Hay solución y esperanza (I, II, III y IV) – Por Thomas Rivera Schatz

Hay solución y esperanza (I)

POR COLUMNISTAS, EL VOCERO – 4:10 AM

«No importa cuántos parchos financieros le vuelvan a colocar al ELA, la situación con la colonia No va a mejorar»

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Por: Thomas Rivera Schatz

Ex Presidente del Senado

La estadidad es nuestra única alternativa como pueblo; afortunadamente también es la mejor para Puerto Rico. En eso, este pueblo tiene la fortuna de tener la mejor opción a su alcance en los momentos más difíciles del callejón sin salida en que nos ha metido este fracasado sistema colonial que nombraron ‘Estado Libre Asociado’.

No importa cuántos parchos financieros le vuelvan a colocar al ELA o cuántos cuentos más se inventen de culminaciones y más poderes para la colonia, la situación con la colonia No va a mejorar. Seguirá de mal en peor. El ELA ya dio lo que podía dar una colonia; la quiebra social y económica de Puerto Rico. Muñoz lo sabía y por eso proclamó su transitoriedad. No hay colonia en la historia mundial que haya terminado bien a menos que haya optado por la estadidad o la independencia. Tan sencillo como eso.

El problema fundamental de las colonias siempre ha sido que tratan de vivir el estilo de vida de la metrópolis, sin contar con los mismos recursos políticos ni económicos. Ese también ha sido el problema de Puerto Rico.

Durante décadas, hemos pretendido vivir el estilo de vida de un Estado de la Unión sin tener los mismos recursos de participación política ni económica que esos 50 estados. La conclusión es tan sencilla que hasta parece poco evidente: si quieres vivir el estilo de vida de un estado de la Unión, entonces tienes que ser un Estado de la Unión. No hay otra manera posible.

En el afán de hacerle creer a los puertorriqueños que se puede vivir el estilo de vida americano sin ser un estado; sin tener igual participación en la distribución de la riqueza de la nación que somos ciudadanos ni votos en el juego de poder en Washington DC; los resultados han sido catastróficos. Hemos tenido que tomar prestados más de 70 mil millones para aparentar que somos un estado de la Unión. A pesar de todo eso:

Somos la jurisdicción más pobre de los Estados Unidos y vamos camino a regresar a ser pobres también en comparación con muchos países de América Latina.

Mientras los EU salen de la recesión, bajan su desempleo y registran aumentos en su actividad económica, en la colonia continuamos en dirección opuesta.

Continuamos teniendo las más altas tasas de criminalidad; 47% de la población bajo niveles de pobreza; y emigrando masivamente a donde se vive la Estadidad.

Un gobierno deficiente, grande y costoso que casi no cumple ninguna de sus metas programáticas: educación, salud, seguridad pública, infraestructura, servicios; todo es un inmenso desastre y todo funciona mal.

Un sistema contributivo confiscatorio, excesivamente variable, abusivo y también deficiente; peor que el de cualquier estado y que desincentiva la inversión privada y la actividad económica de desarrollo.

Un gobierno de corte socialistoide que pretende dirigir toda la inversión privada con permisos e intervencionismos excesivos.

Salarios bajos para nuestros trabajadores que incentivan la dependencia en programas sociales bajo la premisa lamentable de que no trabajar produce más que trabajar.

Una enorme economía subterránea, legal e ilegal, que le huye a los bajos salarios y los altos impuestos de la colonia; y que reduce los ingresos del fisco.
Y todos los desastres que conocemos.

Lo peor de todo es que hay quienes insisten en hacerle creer a este pueblo que la colonia es salvable; recuperable. Falso. Recortes presupuestarios; aumentos contributivos; las llamadas reestructuraciones; el entra y sale de empleos con una participación laboral cada vez más baja; y todo lo demás son más cuentos de camino.

Estamos tan mal que hay sectores que han llegado al extremo absurdo de aplaudir cada vez que llega una cadena de tacos o hamburguesas a pagar $7.25 la hora a tiempo parcial. Pero todos los que hablan de más parchos a la colonia se quedan ahí; ninguno presenta soluciones realistas, contundentes ni mucho menos permanentes. Porque se trata de los voceros de la colonia. Los que cada día, por fanatismo partidista e intereses económicos particulares, prefieren hundirse con la colonia y nos arrastran a todos. Los que se niegan a aceptar que la estadidad es la única, última y mejor solución y esperanza para Puerto Rico.

