Lucha por la igualdad – Manual Temas sobre la Estadidad, Status y el plebiscito – Por Dr. Hernán Padilla

Lucha por la igualdad  

Manual

Temas sobre la Estadidad,

   Status y el plebiscito

Hernán Padilla, MD

padillahernan@bellsouth.net

16 de abril, 2012

Entradas adicionales Enero, 21013

Índice

Introducción

  1. Plebiscito
  2. Asamblea Constitucional vs. Voto Directo

II Status de Puerto Rico: información básica

III. Colonia/Territorio o Estadidad

  1. Constitución de Puerto Rico:  

“US Commonwealth of Puerto Rico”

  1. Ciudadanía de los Estados Unidos
  2. Fundamentos Estadistas

VII. La razón de ser estadista

VIII. Poderes Estatales

  1. Vínculos inquebrantables con Estados Unidos
  2. Nuestro mejor socio: Estados Unidos

      Reafirmar la Unión Permanente

  1. Desarrollo económico y Fondos federales

“Lucha por la igualdad política y económica”

  1. Plan económico: visón futura con la Estadidad
  2. Contribuciones federales

XIV. Admisión de un Estado Hispano

  1. Estadidad, cultura e idioma
  1. Estadidad: beneficio para todos
  2. Asuntos sociales que requieren atención.
  3. Esencia de la Estadidad
  4. El final del túnel político

 

Introducción a la conversación

La consulta plebiscitaria del 6 de noviembre marca un paso histórico para comenzar a definir y decidir nuestro futuro status político.

Es apropiado discutir públicamente cada una de las alternativas políticas que definirán la relación futura entre Puerto Rico y los Estados Unidos. Como el pueblo estadista no es monolítico, muchos estadistas piensan de forma diferente y tienen motivaciones distintas para favorecer la estadidad, tenemos la obligación de explicar ante el pueblo y en forma simple los fundamentos, principios y criterios básicos que nos convierten en promotores del ideal estadista.

Siempre es conveniente, necesario y favorable discutir públicamente los argumentos a favor de la estadidad y entender, analizar, debatir y contrarrestar los ataques en su contra. El reto para los partidos políticos es cumplir con su obligación de presentar, defender y promover una relación política específica como parte o separados de los Estados Unidos de America.

Algunos sectores del movimiento estadista en Puerto Rico se quejan de que los partidos y grupos estadistas no han adoptado un plan educativo abarcador, detallado y realista. El PNP debe de tener una contestación clara y sin ambigüedades para cada una de las interrogantes, dudas o preguntas.

La pregunta esencial en este momento es: ¿Cuáles son los criterios y los elementos de juicio y procesos racionales  e intelectuales que deben de asistirnos para examinar el problema del estatus insular después de 114 años paralizados en el tiempo?

Nuestra contestación a esa interrogante puede sorprender y convencer a las personas que se formaron como estadolibristas pero que no son autonomistas ni independentistas y que han ido evolucionando pragmáticamente a través de los años como resultado de sus vivencias y experiencias

«Cuando hables, procura que tus

palabras sean mejores que el silencio”.

  1. Plebiscitos

Resulta moralmente ofensivo a la sensibilidad de casi todos los puertorriqueños que el Congreso incumpla con su responsabilidad y que continúe posponiendo o evitando que los puertorriqueños finalmente escojan un status digno, legal y permanente.Seis Décadas es Suficiente Tiempo Para Definir al ELA

El Congreso tiene la obligación inexorable y única de viabilizar un plebiscito final entre las dos alternativas soberanas y permanentes: la estadidad o la independencia con o sin libre asociación. Cualquier solución al problema del estatus de Puerto Rico, según expresada por una mayoría del pueblo tiene que ser aprobada por el Congreso de los Estados Unidos.

La nación americana y el electorado del territorio de Puerto Rico no pueden ignorar que las únicas alternativas de soberanía reconocidas por las Naciones Unidas y la comunidad internacional para que un territorio alcance la plenitud de un gobierno propio son cuando: (1) se convierte en una nación independiente y soberana (independencia); (2) cuando como nación independiente y soberana establece un acuerdo de libre asociación con otra nación independiente y soberana (independencia con libre asociación) ; (3) o cuando se integra en igualdad plena a una nación independiente y soberana (estadidad).

El plebiscito brindará la oportunidad para que el pueblo exprese si respalda o rechaza la condición territorial colonial existente para luego escoger entre una de las tres las alternativas no territoriales ni coloniales reconocidas internacionalmente: (1) Estadidad, (2)  Independencia y (3) el denominado “Estado Libre Asociado Soberano” según fue definido por el PPD fuera de la cláusula territorial (independencia con libre asociación).PNP celebrará su cumpleaños e Inaugura Nuevo Comité

Es importante destacar, según confirmado por el Congreso, el Departamento de Justicia federal y los informes de Casa Blanca, que la libre asociación NO le garantiza la ciudadanía americana a las futuras generaciones de puertorriqueños.

El plebiscito es un proceso y método de consulta que ofrece una de las alternativas legítimas y validas para cumplir con los criterios de inclusión,  transparencia y equidad para consultar al pueblo de Puerto Rico sobre su futuro político según recomendado por el reciente informe de la Casa Blanca.

El peso de la responsabilidad ética e histórica de educar al pueblo recae sobre los hombros de todo el pueblo estadista. Aunque no cabe la menor duda que el Partido Nuevo Progresista cumplirá con su responsabilidad histórica y el pueblo escuchará a sus líderes, la solución final del problema del status no es un asunto partidista, sino el ejercicio de expresar la voluntad individual y colectiva de un pueblo que exige la igualdad ciudadana y la plenitud de sus derechos civiles.

Asamblea Constituyente vs. Enmienda Constitucional

El articulo publicado por el Lcdo. José Rodríguez Suárez sobre una

“Convención Constitucional de status vs un Plebiscito por voto directo del pueblo” nos ayudará a entender que el asunto del status no es materia para una Asamblea Constituyente. Agradezco al Lcdo. Rodríguez Suárez por su contribución y permiso para reproducir segmentos de su artículo: El plebiscito: democrático, constitucional, seguro, 29 de marzo de 2012.

“No podemos seguir posponiendo la decisión sobre el estatus político de Puerto Rico.

Algunos tratan de restarle legitimidad al plebiscito y proponen la llamada ‘asamblea constitucional de estatus’ que también han denominado ‘asamblea constituyente’. Mediante tal asamblea, un grupo de personas, a nombre del Pueblo, gestionaría un cambio de estatus sin que el mismo hubiera sido solicitado previamente a través del voto mayoritario de los puertorriqueños. Esto sería antidemocrático, contrario a la Constitución de Puerto Rico y la Constitución de Estados Unidos, y supondría un peligroso desafío al Congreso.

La llamada ‘asamblea constitucional de estatus’ es antidemocrática porque despojaría a los ciudadanos del voto directo para procurar un cambio de estatus.

Pero también es un engaño. En primer lugar, la Constitución no está vinculada a una opción de estatus. …”la Convención Constituyente no estaba facultada para considerar un cambio en el estatus. La Constitución de Puerto Rico, solamente faculta a la Asamblea Legislativa a disponer la celebración de plebiscitos”.

Por otro lado, solamente el Congreso puede disponer sobre una modificación del estatus político de Puerto Rico en el ejercicio de los poderes que le confiere el Artículo IX del Tratado de París de 1898, y el Artículo IV, Sección 3, de la Constitución de los Estados Unidos, incluyendo el poder para admitir nuevos estados y disponer de los territorios.

La Convención Constituyente mediante la cual se redactó la Constitución de Puerto Rico fue convocada porque así lo autorizó el Congreso mediante la Ley Pública 600 de 1950. Y el Congreso ya había dispuesto la relación política entre Puerto Rico y Estados Unidos en la misma Ley 600.

Y para que los límites de la autoridad de cualquier futura convención constituyente convocada por la Asamblea Legislativa quedasen absolutamente claros, en la Ley Pública 447 de 1952, el Congreso enmendó la Constitución de Puerto Rico para disponer que cualquier enmienda debe ser compatible con la Ley Pública 447, las disposiciones aplicables de la Constitución de los Estados Unidos, la Ley de Relaciones Federales con Puerto Rico, y la Ley Pública 600.

Con esa disposición, el Congreso se reservó el derecho exclusivo a determinar cualquier cambio que pudiera hacerse al estatus de Puerto Rico. Por lo tanto, para que la Asamblea Legislativa pueda convocar una asamblea de estatus, el Congreso tendría que autorizarlo expresamente.

El plebiscito es el proceso democrático, constitucional y seguro para decidir nuestro futuro político.

  1. Status de Puerto Rico 101

La exposición de Motivos del Proyecto de la Cámara 3648 resume la historia de los aspectos jurídicos y decisiones de política pública sobre el status de

Puerto Rico desde el año 1898 al presente. En vista del plebiscito del 6 de noviembre, es lectura requerida para todos los que quieran comprender desde donde venimos y como vamos a llegar a donde queremos dir igirnos políticamente como pueblo soberano.

Citas de los pasajes importantes:

“Desde el año1898, Estados Unidos ejerce su soberanía sobre Puerto Rico según estipulado por  el Tratado de Paris y ratificado oficialmente por el Senado de Estados Unidos el 11 de abril de 1899. El articulo 9 dispone que “los derechos civiles y la condición política de los habitantes en Puerto Rico serán determinados por el Congreso”.

“La Cláusula Territorial de la Constitución de los Estados Unidos establece que el “Congreso podrá disponer o promulgar las reglas y los reglamentos necesarios en relación con el territorio”.

“La Ley Jones del 2 de marzo del 1917 declaró que “los habitantes de Puerto Rico serán ciudadanos americanos con los derechos civiles y el estatus político determinado por el Congreso”.

La Ley Federal 81-600 del 3 de julio de 1950  les concedió a sus ciudadanos residiendo en Puerto Rico el derecho a redactar su propia constitución para poder gobernar solamente en aquellos asuntos internos del Gobierno de Puerto Rico. El 3 de julio de 1952, el Congreso ratificó la Constitución de Puerto Rico con algunas enmiendas y la Convención Constituyente de Puerto Rico aceptó esas enmiendas sin volver a consultar al pueblo sobre los cambios unilateralmente incorporados por el Congreso.

La Constitución de Puerto Rico estableció una estructura de gobierno propio restringida a tener jurisdicción solamente sobre los asuntos internos y la administración del gobierno local, sujeto a la Constitución de los Estados Unidos de América y todas las leyes federales aplicables. La Ley 600, según redactada y adoptada por la Convención Constituyente, no estableció un nuevo status político para Puerto Rico sino solo un cambio en el nombre del ente geopolítico.

El Congreso no renunció de forma alguna a sus poderes plenarios y soberanos sobre Puerto Rico. Durante la aprobación de la Ley 600, el Comisionado Residente Dr. Antonio Fernós Isern declaró que “ HR7674 would not change the status of the island of Puerto Rico relative to the United States… It would not alter the powers of sovereignty acquired by the US over Puerto Rico, under the terms of the Treaty of Paris”.

 

En diciembre del 2005, el Grupo de Trabajo de Casa Blanca  expresó que,  bajo el ELA, Puerto Rico está sujeto a los poderes plenarios del Congreso al amparo de la Cláusula Territorial de la Constitución de Estados Unidos. De igual forma, expresó la inhabilidad constitucional del llamado “ELA Mejorado”.

El informe del Grupo de Trabajo  reconoció que las únicas dos alternativas constitucionalmente viables son la estadidad y la independencia. Reconoció además que la independencia podría tener varias formas: independencia total tradicional o independencia con un pacto de libre asociación con los Estados Unidos. En el 2007 concluyó que “un pacto de libre asociación puede ser variado o derogado unilateralmente”, que los pactos de libre asociación no son permanentes y que la libre asociación es una forma de independencia.

El Grupo de Trabajo nombrado por el Presidente Obama en el 2009 rindió un informe en marzo del 2011 en el que expresa que Puerto Rico (bajo el ELA colonial) seguirá regido por la Cláusula Territorial, según ha sido reafirmado por el Tribunal Supremo Federal el cual resolvió que el Congreso de Estados Unidos tiene autoridad para ejercer sus poderes sobre Puerto Rico al amparo de la Cláusula Territorial y tratar a Puerto Rico de una forma distinta a otros estados.

En el mismo informe se hace una exhortación al pueblo de Puerto Rico a que se pronuncie claramente sobre su preferencia de status en vías de definir su futuro político, llamado y compromiso que fue reiterado por el Presiente Obama en junio del 2011.

El Gobernador Fortuño y la Asamblea Legislativa de Puerto Rico tomaron la iniciativa para viabilizar un proceso de auto-determinación que le permitirá al Pueblo de Puerto Rico expresarse libremente sobre su futuro político y su relación con Estados Unidos de América, y así iniciar un proceso de descolonización que reconozca la voluntad mayoritaria de nuestro pueblo para exigirle al Presidente y al Congreso de Estados Unidos que respeten y viabilicen su voluntad.

Le corresponderá al pueblo de Puerto Rico votar en contra del Territorio colonial del ELA y por la  verdadera y única unión permanente dentro de la Constitución de los Estados Unidos de América.

III. Colonia/Territorio o Estadidad

El territorio de Puerto Rico es la colonia más antigua de las 14 que quedan sobre la faz del planeta. Su condición territorial y colonial actual nunca ha sido, ni será  permanente porque carece de reconocimiento legal o de garantías constitucionales.

 

Puerto Rico es actualmente un territorio colonial, operacionalmente federalizado, y jurídicamente con autoridad local colonial delegada para crear y administrar un gobierno local, elegir líderes locales y un Comisionado Residente sin voto en el Congreso en Washington, DC. No le concede igualdad política en el territorio pero un ciudadano la adquiere cuando reside en cualquiera de los 50 estados de la Unión.

 

El Tribunal Supremo de Estados Unidos (Harris vs. Rosario, 446 US 651—1980)  resolvió que Puerto Rico es un “Territorio no incorporado sujeto a los poderes plenarios del Congreso bajo la “Cláusula Territorial” y como tal  su soberanía reside en el Congreso. Esta subordinación colonial requirió que el Congreso previamente aprobara la Constitución de Puerto Rico.

 

Otra verdad inescapable es que un desarrollo autonómico o soberano del ELA colonial, en forma de libre asociación como si fuera una República Asociada, no tiene cabida alguna bajo la Constitución de los Estados Unidos de América. Esta verdad ha sido reiterada en los pasados tres informes sobre status de la Casa Blanca. La “libre asociación es un tipo de independencia”, o sea un pacto basado en la soberanía nacional de dos naciones que puede ser revocado unilateralmente por cualquiera de las partes en cualquier momento.

 

Cabe señalar que existe una impresión errónea generalizada que un tratado de “libre asociación” necesariamente sería con los Estados Unidos. De hecho, el “ELA Soberano” no cabe bajo la Constitución de los Estados Unidos por ser una forma de independencia con libre asociación. La verdad es que primero tiene que ser una republica independiente para poder suscribir un tratado de “libre asociación” con cualquier otra nación soberana.

 

El pacto bilateral nunca existió porque la Constitución Federal y el derecho Internacional no permite pactos soberanos entre la federación y sus territorios. El Congreso nunca cedió su autoridad sobre Puerto Rico, como lo afirmó el propio Luis Muñoz Marín durante el proceso que culminó con la aprobación de la Ley 600 y  la Constitución de Puerto Rico.

 

La “Cláusula Territorial” le confiere al Congreso el poder de gobernar los territorios como Puerto Rico en todos aquellos asuntos que entienda necesario. El Congreso tiene plena soberanía y poder legal exclusivo sobre 3.7 millones de ciudadanos americanos puertorriqueños residiendo en la Isla. Las leyes federales aplican en el territorio de Puerto Rico a menos que Puerto Rico sea específicamente excluido por el Congreso

Contrario a lo que alegan los defensores del estatus territorial o colonial, el modelo político y económico actual es un fracaso absoluto y ha fomentado el subdesarrollo. La incertidumbre sobre nuestro futuro que resulta de nuestro estado de indefinición política, representa un importante escollo para atraer inversión externa y facilitar la inversión local, pues los empresarios e inversionistas no saben cuales serán las condiciones a las cuales estarán sometidas sus empresas e inversiones en el futuro.

