     Establecer y ampliar los programas de horario extendido (after school) con laboratorios en tecnología y en inglés, y mayor ofrecimiento de deportes, música, artes, tutorías, y tareas supervisadas.

6)     Integrar a estudiantes y profesores de la UPR en programas de servicios complementarios del sistema público, incluyendo tutorías fuera del horario regular.

7)     Incentivar a nuestros maestros haciéndole justicia salarial, incorporándolos al Seguro Social y reformando debidamente su Sistema de Retiro.

8)     Integrar a los madres y los padres a las escuelas como socios de la educación.

9)     Utilizar correctamente el Plan de Flexibilidad autorizado por el Gobierno Federal.

10)Planificar la educación a largo plazo, creando un organismo asesor de la Legislatura y el Departamento de Educación que represente a todos los sectores pertinentes y logrando que una súper mayoría en la Asamblea Legislativa apruebe el plan educativo a ser implantado.

Estos principios básicos redundarán en un sistema de educación que nos ayude a lograr el Puerto Rico que todos queremos. Para el Partido Nuevo Progresista la educación de nuestros niños y jóvenes es una prioridad.