Estadidad y productividad – Por Hernán Padilla

{Todos los hechos indican que Puerto Rico, para salir del Desastre AGaPito y competir con Cuba, necesita el poder político de la Estadidad, lo que es esencial y de máxima urgencia. Es más, AAV ha realizado reuniones con Populares en toda la Isla y se lo han expresado en forma clara y contundente: Los Electores Populares quieren se resuelva el status con Unión Permanente, Ciudadanía Americana y con Fondos Federales (ELA de LMM) y eso sólo se logra con la Estadidad.

Obama le exigió a AGP/PPD celebrar un Proceso Definitorio, respaldado hasta por RHC, pero no han podido definir al ELA que sea Legal, Constitucional y de acuerdo a la Política Pública de USA (Como no han podido definirlo en forma real en 62 años) y ya el tiempo se le ha acabado. Ahora es momento de un Plebiscito Federal reclamado por la Gran Mayoría de los Puertorriqueños en una forma sencilla, clara y concreta: Estadidad Sí o No.}

Estadidad y productividad

Hernán Padilla

Un estudio ordenado por la Oficina de Gerencia y Presupuesto del ELA dramatiza la desventaja de la colonia que nos priva de la plenitud de beneficios que comparten los estados.

Paradójicamente, mientras ese costoso estudio persigue impulsar un plan para allegar más fondos federales, a la vez, el gobernador y su partido conciben la Isla como una nación separada de Estados Unidos, y entre sus líderes hay quienes proponen un estatus que amenaza la ciudadanía americana. Peor aún, Aníbal Acevedo Vilá, uno de los encomendados por Alejandro García Padilla para “definir el ELA”, pretende que los contribuyentes de los estados paguen la deuda pública a cambio de eliminar transferencias federales. Eso ignora el rol crucial de esos fondos para sectores de escasos recursos, la infraestructura y el gobierno local.

Gracias a las leyes y la política pública promulgados por el Congreso y el Ejecutivo, que permiten tratar a la Isla como estado para ciertos fines, muchos puertorriqueños han superado la pobreza, estancamiento y colapso del ELA colonial. Considerando todas las fuentes de ingreso, el total de fondos federales que ingresa anualmente a Puerto Rico sobrepasa los $23,500 millones.

Eso desglosa así: $12,900 millones en transferencias directas; $2,400 millones, en préstamos; $1,000 millones, en contratos federales; $851 millones en salarios, y $6,300 millones en más de 141 programas (“grants”), en los cuales participan activamente agencias estatales, municipios, universidades y organizaciones no gubernamentales que sirven al pueblo puertorriqueño.

Solamente los departamentos federales de Salud, Agricultura y Educación, contribuyen para la Isla con $6,414 millones anuales. Según el informe, entre las agencias que más fondos reciben se destacan el Departamento de la Familia, la Administración de Seguros de Salud, el Departamento de Salud, Vivienda Pública y la UPR.

Sin las transferencias y subsidios federales Puerto Rico sería un territorio pobre y hambriento. Basta señalar que el Gobierno federal asigna $1,400 millones para Educación; $1,400 millones para Salud, $800 millones para Vivienda, y $2,200 millones para Asistencia Nutricional (PAN) y el Programa para Mujeres, Infantes y Niños (WIC). La inferioridad en asignaciones federales del territorio versus los estados es abismal. Por ejemplo, en programas de Salud el promedio nacional es $892.34 por persona, mientras que Puerto Rico sólo recibe $375.37; en Transportación el promedio por persona es de $216.19, mientras en la Isla es sólo $63.33; y para Educación Puerto Rico recibe $144.76, cuando el promedio nacional por persona es $241.13.

En resumen, más de un 23% del presupuesto consolidado del Gobierno proviene de fondos federales. Antes de celebrar la noticia, hay que saber que la aportación federal para gastos operacionales de los estados es de sólo 89 centavos por persona, versus la friolera de $166.80 por persona se aporta en Puerto Rico. Esto es, la colonia le cuesta al gobierno americano 188 veces lo que utilizan 48 estados para gastos operacionales, a costa de dineros perdidos entre ineficiencias y corrupción que nunca llegan a la gente.

Evidentemente, el desarrollo económico local está muy rezagado, aun en comparación con los estados más pobres. La ineficiencia, la corrupción y la falta de paridad del régimen colonial actual impiden que Puerto Rico disfrute de los mismos derechos y privilegios de los 50 estados, y obstaculiza un desarrollo económico sostenible basado en productividad, efectividad y uso óptimo de los recursos.

Como ciudadanos americanos orgullosos de que Puerto Rico sea parte de la nación, es nuestra responsabilidad continuar reclamando enérgicamente la igualdad de acceso a los recursos que traerá la estadidad para beneficio de todos, principalmente, para los desempleados, los pobres y la oprimida clase media puertorriqueña.

Entre las opciones constitucionalmente reconocidas, sólo la estadidad asegura la estabilidad, el clima de inversión y las oportunidades de trabajo que solamente han experimentado en tiempos recientes los territorios admitidos a la Unión. Únicamente la combinación del impulso económico privado con la infusión de fondos federales durante la transición y la paridad permanente, garantiza un crecimiento económico conducente a reducir la pobreza, la dependencia y el desempleo que han caracterizado la colonia.

Con la apertura de Cuba, ahora más que antes, tenemos todavía menos tiempo.