 

Urge adoptar otro modelo político-económico. Las limitaciones coloniales de nuestra condición subordinada impiden que se les apliquen a los ciudadanos americanos de Puerto Rico los mismos derechos, privilegios y progreso económico y deberes que a los ciudadanos de los otros cincuenta Estados de la Unión.

 

  1. Constitución de Puerto Rico

“US Commonwealth of Puerto Rico”

Aunque el nombre de “Estado Libre Asociado” es una contradicción política y jurídica, la Carta de derechos, la Ley Publica 600 y la Constitución de Puerto Rico viabilizan la transición de Puerto Rico a la estadidad.

 

El Congreso legisló la Ley Orgánica, conocida como la Ley Foraker, para establecer un gobierno civil en Puerto Rico. Posteriormente, la Ley 600 fue aprobada por el Congreso y autorizó a Puerto Rico a adoptar su propia Constitución para regir sobre cuestiones locales al igual que otras constituciones estatales. La Constitución de los Estados Unidos y las de los estados de la unión fueron modelos para la redacción de la Constitución de Puerto Rico.

 

Siendo el nombre de Estado Libre Asociado un disparate político y legal para el uso exclusivo del gobierno territorial, el Juez Abe Fortas recomendó y el Congreso aprobó el nombre en ingles de “Commonwealth of Puerto Rico”. Vale repetir que lo que se cambió fue el nombre, no la naturaleza de la relación territorial.

 

La Ley Publica 600 condicionó la constitución adoptada por el pueblo de Puerto Rico a cuatro condiciones fundamentales: (1) que incluyese una carta de Derecho; (2) que crease un gobierno de forma republicana; (3) que estuviese de acuerdo con las disposiciones de la Constitución de los Estados Unidos; y (4) que estuviese de acuerdo con las disposiciones de la propia Ley Publica 600.

 

Puede encontrarse en el expediente que parece que el Congreso nos preparaba para avanzar al máximo grado posible de gobierno propio bajo la Constitución de los Estados Unidos, ser admitido como estado a la Unión.

Para que una comunidad política que ocupe un territorio pueda ser admitida a la Unión debe primero haberse organizado políticamente como un estado.

 

La intención primordial de estos requisitos es la de asemejar y hacer viable que todo territorio pueda ser un estado de la Unión en un futuro. De tal forma, la constitución de un territorio puede permanecer vigente cuando sea admitido como un estado de la Unión, como sería en el caso de Puerto Rico.

 

Obviamente, la Constitución de Puerto Rico tenía que subordinarse a la Constitución nacional,  ya que ésta prevalece y tiene mayor rango que cualquier estatuto o constitución estatal o territorial. De la misma manera, la Constitución de Puerto Rico cumple con el requisito de ser un territorio organizado políticamente como un estado para poder ser admitido a la Unión.

 

Precisamente, esa es la Constitución de Puerto Rico. El Preámbulo de la Constitución de Puerto Rico sostiene que: “Consideramos factores determinantes en nuestra vida la ciudadanía de los Estados Unidos de América y la aspiración a continuamente enriquecer nuestro acervo democrático en el disfrute y colectivo de sus derechos y prerrogativas”, “la lealtad a los postulados de la Constitución Federal” y “la convivencia en Puerto Rico de las dos grandes culturas del hemisferio americano”. En palabras sencillas, esos postulados son la base del camino hacia la estadidad.

 

Queda claro que el territorio de Puerto Rico no es ni nunca ha sido una nación independiente y soberana. Las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) o ningún organismo oficial internacional reconocen a Puerto Rico como una nación porque bajo los criterios internacionales, Puerto Rico, en términos jurídicos y políticos, no es una nación soberana.

 

Por el contrario, la Constitución de 1952 es un paso preparatorio a la estadidad. La estadidad es la culminación de una serie de avances en el camino del gobierno propio que Puerto Rico ha recorrido desde el 1900.

En esencia, la comunidad política creada por virtud de la Constitución de Puerto Rico es un estado no admitido, pero en vías de la admisión como un estado de los estados Unidos de America.

 

En palabras sencillas, la Ley 600 y la Constitución de Puerto Rico han sido el terreno cultivado, el surco democrático que inexorablemente culminará en la estadidad para Puerto Rico. La Ley 600 abrió el camino constitucional a la estadidad.

 

En el 1901 la Corte Suprema de los Estados Unidos creó la diferencia entre un “Territorio Incorporado” en vías a convertirse en estado y otro “No Incorporado”, con otras opciones. La diferencia es clara, un Territorio Incorporado se considera en vías de convertirse en estado y recibe trato como tal; un Territorio no Incorporado corre el peligro de perder todos los derechos adquiridos por ley y puede ser declarado una república independiente.

 

En el 1922, en el histórico y famoso caso Balzac vs. Porto Rico, la Corte Suprema efectivamente “legisló” que Puerto Rico era un “Territorio no incorporado” aunque sus residentes fueran nacionales y ciudadanos americanos.  Es evidente que cuando el Congreso aprobó la  Ley 600 y la Constitución de Puerto Rico, tuvo el efecto de revocar el caso Balzac “en silencio”.

 

A pesar de ese desatino jurídico-constitucional, parece que el proceso de tratar a Puerto Rico como territorio incorporado comenzó en el 1917 a través de la concesión de la Ciudadanía Americana. Aunque no fue la intención del Congreso cambiar la relación política de Puerto Rico con los Estados Unidos, sino meramente disponer sobre su gobierno interno, la Ley 600 y la Constitución del 1952 se convirtieron en la antesala del “territorio colonial incorporado” en ruta a la estadidad.

 

Posteriormente el poder Ejecutivo comenzó a considerar el territorio de  Puerto Rico como si fuera un estado federado bajo el nombre de “US Commonwealth of Puerto Rico” y se nos incluyó en muchos programas federales y de asistencia para transportación, agricultura, comercio, justicia, ambiente, educación, vivienda asistencia medica, y programas nutricionales, entre otros. No es casualidad que cuatro estados de la Unión adoptaron el nombre de Commonwealth: Kentucky, Massachusetts, Pensilvania y Virginia.

 

Consistentemente el gobierno del “Commonwealth of Puerto Rico” ha recibido asistencia y ayuda federal del Congreso para llevar a cabo una transformación socio económica en el territorio de Puerto Rico. Un territorio americano prospero (aunque no como los 50 estados) y democrático que es admirado por sus vecinos en el Caribe, Centro America y Sur America.

 

Ninguna persona, estado o entidad ha cuestionado en los tribunales federales la validez constitucional del trato a Puerto Rico como si fuera territorio incorporado.

 

Aunque el Tribunal Supremo de Estados Unidos (Harris vs. Rosario, 446 US 651-1980)  resolvió que Puerto Rico es un “Territorio no incorporado sujeto a los poderes plenarios del Congreso bajo la “Cláusula Territorial” y como tal  su soberanía reside en el Congreso, reclamamos que desde el 1952 Puerto Rico es (prácticamente) un “Territorio Incorporado” de los Estados Unidos y como tal en una irreversible ruta hacia la admisión como el Estado 51 de la nación.

 

Por tanto, no podemos negar que la federalización “de jure y de facto” del “US Commonwealth of Puerto Rico” tratando el territorio de Puerto Rico como si fuera territorio incorporado a la nación, , es otro paso irreversible y el preludio político-jurídico a la estadidad.

 

La única dirección política constitucional es la estadidad y convertir a Puerto Rico en el estado Hispano- Americano de las Américas, el contraparte de Hawai, el estado Hawaiano- Americano del Pacifico.

 

La Constitución de 1952 no reglamenta la relación política entre el territorio de Puerto Rico y el resto de los Estados Unidos sino que rige nuestro gobierno interno.  Nada de lo contenido en dicha constitución es conflictivo con un cambio de status a la Estadidad, y de ser ese el deseo podría adoptarse, sin enmiendas sutantivs y un minimo de enmiendas de estilo, como la Constitución del Estado de Puerto Rico.

 

  1. Ciudadanía de los Estados Unidos

La estadidad es el único status que nos preserva y garantiza constitucionalmente la Ciudadanía de los Estados Unidos. La ciudadanía establece que somos nacionales  americanos y ciudadanos americanos, hecho que se certifica en documentos oficiales, tales como el pasaporte. Nuestra nación jurídica, política y sentimental es indiscutiblemente Estados Unidos de America.

 

El 2 de marzo se cumplirán 96 años desde que el Acta Jones, la Carta Orgánica de 1917, le otorgó la ciudadanía americana a los puertorriqueños.

Se les concedió una ciudadanía estatutaria voluntaria a los que no eran ciudadanos de los Estados Unidos y de acuerdo a los poderes que tienen el Presidente y el Congreso.

Como tal, desde marzo del 1917, hasta enero del 1941, los hijos de los que se convirtieron en ciudadanos bajo el Acta Jones se consideraban ciudadanos de “jure” y no por naturalización.

 

En 1922, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictó que Puerto Rico era un territorio no-incorporado. (Balzac vs. Puerto Rico) Determinó que la Constitución no aplicaba en los territorios con la misma fuerza (full force) que en los estados de la unión y excluyó a los puertorriqueños-ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico de la misma protección de la Constitución.

 

El Acta de Naturalización de 1941 garantizó que todas las personas que nacen en una jurisdicción subordinada a los Estados Unidos, incluyendo el territorio de Puerto Rico, serían ciudadanos de los Estados Unidos.

 

No obstante lo anterior, no fue hasta 1952 que el Presidente Truman reconoció oficialmente que “toda persona que hubiera nacido en Puerto Rico después del 13 de enero del 1941, era ciudadano natural de los Estados Unidos”.

 

En el 1947, con la Ley Pública 362, (Ley del Gobernador Electo), se expandió el alcance de la Constitución de los Estados Unidos a los puertorriqueños y se estableció que los derechos, privilegios e inmunidades de los Estados Unidos se respetarán en el territorio de Puerto Rico hasta el mismo grado que si Puerto Rico fuese un estado de la Unión sujeto a las disposiciones del Articulo IV de la Constitución. Pero, los puertorriqueños no gozan de todos los derechos enumerados y las inmunidades que garantiza la Constitución a los demás ciudadanos americanos.

 

Esta decisión definió una ciudadanía de segunda clase en Puerto Rico y estableció una condición de segregación geográfica que le niega a los ciudadanos americanos residentes en la isla a votar por el Presidente y Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

 

En efecto, se creó la condición de discrimen y segregación geográfica que apuntala el déficit democrático que limita los derechos ciudadanos y civiles de los puertorriqueños.

 

A los ciudadanos de un territorio, como Puerto Rico, nos niegan otros derechos políticos y la participación de la estructura constitucional; les  niegan el derecho a considerarse iguales en su condición y a los mismos beneficios bajo las leyes federales; participar en las elecciones federales/nacionales; elegir Congresistas y Senadores; y tener la ciudadanía americana garantizada para futuras generaciones.

 

Somos ciudadanos de segunda clase de un territorio colonial jurídica y constitucionalmente imperfecto y limitado en autoridad. Resuena todavía un pensamiento crítico del Dr.Martin Luther King en su lucha por los derechos civiles: “a quien se le priva de sus derechos constitucionales se convierte en extranjero en su propia nación.”

 

Creemos que los ciudadanos de los Estados Unidos que residen en Puerto Rico deben tener los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades que disfrutan los Ciudadanos Americanos en los cincuenta estados de la Unión.

 

No importa los logros anteriores, los residentes en Puerto Rico están sujetos a un sistema político que le niega igualdad absoluta como ciudadanos de los Estados Unidos y participación directa en el gobierno nacional.

 

Puerto Rico se manifestó en el plebiscito del 6 de noviembre. Rechazó el status territorial y solicitó un cambio de status político. La estadidad es el único status que garantiza constitucionalmente la ciudadanía de los Estados Unidos para las generaciones futuras.

 

Sin embargo, bajo los poderes unilaterales que la “Cláusula Territorial” actualmente le confiere al Congreso sobre el territorio de Puerto Rico, este cuenta con la potestad de revocar la ciudadanía estadounidense a los que nacieran en Puerto Rico a partir de una fecha futura.

 

Aun más crítico, la ciudadanía se le puede denegar a los nacidos en Puerto Rico a partir de cualquier fecha que disponga el Congreso, aún bajo el presente status, y de seguro a los que nazcan aquí bajo la independencia o la libre asociación.

 

Los puertorriqueños queremos que se resuelvan los problemas principales, pero elección tras elección y plebiscito tras plebiscito, el electorado ha enviado un mensaje claro y contundente que NO quiere que pongan en riesgo la ciudadanía americana ni la unión permanente con los Estados Unidos.

 

El Prontuario de la Academia Estadista señala que “existe una diferencia entre la ciudadanía americana en los Estados y en los territorios, como Puerto Rico”.  La Constitución y las leyes federales aplican  a los territorios solo cuando así lo determina el Congreso.

 

La ciudadanía concedida mediante una ley a los puertorriqueños es parcial e incompleta, ya que es de carácter estatutario y toda ley puede ser enmendada o derogada unilateralmente por el Congreso. En cambio, la ciudadanía adquirida por virtud de nacer en un estado de la unión es permanente e inalterable, ya que es de carácter constitucional.

 

U.S. Citizenship and Puerto Rico

 

Hernan Padilla, MD **

 

On March 2nd, it will be 96 years since the Jones Act, the 1917 Organic Law of Puerto Rico, gave U.S. citizenship to Puerto Ricans.  Those that were not citizens of the United States were granted statutory citizenship according to the powers of the President and U.S. Congress.

 

As such, since March of 1917 and until January of 1941, the children of those who voluntarily became U.S. Citizens under the Jones Act, were considered “de jure” citizens (by law) and not by naturalization. This is statutory citizenship rather than citizenship arising from birth or naturalization in a state of the Union under the 14th Amendment of the U.S. Constitution.

 

In 1922, the Supreme Court of the United States (SCOTUS) ruled that Puerto Rico was an unincorporated territory. (Balzac v. Puerto Rico) The court determined that the Constitution and Bill of Rights did not apply in territories, such as Puerto Rico, in full force as it did in the states of the union. By doing so, the Supreme Court excluded Puerto Ricans (U.S. citizens) residing in Puerto Rico from equal protection under the U.S. Constitution.

 

The Immigration and nationality Act of 1940, (Naturalization Act, Jan 1941) guaranteed that all persons born in a jurisdiction subordinate to the United States, including the territory of Puerto Rico, would be citizens of the United States.

 

Nevertheless, it was not until 1952 that President Truman officially recognized that «a person who was born in Puerto Rico after January 13, 1941, was a native (natural) citizen of the United States.»

 

In 1947, Public Law 362  (Elective Governor Act) , expanded the scope of the Constitution of the United States to Puerto Ricans and established that the rights, privileges and immunities of the United States will be respected in the territory of Puerto Rico to the same extent as if Puerto Rico were a state of the Union subject to the provisions of Article IV of the Constitution.  However, Puerto Ricans (American Citizens) who reside in Puerto Rico do not enjoy all of the rights enumerated and the immunities guaranteed by the Constitution to all other U.S. citizens who reside in any of the 50 states of the Union.

 

In effect, the SCOTUS decision defined a second class citizenry in Puerto Rico and established a condition of geographic segregation that denies U.S. citizens, Puerto Ricans included, residing in the island the right to vote for President and Commander in Chief of the U.S. Armed Forces.

