La enseñanza del inglés en Puerto Rico ha sido víctima de la política partidista ‘chiquita’ y ‘miope’. Motivaciones ideológicas han impedido el progreso y provocado la eliminación de iniciativas gubernamentales de educación bilingüe en la Isla para fortalecer la enseñanza y dominio tanto del español como del inglés. De esta forma, a un gran número de puertorriqueños se les ha privado de herramientas y ventajas valiosas para su desarrollo, éxito y aprovechamiento de las oportunidades que ofrece el nuevo contexto global.
La situación actual de Puerto Rico bajo el presente gobierno de turno, contrasta notablemente con la experiencia de jurisdicciones en nuestra región y otras partes del mundo. Estas jurisdicciones, entendiendo los retos y oportunidades del momento, han implantado medidas de avanzada, como la educación bilingüe, para ser más competitivas, ampliar las opciones laborales y el desarrollo personal de sus ciudadanos, e integrarse y destacarse en las nuevas corrientes mundiales.
Ejemplo de ello es Colombia, donde se anunció recientemente el inicio del ‘Programa nacional de inglés’ denominado ‘Colombia, very Well’. Éste permitirá que por los próximos 10 años se inviertan recursos gubernamentales para fortalecer la enseñanza y dominio del inglés en Colombia. Así se aumentará el número de estudiantes que se gradúan dominando aceptablemente el inglés y la capacitación su fuerza laboral en el sector público y el privado. Según el presiente colombiano Juan Manuel Santos, la iniciativa persigue que Colombia sea en el año 2025 “el país de Suramérica que mejor habla inglés”. Cabe señalar que ‘Colombia, Very Well’ es una de varias iniciativas desarrolladas tras la aprobación de la Ley de Bilingüismo colombiana de 2013.
Otro ejemplo es Perú, donde hace unos días su presidente, Ollanta Humala, le comunicó al Congreso peruano que implantará una nueva “Política nacional de enseñanza del inglés”. Esto para expandir y fortalecer la instrucción del inglés en Perú, para que, como expresó el Presidente Humala, “en el 2021 todos los escolares egresen con un nivel de conversación de inglés que les facilite ser ciudadanos del mundo”. De hecho, dicho mandatario reconoció además que la ausencia de esta política lingüística “pone barreras a nuestros jóvenes para integrarse al mundo globalizado”.
En Estados Unidos también hay diversos ejemplos de programas de educación bilingüe. De hecho, la Nación registra un aumento en el número de personas que solo hablaban inglés y quienes actualmente aprenden un segundo idioma, como el español el cual es el de mayor demanda entre este grupo. Y esta preferencia no debe extrañarnos porque como recientemente reseñó el periódico ABC de España, “el avance del idioma español en Estados Unidos es imparable” y “año tras año las estadísticas reflejan con datos apabullantes que la lengua española está cada día más presente en la vida de los estadounidenses.” Cabe señalar, que dicho reportaje puntualiza además estadísticas oficiales del gobierno federal que reflejan que aproximadamente 13% de la población total de Estados Unidos habla español y que el incremento registrado “no ha ido en detrimento del bilingüismo.”
Puerto Rico no puede continuar quedándose al margen y atrás, caminando en dirección opuesta a las corrientes, tendencias y oportunidades globales que sí aprovechan jurisdicciones en Estados Unidos, América Latina, Europa y otros lugares en el mundo. Los puertorriqueños tenemos que volver a contar con las herramientas de una educación bilingüe de avanzada, que deje de estar tronchada y encadenada por ideologías y consideraciones político partidistas retrógradas, y que se valorice como lo que realmente es y representa para nuestro pueblo: oportunidades, competitividad, desarrollo, integración y conexión con el nuevo escenario global y multicultural, como ciudadanos del mundo.
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