Concluí la primera parte de la columna puntualizando que el régimen militar de los hermanos Castro se vio forzado por lo lentas e inefectivas de sus tímidas reformas económicas, así como por la inminencia de un fin o significativo debilitamiento del subsidio petrolero venezolano a desechar su histórico sabotaje a cualquier acercamiento u oferta diplomática estadounidense y optar por el restablecimiento de las relaciones bilaterales diplomáticas con los Estados Unidos. Ello en aras de ganar tiempo e intentar salvar el decrepito y agonizante régimen militar castrista. A la vez que la disponibilidad de la administración del Presidente Barack Obama de desechar la inefectiva y anacrónica política de aislamiento diplomático se concretizo luego de arrancarle considerables concesiones políticas y económicas al régimen.
Tal como documentó en mi libro ‘Castrismo y socialismo: crítica a los fundamentos del socialismo del siglo XXI’, la muerte del modelo castrista-guevarista de socialismo, con la dimisión por enfermedad del caudillo totalitario, Fidel Castro, en julio de 2006, marco el fin de la gestión caudillista-burocrática y centralizada de la economía, monopolio estatal de los medios de producción e igualitarismo salarial y la transición a una economía de mercado más descentralizada y liberalizada. Lo anterior resultó en la descentralización del poder político y económico de la figura del caudillo militar totalitario a la dictadura colegiada del buró político del Partido Comunista Cubano. Como sucedió en la China pos-maoista.
El ‘régimen termidor’ resultante o según el historiador francés Francois Furet el momento en que un régimen ‘se aleja de las orillas de la utopía para descubrir el peso de los intereses’ y donde ocurre ‘un proceso clásico de superposición de intereses entre posición institucional, posición familiar y posición en los negocios’, ha implicado una reconfiguración más incestuosa que las prevalecientes durante la era totalitaria de las relaciones de poder en el seno de la nomenclatura cubana…en la que juegan roles prominentes en los negocios al lado de Raúl Castro, su hijo Alejandro y su yerno Luis Alberto Rodríguez López Callejas. Esta descentralización del poder económico por la necesidad de acomodar la diversidad de intereses familiares e institucionales necesita de un marco institucional más liberal o de mayor autonomía operativa de las unidades empresariales, así como lograr el acceso a los mercados de capitales internacionales, a la inversión extranjera directa y al mercado más grande del mundo los Estados Unidos de América.
Sin embargo, dos factores han conspirado en contra de la apertura política y económica necesaria para proveer dicho marco institucional más adecuado: (1) el interés del régimen chavista venezolano de mantener el viejo modelo castrista estatista de gestión económico como guía y justificación de su política de expropiaciones, mayor control e intervención estatal en la esfera económica venezolana; (2) la resistencia de los talibanes o funcionarios fieles a Fidel Castro y su modelo caudillista-burocrático de socialismo. Ello se ha traducido en la lentitud, timidez e inefectividad de las reformas económicas emprendidas por el general Castro, lo que ha contribuido ha acentuar el deterioro económico y la pobreza de la vasta mayoría de la población. Al igual que el consiguiente descontento y frustración generalizado.
La implosión estructural del modelo estatista rentista petrolero chavista, agravada por la caída repentina y abrupta del precio mundial del barril de petróleo, se presenta como la coyuntura propicia para destetar al régimen castrista de su alta dependencia del subsidio petrolero venezolano y aventurarse a ser más osado en sus reformas políticas y económicas. Ahora nadie se llame a engaño, la dictadura castrista no ha desistido de sus tradicionales posturas y objetivos antiamericanos. Como tampoco de sus pretensiones de perpetuarse en el poder a cambio de la menor cantidad de concesiones políticas posibles. Pero Cuba no es China
Es por ello que el desmantelamiento gradual del embargo comercial, debe servir como herramienta de presión para irle arrancando pedazo a pedazo al régimen dictatorial, importantes concesiones democráticas en los renglones de libertad de asociación, libertad de prensa y libertad de expresión.
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