 

U.S. Citizens who reside in U.S. Territories, like Puerto Rico, are denied other political rights and from participating in the constitutional structure of government; are denied the right to be considered equal in status and to the same benefits under federal law; cannot participate in federal/national elections; cannot elect Congressmen and Senators; and do not have the U.S. citizenship guaranteed for future generations.

 

We are second-class citizens of a colonial territory legally and constitutionally flawed and limited in authority. The critical thinking of Dr. Martin Luther King in the civil rights struggle still resonates, «who is deprived of his constitutional rights becomes a foreigner in his own country.»

 

We believe that U.S. citizens residing in Puerto Rico should have the same rights, responsibilities and opportunities enjoyed by U.S. citizens in all fifty states of the Union.

 

Regardless of past achievements, the residents of Puerto Rico are subject to a political system that denies them full equality under the law and U.S. Constitution as citizens of the United States and direct participation in the national government.

 

The people of Puerto Rico voted in a democratic, honest and fair referendum held on November 6th, 2012, The U.S. citizens of Puerto Rico rejected the consent of the governed for the current territorial status, defeated the current territorial status and voted in favor of statehood.

** Hernan Padilla, MD, Former Mayor of San Juan, Former President of the U.S. Conference of mayors and President of Igualdad ( Equality), a non-partisan organization that endorses statehood for Puerto Rico

  1. Fundamentos estadistas

Tenemos que reconocer que las contradicciones y las dicotomías de nuestra condición política han creado y fomentado dudas en algunos sectores de la sociedad puertorriqueña. Es una obligación ciudadana presentar algunos datos específicos para promover una discusión racional en la búsqueda de una solución viable y práctica al dilema del estatus político del territorio de Puerto Rico.

 

Cuando se fundó el Partido Republicano en 1899, el prócer puertorriqueño, Dr. José Celso Barbosa, defendió la “Anexión definitiva y sincera de Puerto Rico a los Estados Unidos” y la “Declaración de territorio organizado para Puerto Rico, como medio de ser luego un Estado de la Unión Federal”.

 

El ideal estadista, como todo ideal y desde su comienzo, fue y sigue siendo de profunda naturaleza emocional. El ideal de la estadidad no surge o nace de beneficios económicos, sino de la aspiración de adquirir dignamente la igualdad ciudadana.

 

Sin embargo, existen fundamentos pragmáticos y razones objetivas que fortalecen la defensa del ideal de estadidad. La consulta plebiscitaria provocará grandes debates ideológicos. Nos corresponde discutir y aclarar algunos argumentos a favor y en contra de la estadidad.

 

Para comenzar, podemos examinar algunos de los fundamentos que fortalecen la convicción estadista. Los Estados Unidos de America es nuestra nación, somos ciudadanos y nacionales de los Estados Unidos,  aunque tengamos raíces y cultura propia, diferente a otras vertientes dentro de la Federación de Estados, como es el caso de otros grupos étnicos muy numerosos e importantes dentro de la nación.

 

Mucho se ha debatido sobre el tema de la autonomía y la soberanía, como si esas calificaciones fueran exclusivas de una nación independiente. La realidad es que la estadidad garantiza una autonomía local y los poderes soberanos de un estado que son mucho más amplios que aquellos poderes que posee un territorio y están garantizados por la Constitución Americana.

 

La Academia Estadista resalta que en los territorios no existe el consentimiento de los ciudadanos a ser gobernados por el gobierno federal ya que la condición territorial no es un estatus permanente y la teoría de la colonia por consentimiento no convierte el estatus territorial en uno no colonial.

 

El “Estado de Puerto Rico” tendría todos los poderes locales que aparecen actualmente en la Constitución de Puerto Rico y  además todos los poderes de un estado de la unión, como los define y garantiza la Décima Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Disfrutaremos plenamente de la soberanía compartida dentro de la nación americana sin que el Congreso, a su antojo y unilateralmente, pueda restringir los poderes autonómicos del estado, como es el caso actual nuestro como territorio no incorporado

 

El tema de la cultura siempre ha generado argumentos que no pueden ignorarse. Por el contrario, es la responsabilidad de los que apoyamos la estadidad aclarar y desvirtuar la información falsa, los engaños y las mentiras que han diseminado nuestros opositores a través de los años.

 

El contacto de la denominada cultura americana, la colonial española con su influencias indígenas y africana y la derivada puertorriqueña han provocado cambios sociales, académicos, políticos, gubernamentales, jurídicos, económicos y culturales que se han convertido en la nueva realidad puertorriqueña. La estadidad no implica subrogar ni perder nuestra identidad cultural puertorriqueña y por el contrario nos otorgaría las garantías constitucionales para preservarla.

 

Luego de 113 años de una dinámica interacción cultural, la cultura puertorriqueña ha pasado a formar parte integral de la aportación latina y caribeña a la multiétnica cultura estadounidense de la que ya formamos parte. La realidad histórica, es que  nos hemos desarrollado inmersos principalmente en dos culturas: la cultura puertorriqueña del siglo 19 y la cultura americana de; siglo 20.

 

La “cultura puertorriqueña” co-existe con la de otros estados. De hecho, la “cultura americana” no existe como una sola expresión nacional: las costumbres y comportamientos de los residentes de una comunidad, su orientación hacia la familia, sus expresiones, artísticas, culinarias, y otros rasgos son tan variados en las distintas regiones de los EEUU como las que existen entre los distintos países de la Euro Zona.

 

Solo hay que visitar comunidades de Asiático-Americanos en California, de Afro-Americanos en Alabama, de Chicanos en Nuevo Mexico,  de Amish en Ohio, de Polaco-Americanos en Cleveland, los libertarios en Vermont, de Boricuas en Chicago y de Cubano-Americanos en Florida para entender que en EEUU no existe una sola cultura, sino muchas culturas unidas por una idea común: el derecho a “life, freedom and the pursuit of happiness”].

 

El sistema americano, según plasmado en la “Carta de Derechos” le garantiza a los puertorriqueños la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos y ciudadanos.

 

Es innegable que la Primera y la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, y el “Voting Rights Act” le aseguran protección igual de las leyes a las minorías raciales, culturales, religiosas y lingüísticas en los Estados Unidos, excluyendo a los ciudadanos estadounidenses residentes en Puerto Rico que carecen del derecho a votar por el presidente, a tener representación proporcional en el Congreso e igualdad en la asignación de fondos federales.

 

Además, no existe requisito constitucional alguno que exija dominio en inglés (y constitucionalmente no lo pueden exigir) como pre-condición para ser admitido como Estado de la Unión. La designación de los idiomas es una potestad que la Constitución le reserva exclusivamente a los estados.

 

La importancia del idioma no puede relegarse a un segundo plano. Ser bilingüe es un atributo importante y deseable. Actualmente, en cualquier lugar del mundo saber inglés es imprescindible para el turismo, negocios, comunicaciones, empleos, nueva tecnología, desarrollo profesional, científico y hasta nuestro enriquecimiento cultural.

 

La economía también tiene que ser parte del debate sobre el status. La Estadidad, no solo le pone fin al colonialismo, sino que finalmente nos provee un mejor marco de solidez y garantía jurídica para la inversión local, nacional e internacional. El modelo político económico de un estado tiene amplias ventajas socio-económicas que son inexistentes y están ausentes en nuestro agotado modelo colonial.

 

Si bien es cierto que en la década de los 50s la economía de Puerto Rico cambiara de una agrícola (y de subsistencia) a una economía industrial—fundamentada en la mano de obra barata y beneficios contributivos—es cierto también que la Globalización, la integración de mercados, y el nuevo orden económico iniciado a finales del Siglo 20 exige el desarrollo de un nuevo modelo económico para Puerto Rico fundamentado en la estabilidad, la competitividad, el conocimiento y el valor agregado.

 

El estatus colonial actual, al no ser uno con carácter de permanencia, levanta mucha incertidumbre entre los inversionistas e impide inversiones de largo plazo. Esa incertidumbre quedará eliminada al convertirse Puerto Rico en un estado, como ocurrió con los 37 territorios que se unieron a las 13 colonias originales para constituir los 50 Estados Unidos de América.

 

Antes los ataques de la oposición en contra de la estadidad, es lógico preguntarle a los que defienden el estatus colonial o la republica independiente asociada: ¿si la estadidad para Puerto Rico fuera a ser tan nociva para su economía, ¿cómo se explica entonces el que haya 50 “estados” con economías mucho más prósperas que la nuestra?; y ¿si es tan mala para Puerto Rico porque hay 4.6 millones de boricuas que decidieron vivir y hacer sus vidas en los cincuenta estados?

 

Don Luis Ferré predicaba que la estadidad era para los pobres, ya que ha sido la clase de nivel económico más oprimida por la relación colonial. La estadidad garantiza la igualdad y será de beneficio para todo el pueblo puertorriqueño. La estadidad no solo garantizará paridad en la asignación de fondos federales, sino que también habrá de promover un ambiente para una mayor actividad económica y una mayor creación de riqueza y de oportunidades de empleo para la clase trabajadora, y una  red de seguridad social para salud, alimentación, vivienda, educación y servicios a los más necesitados.

 

VII. La razón de ser estadista

Cuando analizamos la “razón de ser” del sentimiento estadista del puertorriqueño que prefiere que Puerto Rico se convierta en un Estado de Estados Unidos, se descubre que cada ciudadano tiene múltiples razones para preferir el “ideal de la unión permanente con Estados Unidos”.

 

Resaltan la aspiración por la plena igualdad ciudadana y política; por los derechos y oportunidades que tienen los otros ciudadanos americanos y el convencimiento de que la estadidad es la única que garantiza constitucionalmente la ciudadanía americana; la participación democrática y plena en las tres ramas del gobierno federal; los derechos civiles de todos los ciudadanos en condición de igualdad; la estabilidad política y económica; el progreso y desarrollo socio-económico y la igualdad de beneficios y derechos como el resto de nuestra nación.

 

Predomina nuestra convicción por mantener la ciudadanía americana y llevarla a su grado de absoluta igualdad sobre cualquier otra razón, porque sentimos que somos parte de la nación de mayor libertad, democracia  y progreso en el mundo. No nos conformamos simplemente con una ciudadanía americana  de segunda clase, aspiramos a un futuro mejor para Puerto Rico y exigimos lo mejor para nuestros hijos y las generaciones futuras.

 

Los opositores de la unión permanente alegan que los estadistas no saben o no pueden defender su posición ideológica. Sin embargo, la estadidad representa las aspiraciones de la mayoría del pueblo puertorriqueño que no quiere perder o poner en riesgo su ciudadanía americana. Los estadistas aspiramos a salir de la actual indefinición e incertidumbre política, acabar con cinco siglos de coloniaje y ponerle fin a la inferioridad que representa el mal llamado Estado Libre Asociado.

 

La estadidad es la mejor herramienta para poder lograr la igualdad de todos los ciudadanos de los Estados Unidos que residen en Puerto Rico. Dentro de la estadidad se aplican y se defienden todos los derechos de la Constitución de los estados Unidos de América, se logra la aplicación uniforme de todas las leyes aprobadas por el Congreso, se elimina la desigualdad política y constitucional entre los ciudadanos de los otros 50 estados y los ciudadanos residentes de Puerto Rico y se garantizan los mismos derechos y oportunidades. La estadidad nos garantiza que Puerto Rico nunca se convertirá en otra republica más bajo las garras dictatoriales de un tirano.

 

Consideramos que Puerto Rico podría convertirse en uno de los estados con mayor influencia en la nación. Tendremos el derecho a votar por el Presidente de Estados Unidos y elegir a dos Senadores y cinco Congresistas a la Cámara de Representantes. Como estado con lenguaje y cultura hispana, Puerto Rico podría servirá como promotor e interlocutor entre America Latina, el Caribe y los Estados Unidos.

 

Con la estadidad se nombrarán más jueces federales de origen puertorriqueño en los Estados Unidos y estamos seguros que el Presidente nombrará puertorriqueños a posiciones en la Rama Ejecutiva y embajadores y funcionarios internacionales de los Estados Unidos.

 

Sin lugar a dudas, la economía de Puerto Rico está estrechamente ligada y depende de la economía de los Estados Unidos. Debido a las condiciones existentes en la economía global, una isla pequeña, sobre poblada, con limitados recursos naturales y económicos sub-utilizados como la nuestra necesita formar parte integral de los Estados Unidos para poder competir, progresar y asegurar las mejores condiciones para nuestro pueblo y en particular para las generaciones futuras.

 

Con la estadidad,  varias agencias federales invertirán sumas considerables estableciendo dependencias y otorgando contratos  como lo hacen en otros estados. Estamos convencidos que el Departamento Federal de Transportación, así como otras agencias gubernamentales, le brindará mucha más ayuda para el desarrollo y mantenimiento de nuestras carreteras.

 

La estabilidad política  que representa la estadidad permitirá realizar gestiones para solucionar los graves problemas que confronta Puerto Rico. La permanencia que representa la estadidad, atraerá más oportunidades de inversión y garantías económicas que fomenten nuevos negocios, industrias, comercio, turismo y actividad socio-económica que a su vez generará más y mejores empleos, mayores beneficios sociales y una mejor calidad de vida.

 

Como consecuencia del crecimiento y desarrollo de la economía, se  generarán más recursos para invertir en la educación, seguridad pública, protección ambiental, conservación de los recursos naturales, recreación pasiva y activa y servicios de bienestar y salud pública.

 

Los veteranos puntualizan con orgullo que los puertorriqueños han participado activamente en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos con sacrificio y valor y desde la primera guerra mundial nuestra nación ha reconocido el valor y valentía de nuestros soldados.

 

La igualdad política nos daría la oportunidad de hacer alianzas con otros grupos hispano-parlantes para promover asuntos de interés común como la educación primaria, secundaria, graduada y post graduada, la educación bilingüe, salud y desarrollo de infraestructura entre otros muchos aspectos.

 

Queremos y merecemos ser parte integral y esencial de la nación líder en la defensa de los valores democráticos y la libertad. Seremos socios en iguales condiciones dentro de la Federación de Estados de una nación multi-étnica y multicultural y del segundo país del mundo con más ciudadanos con raíces hispanas del planeta.

 

VIII. Poderes Estatales

La Constitución Americana establece que la unión está integrada por estados que tienen sus propios poderes y áreas de jurisdicción. Aquellos poderes que no hayan sido designados específicamente por la Constitución al gobierno federal los retienen los gobiernos estatales.

 

La estadidad nos daría a los puertorriqueños residentes en la isla la garantía de estar representados en condición de igualdad y formar parte del poder político y nacional.

 

Esta representación se fundamenta con cinco congresistas y dos senadores puertorriqueños que tendrán voz, voto y antigüedad (cuando son re-electos) en las comisiones donde se aprueban los presupuestos, programas y nuevas iniciativas gubernamentales. Puerto Rico tendrá puertorriqueños que presidan y participen en condición de igualdad en las comisiones del Congreso y el senado en las que se aprueban las políticas públicas. Es un hecho que los legisladores de más antigüedad asumen posiciones de liderato en la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos. Actualmente el Comisionado Residente no tiene voto en el pleno del Congreso.

 

La estadidad les otorgaría a los ciudadanos americanos residiendo en Puerto Rico el voto presidencial y 5 votos en la Cámara y 2 en el Senado de Estados Unidos. Además, se reconoce que actualmente hay 4.6 millones de ciudadanos de raíces puertorriqueñas residiendo en los 50 estados de la unión, que unidos a la creciente presencia de otros latinos, tienen un alto potencial para decidir la elección presidencial. Esta realidad, nos daría mayor influencia y poder político dentro de nuestra nación americana.

 

  1. Vínculos inquebrantables con los EEU

Los ideales se defienden con la fuerza de la razón y la justicia social.  Los ciudadanos que nos identificamos con los valores de los Estados Unidos, tenemos la responsabilidad de explicar públicamente las razones que consideramos que directa o indirectamente motivan a la mayoría de nuestro pueblo a defender los verdaderos lazos de unión permanente con nuestra nación americana.

