Por: Carlos Romero Barceló, exgobernador
En anticipación al muy probable triunfo del candidato a gobernador del PNP y al triunfo de los candidatos del PNP al Senado y a la Cámara de Representantes, el gobernador le ofreció a los extranjeros inmigrantes que están viviendo en Puerto Rico, el derecho a votar en las elecciones. Su propósito resulta ser obvio que es una oferta en busca de votos a su candidatura para las elecciones del año que viene, porque todas las señales le indican que las va a perder. En su desesperación les ofrece a los inmigrantes lo que él tiene que saber que no les podrá otorgar.
Y, como abogado que él es, tiene que saber que cualquier ley que se apruebe para permitir que los extranjeros inmigrantes puedan votar en nuestras elecciones, no solamente viola nuestra constitución, sino que desde el punto de vista de la realidad electoral y los requisitos para votar, hay una serie de problemas y obstáculos que no podrá resolver.
Veamos; en primer lugar, el concederle el voto a extranjeros inmigrantes que no son ciudadanos americanos, viola la Constitución del Estado Libre Asociado.
Para empezar, el Preámbulo de nuestra Constitución lee como sigue:
“Nosotros, el pueblo Puerto Rico, a fin de organizarnos políticamente sobre una base democrática,…y asegurar para nosotros y nuestra posteridad el goce cabal de los derechos humanos,…ordenamos y establecemos esta Constitución para el Estado Libre Asociado que en el ejercicio de nuestro derecho natural ahora creamos dentro de nuestra unión con los Estados Unidos de América.”
“Al así hacerlo declaramos:
“Que el sistema democrático es fundamental para la vida de la comunidad puertorriqueña.
“Que entendemos por sistema democrático aquel donde la voluntad del pueblo es la fuente del poder público,…y donde se asegura la libre participación del ciudadano en las decisiones colectivas”.
“Que consideramos factores determinantes en nuestra vida la ciudadanía de los Estados Unidos de América y la aspiración a continuamente enriquecer nuestro acervo democrático en el disfrute individual y colectivo de sus derechos y prerrogativas; la lealtad a los postulados de la Constitución federal…”
El Artículo I de la Constitución del Estado Libre Asociado lee como sigue:
“Se constituye el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Su poder público emana del pueblo y se ejercerá de acuerdo con su voluntad…”
Como podemos ver, el Preámbulo de nuestra Constitución claramente establece que el pueblo de Puerto Rico al organizarse políticamente, lo hace sobre una base democrática “dentro de nuestra unión con los Estados Unidos de América.”
En apoyo y para darle mayor fuerza a esa declaración, la Constitución hace constar que para la vida de nuestro pueblo,…”el sistema democrático es fundamental…”. Luego le añade fuerza a lo dicho, definiendo el sistema democrático como “aquel donde la voluntad del pueblo es la fuente del poder público,…”Y termina diciendo que es en el sistema democrático”…dónde se asegura la libre participación del ciudadano en las decisiones colectivas.”
Como podemos claramente ver, la frase “el pueblo de Puerto Rico” no incluye a residentes que no sean ciudadanos. Por más que el gobernador y el liderato del Partido Popular pretenda sostener, que conceder el derecho a votar por nuestro gobernador, nuestros Legisladores estatales y municipales y nuestros alcaldes, a extranjeros inmigrantes que viven en Puerto Rico, pero no son ciudadanos de Estados Unidos, está permitido por nuestra por nuestra constitución, es totalmente contrario a lo que establece nuestra constitución.
Al leer el preámbulo, nadie puede tener duda de que las frases “nuestro pueblo” y “el pueblo de Puerto Rico” se refieren únicamente a los ciudadanos de Estados Unidos que residen en Puerto Rico. Definitivamente no incluyen a los extranjeros inmigrantes.
La razón por la cual la constitución no define específicamente que las frases “el pueblo de Puerto Rico” y “nuestro pueblo” incluyen únicamente a los ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico, es porque a nadie se le ocurre pensar que los extranjeros inmigrantes cuya lealtad ciudadana es a otro país, no a los Estados Unidos y a Puerto Rico, deban tener el derecho a votar en nuestras elecciones. Pretender extender la definición de “Pueblo de Puerto Rico” y “nuestro pueblo” para incluir a los extranjeros inmigrantes, no solamente es insostenible, sino que al pretender incluirlos, se menoscaba la importancia de la ciudadanía de los Estados Unidos para la inmensa mayoría de nuestro pueblo.
¿Cómo se le puede extender el derecho a votar en nuestras elecciones a extranjeros que no le han jurado lealtad a la Constitución de los Estados Unidos y que le deben su lealtad a otro país? No conozco ninguna nación que le permita votar a extranjeros que no son súbditos o ciudadanos de la nación.
Imagínese que inmigrantes que no son ciudadanos de los Estados Unidos decidieran unas elecciones en Puerto Rico. Obviamente eso sería inaceptable. Los inmigrantes que viven y trabajan en Puerto Rico son nuestros huéspedes y en la mayor parte de las veces; nuestros amigos y amigas. A ellos debemos ofrecerles nuestro afecto y proveerles todo los servicios y poner a su disposición todas las ayudas que necesiten tal y como se le ofrecen a los ciudadanos. Y debemos, además ayudar a todos los extranjeros inmigrantes a lograr la ciudadanía americana a todos los que la deseen.
Finalmente, por si todavía alguien tiene alguna duda en cuanto a si nuestra Constitución permite otorgarle el voto a los extranjeros inmigrantes, el Artículo 2 de la Constitución del ELA, establece:
“Las leyes garantizarán la expresión de la voluntad del pueblo mediante el sufragio universal, igual, directo y secreto, y protegerá al ciudadano contra toda coacción en el ejercicio de la prerrogativa electoral”. (Subrayado nuestro)
Sin lugar a duda alguna, la protección al ejercicio del sufragio universal es “al ciudadano.” No a extranjeros inmigrantes que no son ciudadanos. ¡Más claro no canta un gallo!
La oferta engañosa del gobernador y del liderato del Partido Popular es parte de una campaña para socavar el valor de la ciudadanía americana y de tratar de crear obstáculos al logro de la igualdad política y de oportunidades económicas para nuestro pueblo.
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