Lo que estamos sufriendo como pueblo desde el año 2006 no es una prolongada recesión económica. Este no es otro ciclo económico recuperable. En realidad se trata de la quiebra, la liquidación final de 60 años de colonialismo con el ELA.

¿Hay solución? ¿Hay esperanza? Claro que sí. Elegir en el 2016 un Gobierno capaz, sensato, con liderato y sentido de dirección. Y, sobre todo, un Gobierno que canalice en el menor tiempo posible el mandato de cambio de estatus y en favor de la estadidad como el que se otorgó por el Pueblo en las urnas en el reciente Plebiscito de 2012. Y ese mandato… cada vez será más grande y fuerte. ¡Claro que sí! Hay solución y esperanza con un nuevo Gobierno Progresista y con la Estadidad.

Hay Solución y Esperanza (II)

POR COLUMNISTAS, EL VOCERO – 4:07 AM

Todo el mundo, menos los líderes colonialistas y soberanistas del Partido Popular, parece darse cuenta de que la condición colonial de Puerto Rico es la principal razón de nuestra quiebra social y económica

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Por: Thomas Rivera Schatz

Ex Presidente del Senado

Hay cincuenta ejemplos exitosos de la estadidad en los Estados Unidos; algunos de ellos con más de 200 años de edad. Todos esos estados con más calidad de vida que en la colonia del ELA. Hay que tener la cara fría para decirle a los puertorriqueños que donde único la estadidad sería un fracaso es en Puerto Rico. El colonialismo es una tragedia política, social y económica. Para defenderlo, hay que subestimar a los puertorriqueños y ser capaz de cualquier barbaridad para seguir confundiendo a nuestro pueblo.

Todo el mundo, menos los líderes colonialistas y soberanistas del Partido Popular, parece darse cuenta de que la condición colonial de Puerto Rico es la principal razón de nuestra quiebra social y económica. Estudios, informes, estadísticas, datos, editoriales y mucho más lo confirman.

Ahora, el más reciente Informe del General Accounting Office (GAO) también se suma para confirmar que la Estadidad sería extremadamente ventajosa para los puertorriqueños.

Además de ese Informe del GAO, cuyos datos se enfocan en el 2010 como año de referencia, hay otros informes del Gobierno federal de ese mismo año que ayudan a reconfirmar que la Estadidad es la mejor alternativa para Puerto Rico; por ejemplo, el ‘Consolidated Federal Funds Report for Fiscal Year 2010’. Este informe fue preparado por las dos agencias federales más especializadas en la recopilación y evaluación de estadísticas: el Negociado Federal del Censo y la Oficina de Gerencia y Presupuesto Federal.

Este otro informe nos da una idea más amplia y completa que el Informe del GAO en relación a cuántos fondos federales realmente recibe anualmente cada estado y territorio colonial de los Estados Unidos. Distinto al Informe del GAO, este otro informe al que me refiero incluye la totalidad de los fondos federales que se distribuyen anualmente. Sus datos revelan, de manera clara, que la Estadidad podría representar hasta sobre $20 MIL MILLONES ANUALES ADICIONALES para Puerto Rico debido a su alto nivel de pobreza.

Para el 2010, el 45% de la población del ELA vivía bajo los niveles de pobreza, mientras que el promedio nacional en los estados de la Unión era de solamente 15%. Lo anterior significa que en la colonia del ELA la pobreza es tres veces más grande que en los estados. Eso es lo que el ELA nos ha dejado después de 62 años. Incluso, debo anotar, que la situación de pobreza en el ELA es tan absurda como dolorosa al extremo que todas las agencias federales excluyen a Puerto Rico cuando computan el nivel nacional promedio de pobreza en los Estados Unidos. Evidentemente, si incluyeran el 45% de la población pobre de la Isla, la cifra a nivel nacional se desplomaría. Hasta les avergonzaría.

