El desarrollo y futuro de Puerto Rico está secuestrado por el sector colonialista que controla las estructuras del actual gobierno de turno en la Isla.

Este sector inmovilista, sigue empeñado en desobedecer y en tratar de alterar nuestro mandato del pasado plebiscito de 2012, con el que rechazamos nuestro presente estatus territorial-colonial bajo el ELA. De hecho, este mandato claro y contundente, contó con el voto de miles de populares que reconocen sin tapujos los límites y la inferioridad del ELA y que esta condición política colonial fracasó, es un lastre para nuestro progreso y que tiene que cambiarse.

A casi dos años desde que votamos en contra de la colonia y a favor de la igualdad y la unión permanente con Estados Unidos que solo garantiza la Estadidad, el sector colonialista inmovilista que controla a la presente administración de turno realiza todo tipo de artimañas para revivir y mantener al ELA que rechazamos con nuestro voto. Y mientras burlan nuestro mandato, la crisis que sufre nuestro pueblo sigue empeorando, precisamente como resultado del colapso y la quiebra del ELA que nuestro pueblo pidió cambiar y que pretenden mantener a fuerza de parches que lo que han hecho es agravar nuestros problemas y estancar nuestro desarrollo económico.

Estos colonialistas inmovilistas, con tremendo enredo existencial y sin Norte ideológico, son los mismos que por décadas nos vienen vendiendo múltiples cuentos y espejismos de versiones de ELAs “mejorados” o “desarrollados” que en realidad han servido para evitar que se resuelva nuestro problema de estatus y que sigamos estancados en un limbo. Esto mientras el mundo a nuestro alrededor cambia y los pueblos se levantan y logran conquistas que les permiten fortalecerse e insertarse en las nuevas corrientes globales. Son los mismos que en los plebiscitos de 1993 y 1998 engatusaron a nuestro pueblo con promesas y propuestas para “mejorar” y perfumar al ELA que terminaron siendo fiascos y embelecos contrarias a la Constitución y leyes de Estados Unidos según han concluido múltiples informes del Congreso, de la Casa Blanca y del Departamento de Justicia Federal.

Y de hecho, a pesar que recibieron el favor del pueblo en dichos plebiscitos de 1993 y 1998, a base de campañas de miedo y engaño, nada hicieron, como tampoco nadie en Washington les ha comprado sus teorías forzadas para “reformar” y perfumar al ELA, mientras gobernaron a Puerto Rico desde enero de 2001 hasta enero de 2009, ni desde que regresaron al poder hace casi dos años. Es más, no podemos pasar por alto que su record incluye el nefasto veto del exgobernador Aníbal Acevedo Vilá en el año 2005 a una legislación histórica, aprobada unánimemente en nuestra legislatura –con el voto de legisladores PNPs, populares y del PIP— para celebrar un referéndum para reclamarle al Presidente y al Congreso de Estados Unidos que se resolviera nuestro problema de estatus con alternativas no coloniales ni territoriales.

Puerto Rico tiene que levantarse y darse a respetar, como han hecho otros pueblos en el mundo para obtener conquistas fundamentales para su desarrollo. No podemos seguir permitiendo que colonialistas inmovilistas continúen secuestrando nuestro futuro a cambio de pagar el alto costo de tener un pueblo estancado y empobrecido. Basta ya de que sean piedras en el camino. Recordémosle que ya no son mayoría, y que precisamente la mayoría somos nosotros, los que queremos un nuevo y mejor Puerto Rico, con un estatus político digno, con poder político, la igualdad de derechos, las responsabilidades y oportunidades que le permitan transformarse, reactivar su crecimiento económico y ser una economía sobresaliente en nuestra región.

Robert Rivera, Abogado