De acuerdo con un informe realizado por la división Moody´s Analytics, al comparar a Puerto Rico con otras 84 entidades, concluyeron que la Isla es la segunda con mayores probabilidades de no poder cumplir con sus obligaciones con los bonistas, después de Argentina.
Lo que Moody´s determina como Frecuencia Esperada de Impago, se ha disparado para la Isla.
La divulgación de este informe el lunes coloca al ELA en un ambiente de mayor especulación al que estaba tras conocerse que el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) ha contratado las principales firmas especializadas en manejo de crisis financieras y reestructuraciones a nivel internacional, con contratos millonarios, durante el último trimestre.
Como la situación financiera del gobierno local y la economía en general continúan con su deterioro en un ambiente de casi ocho años de recesión, los pronósticos no apuntan a una recuperación que permita cumplir con el pago de gran parte de su deuda de sobre $73,000 millones.
La tasa de desempleo que se ubicó en 14.7 por ciento (%) en marzo, de acuerdo con Moody´s, es otro claro ejemplo del deterioro económico.
El informe hace la aclaración de que tras la emisión de $3,500 millones en bonos de las obligaciones generales (GO´s) a principios de marzo pasado, la posición del ELA mejoró en el análisis de los lugares en riesgo de impago. Sin embargo, tras conocerse de las contrataciones de las firmas legales especialistas en reestructuración de deuda, se revirtió la mejoría.
Al respecto, señala que un proceso de reestructuración de la deuda ¨no está claro para los inversores¨, toda vez que la Isla es un territorio no incorporado y no es elegible para acogerse a la protección de quiebra municipal bajo un Capítulo 9.
¨Los inversores cada vez están más preocupados por los indicadores económicos de Puerto Rico¨, sentencia el informe.
Resalta entre los indicadores el desempleo y lo compara con los números de Portugal. Menciona que la migración sigue en aumento hacia Estados Unidos, ¨donde las perspectivas de trabajo son vistas como mejores¨. Resalta también que ¨el encogimiento de la fuerza laboral añade más presión a la baja en la actividad económica¨.
Respecto al Índice de Actividad Económica (IAE) que elabora el BGF, plantea que muestra una baja significativa cuando se comparan los números de 2009 (142.1) y febrero de 2014 (127.1).
Moody´s indica que el empeoramiento de la economía del ELA es tal que se refleja de manera contundente en el precio de sus bonos GO´s a 10 años, los cuales ya se negociaban a un precio tan bajo como 76 centavos de dólar la semana pasada.
Reiteradamente el gobierno ha dicho que no habrá reestructuración, pero la Autoridad de Energía Eléctrica admitió recientemente que lo consideran.
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Mensaje de Estado
En un momento en que a cualquier declaración que envuelva números se le adjudican facultades mágicas, la mayor interrogante para muchos es si de verdad la propuesta presupuestaria le proveerá al país $800 millones menos para suplir las necesidades comunes. De nada sirven las advertencias de que un presupuesto reducido solo agravará la contracción económica: las gradas piden menos presupuesto y ya se dejará para luego el llanto y rechinar de dientes cuando se haga patente la reducción de servicios públicos y los efectos en el sector privado.
En todo caso, ya nadie recuerda si en algún momento los mensajes de presupuesto han cumplido lo que debe ser su función legítima: hacer un inventario cabal de los recursos del país para confrontarlo con el diagnóstico de necesidades, de tal forma que los fondos a los que aportamos todos se distribuyan de manera sensata y solidaria. La ocasión se ha convertido en un mitin de barricada, con invitados instruidos a aplaudir en cada pausa estratégica.
Para añadir a la atmósfera circense, siempre es bueno algún proyecto absurdo – como la locura aquella de la Ciudad Red que Acevedo Vilá prometió construir por encima de la Baldorioty – o alguna promesa que nunca se pensó cumplir –como la reducción al IVU que henchido de emoción anunció García Padilla el año pasado.
No hay razón para albergar esperanzas de que así sea, pero algún respiro le traería al país que en esta ocasión, ante la gravedad de la situación, el señor gobernador se animara a superar las expectativas, aclarando las dudas que se han quedado sobre la mesa a lo largo del año.
Es su obligación, por ejemplo, exponer el plan de reestructuración de la deuda pública que debió seguir a la emisión de bonos de hace unos meses; hacer un compromiso firme con la comunidad universitaria sobe el destino de la educación superior pública; garantizar un acuerdo para la reformulación de la Autoridad de Energía Eléctrica y disipar las preocupaciones sobre el temido cierre de escuelas públicas.
Con el nombramiento de un nuevo superintendente de la Policía, no hay por qué esperar más para revelar el plan anticrimen de esta administración, o para anunciar los cambios estructurales que permitirían cumplir con los acuerdos para atender los señalamientos de corrupción, ineficiencia y violación de derechos civiles en la uniformada. Tras los pobres resultados de la Ley de Empleos Ahora –cuyo efecto principal ha sido subsidiar empleos precarios al servicio de grandes empresas estadounidenses—el país quiere escuchar un proyecto de verdadero crecimiento económico.
El llamado en este renglón es quizás el de mayor urgencia: la tasa de participación laboral se ha reducido un 5.7% en la última década, y un altísimo por ciento de los desempleados (45.6%) está entre las edades de 20 y 34 años. Alguna retribución se debe esperar tras el alto precio exigido a los servidores públicos con el desmantelamiento de su sistema de retiro y a los comerciantes locales con la infame patente nacional y la determinación del Tribunal Supremo sobre el Sistema de Retiro de Maestros debe dar pie a una verdadera apertura al diálogo. Y si algún valor le queda a las promesas de campaña, haría bien el señor gobernador conminando a la Asamblea Legislativa a atender las medidas sobre estatus presentadas en ambos cuerpos, y bajo la jurisdicción de una Comisión Especial Conjunta creada el año pasado y aún sin constituir.
El estado de los mensajes de estado solo se ha empobrecido con el paso del tiempo; el martes sabremos si la degradación de su contenido va por el mismo rumbo que la del crédito del país.
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