 

Los estadistas nos identificamos con los Estados Unidos, porque la  Constitución de los Estados Unidos y la “Carta de Derechos” son documentos fundamentales que se consideran como de los más importantes en la historia de la humanidad y que sirvieron de modelo e inspiración para las Constituciones de los 50 estados,  la Constitución de Puerto Rico y de muchas naciones extranjeras.

 

Esos documentos históricos reconocen, protegen y promueven los derechos ciudadanos a la libre expresión, asociación, a protestar sin perjuicio, a practicar las creencias religiosas de preferencia, a ejercer el voto libre para seleccionar gobernantes, a tener libertad de movimiento dentro, entre los estados e internacionalmente. También,  la libertad para tomar decisiones, discrepar y asumir responsabilidades. Estos documentos garantizan unas libertades democráticas en donde predomina el imperio de la ley y la justicia en todas las relaciones humanas individuales y comunitarias y la plenitud de derechos para todas las minorías.

 

Estados Unidos es una democracia representativa, abierta y transparente que conduce a una transición democrática, pacífica y humanitaria evidenciada durante cambios de gobierno cada cuatro años. Es un sistema político de reconocida estabilidad gubernamental donde se fomentan y anticipan la participación democrática en todos los niveles de la sociedad.

 

Nuestra nación nos ha brindado la protección de la Constitución, la nacionalidad y la Ciudadanía de los Estados Unidos de América. Es una sociedad predicada en la tolerancia,  respeto al prójimo y un sistema de justicia que garantiza el debido proceso de ley en todos los ámbitos de gobierno, tanto federal como estatal y local.

 

Aunque los puertorriqueños defendemos nuestra cultura con orgullo, al mismo tiempo valoramos, somos parte integral y aportamos a la cultura americana. Admiramos la estructura social representada por el respeto a las leyes, su disciplina, los servicios voluntarios y los beneficios que se reciben a cambio de las contribuciones que pagamos los ciudadanos.

 

Los cincuenta estados son la válvula de escape para miles de puertorriqueños que aspiran a una mejor calidad de vida. Es el hogar donde conviven 4.6 millones de conciudadanos de origen puertorriqueño. Por ser ciudadanos de los Estados Unidos, los puertorriqueños tenemos acceso libre para desplazarnos nacional e internacionalmente. Nuestro codiciado pasaporte es reconocido, aceptado y valorado mundialmente.

 

Es innegable que en muchos casos, una vez los hijos de puertorriqueños que van a estudiar, trabajar o se mudan temporalmente a un estado de la unión, cuando experimentan la calidad de vida americana y disfrutan de todos los derechos de un estado se les hace difícil regresar a la isla y prefieren permanecer allá como iguales entre iguales.

 

Gracias a esa gran “válvula de escape” muchos puertorriqueños han querido mudarse hacia los cincuenta estados para encontrar nuevas oportunidades y disfrutar de un nivel de vida económica cómodo, seguro y saludable dentro de una sociedad donde imperan la ley y el orden civil.

 

Nuestra nación Americana le brinda vastas oportunidades a los puertorriqueños para que demuestren sus talentos y sus dotes artísticas, científicas, deportivas y políticas entre otroas. Nuestra representación valiosa en la defensa militar de los Estados Unidos está registrada en la historia de la nación. Los soldados boricuas, miembros de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, han luchado con gallardía por esta gran democracia y los derechos humanos y nuestra nación americana reconoce su valentía y sacrificios.

 

Los puertorriqueños sentimos orgullo de la nación americana porque Estados Unidos es un líder democrático, tecnológico, comercial y cultural que es modelo de civilización mundialmente. Nuestra nación es altamente productiva, trabajadora, ingeniosa, científica y progresista en la cual predominan los adelantos y disponibilidad del nuevo desarrollo tecnológico, incluyendo el campo de la ingeniería, medicina, ciencias y las artes.

 

Los puertorriqueños celebramos y somos parte integral de las grandes proezas científicas y del progreso nacional, tales como el programa espacial de la NASA, las invenciones científicas, la protección ambiental, el manejo de las reservas forestales y Parques Nacionales, y las leyes para proteger y conservar nuestros recursos naturales.

 

Nos satisface la importancia que el pueblo americano les brinda a las personas con necesidades especiales, a las mujeres, los niños, estudiantes y a los más necesitados de la población a través de la red de seguridad social, Seguro Social, servicios de salud como Medicare y Medicaid, asistencia nutricional, seguro por desempleo y subsidios de alquiler para mencionar solo algunos programas y beneficios federales.

 

Todos esos valores viven y son parte fundamental de la cultura puertorriqueña y por ende inducen a atesorar los vínculos inquebrantables con nuestra nación americana. La fuerza de la razón es el fundamento de nuestra verdad.

 

  1. Nuestro mejor socio: Estados Unidos

    Riesgo vs Reafirmar la Unión Permanente

 

Es innegable que toda la vida ciudadana, económica  y jurídica de los puertorriqueños está asociada a funciones federales: recursos naturales, justicia, seguridad pública, educación, salud, servicios sociales, comunicaciones, bancos, correo, puertos, carga marítima y hasta el IRS.

 

Como Puerto Rico es un territorio de los Estados Unidos y nuestra base económica está fundamentada y forma parte integral de la economía americana, tenemos libre acceso al mercado más desarrollado y con mayores recursos del mundo.  Por tal razón, tenemos un potencial incalculable para mercadear los productos y servicios producidos en la isla,

 

Vivimos en una isla pequeña, sobre poblada, sin una agricultura desarrollada, con poco espacio territorial para crecer, limitados recursos naturales, pero con unos recursos humanos de excelencia. Esos recursos tienen que ser protegidos, desarrollados e incentivados. Para lograrlo se requiere el apoyo económico, tecnológico  y social que brindan los programas federales.

 

Nuestras agencias estatales, municipios, centros universitarios, ciudadanos y corporaciones sin fines de lucro participan activamente y se benefician directamente de más de 141 programas federales que proveen ayuda económica y técnica para beneficio del pueblo puertorriqueño en todas las fases de nuestra vida cotidiana.

 

Como estado Puerto Rico tendría la potestad de comerciar con todos los países y regiones del mundo con los que comercia Estados Unidos, el país que tiene el mayor volumen e intercambio comercial con el resto del mundo.

 

Los cincuenta estados de la nación constituyen nuestro principal y mejor socio comercial. Exportamos $30 billones hacia los cincuenta estados, principalmente productos químicos y farmacéuticos mientras que a cambio les compramos $23 billones del resto de los estados. Venezuela, Irlanda y Japón representan ejemplos de un desbalance comercial entre Puerto Rico y otros países del mundo. Venezuela solo le compra a Puerto Rico $18.0 millones. Aunque Puerto Rico importa $10 billones de Irlanda de productos químicos y $2,292 millones de Japón, las exportaciones de Puerto Rico a esos países son insignificantes.

 

El turismo sigue siendo una de las principales fuentes de empleo en Puerto Rico  y tiene un gran potencial para generar riqueza, desarrollo económico y bienestar colectivo. Los turistas que nos visitan aportan considerablemente a nuestra economía. Estados Unidos nos ofrece una gran oportunidad para incrementar nuestra industria turística. Nuestro mercado turístico con mayor potencial de desarrollo  es Estados Unidos, de donde proceden más del 90% de nuestros visitantes.

 

Por otro lado, Estados Unidos provee ayuda técnica y económica y supervisa el uso de fondos federales para beneficio del pueblo puertorriqueño. Nuestras agencias estatales, municipios, centros universitarios, ciudadanos y corporaciones sin fines de lucro, participan activamente y se benefician directamente de más de 141 programas federales que facilitan esa ayuda para beneficio del pueblo puertorriqueño.

 

Tenemos libre e ilimitado acceso, como ciudadanos americanos, al territorio continental para residir, estudiar, trabajar, participar en reuniones científicas, políticas y de carácter intelectual y disfrutar actividades culturales y de entretenimiento a nuestra conveniencia.

Los seguros federales, como el FHA, viabilizaron que miles de puertorriqueños pudieran adquirir su propio hogar. El Federal Deposit Insurance (FDIC), que recientemente tuvo que rescatar tres instituciones bancarias en Puerto Rico, asegura y garantiza los depósitos de los ciudadanos en los bancos.

 

Puerto Rico pertenece al sistema bancario de los Estados Unidos. No solamente tiene reguladores como el FDIC que velan por el bienestar de los depositantes y la seguridad y estabilidad de las instituciones miembros del FGDIC, sino que tiene acceso a un costo de fondos mas bajo que los países latino-americanos, por lo cual los ciudadanos tienen acceso al crédito que fomenta el movimiento económico en Puerto Rico.

 

Mientras no seamos un estado de la unión no tendremos el poder político en cuanto a las determinaciones que puedan tomar esas agencias federales reguladoras y que tienen repercusiones en nuestro diario vivir.

 

Aunque el verdadero trato de paridad solo se logrará con la estadidad, los puertorriqueños se benefician por la participación de nuestros ciudadanos en la red seguridad social, incluyendo el Seguro Social, Medicare; Programas de Asistencia Medica (PAM) y Nutricional (PAN) ; Ayudas para niños y adultos con necesidades especiales; servicios médicos y rehabilitación para veteranos en Puerto Rico; préstamos y Becas Pell para estudiantes universitarios; subsidios de alquiler por la Sección 8 federal y seguros federales para vivienda, agricultura y desempleo, entre otros.

 

Igualmente, las Agencias federales como Drug Enforcement Administration (DEA), Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives  (ATF) y el FBI combaten el narcotráfico y las actividades criminales que amenazan la seguridad del pueblo. La Fiscalía Federal y el FBI también intervienen contra la corrupción gubernamental y el “crimen de cuello blanco”.

 

El Departamento de Justicia Federal monitorea a la Policía. También supervisa los derechos y servicios de la población con retardación mental. Hasta en las cárceles se siente la protección federal. El Tribunal Federal fue el que ordenó mejorar las condiciones, el trato y los servicios de salud y rehabilitación en las instituciones penitenciarias.

 

“Homeland Security” les ofrece a los pasajeros terrestres, marítimos y aéreos  todas las garantías de seguridad y el “Federal Aviation Administration” supervisa las operaciones de los controladores de vuelos y el transporte aéreo, tanto de carga como de pasajeros. No podemos ignorar las aportaciones al sistema de carreteras y la transportación colectiva como el Tren Urbano.

 

La Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA) contribuye en todo aquello que pueda afectar el medioambiente y los recursos naturales para proteger los ecosistemas y la salud del pueblo. El Cuerpo de Ingenieros tiene la responsabilidad de evaluar proyectos de infraestructura que afecten los humedales y las aguas superficiales, estuarios, costeras y marinas. La Guardia Costera tiene la función de proteger nuestras costas, la interdicción de contrabando y drogas y operaciones de rescate marítimo.

 

Toda la vida ciudadana, económica  y jurídica de los puertorriqueños está asociada a funciones federales: comunicaciones, bancos, correo, puertos, carga marítima y hasta el Servicio de Rentas Internas (IRS). Como ciudadanos americanos no existe actividad humana insular que no esté cobijada y protegida por alguna agencia federal.

 

El correo, la moneda y el sistema bancario son aspectos particulares que están muy institucionalizados en nuestra cultura, modo de vida y economía. Forman parte de nuestras generaciones presentes y futuras. Tan es así, que el Morro, la Flor de Maga, el Yunque, la cotorra  y el coquí están forjados en monedas americanas.

 

Las leyes, reglamentos, órdenes ejecutivas, legislación, decisiones del Tribunal Supremo federal y acuerdos internacionales de los Estados Unidos son parte del diario ordenamiento de nuestra sociedad.

 

Las dependencias de defensa nacional nos aseguran que nuestra isla esté protegida de intervenciones indebidas. Miles de  puertorriqueños han ofrendado sus vidas como miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en defensa de la democracia y la estabilidad local, nacional y mundial. Miles de Veteranos boricuas reciben servicios médicos y rehabilitación en los hospitales y clínicas de Veteranos en Puerto Rico y en el resto de la nación.

 

Ahora es el momento de reafirmar que queremos la verdadera unión permanente o pondremos en riesgo las garantías, seguridad y el progreso que representa nuestra ciudadanía americana.

 

  1. Desarrollo económico y fondos federales

“Lucha por la igualdad política y económica”

Los proponentes de la estadidad reconocemos que no podemos depender exclusivamente de la asistencia federal como una solución permanente o exclusiva a los problemas fundamentales de Puerto Rico.

 

Se ha probado que las limitaciones coloniales de nuestra condición política actual impiden que territorio Puerto Rico disfrute de los mismos derechos y privilegios de los cincuenta estados. La condición de inferioridad política actual es un impedimento para un desarrollo económico sostenible. El territorio de Puerto Rico está muy rezagado, cuando comparamos el desarrollo económico local con los estados aún más pobres de la Nación.

 

Cuando comparamos el Producto Bruto Interno (GDP) de Puerto Rico con cada uno de los 50 estados y Washington DC (2010), Puerto Rico es el ultimo (numero 52) con un GDP por persona de $23,380 cuando el promedio de Estados Unidos es $47,482. El estado con menor GDP Per cápita es Mississippi con un promedio de $33,000.

 

Nuevamente, el actual status ha sido un fracaso social, político y económico. La estadidad representa la oportunidad de salir del atolladero de la colonia. Ser estado nos saca de la pobreza y mejorará el estándar y la calidad de vida de todos los puertorriqueños, comenzando por los más necesitados y los que menos recursos tienen.

 

Aunque importantes para una economía en desarrollo, las transferencias federales no pueden, ni deben ser el pilar principal que sostiene el ideal de la estadidad. Aun así, no cabe duda que mientras el territorio de Puerto Rico no desarrolle su economía sustancialmente, estamos obligados a luchar sin poder político alguno por un trato de igualdad ante el Congreso de los Estados Unidos, quien es el principal responsable por imponernos las restricciones de inferioridad que no permiten un desarrollo apropiado fuera de la dependencia ciudadana, social, política y económica.

 

Es nuestra responsabilidad reclamar y competir por los fondos federales para beneficio de toda la población, principalmente los desempleados, la gente de escasos recursos y la clase media. Reclamaremos ayuda  para la educación, salud y servicios medico-hospitalarios, seguridad pública, servicios sociales, ayudas a niños en desventaja, madres solteras y educación para sus hijos, vivienda, transportación, infraestructura, desarrollo económico, protección el ambiente.

 

Como estado Puerto Rico recibiría fondos federales adicionales para estos fines.  Esta infusión de fondos federales adicionales tendría un efecto multiplicador inmediato de considerable magnitud sobre nuestro crecimiento económico y la creación de empleos, y a demás contribuiría a reducir los altos niveles de pobreza prevalecientes bajo el status colonial actual y a combatir la desigual distribución de la riqueza.

 

Durante los últimos 11 años, Puerto Rico ha recibido $133.6 billones netos del gobierno de los Estados Unidos, después de deducir pagos al Servicio de Rentas Internas (IRS), incluyendo pagos de Seguro Social y Medicare (que no son contribuciones, pues son aportación a los sistemas de seguros federales) ; y del 1990 al 2009 el gobierno federal aportó $256.1 billones a la economía de Puerto Rico,  de los cuales Puerto Rico pago $73.7 billones al IRS, dejando un balance neto a favor de Puerto Rico de $182.4 Billones.

 

Durante el 2009-10 las aportaciones federales en Puerto Rico ascendieron a $7.7 billones por concepto de Seguro Social, retiro e incapacidad, Medicare, vivienda,  Sección 8 y Becas Pell; $4.4 billones por desempleo; $7.5 billones para asignaciones federales (grants); $600 millones para contratos y servicios; y $1.2 billones para empleos federales en la isla, la gran mayoría ocupados por puertorriqueños.