El ‘Consolidated Federal Funds Report for Fiscal Year 2010’ que comparto con ustedes permite comparar al ELA con otros estados. Esas comparaciones de fondos federales vs población y niveles de pobreza son muy reveladoras. El mejor ejemplo comparativo es el estado de Oklahoma, pues su población ronda en los 3.7 millones; igual que Puerto Rico.
A pesar de que Oklahoma tiene nuestra misma población, en el 2010 recibió $38 mil millones de fondos federales mientras que el ELA solo recibió $21 mil millones; es decir, que Puerto Rico perdió ese año por lo menos $17 mil millones por no ser un estado; por ser un territorio colonial y carecer del trato Igual proporcional de la Estadidad. Y todavía hay quienes se atreven hablar de las supuestas ventajas del ELA. Debería darles vergüenza.

Oklahoma tiene el 1.2% del total de la población en los Estados Unidos y recibió el 1.2% del total de los fondos federales que se asignaron en el año 2010. La colonia del ELA, sin embargo, también tiene el 1.2% del total de la población en los Estados Unidos pero solamente recibió el 0.6% del total de los fondos federales que se asignaron ese año a nivel nacional. Es decir, que el ELA le arrebató a los puertorriqueños por lo menos la mitad de los fondos federales a que tendrían derecho si fuésemos un estado de la Unión. Este dato, además, nos confirma lo que planteé en mi columna anterior: que para crear la falsa apariencia de que bajo el ELA vivimos el estilo de un Estado de la Unión hemos tenido que tomar más de $70 mil millones en préstamos para cubrir la falta de los cientos de miles de millones en fondos federales que el ELA nos ha obligado a perder durante décadas.

Por eso la colonia tiene la deuda pública per cápita más grande de los Estados Unidos. Por eso el ELA impone miles de millones en aumentos contributivos, en las tarifas de servicios esenciales, en patentes nacionales y todo lo demás. Por eso el ELA también obliga a despedir a empleados públicos y a trastocarles sus planes de Retiro.

Distinto a la colonia del ELA, a la que no se le garantiza nada y se le asigna los fondos que se le antojen al Congreso, en la Igualdad de la Estadidad la distribución de fondos federales está fundamentada en la proporcionalidad que surge de factores como la población de los estados y sus respectivas necesidades por los niveles de pobreza. Por lo tanto, muchos programas federales asignan fondos de acuerdo a esas fórmulas que se utilizan en igualdad de condiciones para todos. Es decir, a mayor nivel de pobreza de la población de cada estado, también son mayores las asignaciones de fondos de esos programas federales. Ej. SSI. (Supplemental Security Income o Seguro de Ingreso Suplementario). También hay fondos federales especiales o ‘grants’ logrados por cada estado a través de cabildeo, propuestas competitivas, regateo congresional y de presiones por la fuerza del voto presidencial.

En este otro informe federal que les menciono también hay más datos reveladores. El nivel de pobreza en Puerto Rico en el 2010 era más del doble que Oklahoma. Para ese año, Puerto Rico tenía el 45% de su población por debajo de los niveles de pobreza. Oklahoma, sin embargo, tenía solamente el 16.9%. Entonces se puede concluir, sin lugar a dudas, que con la estadidad y en Igualdad de condiciones con estados como Oklahoma entonces Puerto Rico recibiría más de $20 millones ANUALES ADICIONALES cada año en fondos federales. Más que Oklahoma con nuestra misma población pero ese estado tiene menos nivel de pobreza y menos necesidad que nosotros.

Debo subrayar que esos fondos federales adicionales que Puerto Rico recibiría todos los años como estado de la Unión representarían casi la totalidad del actual Presupuesto Consolidado de la colonia del ELA; entiéndase de todas las agencias del Gobierno Central y todas las corporaciones públicas. En palabras sencillas, la estadidad casi duplicaría los recursos económicos y presupuestarios de Puerto Rico; sumando los fondos adicionales, la estabilidad para fomentar mayores inversiones, más empleos y una enorme actividad económica.

