Tras no poder conseguir empleo como maestro en Puerto Rico, Christian Pacheco Candelas se vio obligado a emigrar de su tierra hace cuatro años para mudarse a Nueva York donde le surgió la oportunidad de trabajo que deseaba, y sin pensarlo dos veces, empacó y se mudó a la llamada “Ciudad que nunca duerme”.

“En Puerto Rico era facilitador de educación especial, pero ya sabía que con el cambio de gobierno esa plaza iba a cerrar, así que no veía mucho futuro allí. Luego renuncié y me mudé a Orlando hace más o menos dos años”, narró el joven.

Al igual que Pacheco Candelas, son miles los boricuas que se marchan de la Isla en busca de nuevas oportunidades y mejorar la calidad de vida. Un reciente informe del Centro Pew Research en Estados Unidos señala que la gran crisis económica por la que atraviesa la Isla ha provocado -en los últimos años- una masiva migración de puertorriqueños hacia Estados Unidos, específicamente el estado de la Florida.

Pese a no estar ejerciendo su profesión, trabaja para una fastuosa cadena de tienda de ropa, asegura que a nivel económico está más estable que cuando residía en suelo borincano.

“Yo estoy mejor económicamente. La calidad de vida es mucho mejor, no importa si estoy en el barrio más malo, uno acá se siente más seguro. Desde que me mudé acá solo he ido dos veces a Puerto Rico, la última vez hace dos semanas y lo vi peor que nunca, señaló Pacheco Candelas en tono frustrado.

Aunque de la Isla extraña a su familia, amigos, la playa y la comida, tener una estabilidad en términos de calidad de vida, trabajo y seguridad le impiden arrepentirse de haber dado ese gran paso en su vida.

“Acá si me quedo sin trabajo no me daría mucho estrés pues es bien fácil conseguir otro. Hay mucha oportunidad de empleo, mejor paga y beneficios. Lo mejor que tiene Florida es que no estoy en Puerto Rico por más triste que suene”, dijo tajante el joven, de 28 años, con especialidad en historia.

Con la misma desilusión, Lynestie Labrada se marchó de la Isla hace dos años hacia Orlando, Florida. Labrada no logró conseguir un trabajo como periodista, profesión que estudió en la Universidad del Sagrado Corazón.

Con tristeza y dolor, se alejó de su familia en Río Piedras para lanzarse a un gran reto, el cual le ha rendido frutos.

“Llegando a Orlando la oportunidad de empleo que encontré fue en una línea aérea, trabajando 25 horas. La experiencia de haber cambiado de Puerto Rico a Florida ha sido significativa. En menos de un año ascendí dos posiciones y soy parte de una compañía sólida”, expresó Labrada.

A juicio de la joven de 26 años, la razón principal por la que los boricuas deciden abandonar la Isla y establecerse en Florida es la búsqueda de mejores oportunidades de empleo.

“A diferencia de Puerto Rico, aquí hay muchas oportunidades de crecimiento, yo soy vivo ejemplo de eso. De 25 horas, pasé a ser supervisora. Tengo un buen trabajo y me gusta lo que hago», afirmó.

Añadió además que “la comida, los carros y otras cuentas son más económicas. «El que trabaje obtendrá lo que quiere y más”, concluyó.

Labrada no descarta regresar a la Isla, pero cuando se retire.

Con una situación similar, Ángel Ortiz decidió lanzarse a una aventura y radicarse en Miami donde lleva cuatro años laborando como enfermero, trabajo que ejerció en Puerto Rico durante casi 10 años.

“Un día me dio un arranque y hablé con mis amistades que llevaban acá un tiempo y me dijeron que en los hospitales había oportunidades de trabajo y que solicitara. Vine a una entrevista y me cogieron y hasta el sol de hoy estoy muy bien”, afirmó el enfermero de 36 años.

“En Puerto Rico yo trabajaba en un hospital privado. No cobraba mal, pero de momento todo comenzó a subir. En el trabajo de mi esposa había rumores de despido, y por miedo decidimos dejarlo todo y arriesgarnos”, acotó Ortiz.

Aunque por momentos le invade la tristeza de estar lejos de la Isla, el profesional de la salud recuerda la excelente calidad de vida que les da a sus hijos en Florida y eso -para él- minimiza el sentimentalismo.

No obstante, para luchar contra la nostalgia recuerda que en su casa se habla inglés y español.

“Mis hijos se comportan como boricuas, tienen el acento de Puerto Rico y hacemos todo como si estuviéramos allá, la diferencia es que realmente estamos en la Florida”, explicó.

Ortiz alabó mucho los servicios y la infraestructura de ese estado y entiende que son algunos de los factores por los cuales los boricuas están decidiendo emigrar.

“Aún me impresionan la rapidez de todos los servicios aquí de las autoridades, la Policía, las carreteras están impecables. Yo creo que además de los sueldos, eso es un extra que buscamos los boricuas”, concluyó.

El número de puertorriqueños que vive fuera de la Isla alcanzó la cifra de 4.9 millones en 2012, frente a los 3.5 millones que viven en el País, según el informe del Centro Pew Research.

Los datos señalan, además, que la población boricua, que estuvo mayormente concentrada en Nueva York por varias décadas, está ahora más dispersa y ha crecido en el sur de Estados Unidos, especialmente en el estado de la Florida.

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