 

Existe una falacia que en Puerto Rico no se pagan contribuciones federales. Sin embargo, todos los ingresos generados fuera de Puerto Rico pagan contribuciones federales, así como todos los empleados y retirados federales quienes pueden recibir un acredito en sus planillas de contribución federal equivalente al pago de contribuciones locales. Aquellos que reciben beneficios del  Seguro Social y reciben otros ingresos sustanciales sin importar la fuente de ingresos, así sea Puerto Rico o en los otros 50 estados podrían estar sujetos a contribución federal dependiendo de la cuantía del ingreso adicional.

 

En vista de la tergiversación que sectores opositores hacen de los datos sobre los pagos a Seguro Social, Medicare y otros, es apropiado explicar estos pagos. Mientras en el 2010 lo ciudadanos recibieron pagos del Seguro Social por $6,829 millones, Puerto Rico aportó $2,528.4 millones, una diferencia  neta favorable para Puerto Rico de $4,300.6 millones (aportación individual de $1,297.4 millones y aportación por los patronos de $1, 231millones).

 

Medicare reembolsó $2,509.9 millones, mientras que los puertorriqueños aportaron $449.1 millones, una diferencia neta favorable para la Isla de $2,060.8 millones.

 

Sin las transferencias, pagos directos, ayudas y subsidios federales, Puerto Rico seria un territorio de pobreza extrema. Basta con señalar que el gobierno federal concedió ayudas por $1.4 billones para Educación; $1.4 billones para salud, $800 millones para vivienda, y $2.2 billones para Asistencia Nutricional, (PAN) y Mujeres, Infantes y Niños (WIC).

 

Es innegable que la estabilidad política atraerá y fomentará más inversiones y que el gobierno federal tendrá mayor presencia en la isla. Como resultado natural, se crearán más empleos federales, más contratos de servicios, y mayor crecimiento del Producto Bruto Estatal y menores impuestos locales.

 

Nuestra meta  “no es ser dependiente de los fondos federales”, por el contrario estamos convencidos de que con la estabilidad, permanencia y seguridad de ser un estado de la unión, se impulsará el desarrollo económico para beneficio de todos los puertorriqueños.

 

Nuestra meta de convertir el territorio de Puerto Rico en estado de la nación Americana no es para reclamar más fondos federales es para reclamar la participación que nos pertenece como ciudadanos de los Estados Unidos. Es innegable que como “Territorio casi incorporado” (o incorporado de facto) no disfrutamos de todos los beneficios económicos que corresponden a los otros cincuenta estados. Queda claro que dentro de la estadidad tendremos los recursos para mejorar la calidad de vida en Puerto Rico, incluyendo la seguridad pública y la lucha contra el crimen.

XII. Plan Económico: Visión futura

Internacionalmente, por nuestra posición geográfica y conocimiento de la cultura y las idiosincrasias de America Latina, el Puerto Las Américas de Ponce puede desarrollarse como uno de los “Puertos de Transbordo” comercial más importantes de los Estados Unidos.

 

Puerro Rico puede ser un “enlace natural cultural, comercial, financiero, científico, diplomático, aéreo, deportivo y de servicios profesionales” entre Estados Unidos y América Latina. Ser un estado latino nos convertirá en un enlace comercial entre Latinoamérica y los Estados Unidos. Como estado Puerto Rico tendría más ventajas en la industria del turismo.

 

Nuestra aspiración y visión es que con la estadidad podemos hacer realidad que el aeropuerto internacional LMM sea un verdadero “centro” de vuelos hacia el Caribe y América Latina;  establecer a Puerto Rico como sede de las oficinas o divisiones corporativas  de la transnacionales estadounidenses especializadas en los mercados caribeños y latinoamericanos;  convertir a Puerto Rico en un centro internacional de producción y distribución de productos farmacéuticos, de investigación y desarrollo biotecnológico con divisiones especializadas en el Caribe y América Latina; establecer un centro  de seguros, banca y servicios financieros hacia el Caribe y América Latina; desarrollar un centro de investigación y desarrollo de agricultura tropical, con el RUM como base de apoyo y operaciones; crear un centro de investigación de ciencias marinas. (RUM como sede); y convertir a Puerto Rico en un Centro de oferta de servicios profesionales para el Caribe y América Latina;  y un centro de escuelas para el desarrollo de diplomáticos para América Latina, España y otros países de habla hispana.

 

La Misión Comercial de un grupo de Gobernadores y funcionarios públicos de los Estados Unidos a Panamá dirigida por el Gobernador de Puerto Rico, Luis G. Fortuño, es tan solo un ejemplo de la importancia de Puerto Rico en el campo económico y de relaciones con America Latina.

 

La historia nos recuerda que la Junta de Calidad Ambiental fue la primera agencia ambiental operacional del mundo, seis meses antes de la creación de la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA). Puerto Rico puede convertirse en el centro para expandir  el programa “Puente Verde Latino- Americano”.

 

XIII. Contribuciones Federales

Los que se oponen a la estadidad utilizan el argumento de las contribuciones federales como uno de sus argumentos principales en contra del movimiento estadista. Lo primero que ocultan es que Puerto Rico es la jurisdicción bajo la bandera americana donde más impuestos individuales se pagan; es decir, una familia de composición y de ingreso promedio (por ejemplo, 4 personas y un ingreso anual de $30,000) paga más contribuciones en Puerto Rico que una familia de igual número de personas e ingreso en cualquier otro estado de los EEUU (donde se pagan contribuciones federales, y en adición, en muchos estados, contribuciones estatales). Es decir, en Puerto Rico se comienza a pagar impuestos a partir de un nivel de ingreso más bajo (y a unas tasas más altas) que al que le comienzan a aplicar impuestos a nivel federal.

 

Se ha estimado que mas del 75% de los contribuyentes no pagarían contribuciones federales cuando Puerto Rico se convierta en estado. La realidad es que más del 60% de nuestra población es de ingresos bajos o medios por debajo de $30,000 al año y NO pagarían contribución sobre ingresos. La mayoría recibiría un crédito o un reintegro en base a “Work For Pay Credit”,  “Earn Income Credit” (EIC) o el “Child Credit” y debe quedar claro que nadie pagaría impuestos federales si su ingreso individual anual es menor de $10,700 y el de una familia de 4 personas s menor de $21,400 anuales.

 

Además, los ciudadanos que cualifiquen pueden reclamar créditos por los costos para el cuido de niños y personas con limitaciones dependientes

(Credit for Child and Dependent Care Expenses), crédito para personas de mayor edad o personas con limitaciones ( Credit for the Elderly or the Disabled), créditos para educación (Education credits), créditos por ahorros para retiro (Retirement Savings Contributions Credit).

 

Del restante 40% de la población que genera ingresos, la mitad tiene ingresos entre $30,000 y $45,000 anuales. Ese grupo, probablemente reciban un reintegro por el crédito de los impuestos pagados o terminen tributando una tasa de alrededor de 13% de su ingreso neto. De los restantes, el 13% tendría ingresos estimados entre $45,000 a $99,000 y pagarían alrededor del 15% de su ingreso neto, y el 7% restante con ingresos entre $100,000 y $500,000 pagarían una tasa de 19% a 35%.

 

Estos datos reflejan que solamente el 10% de la población de ingresos medios y altos tributarían nivel federal. El impacto del pago de contribuciones federales sería de $1.5 billones por concepto de contribuciones federales por los individuos. A cambio, se proyecta que la Isla recibiría ingresos y pagos adicionales sustanciales por Seguro Social, Medicare, Educación y Vivienda, entre otros. Solamente por el concepto del SSDI (Social Security Disability Insurance) se recibirían entre $800 a 1,000 millones para beneficio de los más necesitados en Puerto Rico.

 

Podemos proyectar que los ingresos adicionales bajo la estadidad permitirían al gobierno de Puerto Rico reducir la carga contributiva ya que el gobierno federal estaría proveyendo los fondos necesarios para servicios y programas que ahora tiene que sufragar el gobierno estatal. Por ejemplo, en Florida no existe contribución sobre ingresos a nivel estatal.

 

De la misma manera, no podemos ignorar que al convertirnos en estado, las corporaciones y multinacionales en Puerto Rico tendrían que pagar contribuciones, lo que ayudaría a sufragar los costos de la estadidad al tesoro federal.

 

XIV. Admisión de un estado hispano

Reconocemos que no existe el derecho constitucional de ninguna dependencia, colonia o territorio a ser estado “sin la aprobación del Congreso”. No obstante, igualmente  reconocemos el derecho de todo ciudadano americano a demandar igualdad en sus deberes y derechos y la eliminación de condiciones que infringen y violan sus derechos civiles.

 

El derecho a mantener el idioma no es un derecho civil ni uno que se basa en la igualdad, sin embargo es un derecho constitucional de un estado, no de los territorios y lo protegen dos temas: El derecho a igualdad de trato que a su vez protege el español como idioma estatal en tanto en cuanto no se delegue dicho derecho al gobierno federal. Por otro lado, como uso político está el de imponer condiciones de entrada a la Nación. En el pasado se ha exigido la eliminación como idioma del territorio del español y el francés, pero una vez el estado se constituye, le aplica la igualdad de trato y el derecho retenido a imponer su idioma.

 

El General Miles en el 1898, en Guánica, anunció la intención de liberar a los insulares del esclavizante yugo español y concederle a los residentes los frutos de la libertad y los beneficios de la democracia americana.

 

Cito al General Miles: “No hemos venido a hacer la guerra contra el pueblo de un país que ha estado durante siglos oprimido, sino por el contrario, a traer protección, no solamente a ustedes sino también a sus propiedades, promoviendo su prosperidad y derramando sobre ustedes las garantías y bendiciones de las instituciones liberales de nuestro gobierno”

 

Esta proclama no constituye un instrumento jurídico constitucional que obliga al Congreso, pues ni surge del Congreso ni concede derechos para exigir constitucionalmente la estadidad. Solamente los territorios incorporados tienen un derecho político a ella.

 

La consecución de la estadidad está enmarcada en el proceso político y en la voluntad e integridad presente tanto en el Congreso como en la Casa Blanca, y en los grupos y esferas de poder a nivel local y nacional, incluyendo que se enuncie una política pública presidencial respaldando la estadidad.

 

El proceso requiere un plan de trabajo con todos los intereses creados, a favor y en contra, con intereses de los estados completamente justos y normales puesto que de entrar Puerto Rico podría restarle representantes a otros estados, a menos que el Congreso que tiene la potestad, aumente el numero de congresistas. También requiere dedicación, consistencia, fervor y firmeza. Los estadistas tenemos que establecer las estrategias y estructuras necesarias con nuestros recursos económicos propios y con el compromiso de demandar la igualdad dentro de la nación americana por encima de las conveniencias eleccionarias.

 

La cultura y nuestro vernáculo, del cual tanto nos sentimos orgullosos, no puede ser impedimento. Ya existen varios estados con origen y ancestro hispano (Colorado, Montana, Nuevo México, Arizona, Texas. Florida y California). Aun así, el pueblo estadista se ha expresado a favor de una mejor enseñanza del inglés, no solo como instrumento ciudadano y político sino como recurso de progreso educativo, económico personal y colectivo.

 

Los estadistas apoyamos que se mejore sustancialmente la enseñanza del inglés en las escuelas públicas. Los niños tienen derecho a estudiar en ingles y en español. En este mundo moderno, de comunicaciones instantáneas, donde el inglés es el idioma internacional de los negocios, aprenderlo con fluidez es una característica que beneficiará y recompensará al pueblo puertorriqueño. Carecer del dominio del inglés perjudica a la juventud puertorriqueña, graduados de escuelas y/o universidades cuando van a solicitar empleos que requieren su conocimiento y los condena a la mediocridad y a conformarse con las condiciones onerosas impuestas por la economía local.

 

Reconocemos que será necesario un respaldo claramente mayoritario para romper las barreras y los intereses políticos que predominan en el Congreso y para exigir y lograr la admisión de Puerto Rico como estado de la unión para que finalmente se nos provea justicia e igualdad ciudadana. Vamos camino a la igualdad y actuaremos como iguales.

 

Queda claro que la Constitución de los Estados Unidos de América provee los mecanismos y el proceso para que Puerto Rico haga la transición y se convierta en un estado de la unión, pero es necesario añadirle los elementos políticos, sociales y económicos que satisfagan a toda la población.

 

Será necesario desarrollar un “Plan Estratégico Estadista”. Una estrategia de presión política para que el Congreso tome acción podría ser el “Plan Tennessee”, que ha sido exitoso y está muy bien documentado. Si fuera necesario, una vez la mayoría respalde la estadidad, Puerto Rico, por su cuenta, elegiría dos Senadores y cinco Congresistas y los enviaría a reclamar sus posiciones como representantes electos por Puerto Rico, para que sean reconocidos oficialmente como miembros en igual rango por el Congreso.

 

Por otro lado, el Plan Tennessee está basado en el derecho político que deben reconocer los partidos nacionales, el Presidente, y el Congreso. Indudablemente tendremos que trabajar para presentar nuestro caso de una manera convincente demostrando viabilidad política para ambos partidos en el nuevo estado. No tenemos duda de que los partidos Republicano y Demócrata respaldarán la petición de ingreso a su debido tiempo.

 

Como es de esperar, existen grupos en los Estados Unidos que no quieren que Puerto Rico se convierta en estado. Se expresarán en contra, pero si la mayoría en Puerto Rico respalda la estadidad, nada ni nadie podrán impedirlo, aunque podrían retrasarlo por algún tiempo. Para evitarlo, el liderato nuestro tiene que estar dispuesto a librar las luchas políticas en las comunidades de la nación. Todas las encuestas pasadas han probado que individualmente nuestros conciudadanos americanos han favorecido el ingreso de Puerto Rico como un estado de la unión.

Una vez la estadidad obtenga el respaldo mayoritario, Puerto Rico debe solicitar su admisión como estado. Anticipamos que el proceso conllevará negociaciones sobre las condiciones y periodo de transición que requieran el Congreso y Puerto Rico. En ese caso, anticipamos que se llevará a cabo un nuevo referéndum para refrendar los acuerdos antes de ingresar como estado.

 

El Congreso no puede rechazar la estadidad, porque nuestra aspiración se ha convertido en una lucha por lograr la igualdad en los derechos civiles de sus conciudadanos americanos. De la misma manera que con otros estados que han ingresado a la unión con anterioridad, el Congreso dentro del marco constitucional pondría imponer ciertas condiciones para ingresar, tales como la enseñanza de inglés en las escuelas públicas  (como se hizo en New México, Arizona y Oklahoma) y el apoyo de una mayoría convincente.

 

No podemos ignorar que la experiencia de más de un siglo, durante el cual nos hemos integrado y somos parte de la cultura americana, nos enseña que Puerto Rico ha podido mantener su cultura, costumbres, idioma e idiosincrasia bajo la bandera americana, a pesar de que bajo la actual condición colonial el Congreso tiene el poder unilateral para imponer el inglés como único idioma. Como estado, la Constitución le garantiza a Puerto Rico el poder y autonomía para establecer como idiomas oficiales el inglés y el español, tal como dicta la Constitución de Puerto Rico actualmente.

 

Puerto Rico será un gran contribuyente al mundo y a la humanidad por medio de los Estados Unidos. Ingresaremos como estado multicultural e hispano a los Estados Unidos de America para contribuir a que continúe enriqueciéndose como nación y como pueblo. Sin lugar a dudas, esta condición también beneficiará a los países hispano-americanos al tener un estado hispano dentro de la nación.

 

La única dirección política constitucional es la estadidad y convertir a Puerto Rico en el estado Hispano- americano de las Américas, el contraparte de Hawai, el estado Hawaiano- americano del Pacifico.

 

CULTURA

El imparable avance del idioma español en EE.UU.