También habría que sumar que el Voto Presidencial y la Delegación Congresional del Estado de Puerto Rico nos darían ventajas adicionales, pues tenemos más electores que la mitad de los estados. Eso también significa que tendríamos más congresistas que la mitad de los estados. Esa enorme delegación congresional y esa fuerza electoral del primer y único estado hispano de la nación obligaría a los candidatos presidenciales en sus campañas a hacer compromisos de ayudas y proyectos especiales significativos para la recuperación rápida y el fortalecimiento permanente de Puerto Rico.

Demos la lucha, como la dieron los ciudadanos de 37 colonias de los Estados Unidos que, sin complejos ni timidez, insistieron en la Igualdad de la estadidad y la lograron.

¡Claro que Sí! Hay Solución y Esperanza con un nuevo Gobierno Progresista y con la Estadidad.

Hay Solución y Esperanza (III)

POR THOMAS RIVERA SCHATZ, EX PRESIDENTE DEL SENADO – 4:02 AM

¿Por qué los estados de la Unión son más exitosos económicamente que la colonia del ELA?

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¿Por qué los estados de la Unión son más exitosos económicamente que la colonia del ELA? Hay quienes piensan, absurdamente, que son más exitosos sencillamente porque son “americanos” y hablan inglés. O piensan que es así porque sí. Puros complejos coloniales. Son mortales iguales al resto de la población mundial. Pero han logrado el modelo más exitoso de distribución de riqueza y democracia en la historia de la humanidad. Hace años, se dieron cuenta que en una buena Unión… está la fuerza.

En realidad, el éxito de los Estados Unidos de América se debe a muchísimos factores. Hay uno que debo destacar. Durante más de 200 años han desarrollado un modelo federalista de gobierno que distribuye de manera balanceada, entre el gobierno federal y los gobiernos estatales, las cargas presupuestarias de la ‘Economía de Asistencia Pública’ y la ‘Economía de Desarrollo’. La primera se trata básicamente de lo que llaman los programas de ‘welfare’; y, la segunda, a la manera en que se promueven las actividades comerciales, industriales, agrícolas e infraestructurales: en fin, la creación de empleos, mejores salarios y mejor calidad de vida.

En ese modelo federalista de la estadidad, el Gobierno federal cobra impuestos a las corporaciones e individuos más ricos de cada estado para atender las necesidades socioeconómicas de los más pobres. De ahí es que surgen los llamados “fondos federales”.

Con esas contribuciones, el Gobierno federal puede asumir la mayor parte de la carga presupuestaria de la ‘Economía de Asistencia Pública’ o ‘welfare’. Al hacerlo, entonces releva a los estados y sus respectivos presupuestos estatales de esa carga económica. Por lo tanto, cada estado puede concentrarse en utilizar su propio presupuesto interno –la riqueza que produce- para fortalecer la ‘Economía de Desarrollo’ con contribuciones estatales más bajas;  buenos incentivos industriales, agrícolas y empresariales; la creación de empleos; mejores escuelas, hospitales, carreteras, infraestructura y servicios.

En la medida que los estados tienen más dinero propio para fortalecer sus Economías de Desarrollo, porque casi no tienen que atender la carga de la economía del ‘welfare’, entonces cada vez hay más gente empleada, mejores salarios, menos niveles de pobreza y menos dependencia en los programas federales. Recordemos que el propósito fundamental de los programas federales de ‘welfare’ es atender las necesidades de las familias con desventajas y sentar las bases para que, eventualmente, puedan salir de la pobreza y ser más autosuficientes. Ese modelo ha funcionado exitosamente en los estados de la Unión. Por eso los niveles de pobreza, dependencia pública, y desempleo en los estados son promedialmente tres veces más bajos que en la colonia del ELA.

Distinto a los estados, la colonia del ELA tiene que utilizar la mayor parte de su presupuesto interno para satisfacer las necesidades de ‘welfare’ que no se cubren con fondos federales. En mi columna anterior, con datos del propio Gobierno federal, demostré que el ELA le hace perder a este pueblo más de 20 mil millones anuales en fondos federales; porque somos una colonia sin poderes políticos y que depende de lo que nos den.

