Durante esta semana hemos visto uno de los episodios más impresionantes de la fauna política de Puerto Rico. La cantidad de mentiras y doble discurso que se han elaborados en torno al voto del representante Pedro Julio Santiago, mejor conocido como ‘Pellé’, a favor del proyecto que impondría un arbitrio al petróleo importado, se han convertido en adversario formidable del artefacto del polígrafo. Los últimos resquicios de ética que podían quedar en un partido, como lo es su disciplina interna, han sido soslayados por este nuevo fenómeno de la política colonial. Lo que nos hace recordar la certera frase de Mario Vargas Llosa: “La política saca a flote lo peor del ser humano.”
Sobre este asunto el representante ‘Pellé’ no está solo; su mentor y jefe político Aníbal Vega Borges, alcalde de Toa Baja, le ha servido de planificador, mentor y defensor en toda esta madeja de intenciones ocultas. Distinto a una estrategia, un plan no requiere de investigación, estudio, paciencia, honradez intelectual, dirección ideológica, ética y disciplina de partido. Un plan se ejecuta porque de las entrañas de la ambición de poder y del deseo de riquezas salió ese impulso salvaje que al ejecutarse puede devenir en deshonestidad o en delito; aunque este último no sea el caso de marras.
Aníbal Vega Borges, que ha sido bautizado como “el mejor alcalde popular que tiene el PNP”, es un artífice en estos asuntos de tener buenas relaciones con Dios y con el Diablo. Ha sido firme defensor del Colegio de Abogados, de la Unicameralidad y de la Asamblea Constitucional de Status. También, estuvo en contra de la celebración del plebiscito y de restringir el derecho a la fianza a los acusados de crímenes violentos, como el asesinato; acompañó y sacó la cara por su tocayo y amigo Aníbal Acevedo Vilá en el juicio contra éste en el Tribunal Federal; como legislador votó en contra de su compañero Oscar Ramos en el proceso contra éste en la Cámara de Representantes en el 2003; ha convertido su gobierno municipal –que está quebrado- en un enjambre de contratistas, y, por si algo faltaba, es el principal propulsor de Ricky Rosselló para la candidatura a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista.
Toda esta madeja de planificación, ejecución y doble discurso nos hace pensar que el plan vino del mismo Aníbal Vega Borges y no de su testaferro leal. Dicho por el mismo alcalde, éste tenía conocimiento de la intención del voto por parte de ‘Pellé’ desde, por lo menos, dos semanas antes de la votación en la Cámara de Representantes. Se desprende de las afirmaciones del propio Vega Borges que éste nada hizo para disuadir a ‘Pellé’ de las intenciones que tenía de votar a favor del proyecto.
El voto no fue algo aislado. Los hechos sugieren que fue por puro beneficio político y por los problemas financieros del municipio de Toa Baja, administrado por un político astuto que es un pésimo administrador. Ambos personajes derrotaron los mejores intereses del Pueblo de Puerto Rico y dejaron en una posición incómoda a sus compañeros de partido. Esto evidencia la mogolla política de las ambiciones de poder y de dinero que se cultiva como una industria de intereses en el bendito Valle del Toa.
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