ABC / WASHINGTON

Día 08/08/2013 – 09.24h

Casi 38 millones de personas hablan ya la lengua española, lo que supone un 13 por ciento de la población estadounidense

AFP

Antonio Villaraigosa fue el primer alcalde hispano de Los Ángeles desde 1872

El avance del idioma español en Estados Unidos es imparable. Año tras año las estadísticas reflejan con datos apabullantes que la lengua española está cada día más presente en la vida de los estadounidenses. El último informe también da constancia de esta realidad social y cifra en 37,6 millones el número de personas que hoy en día hablan el idioma español en Estados Unidos, lo que supone casi un 13 por ciento (12,9 %) del total de su población. El informe apunta, no obstante, que este crecimiento progresivo en los últimos años no ha ido en detrimento del bilingüismo.

El porcentaje de personas que tenían el castellano como lengua materna en 2011 fue de 12,9% (0,9 puntos superior a la cifra de 2005), aunque, entre estos, sólo el 5,6% reconoció tener un nivel inferior a «muy bueno» de inglés, una proporción ligeramente inferior a la registrada en 2005 (5,7%), según Efe

Según el censo dado a conocer esta semana, 60,6 millones de personas en EEUU hablan en casa una lengua distinta al inglésy, de estas, casi dos tercios hablan español. El resto de lenguas maternas más habladas son el chino (2,9 millones), el tagalo de Filipinas (1,6 millones), el vietnamita (1,4 millones), el francés (1,3 millones), el alemán (1,1 millones) y el coreano (1,1 millones).

De todos estos, el 58% aseguró hablar inglés «muy bien», un porcentaje que se dispara en el caso de los parlantes nativos de francés y alemán (más del 80%) y decae notablemente en el caso de las personas que tienen el chino, coreano o vietnamita como primera lengua (menos del 50%).

Finalmente, el porcentaje de personas que no hablan inglés en casa varía significativamente según los estados, desde el 44% de California al 2% de Virginia Occidental, y la ciudad de Laredo, en Texas, es el municipio que registra mayor presencia de personas de habla no inglesa (92%).

 

Referencia: ABC es cultura

 

  1. Estadidad, cultura y lenguaje     

El tema de la cultura siempre ha generado argumentos que no pueden ignorarse. Es nuestra responsabilidad como proponentes de la estadidad  presentar y explicar cómo percibimos nuestra propia identidad y cuál es nuestra visión del futuro.

 

Con orgullo, convencimiento y seguridad reclamamos que la cultura y la identidad individual puertorriqueña se fortalecerán y mantendrán en Puerto Rico. La separación geográfica, el poder político del Estado de Puerto Rico y las alianzas con otros grupos de raíces hispanas nos darán la fuerza para preservar nuestros intereses.

 

La estadidad fortalece y garantiza la identidad individual puertorriqueña que nace de habernos desarrollado inmersos principalmente en dos culturas, la puertorriqueña del siglo 19 y principalmente la cultura americana durante todo el siglo 20. Somos parte integral de la cultura americana. La cultura puertorriqueña no es incompatible con la cultura americana a la cual nos hemos integrado. Puerto Rico sentará una pauta como un estado multicultural y latino de los Estados Unidos de America que contribuirá a que los Estados Unidos se enriquezcan espiritualmente como nación y como pueblo.

 

La cultura americana, de la que formamos parte, se sostiene sobre los pilares de la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos y ciudadanos. La Primera y la Decimocuarta  Enmienda de la Constitución Americana, y el “Voting Rights Act” le ofrecen protección igual de las leyes a las minorías lingüísticas en los Estados Unidos, incluyendo a Puerto Rico. De hecho, en Nuevo México, por ejemplo, el inglés y el español son los idiomas oficiales, como lo son actualmente en Puerto Rico.

Estados Unidos es una nación compuesta por grupos de personas con costumbres, valores, religiones y culturas totalmente diferentes. La nación reconoce los derechos de los ciudadanos provenientes de todas partes del planeta y les garantiza igualdad en su jurisdicción nacional.

 

Mediante el proceso de naturalización, Estados Unidos ofrece y alienta a cualquier inmigrante que lo solicite de buena fe y cumpla los requisitos legales el privilegio de poder convertirse en  ciudadano americano.

 

Una vez se jura alianza a su nueva patria, el ciudadano voluntariamente se integra político, cívico y socialmente a la nación americana, incluyendo como meta el aprendizaje del idioma inglés que une y sostiene la nación dentro de un denominador común. Cabe destacar que muchos inmigrantes naturalizados han logrado ser electos al Congreso como Senadores y Representantes, condición que se les niega a los puertorriqueños y a todos los ciudadanos americanos que residen en la isla a pesar de que son ciudadanos americanos de nacimiento.

 

El uso del inglés es muy común en Puerto Rico en algunos menesteres y lugares, por ejemplo los planos y especificaciones de construcción para obras públicas y privadas se preparan en inglés. Las agencias estatales redactan muchos documentos en inglés para someterlos a las distintas agencias federales. Muchos de los textos usados en las universidades son en inglés, aunque los cursos se imparten en español.

 

A principios de los 90 se celebró un referéndum y Puerto Rico favoreció mantener el inglés como uno de sus dos idiomas oficiales. Los estadistas apoyamos que se enseñe y se mejore la enseñanza de inglés y que se debe de enseñar en ambos idiomas en las escuelas públicas. Las funciones y documentos oficiales deben estar redactados en los dos idiomas. Esta política pública implica atender a los ciudadanos en inglés o español dependiendo de la preferencia del ciudadano.

 

Es lógico que los proyectos de ley y las decisiones de los tribunales se publiquen en español e inglés. Los idiomas primarios del ciudadano (español o inglés) deben imperar en cualquier procedimiento judicial.

 

Hasta ahora, el negarle el beneficio de aprender y comunicarse en inglés a los puertorriqueños tendrá el efecto negativo que solo un pequeño grupo tenga el privilegio de ser bilingüe y logre mejores oportunidades en el mundo moderno de la economía, los negocios y los mejores empleos. Además, la Constitución le reserva el derecho a cada ciudadano a la libre expresión en el idioma que sea de su preferencia.

XVI. Estadidad: beneficio para todos

Algunos grupos en Puerto Rico y en los cincuenta estados de la Unión alegan que el Congreso no admitirá a Puerto Rico como un estado presentando argumentos económicos, sociológicos, históricos, culturales y lingüísticos.

 

Es nuestra obligación corregir la ignorancia existente, convencer a los escépticos sobre el futuro de Puerto Rico y definitivamente orientar a nuestros conciudadanos americanos, al Congreso y a los grupos que influencian la opinión pública en los cincuenta estados. Convertir a Puerto Rico en un estado de la unión será tan beneficioso para Puerto Rico y el pueblo puertorriqueño como para los otros cincuenta estados y todos los ciudadanos americanos en general.

 

Es cierto que Puerto Rico es una isla pequeña con limitados recursos naturales, pero somos un pueblo muy rico en recursos humanos, capaces, talentosos, trabajadores, valientes y con una gran visión del futuro. Que nadie tenga dudas, vamos a aportar y de hecho estamos aportando a la sociedad y a la nación americana.  Enriquecemos la cultura nacional porque nuestra isla, aunque pequeña vive una rica cultura que viene compartiendo hace más de un siglo.

 

Reconocemos que la seguridad, estabilidad y promesa de un mejor futuro no es gratis. No es cierto que Puerto Rico será una carga económica que impida la estadidad. Para comenzar Puerto Rico paga contribuciones federales y contribuciones corporativas y los ciudadanos residentes en Puerto Rico aportan directamente al Seguro Social, Medicare y seguro por desempleo.

 

Ciudadanos, empresas y negocios en Puerto Rico importan más de $25,000 millones en productos y servicios anualmente del resto de la nación.  Estados Unidos es nuestro mejor socio comercial. Exportamos $30 billones hacia los otros cincuenta estados, principalmente productos químicos y farmacéuticos que son de gran importancia en toda la nación.

 

Nuestra relación comercial beneficia miles de negocios, empresas y corporaciones en Puerto Rico y en los otros cincuenta estados. Se estima que  el comercio interestatal de productos, servicios y actividad económica genera más de un millón de empleos directos e indirectos en toda la nación, incluyendo a Puerto Rico.

 

Desde el 1917 y en todas las guerras en que ha intervenido nuestra nación, miles de soldados puertorriqueños han luchado por los mismos ideales de libertad y democracia como miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. La nación reconoce el valor de los soldados boricuas y aunque ya no existen grandes bases militares, Puerto Rico continúa brindando una plataforma sólida para la defensa y la seguridad nacional.

 

Como prueba de la importancia de los puertorriqueños en la Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, debemos honrar a Eurípides Rubio Y Héctor Santiago Colón, ambos condecorados con la Medalla de Honor, y distinguir a los oficiales de alto rango: Generales  Ricardo Aponte, Mihiel Giuilormi, Enrique Méndez, Pedro Rivera, Orlando LLenza, William Navas y los Almirantes Rafael Celestino Díaz, Diego Hernández Y Horacio Rivero para mencionar algunos.

 

Puerto Rico contribuye al enriquecimiento cultural de la nación con talentosos actores en la cinematografía y el teatro, la música clásica y popular y la cultura en general.

Artistas puertorriqueños del calibre de José Ferrer, Antonio Paoli, Chita Rivera, Raúl Julia, Pablo Elvira, Rita Moreno, Ricky Martin, Marc Anthony, Jennifer López y Chayene, entre muchos otros, se han ganado el corazón de los conciudadanos del norte y dejan una marca indeleble en la cultura americana.

 

Atletas puertorriqueños son reconocidos y contribuyen con su talento en el baloncesto, béisbol, golf, natación, hipismo, boxeo y otros deportes. Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Roberto Alomar, Edgar Martínez, Bernie Williams, Iván Rodríguez, entre otros compatriotas, dejaron huellas en el béisbol y son admirados en el Hall de la Fama en Cooperstown.  Carlos Arroyo Y JJ Barea son reconocidos por su talento en la NBA.

 

Jueces boricuas han servido y sirven en los Tribunales Federales de los Estados Unidos y son grandes exponentes del pueblo puertorriqueño. Sonia Sotomayor es la primera mujer hispana en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

 

La Universidad de Puerto Rico, en particular el Recinto de Ciencias Medicas y el Recinto de Mayagüez, gradúa cientos de profesionales que se han desplazado a través de la nación para brindar servicios  necesarios y especializados en medicina, enfermería e ingeniería. Un gran ejemplo son los cientos de egresados del Colegio Ingeniería que son reclutados y se desempeñan exitosamente en la NASA y otras empresas de prestigio en la nación.

 

XVII. Asuntos sociales que requieren atención.

Antes que nada, tenemos que reconocer que el desconocimiento de la situación colonial de Puerto Rico en los Estados Unidos no puede ser razón valida para que les nieguen el derecho a la igualdad a los ciudadanos americanos en Puerto Rico. Es nuestra obligación educar al Congreso, al Ejecutivo y al electorado de los Estados Unidos sobre la realidad puertorriqueña incluyendo los antecedentes históricos.

 

Algunos observadores señalan que las características lingüísticas, gastronómicas y culturales son un reflejo de la combinación de nuestros orígenes nativos, europeos y africanos a pesar de 500 años de vida colonial paupérrima y de gobiernos despóticos (civiles y militares).

 

Ese pasado dejó huellas muy profundas promovidas por un periodo de siglos de abandono español, el mantengo de dependencia del situado de Méjico, la cultura de ilegalidad, el contrabando y la delincuencia de no pagar contribuciones, las contradicciones religiosas y el trauma de la dualidad psicológica de “ser o no ser”.

 

Luego de 113 años bajo el amparo de la bandera americana, resalta desfavorablemente la ausencia de compromiso serio con una cultura de respeto a la ley, el orden y el trabajo. (Estamos concientes que ciertos elementos de la cultura son más permanentes que otros, independientemente del coloniaje.)

 

En Estados Unidos existe, se promueve y se celebra la  diversidad lingüística, cultural, social y gastronómica. Los tejanos y residentes de los estados del suroeste y oeste están más cercanos a la cultura Mejicana y Española que otras regiones del país. Son rasgos y diferencias que se transmiten y preservan de generación en generación y se aceptan, respetan y celebran en toda la nación.

 

Estas diferencias existen y se protegen, porque el modelo federal, político y jurídico/legal está fundamentado y se rige por la Constitución y la “Carta de Derechos”. Esta es la esencia del federalismo de Jefferson (The Federalist Papers). Los estados se concibieron como “laboratorios únicos y distintos de la democracia” que tienen poderes soberanos no delegados al gobierno federal. Los estados retienen la autoridad sobre el idioma, la educación, salud, agricultura, y comercio entre otras prerrogativas. El sistema de educación estatal transmite la cultura y los valores locales y regionales a las nuevas generaciones. El Estado de Puerto Rico tendrá los mismos atributos.

 

La esencia del experimento americano es el respeto colectivo nacional al “estado de derecho”, que surgió como herencia de la tradición inglesa colonial del “Rule of Law” ausente en la historia y desarrollo de la colonización española en tierras que fueron conquistadas y avasalladas. España se impuso esencialmente por la espada, mientras Inglaterra administraba sus  colonias con corporaciones mercantiles que producían beneficio económico para la Corona, como el “East India Company y The Hudson Bay Company, conforme a la filosofía económica prevaleciente en los siglos 16 y 17 del “Mercantilismo Colonial y la Metrópoli Real Europea”. El “ rule of law” está atado a la necesidad contractual.

 

Como obstáculo, nuestros adversarios tratarán de explotar imágenes de una separación  psicológica o sociológica presentando una imagen de una cultura de ilegalidad; la corrupción de funcionarios públicos y empresarios privados; la extrema dependencia de la ayuda económica federal y una aparente ausencia de compromiso con la cultura de “ley y orden” de la nación americana.

 

Otro obstáculo que explotarán es la representación de una sociedad que importa más del 85% de los productos que consume  y que de una población  de 3,174,000 apta para trabajar solo el 40% busca empleo activamente y apenas trabajan 15,000 personas en la agricultura. Algunos críticos describen esta situación como una sociedad acostumbrada al mantengo. Aunque la realidad es que el status colonial restringe severamente las oportunidades de desarrollo y empleo.

 

Pero todos esos obstáculos basados en mentiras o medias verdades solo sirven para probar la realidad de que son producto de un modelo polí1tico-económico que discrimina en contra de sus conciudadanos americanos residentes en Puerto Rico.

 

Para beneficio de las generaciones futuras, nos corresponde continuar promoviendo una sociedad donde predomine la ley y el orden en la que impere la filosofía de que el trabajo y la iniciativa personal conducen a la riqueza personal y colectiva y a la dignidad del ser humano.

 

Fuga masiva de capital humano   

 

El informe preliminar del Censo del 2010 revela cifras alarmantes.  El éxodo masivo de puertorriqueños provocó que Puerto Rico perdiera 83,000 personas (2.2%) de la población desde el año 2000.

 

El movimiento de puertorriqueños hacia los Estados Unidos es crónico y consistente; del 2005 al 2007 emigraron 174,706 personas y desde el 2001 abandonaron la Isla más de 297,750 ciudadanos. Apenas 3.200,000 boricuas residen en la Isla y cerca de 600,000 extranjeros han reemplazado los emigrantes puertorriqueños. Está ocurriendo una fuga cerebral y de capital humano sin precedentes.

 

Profesionales de la salud, médicos, enfermeras, científicos, ingenieros, maestros, policías, bomberos, comerciantes, personal de casinos y otros profesionales componen la nueva ola de puertorriqueños que buscan mejores oportunidades y una mejor vida en los Estados Unidos. La nueva generación de migrantes no trabaja en funciones agrícolas; se dedican a servicios administrativos, profesionales, técnicos, comerciales, científicos, transportación, finanzas y seguros. Es un fenómeno sociológico peligroso e irreversible.

 

El 40% de los graduados de medicina en Puerto Rico residían y se quedaron en los Estados Unidos en la década de los 90; se estima que más de 2000 médicos se mudaron de Puerto Rico en la última década y más de 1300 enfermeras puertorriqueñas solicitaron licencia para practicar en Florida en el 2002.