Por recibir menos ayudas, nuestros pobres son cada vez más pobres; tienen que conformarse con seguir siendo pobres y cada día más puertorriqueños se suman a las filas de la pobreza. Tengamos presente que las expectativas de calidad de vida y de servicios de ayuda pública de una familia necesitada en la colonia del ELA no son iguales a las que se tienen en un país subdesarrollado. Al contrario, esas expectativas de calidad de vida y servicios son iguales a las que tiene cualquier familia pobre en un estado de la Unión. Es así porque en esta Isla la gente necesita vivir el “estilo de vida americano” y no el de otros países. Y la gente sabe por vinculación con familiares que residen en los estados y por los medios de comunicación cómo el gobierno federal ayuda a los de allá y cómo se vive allá. La gente también sabe que la calidad de vida en todos los estados de la Unión es muy superior a la que se padece aquí. Socioeconómicamente, los puertorriqueños somos estadounidenses. Más de lo que algunos creen. Ese es nuestro entorno socioeconómico de referencia existencial. Y eso, nadie lo va a cambiar.

En el ELA, hasta los sectores que una vez fueron productivos, hoy pierden sus casas, cierran sus negocios, pierden sus empleos y hasta tienen que irse a los estados de la Unión a buscar la Igualdad de oportunidades y derechos de la estadidad. Sin contar que el gobierno colonial también ha tenido que ser el principal patrono para sostener a empujones los empleos que no puede producir el sector privado por la falta de incentivos gubernamentales para ampliar su desarrollo. Muy poco o nada de nuestro presupuesto interno se puede utilizar para fortalecer las actividades de desarrollo económico del sector privado. Resultados: en el ELA tenemos los más altos niveles de pobreza, desempleo y bajos salarios de los Estados Unidos y el peor índice de desarrollo económico. El ELA también tiene el sistema contributivo más abusivo e inservible en toda la Nación. El ELA ya es una economía chatarra.

En el ELA, evidentemente, se ha pretendido vivir el estilo de vida de un estado de la Unión sin serlo. Sin tener participación igual ni proporcional en los programas federales. Y durante 62 años del ELA muchos de nuestros gobernantes, para ganar elecciones y mantenerse en el poder, han tenido que tomar prestado e imponer altas contribuciones para tratar de compensar la falta de esos fondos federales y, a la misma vez, hacerle creer a los puertorriqueños que podemos vivir el “estilo americano” sin ser un estado.

Ese juego de evoluciones y apariencias se acabó y para siempre. Por eso nadie tiene ni presenta una solución realista, viable ni permanente para salvar a la colonia. No la hay. El ELA ya es insalvable. Quebró. Colapsó. Hoy, todos los números de actividad económica de la colonia del ELA están en rojo y siguen empeorando. Las percepciones de los inversionistas locales y del exterior sobre lo mal que está nuestra economía también desalientan nueva inversión. Y las proyecciones son desastrosas.

Insisto: si queremos vivir el estilo de vida de un estado de la Unión entonces tenemos que ser un estado de la Unión. Con igual participación en la distribución de la riqueza y los fondos de la nación de la que somos ciudadanos; con iguales obligaciones y con iguales poderes políticos como el Voto Presidencial y representación en el Congreso donde se toman las decisiones y se reparte esa riqueza. No hay otra manera posible.

Por el contrario, si queremos seguir bajando nuestro nivel económico y nuestra calidad de vida, entonces nos quedamos estancados en la colonia del ELA hasta el derrumbe total o nos encaminamos a la aventura soberanista o separatista.

Con tan solo comenzar el paso afirmativo hacia la estadidad, la percepción de los inversionistas cambiaría de inmediato a rango positivo. Habría mayor estabilidad política y económica y miles de millones de dólares adicionales cada año en Igualdad con el resto de los estados de la Unión.

Con esos fondos federales adicionales se acabarían los llamados déficits presupuestarios. No habría necesidad de aumentar contribuciones estatales; al contrario, podríamos bajarlas Tampoco habría que trastocar los sistemas de retiro ni otras barbaridades como las ha estado haciendo el desgobierno Popular para tratar de arreglar lo que no tiene solución.

No perdamos más tiempo. Evitemos continuar en ruta directa al desastre total.  ¡Claro que Sí! Hay solución y esperanza con un nuevo Gobierno Progresista y con la Estadidad.

