EL VOCERO / Archivo

Por Héctor Ferrer, abogado y expresidente del PPD

Por los pasados 15 años el gobierno de Puerto Rico ha tenido ante si el mismo problema fiscal: cómo cuadrar el presupuesto de gastos del aparato gubernamental cuando los recaudos consistentemente han disminuido. La respuesta, en lugar de ser la solución, ha sido parte del problema. Nos hemos concentrado en cuadrar presupuestos con dinero que no tenemos en el gobierno. Se ha decidido, una y otra vez, cuadrar el presupuesto con préstamos y con impuestos.

No llegamos aquí de la nada. Hay varios factores, según mi opinión, que nos trajeron a esta encerrona:

1) El Rossellato: gastar y gastar, endeudar y endeudar. Los préstamos para el Tren Urbano y otras obras faraónicas la estarán pagando nuestros biznietos; la entrega de la 936 no solo tuvo un efecto en la pérdida de miles de empleos, sino que se fueron miles de millones de dólares de nuestra economía; el costo de la tarjeta de salud, un gasto doble para el gobierno central y los gobiernos municipales, el cual no se ha podido controlar. La determinaciones hechas en los noventa, todavía dos décadas después las estamos pagando.

2) Por razones de idiosincrasia paternalista mantenemos una estructura gubernamental arcaica de más de tres décadas de caducidad.  Ciento treinta y tantas agencias u oficinas gubernamentales para una Isla de 100 x 35, no son justificables. El gigantismo gubernamental afecta el desarrollo del sector público. Demasiadas regulaciones y complicaciones.

3) Los beneficios y prioridades gubernamentales. No me refiero a los empleados públicos, me refiero a un país donde el retiro de un empleado público no es un derecho fundamental pero la escolta de un exgobernador es un derecho adquirido; o cuando no hay dinero para comprar papeles y libros para un salón de clases, pero un secretario de agencia tiene tres carros, escolta, seguridad en su hogar, gasolina, etc.; o cuando un confinado le es más caro al Estado que un estudiante, entonces algo anda mal.

Es momento de tirar la raya y pensar como País. ¿Cómo logramos revertir parte de lo que les indiqué? Varias ideas para desarrollar y comenzar:

1) Necesitamos un Plan de País que estimule el desarrollo económico. El IVA no lo es. Un plan económico conlleva más que una propuesta de cambio al sistema contributivo, se necesita una propuesta completa a corto y a largo plazo

2) Trabajar los presupuestos con el sistema ZERO BASED BUDGETING, en donde se justifica cada gasto

3) Eliminar los beneficios gubernamentales: si no hay dinero para la educación, la salud o la seguridad, no puede haber dinero para tres carros, gasolina y escolta para un secretario. (Los legisladores se apretaron el cinturón, ¿por qué el ejecutivo no?)

4) Invertir las prioridades: invirtamos en la educación y pongamos a producir a los que le fallan a la sociedad

5)  Re-ingeniería de la Autoridad de Energía Eléctrica y de la Autoridad de Carreteras y

reorganización de la estructura gubernamental

6) Desarrollar alianzas público-privadas

7) Fomentar el desarrollo científico y de investigación, así como la creación de productos y patentes

8) