“¡Fortuño No!” fue un estribillo que se hizo muy famoso durante la campaña eleccionaria del 2008. Durante los meses previos a esa elección, el Partido Popular, capitaneado entonces por Aníbal Acevedo Vilá, se valió de esa frase pegajosa en la boca de la figura manipulada de un niño que invitaba al electorado a rechazar al PNP. El slogan, gracias a Dios, no logró su cometido y para bien de nuestro pueblo, el PPD y su candidato fueron abrumadoramente derrotados.
Sin embargo, me parece que el estribillo de “¡Fortuño No!” cobra hoy un significado distinto a la luz del desastre de la administración García Padilla. Por los pasados meses, se ha querido imputar a la gestión gubernamental de Fortuño el entuerto económico y fiscal por el que ahora atraviesa nuestra Isla. Nada más lejos de la verdad. Me parece meritorio aprovechar la oportunidad para clarificar y rectificar lo que se ha querido proyectar sobre la gestión del ex gobernador Fortuño y su administración.
Como recordarán, parte de la herencia que nos dejó el PPD a principios del 2009 incluyó un monumental déficit gubernamental de más de $3,300 millones de dólares; cuentas por pagar de más de $1,000 millones de dólares y préstamos por más de $2,500 millones para los cuales no existían fuentes de repago. En adición a este nefasto descalabro fiscal , el PPD nos dejó como legado una economía en recesión—provocada por el cierre del gobierno durante la gobernación del mismo Acevedo Vilá—el crédito de la Isla al borde de ser degradado a chatarra y una ausencia total de obra en beneficio del pueblo puertorriqueño. Ese es el récord y, aunque no le guste al PPD, así quedó certificado por los estados financieros auditados del gobierno.
Ya para finales del año 2011, Puerto Rico comenzaba a sacar la cabeza a flote. El déficit se había reducido significativamente; nuestro crédito mejoró en dos escalafones por encima de la chatarra y la economía comenzaba a crecer de forma moderada por primera vez en seis años: +0.9% en el año fiscal 2012 y +0.3% en el fiscal 2013.
Lamentablemente, la elección del gobernador García Padilla y el PPD fue un golpe devastador y un retroceso en el difícil camino ya recorrido hacia la recuperación. Pretender adjudicar parte de la crisis económica de hoy a una administración cuyo principal norte fue combatirla con éxito, más que una falsedad es una aseveración que no tiene fundamento y está fuera de la realidad. El discurso de líderes del PPD, incluyendo ex gobernadores, criticando el hecho de que hubo que tomar prestado durante el pasado cuatrienio para paliar la crisis fiscal heredada de la administración de Acevedo Vilá—que no había dejado dinero en caja ni siquiera para pagar la primera nómina de enero 2009—no es otra cosa que una tomadura de pelo para sacudirse su responsabilidad.
La verdad es que la mayoría de las emisiones de deuda que se llevaron a cabo, especialmente durante los primeros dos años del pasado cuatrienio, fueron para pagar cuentas y financiar la reducción del déficit. Si las emisiones hubiesen sido parte del problema, ¿no cree usted que durante los años 2009 y 2010 las casas evaluadoras de crédito nos hubiesen declarado chatarra? Sin embargo, eso no fue lo que ocurrió. Al contrario, reconocieron que Fortuño había demostrado con acciones su compromiso de atender y empezar a resolver el problema fiscal y así lo hicieron saber en sus publicaciones y en sus decisiones de subir la clasificación de nuestro crédito, en vez de sumirnos en la chatarra como le han hecho al gobierno de García Padilla
Así que, amigo lector, cuando le pretendan rescribir la historia para echarle culpas al gobierno del PNP, sobre la crisis económica y fiscal de hoy, no deje que lo cojan de tonto, recuerde el estribillo y diga “¡Fortuño No!”.
You must be logged in to post a comment Login