Hay Solución y Esperanza (IV)

POR THOMAS RIVERA SCHATZ, EX PRESIDENTE DEL SENADO – 4:00 AM

«Siempre he dicho que la virtud de la democracia en los Estados Unidos no es la ausencia de discrimen».

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En 1955, Rosa Parks y Claudette Colvin, dos valientes mujeres afroamericanas, fueron arrestadas en incidentes separados por supuestamente ‘alterar el orden’. En esa época, las políticas racistas en Alamaba obligaban a los afroamericanos a ceder los asientos frontales de los autobuses a los pasajeros de raza blanca. Los afroamericanos debían ubicarse en la parte trasera. Ambas mujeres se negaron. Rosa Parks llevó su caso al Tribunal Supremo federal. Luchó y triunfó. Derrumbó el discrimen racial en la transportación pública. De ahí en adelante, conocemos la historia. Martin Luther King y líderes afroamericanos tomaron esos y otros incidentes como plataforma de lucha. Poco tiempo después lograron erradicar las leyes racistas que quedaban, principalmente en algunos estados sureños.

Si los afroamericanos en los Estados Unidos, durante las décadas de los 50’ y los ’60, hubieran tenido una actitud tímida y acomplejada al reclamar la Igualdad de sus derechos como ciudadanos americanos, entonces todavía estarían sentados en la parte trasera de los autobuses. Posiblemente, Barack Obama sería uno de los sentados ahí.

Si las mujeres americanas, durante las décadas de los ’20 y ’30, también hubieran tenido una actitud tímida y acomplejada al reclamar la Igualdad de su derecho al voto todavía estarían impedidas de votar en las elecciones; como se les negó votar durante siglos. Michelle Obama no hubiera podido votar por su marido. Laura Bush, tampoco.

Siempre he dicho que la virtud de la democracia en los Estados Unidos no es la ausencia de discrimen. Claro que hubo y hay prejuiciados que discriminan; como también los hay aquí y en todas partes del mundo.

Realmente, la virtud de la democracia en la nación de la que somos ciudadanos es la presencia de las leyes, las instituciones y los tribunales que hacen valer los derechos de igualdad de aquellos que se sientan discriminados y que exijan sus derechos.

A la altura del siglo XXI, los ciudadanos americanos de Puerto Rico también padecemos el discrimen por ser un territorio colonial de los Estados Unidos. La colonia más antigua y poblada del mundo. Y mientras no provoquemos la crisis con nuestro reclamo de igualdad de derechos, beneficios y responsabilidades con la estadidad, nadie nos va a regalar esa igualdad.

La estadidad nunca se le ha regalado a nadie. Hay trece estados originales que se unieron en federación por necesidad y acuerdo. Pero hubo otros 37 territorios coloniales como el ELA que entraron a esa Unión derribando los obstáculos que les impusieron los que estaban dentro. ‘Remember Tennessee’.

Si no haces ruido, no te escuchan…si no empujas la puerta, no entras. Así tuvieron que hacerlo los ciudadanos de la mayoría de esos 37 territorios coloniales que lucharon por la estadidad. Todos la lograron. Desde el Congreso federal les hicieron la vida imposible. A muchos los ignoraron. A otros, para entrar a la Unión, les impusieron condiciones absurdas y hasta humillantes. Pero todos esos 37 territorios coloniales dieron su la lucha por la Igualdad. Casi nadie entró fácil porque los que están adentro casi nunca quieren compartir lo suyo con los que están afuera. Frente a esa norma universal de conducta humana nadie debe acomplejarse. Si luchas y defiendes tu derecho, te respetan. Si vas como el colonizado sumiso, te ignoran.

En la democracia, se respeta más al que utiliza la militancia pacífica, los tribunales y el voto. Al que se hace sentir de manera ordenada, pero contundente. Por eso los afroamericanos, después de siglos de atropellos, linchamientos y discrímenes lograron la Igualdad. Hoy tienen un presidente en la Casa Blanca. Superaron el complejo de “no nos quieren”. Hoy son iguales. Así también se dieron a respetar las mujeres americanas hasta que lograron su derecho al voto.