 

Miles han emigrado a Florida. El Censo demuestra que 200,000 se mudaron a Florida del 2001 al 2006 y ahora residen más de 750,000 boricuas en el Estado de Florida. Nos debe preocupar que la mayoría de los emigrantes fueran personas con más educación que la población general en Puerto Rico El Profesor Jorge Duany señala que el nivel educativo de la población puertorriqueña que se mudó a Orlando y el centro de Florida es más alto. El 73.6% son graduados de escuela superior, y el 63.2% habla inglés con fluidez, comparado con el 60% y el 28% en la isla respectivamente.

 

La criminalidad, el impacto del narcotráfico, sobre 900 asesinatos al año, un sistema judicial politizado y desconectado de la realidad puertorriqueña, inflación y alto costo de la vida, alto costo de electricidad, problemas con el sistema de educación, servicios gubernamentales que no satisfacen a los ciudadanos, deterioro social, la recesión económica que comenzó en el 2006, desempleo crónico, las retóricas soberanistas de la pasada administración, la provocación de los grupos radicales, como sucede en el conflicto de la Universidad de Puerto Rico, comunidades en franco deterioro y la pobre calidad de vida en general han destruido la confianza y motivado el éxodo.

 

El éxodo de capital humano promueve la fuga del capital financiero y estancamiento económico. La industria manufacturera perdió 55,000 empleos en los últimos 8 años.  En 40 municipios, más de la mitad de la población está bajo el límite de pobreza;  por ejemplo Maricao 66%, Salinas, Comerío, Corozal y Guánica 58 %, Aguadilla y Camuy 54%, y Mayaguez 53%.

 

Concurro con el economista Gustavo Vélez: “La fuga de profesionales tiene un alto costo social y económico para la Isla”. El impacto sobre el sector de la vivienda es devastador.  Perder 83,000 personas equivale a 26,900 unidades de vivienda que no se venden o no se alquilan y que constituyen un serio problema para los dueños, la industria de la construcción y la economía.

 

Luis Fortuño heredó un gobierno incapaz de comprender y evitar la fuga de capital humano y capital financiero. Ese es el gran reto. Ante ésta crisis, su gobierno y la Asamblea Legislativa deben implantar una política pública efectiva para prevenir la fuga cerebral y el éxodo masivo de puertorriqueños. Si el gobierno no detiene esta alarmante tendencia demográfica, el país se convertirá en un centro de envejecientes y personas totalmente dependientes de ayuda pública federal permanentemente.

XVIII. Esencia de la Estadidad

En resumen, confiamos que este “Manual de la Estadidad” les haya ofrecido la información básica, los datos, los argumentos y principalmente los fundamentos para sostener el ideal de estadidad sin ambigüedades y con la fuerza de la convicción de que Puerto Rico debe ser un estado de los Estados Unidos de América.

 

Desde el 1898, el pueblo de Puerto Rico no ha podido desprenderse del conflicto sobre su identidad socio-política para definir y entender correctamente la esencia del ideal de una relación política permanente con los Estados Unidos culminada en igualdad como un estado de la unión.

 

Líderes políticos e intelectuales han intentado presentar el ideal de la estadidad principalmente como un paquete de beneficios económicos. Nada más lejos de la verdad. Los ideales se viven a diario y se sienten como vivencias profundas del ser humano en su lucha por lograr una relación digna de igualdad ciudadana.

 

Federalismo:

Para entender la esencia de la estadidad es necesario estudiar y entender el concepto del federalismo. Madison defendió al pueblo sobre los líderes gubernamentales y enfatizaba que el poder no era del gobierno sobre el pueblo, sino del pueblo sobre el gobierno. Tanto Jefferson como Madison, entendían que la opinión pública fortalecía el concepto de que la soberanía reside en el pueblo y que es el pueblo quién tiene el poder para autorizar o revocar al gobierno.

 

El federalismo defendido le da vida, permanencia y estabilidad al derecho, la ley y el orden, el predominio del poder pueblo sobre los gobiernos, la fuerza de la libertad de expresión y de la prensa y la responsabilidad ciudadana que son la esencia del ideal de estadidad.

 

El sistema federal/estatal de gobierno garantiza las cuatro libertades, según lo articuló el Presidente Roosevelt en su discurso a la nación el 6 de enero de 1941: “The four freedoms speech”: libertad de palabra/expresión, libertad de culto religioso, libertad de la pobreza y libertad del miedo (al futuro).

 

La estadidad garantiza al ciudadano común y corriente un ambiente social civilizado donde predomina el imperio de la ley, el objetivo primario de los arquitectos del gran experimento de gobierno americano.

 

Barbosa: La estadidad es un ideal y como tal vive en su corazón, la emoción, la fe, la esperanza y las aspiraciones de igualdad del pueblo puertorriqueño, según expresadas por el prócer puertorriqueño Dr. José Celso Barbosa en la búsqueda de la “anexión definitiva y sincera de Puerto Rico a los Estados Unidos”.

 

Igualdad Ciudadana: La estadidad garantiza la igualdad ciudadana y será de beneficio para todo el pueblo puertorriqueño y es la mejor herramienta para poder lograr todas las garantías constitucionales como ciudadanos americanos y nacionales de los Estados Unidos.

 

Pilar de las aspiraciones: La “Carta de Derechos” de la Constitución Americana es el pilar fundamental  que sostiene la aspiraciones del pueblo puertorriqueño: la libertad, la democracia, el respeto a los derechos humanos y ciudadanos y los derechos civiles privilegios e inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos, incluyendo el derecho a la libre expresión, a protestar sin perjuicio, a practicar las creencias y religión de preferencia, el voto libre para seleccionar gobernantes, la libertad de movimiento dentro y entre los estados e internacionalmente y la libertad de los ciudadanos para tomar decisiones y asumir las riendas de sus propias responsabilidades.

 

Poderes: El Estado de Puerto Rico tendrá todos los poderes incluidos en la Constitución de Puerto Rico y  además todos los poderes de un estado de la unión, como los define y garantiza la Décima Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, con los mismos derechos, privilegios, deberes y progreso económico que tienen los ciudadanos de los otros cincuenta estados.

 

Soberanía: Disfrutaremos plenamente de la soberanía ciudadana y estatal, compartida dentro de la nación americana sin que el Congreso, a su antojo y unilateralmente como lo puede hacer bajo la relación actual, pueda restringir los poderes autonómicos del estado. Nos convertiremos en socios, en igualdad de rango, de la federación de estados de una nación multiétnica y multicultural, y del segundo país del mundo con más ciudadanos hispanoparlantes con raíces hispanas del mundo.

 

Ciudadanía: Le pondremos fin a la condición de inferioridad política colonial de un “Territorio no incorporado” sujeto a los poderes plenarios del Congreso bajo la “Cláusula Territorial”. La estadidad es el único status que nos preserva y garantiza la ciudadanía de los Estados Unidos. La ciudadanía adquirida por virtud de nacer en un estado de la unión es permanente e inalterable, ya que es de carácter constitucional.

 

Somos ciudadanos nacionales de los Estados Unidos de America. Ya es hora que aclaremos y repitamos que Puerto Rico no es una nación, punto. Llegó la hora de utilizar la terminología política correcta cuando nos referimos a Puerto Rico: somos Territorio americano en camino a ser estado de los Estados Unidos.

 

Derechos políticos: La estadidad nos reconocerá el derecho votar en las elecciones federales/nacionales; elegir cinco Representantes y dos Senadores al Congreso;  el voto presidencial; representación en el Colegio Electoral la cual nos daría amplia influencia y poder político dentro de la Nación Americana.

 

Constitución de Puerto Rico:

La estadidad hace realidad el compromiso del preámbulo de la Constitución de Puerto Rico: “Consideramos factores determinantes en nuestra vida la ciudadanía de los Estados Unidos de América y la aspiración a continuamente enriquecer nuestro acervo democrático”, “la lealtad a los postulados de la Constitución Federal” y “la convivencia en Puerto Rico de las dos grandes culturas del hemisferio americano”. En palabras sencillas, esos postulados son la base del camino hacia la estadidad.

 

Identidad puertorriqueña: La estadidad fortalece y garantiza la identidad individual puertorriqueña que nace de habernos desarrollado inmersos principalmente en dos culturas, la puertorriqueña del siglo 19 y principalmente la cultura americana durante todo el siglo 20.  Sentará una pauta como un estado multicultural y latino de los Estados Unidos de America que contribuirá a que los Estados Unidos se enriquezcan espiritualmente como nación y como pueblo. Queda claro que la cultura puertorriqueña no es incompatible con la cultura americana a la cual nos hemos integrado.

 

Casa Grande: Queremos ser parte de la nación americana porqué la nación americana es nuestra casa grande, y es parte integral de nosotros. Tanto es así que 4.6 millones de puertorriqueños residen, conviven, participan de las oportunidades y hacen su vida exitosa y felizmente en los cincuenta estados

de la unión.

 

Aspiraciones: La estadidad sostiene y garantiza las aspiraciones de ley, orden, debido proceso legal, libertad personal y económica y oportunidad para labrar un futuro feliz en armonía productiva, conjuntamente con nuestros conciudadanos de los Estados Unidos de América.

 

¿Qué es la estadidad?

Me tomo la libertad de compartir con ustedes algunos segmentos de un articulo del Profesor José Garriga-Picó.

“¿Puede alguien querer o favorecer lo que no conoce? ¿puede un puertorriqueño querer la Estadidad si no conoce qué significa?

 

Al plantearnos estas preguntas comprendemos que la tarea más importante que tenemos los que promovemos la Estadidad para Puerto Rico es asegurarnos que los electores conocen lo que es y lo que conlleva la Estadidad. En realidad, explicar lo que es la Estadidad es más fácil de lo piensan. Veamos por qué.

 

El término ‘Estadidad’, en el sentido que lo usamos en Puerto Rico, es el status o la condición constitucional que comparten los 50 estados que forman la nación llamada Estados Unidos de América. El término también se usa para significar el proceso de llegar a ese status.

 

América fue la primera nación que se fundó sobre un acto explícito de voluntad política de su población al redactar, aprobar y ratificar su Constitución, en vez de surgir producto de un determinismo geográfico o cultural. Desde su fundación, la Nación acoge el principio del pluralismo (E Pluribus Unum), la tolerancia a la diversidad (consignada en las libertades civiles), y el concepto de que nuevos territorios y nuevas poblaciones pueden llegar a formar parte de la Unión. Desde 1787, cuando los representantes de las 13 colonias originales crearon este concepto de federación, 37 otras unidades políticas distintas han llegado a ser parte integral de la Nación a través del proceso de Estadidad.

 

Mediante este proceso, se añaden a la Nación nuevos estados formados con territorios (ya sean estos contiguos a los otros o separados por tierra, como Alaska, o por el océano, como Hawaii) y con poblaciones que pueden ser de lo más diverso por lugar de procedencia u origen nacional. Inicialmente, los estados incluyeron a los ingleses y otros europeos y africanos de todas las parte de África. Posteriormente han incluido –a manera de ejemplo– franceses en Louisiana, españoles en Florida; hawaianos y japoneses en Hawaii; esquimales y rusos en Alaska; y mexicanos (en la parte del territorio original de México que se convirtió en varios estados del suroeste, desde California hasta Texas).

 

En suma, cada uno de los 37 miembros que llegaron a ser estados tenía poblaciones con sus peculiaridades étnicas, incluyendo idiomas distintos al inglés. A pesar de esas diferencias, cada uno llegó a participar en la federación sobre la misma base de igualdad (‘on an equal footing’) con todos los otros. Hay estados más antiguos que otros, los hay más grandes o más ricos que otros; pero no hay ningún estado mejor que otro. Todos los estados son iguales en la Unión.

 

Todos, además, están regidos por el mismo soberano: el Pueblo, los ciudadanos que formamos la Nación. Ese Pueblo ejerció y sigue ejerciendo su soberanía al aprobar, enmendar y sostener, explícita o implícitamente, la Constitución; y, al elegir (o aspirar a ser electo) representante, senadora, gobernadora o presidente. El Pueblo también participa constantemente a través de mecanismos de participación ciudadana directa como presentarse en vistas públicas, incoar acciones en los tribunales o servir como jurado, servidor público o soldado, por dar algunos ejemplos.

 

Para prevenir la tiranía en ese gobierno por consentimiento de los gobernados, ese sabio Pueblo le limita al Gobierno nacional sus poderes a los que se enumeran en ella y aquellos otros que fueran necesarios y apropiados para ejercer los primeros. El resto de los poderes se dividen entre los estados y los ciudadanos. Cada estado ejerce sus poderes igualmente limitados a tenor con una Constitución estatal aprobada por sus ciudadanos. En ella pueden darse mayores derechos a los ciudadanos de los que le da la Constitución federal (pero no pueden limitar los que da esta). Crean igualmente un Gobierno estatal que tiene que ser de tipo republicano, es decir, con separación de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, con elección democrática de los legisladores y el gobernador. Los ciudadanos de todos los estados, independientemente de su origen, son iguales ante las constituciones y las leyes de la Nación y las de cada uno de los estados. Gozan, además, de completa libertad de movimiento, comercio, industria y empleo en todos los estados. Millones de puertorriqueños nacidos aquí disfrutan de esas libertades en los estados.

 

Cada estado tiene derecho a elegir dos senadores y un número de representantes proporcional al tamaño de su población. Para la elección del presidente cada estado elige un número de electores igual a la suma de sus senadores y representantes para formar parte del llamado Colegio Electoral.

 

Cuando Puerto Rico sea estado, cada cuatro años tendremos dos senadores y alrededor de cinco representantes en el Congreso y siete votos al Colegio Electoral. Por otro lado, cada persona será responsable por la misma carga contributiva federal que tienen las personas de otros estados en virtud del principio de uniformidad. Por ese mismo principio tendremos derecho a un aumento en transferencias de fondos y otros beneficios provenientes del Gobierno federal, que opacarán por mucho la nueva carga contributiva.

 

Eso, en esencia, es el arreglo constitucional que conlleva la Estadidad para todos los estados. Más allá de lo jurídico-político hay muchos otros detalles que detallaré en próximas columnas. Al leer lo anterior ustedes habrán sentido que ya sabían todo eso. No se frustre. Ese es mi punto. Quería demostrarles que ustedes, que ya saben lo que es la Estadidad, ya la han vivido en Puerto Rico, parcialmente, y en los estados de manera completa, y que la pueden explicar y defender. Convenza con sencillez y respeto a sus familiares y vecinos. Dígales que “la Estadidad es sencillamente el destino al que nos dirigimos por la ruta en que ya transitamos”. A ellos también les será fácil comprender, si tienen buena voluntad, porque ellos también ya han vivido el comienzo de la Estadidad.

 

No podemos desviarnos de esa ruta. Los cambios que conllevarían la Independencia o la Libre Asociación Soberana nos descarrilarían causando gran convulsión y desasosiego en nuestro ordenamiento constitucional-legal, algo que impactaría muy negativamente nuestro nivel y estilo de vida. Reforzar y mejorar el Puerto Rico que ya tenemos con nuevos poderes y mayores oportunidades de desarrollo y bienestar; esa es la Estadidad que deseamos.

 

Mensaje del  Ex alcalde de San Juan y

Presidente de Igualdad,  Hernán Padilla

 

17 de octubre, 2012

 

El Plebiscito del 6 de noviembre será uno que va a decidir las futuras relaciones entre Puerto Rico y los Estados Unidos.

 

Debido a lo convulso que está el mundo y sus economías regionales, los puertorriqueños debemos tener muy en claro que el único estatus que le garantiza estabilidad, seguridad y futuro es ser parte de la Unión Norteamericana como un estado.

 

La estadidad es el único camino hacia una unión verdaderamente permanente!

