Remozarán residenciales con fondos federales

Remozarán residenciales con fondos federales

Reparten $67 millones entre siete residenciales

miércoles, 25 de febrero de 2015 – 12:00 AM
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Gabriel López Arrieta, administrador de Vivienda Pública. (GFR MEDIA)

En este cuatrienio, siete residenciales públicos de Puerto Rico son modernizados o están en construcción a un costo de $67 millones de fondos federales y, al menos, dos de estos deberán estar listos para el próximo año, indicó el administrador de Vivienda Pública, Gabriel López Arrieta.
Los $67 millones forman parte de $457 millones -también federales- que se conceptualizaron en la Administración de Vivienda Pública (AVP) como parte del plan de trabajo de 2013 a 2016 para remozar estos complejos de viviendas, precisó el funcionario.  Los proyectos que estarán listos para 2016 son Las Amapolas en San Juan, a un costo de $1.7 millones, y la égida Felipe Sánchez Osorio, en Carolina, destacó. En Las Amapolas se hizo una demolición y en la égida Felipe Sánchez Osorio se construyó un proyecto nuevo para sustituir el existente.
La modernización, la construcción e incluso la demolición son las tres opciones que le permiten a la AVP ampliar o dar mayor atención a los 332 residenciales que tiene a su cargo en el país, destacó el funcionario. Explicó que cuando modernizan un complejo de viviendas, pueden liberalizar o destinar a otros residenciales dinero que rutinariamente usaban para atender deficiencias de infraestructura.
“Puedes destinar el dinero que usabas continuamente en algunos residenciales para ‘mejoras extraordinarias’, como plomería o impermeabilización, para otros proyectos (de vivienda) que también lo necesitan”, explicó López Arrieta.
La construcción y la demolición de residenciales es lo menos que se hace, aclaró. Recordó que la última demolición que hizo la AVP fue la del residencial Las Gladiolas en 2010 y cuyo proyecto de construcción va a subasta este verano. “Son procesos que toman tiempo porque está la subasta, la planificación, el diseño. Son varios pasos que toman tiempo”, sostuvo López Arrieta.
La modernización, que es el trabajo más frecuente en los residenciales, puede tener un costo por proyecto de entre $12 a $16 millones en promedio y, en términos generales, el trabajo puede demorar de uno a dos años, precisó López Arrieta.
“En ese tiempo se relocaliza a la gente (los residentes) por fases”, afirmó.
Las modernizaciones que se han hecho recientemente y otras que están en curso, como la del residencial El Coquí, en Cataño, se enfocan más en aspectos de seguridad y de mejorar la calidad de vida de los residentes, dijo. Es así que se hacen trabajos de reemplazo de bañeras por duchas, crean espacios o accesos para personas en sillas de ruedas,  impermeabilizan techos y colocan doble línea para agua fría y caliente, detalló el administrador. “A los que se les hace la modernización, eso incluye la infraestructura, sanitario acueductos, reemplazos internos”, dijo.
Los trabajos de modernización, dijo, son acordados con el Departamento de Vivienda federal (HUD, por sus siglas en inglés).
“Se hace una evaluación de cada residencial. Se saca el promedio y cuánto tiempo tienen (de construido), cuánto se ha invertido en reparaciones o mejoras, si vale la pena hacer una modernización del proyecto para entonces atenderlo por completo”, explicó.
“Esa evaluación anual del Gobierno local se somete a HUD y ellos, con todo lo que le planteamos, nos indican si las estructuras (los residenciales) las podemos trabajar de la manera que proponemos.”, continuó.
Recordó que previo a la década de 1990, la mayoría de los residenciales públicos no era sometida a algún tipo de remozamiento.
“(Pero) había una necesidad de que Vivienda pudiera modernizar. (Ahora bien,) hay proyectos que cuando analizas, no vale la pena hacer estas mejoras extraordinarias”, precisó.
Aseguró que los residentes valoran y conservan las estructuras modernizadas.
“Cuando le dices a un residente que vas a modernizar su proyecto, la satisfacción es al momento. Ese comentario generalizado, de que no los cuidan, nace de mucho desconocimiento porque los residentes del residencial público son gente muy responsable y vas a su apartamento y están muy conscientes de que tienen que mantenerlo cuidado. Hay sus excepciones, pero es una minoría. En términos generales, el residente es muy responsable”, afirmó López Arrieta.
FRANKLIN LOPEZ
franklinlopez46@aol.com
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