Desde la madrugada del 7 de noviembre de 2012, Puerto Rico es una colonia por imposición unilateral de los Estados Unidos. En el Plebiscito, la mayoría de este pueblo revocó el supuesto consentimiento colonial de 1952; aquel gran engaño. Este sistema colonial adornado con el título rimbombante de ELA es culpa, hechura y responsabilidad total del Gobierno federal y sus cómplices colonialistas en la Isla. Ellos lo diseñaron, lo legislaron, lo implantaron y lo sostienen. Después de 62 años de espejismos y apariencias: el ELA es cada vez más pobre; quebrado, dependiente de la limitada dadiva federal.

El mandato anticolonialista de este pueblo en el Plebiscito de 2012 fue claro y contundente. Ha cambiado muchas caras en Washington DC. Se acabó el cuento de la colonia por consentimiento. Por ejemplo, el presidente Obama ha tenido que asignar $2.5 millones de fondos federales para coordinar un plebiscito federalizado en la Isla. Por el contrario, aquí el desgobierno popular ignora ese mandato, a pesar de que se otorgó por los mismos electores que los eligieron. Y siguen hablando de convenciones constitucionales, cumbres, culminaciones y todas las sandeces a las que nos tienen acostumbrados.

¿Y qué vamos a hacer las puertorriqueñas y los puertorriqueños? ¿Continuar sumisos? ¿Seguir creyendo que no podemos ser iguales? ¿Qué tenemos que tener menos porque algunos prejuiciados en Washington DC nos ignoran? ¿Porque los líderes colonialistas meten miedo diciendo que la igualdad como ciudadanos americanos nos haría más pobres de lo que ya somos y menos boricuas? ¿Seguir viendo cómo se desploma Puerto Rico y la calidad de vida de nuestros hijos y nietos? Yo digo que no. Basta ya de tanta nimiedad, mitos y engaños.

En Washington DC hay mucha gente que quiere ayudar a Puerto Rico a lograr la igualdad como estado de la Unión. Pero también quedan, aunque menos, algunos prejuiciados. A esos, debemos enfrentarlos, convencerlos o derrotarlos.

Cuando alguien en Washington nos venga con el discurso –duérmete nene- de que nos pongamos de acuerdo para ejercer la autodeterminación, debemos contestarles que desistan de hipocresías para alargar nuestra agonía como pueblo. Les recordaremos que al Gobierno federal le importó un pepino la autodeterminación en el 1898, en el 1900, en el 1917, y en el 1952. Siempre actuaron unilateralmente; sin la autodeterminación de los puertorriqueños. Y ahora tienen que enfrentarse con honradez y sentido democrático a que los hombres y las mujeres de Puerto Rico votaron en el Plebiscito de 2012 rechazando la desigualdad de este sistema colonial impuesto y fracasado. Esa es la verdadera autodeterminación. Y la van a tener que respetar.

Cuando también nos vengan con el asunto de que Puerto Rico quiere la Estadidad por la conveniencia de más fondos federales, digámosles en la cara que sí. Se trata de eso y también de derechos y obligaciones iguales con los demás estados –ni uno más, pero tampoco ni uno menos-. Somos ciudadanos americanos igual que ellos.

Y a los que digan eso, entonces les preguntaremos qué habría pasado con la economía de su estado si durante los últimos cinco años el Gobierno federal les hubiera privado de decenas de miles de millones anuales en fondos federales y de sus derechos a votar por el Presidente y tener voto en el Congreso. Posiblemente, estarían peor que Puerto Rico. Y les explicaremos que a nosotros se nos ha obligado a padecer esa desigualdad y esas limitaciones –no durante cinco años- sino durante 116 años.

Y también les preguntaremos si su estado estaría dispuesto a renunciar a su igual participación con los demás estados en la distribución de los fondos federales para reducir algún déficit presupuestario federal.

Hace falta un nuevo gobierno estadista y progresista para hacer valer esos derechos y esa voluntad de igualdad de nuestro pueblo. No perdamos más tiempo. Demos esta lucha por la Igualdad con firmeza y sin complejos coloniales. Si la damos, ganamos. Evitemos continuar en ruta directa al desastre total. ¡Claro que sí! hay solución y esperanza con un nuevo gobierno progresista y con la estadidad.

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