 

Cada día más regiones y países soberanos del mundo se están dando cuenta que en la fuerza del desarrollo económico y de crecimiento no está en la independencia o soberanía,  sino el federalismo al estilo estadounidense.» La Academia Sueca de las Ciencia otorgó el Premio Nobel de  la Paz a la Unión Europea, en reconocimiento e impulso hacia la unificación de múltiples estados soberanos.  El mundo se mueve hacia la interdependencia y unificación de bloques que comparten los mismos intereses y visión de futuro”.

 

En Estados Unidos, aunque la economía no está creciendo como se esperaba, muestras indicios de estabilización y crecimiento. Ya los mercados de bienes raíces recuperan sus niveles de años anteriores y las solicitudes de permisos para la construcción de la vivienda nuevas va en aumento.

Mientras tanto en Puerto Rico, de acuerdo al Censo del 2010 hay 262-mil unidades de viviendas vacías generadas por la emigración que a su vez fue promovida por el fracasado plan social, político y económico del ELA Territorial y las propuestas nacionalistas, separatistas y soberanistas de la administración Popular.

 

Para complicar más la grave situación en que se encuentra Puerto Rico, el liderato soberanista del PPD presenta “El Proyecto de País”, un plan para ponerle fin a los programas Federales, eliminar las agencias federales, sustituir la Ley de Relaciones Federales y desvincularse progresivamente de los Estados Unidos.

 

UN MENSAJE  CLAVE


El Mensaje que envíen los electores como resultado del Plebiscito al Presidente y al Congreso va a ser emblemático de la dirección que escogemos como destino. Este no es un plebiscito más, va a ser un plebiscito definitorio.
El reciente estudio hecho por el Servicio de Investigaciones del Congreso expresó que los resultados de este plebiscito serán analizados por el Congreso y al mismo tiempo tendrán que responder al mensaje que envíe el pueblo de Puerto Rico.

 

No cabe duda alguna que el resultado plebiscitario enviará un mensaje sobre si queremos mantener nuestra relación con Estados Unidos o si seguimos el camino de separación y de soberanía independentista que promueve el liderato presente del Partido Popular.»

 

Los puertorriqueños tenemos que decidir si optamos por la ruta independentista para lo cual tenemos dos opciones en la papeleta que son el llamado ELA Soberano y la Independencia; o si defendemos la ruta de la unión permanente, la cual garantiza todos los derechos políticos y económicos que disfrutan los ciudadanos en los cincuenta estados.

No hay dudas que el liderato Popular persigue un ELA Soberano y el propio estudio del Congreso hecho público recientemente establece que su definición no es otra cosa que una independencia con otra etiqueta.

 

Es más importante que nunca que todos entendamos que en este plebiscito hay que ir a votar y enviar un mensaje sólido de que

“rechazamos el presente ELA territorial y que el único estatus que defiende la única unión permanente con Estados Unidos es la estadidad.»
«El Pueblo de Puerto Rico no puede darse el lujo de desperdiciar este plebiscito ya que en el mismo nos jugamos el futuro de las relaciones con los Estados Unidos”.

 

En el limbo

Puerto Rico, fuera de la Unión Americana, estará en la nada política; sumido en el desorden social y miseria económica durante el Siglo 21.

 

Advertencia

Advierto a los que han considerado darle oxígeno al estatus moribundo del ELA Territorial que Votar SI bajo ELA territorial es un voto negativo, ya que elegiríamos la pobreza, el desempleo, menos oportunidades de estudios, más familias sin  viviendas, menos carreteras, menos programas de salud, menos escuelas, menos becas, y menos ayuda para nuestras personas de mayor edad.

 

En los círculos de poder considerarán que apoyar quedarnos como estamos es una expresión en contra de los beneficios del Seguro Social Suplementario,  beneficios completos de Medicare y Medicaid, sin trato igual para veteranos, sin voto presidencial y representación congresional plena y la dignidad de haber resuelto nuestro status colonial.

 

Enviarle un mensaje contradictorio a Washington le da un cheque en blanco al Gobierno Federal para que al momento de hacer los recortes federales masivos del año que viene, (no importa quién sea electo Presidente en los Estados Unidos), Puerto Rico sea la jurisdicción más afectada.

 

Para asegurar nuestro futuro social, político y económico hay que votar por la ESTADIDAD. Lo contrario es actuar en contra de nosotros mismos. Hay que votarle NO al ELA Territorial en la primera pregunta y votar por la estadidad, bajo la estrella y el 51 en la segunda.»

XIX. Final del Túnel Político

Luego de recorrer el largo y obscuro túnel político de 113 años nos acercamos al final. Se atisba la luz. Amanece.

 

La reforma fundamental que necesita el PPD y defensor del estatus territorial y colonial es decir la verdad. Tienen la obligación moral de ponerle fin a la negación política colonial, un paso que parece imposible para los políticos insulares durante más de seis décadas y proclaman la gran mentira política del ELA. Desde la mentira no se puede conquistar el futuro de Puerto Rico.

 

El futuro político de Puerto Rico de seguridad personal, paz social, respeto a la ley y el orden, mejor oportunidad económica, búsqueda de mejor calidad de vida y de la felicidad es convertir a Puerro Rico estado de los Estados Unidos de America.

 

Estamos preparados y comprometidos para asumir todas las responsabilidades que implica el cambio de una sociedad colonial y convertirnos en el estado 51 de la nación Americana.

 

Gracias a todos los amigos que colaboraron en este esfuerzo educativo.

Gracias a todos los que lean y estudien la “Lucha por la Igualdad”.

Gracias anticipadas si lo comparten y distribuyen a sus amigos.

 

Hernán Padilla, MD padillahernan@bellsouth.net

NOTA: Esta primera edición no será la última.

Continuaremos ajustando el Manual y ampliando la conversación para incluir información adicional y temas que se consideren necesarios.

 

CUBIERTA DE PRENSA

Martes, 17 de abril de 2012

 

San Juan, Puerto Rico – El ex alcalde de San Juan Hernán Padilla, dio

a conocer la formación de una nueva agrupación de profesionales que se

dedicará a orientar al electorado sobre la consulta de status que se

celebrará el próximo 6 de noviembre, y adelantar la causa de la

consecución de la igualdad política y económica de los 3.7 millones de

ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico.

 

“La formación de Igualdad, que cuenta con el pleno respaldo del

Gobernador de Puerto Rico y Presidente del Partido Nuevo Progresista,

Luis Fortuño, responde a la necesidad que identificamos para que, ante

la proximidad de la consulta plebiscitaria, se active un robusto

instrumento educativo que pueda articular y adelantar la causa de la

igualdad en todos los frentes de discusión pública”, indicó Padilla.

“Igualdad estará integrada por un nutrido grupo de hombres y mujeres

que se han distinguido en sus respectivos campos profesionales, y que

saben articular convincentemente las razones por las cuales la

estadidad es la mejor opción para el futuro de Puerto Rico”, manifestó

Padilla.

 

Padilla apuntó que entre los integrantes de Igualdad se encuentran la

ex secretaria de Hacienda Xenia Vélez, el ex secretario de Desarrollo

Económico y Comercio Carlos Vivoni y los profesores Héctor Ríos Maury,

José Garriga Picó y Jaime Benson, entre decenas de otros.  “Cada uno

de los representantes de las distintas profesiones y oficios tiene una

óptica particular para aportar a la discusión”, indicó.

 

“Estoy convencido que muchos de los problemas que tiene Puerto Rico y

que sufren los puertorriqueños, surgen o se incrementan por la

incertidumbre del status, la falta de definición política en la

relación con Estados Unidos, la ausencia de un camino seguro y la

desigualdad de los puertorriqueños como ciudadanos americanos”,

declaró Padilla,

 

“Aunque no cabe la menor duda que el Partido Nuevo Progresista

cumplirá con su responsabilidad histórica y el pueblo escuchará a sus

líderes, la solución final del problema del status no es un asunto

partidista, sino el ejercicio de expresar la voluntad individual y

colectiva de un pueblo que exige la igualdad ciudadana y la plenitud

de sus derechos civiles.  De allí la importancia de la labor que esta

nueva organización, Igualdad, se propone realizar”, concluyó

 

Conferencia de prensa

Principios de la lucha por la Igualdad

National Press Club, Washington DC

Hernán Padilla, MD Jan 29, 2013

Igualdad: An advocacy group for citizen equality through Statehood

Igualdad (Equality), a non-partisan grass-roots citizen advocacy organization, has a simple and compelling objective: achieving full equality in citizenship under the Constitution for the American citizens of Puerto Rico through the admission of the Island as a State of the Union.

We believe that our Nation has one Constitution and one citizenship for all Americans and, therefore, that the American citizens of Puerto Rico should have the same rights, responsibilities and opportunities as the American citizens who reside in the 50 States.

 

The Island’s current status as an unincorporated territory of the United States deprives American citizens residing in Puerto Rico of fundamental rights such as the equal protection of the laws, participation in the election of the President, and proportional representation in Congress.

Ironically, thousands of Puerto Ricans have served in the Armed Forces protecting our freedoms at home and defending our democratic ideals abroad —many at the cost of their lives.

 

Historical Background

Puerto Rico became a territory of the United States in 1898 as a result of the Spanish American War. And in 1917 Congress granted American citizenship to the inhabitants of Puerto Rico.

Prior to the Spanish American War it was expected that American territories would eventually be admitted into the Union. However, in a series of decisions known as the Insular Cases, the Supreme Court created two classes of territories: incorporated, which were intended to become States, and unincorporated, such as Puerto Rico, which according to the case law could be ruled by Congress indefinitely.

However, the Constitution does not provide for such differentiation. The unprecedented category of “unincorporated territory” was created by a segregationist Court to prevent a territory inhabited by people of Hispanic origin from becoming a part of the United States.

Moreover, when in 1917 Congress granted American citizenship to Puerto Ricans it was generally understood that the Islands had been incorporated into the United States. But in 1922 a U.S. Supreme Court that upheld racial segregation determined that Puerto Rico was still an unincorporated territory because its Justices could not conceive of a faraway island inhabited by Hispanics, rather than Anglo-Saxons, to be a part of this Nation.

As such, American Citizens who reside in Puerto Rico are subjected to geographic discrimination, segregationist policies and a deficit of democratic rights. The U.S. Constitution does not protect the U.S. Citizens who reside in Puerto Rico in the same manner it protects other U.S. Citizens. (SCOTUS 1921-22)

 

Even though, in 1952 President Truman signed USC§1402, changing the Statutory American Citizenship that had been granted to all persons born in Puerto Rico in 1917 to Natural Born American Citizens for all persons born on the island from January 1941 onward, today the residents in Puerto Rico continue to be subject to a political system that denies them full equality as U.S. Citizens and participation in their national government.

 

Results of the Recent Puerto Rico Status Plebiscite

On November 6th, 2012, the U.S. Citizens residing in Puerto Rico voted in a two-part plebiscite on whether they wanted the Island to remain a territory, and on their preference among the three full self-government or non-territorial status alternatives.

With the participation of 77.6% of all registered voters, the residents of Puerto Rico rejected the continuation of the current territorial status, often called “commonwealth,” with an absolute majority of 54%. With this vote the American citizens of Puerto Rico removed any possible consent that may have existed to continue being governed under a political status that is both undemocratic and discriminatory.

Moreover, the plebiscite results yielded an overwhelming preference for statehood which garnered 61% of the votes over the options of independence in free association with the U.S. and full independence.

 

Request

We  join the Latino Partnership for Conservative Principles in its call for The White House and Congress to take action to resolve Puerto Rico’s political status problem in a manner consistent with the results of the plebiscite held last November.

I repeat, our ultimate goal is to achieve full equality in citizenship under the Constitution for the American citizens of Puerto Rico through the admission of the Island as a State of the Union.

As I said, the United States is one Nation with one Constitution and only one citizenship for all Americans. Therefore, the continued political segregation of a community of 3.7 million American citizens of Hispanic origin is a national problem that deserves prompt attention and expedient action.

Every year the President speaks before a joint session of Congress recommending measures to deal with the issues that he believes are important. We would hope that the President includes Puerto Rico’s political status problem in his State of the Union address on February 12th.

ENDOSOS PRESIDENCIALES A LA ESTADIDAD

 

Cartas De Presidentes a Don Luis A Ferré

Expresiones de endoso del Presidente Gerald Ford

 

Gerald R. Ford: «Statement on Proposed Statehood for Puerto Rico,» December 31,1976. http://www.presidency.ucsb.edu/ws/?pid=5538.

IN OCTOBER 1975 the Ad Hoc Advisory Group on Puerto Rico, appointed jointly by the President of the United States and the Governor of the Commonwealth of Puerto Rico, recommended a new Compact of Permanent Union between Puerto Rico and the United States, to provide maximum self-government and self-determination for Puerto Rico.

The proposed Compact would institute fundamental and far-reaching changes in the relationship between Puerto Rico and the United States, and its provisions would affect a wide array of Federal programs and interests.

Members of my Cabinet have thoroughly analyzed the proposed Compact and made recommendations to me. After studying their comments and recommendations and giving deep thought to this important proposal, I have concluded that the proposed Compact, significant and important though it is, does not advance as rapidly as it might freedom and opportunity for the American citizens of Puerto Rico.

I believe that the appropriate status for Puerto Rico is statehood. I propose, therefore, that the people of Puerto Rico and the Congress of the United States begin now to take those steps which will result in statehood for Puerto Rico. I will recommend to the 95th Congress the enactment of legislation providing for the admission of Puerto Rico as a State of theUnion.

The common bonds of friendship, tradition, dignity, and individual freedomhave joined the people of the United States and the people of Puerto Rico.
It is now time to make these bonds permanent through statehood in accordance with the concept of mutual acceptance which has historically governed the relationship between Puerto Rico and the United States.

Of course, I would not make reference to a «relationship» or «friendship»
because Puerto Ricans are Americans.

Expresiones del Presidente Ronald Reagan

 

Reagan and Statehood –The Wall Street Journal, Feb 11, 1980

 

  1. When I formally announced my intention to seek the Republican nomination in1980, not only included a commitment to support statehood for Puerto Rico if the people of the island desired statehood. It also included a commitment that, as President, I would initiate  statehood legislation, which really means that that I would take the lead in persuading the people of Puerto Rico—the mainland United States- all American Citizens- that statehood would de good for all of us.

 

  1. Fidel Castro hardly  let’s a speech go by without denouncing “Yankee imperialism” in Puerto Rico and calling for total independence from the United States. (Now they are Chavez, Raul Castro, Noriega, Evo Morales, etc)

 

  1. As Commonwealth, Puerto Rico is now neither a state nor independent, and thereby has an historically unnatural status………. Its unnatural status creating tensions around the idea of American “colonialism” Yankee Imperialism”

 

  1. In cementing itself to us as the 51st State, with unbreakable bonds, Puerto Rico would represent a positive bridgehead into the Caribbean Latin America and the developing world.

 

  1. The geopolitical concept of Puerto Rico’s exposed position on the frontlines of  geoplitics isn’t new… It is understood by Gov, Carlos Romero Barcelo and San Juan Mayor Hernan Padilla, the two dynamic advocates of statehood, and profoundly understood by Luis Ferre. To these men, statehood is an historic imperative.

 

  1. About US: If we  en the United States cannot design a model for a political economy that is sufficiently attractive, I f we can’t win over our fellow citizens in Puerto Rico to the nuptial that statehood involves, how can our model succeed as an instrument of foreign policy  anywhere in the world?

 

  1. Puerto Ricans already face higher Tax Rates and they have shed a disproportionate share of blood, relative to mainland citizens, in our wars.

 

  1. We must once again make economic policy an essential ingredient of foreign policy. This is behind my idea of Statehood for Puerto Rico.

 

  1. We should pick a peaceful battleground of competition between economic systems, and…. a positive foreign policy. We can build from a bridgehead in Puerto Rico.

 

  1. To show the world that the American idea can work in Puerto Rico is to show that our idea can work everywhere!

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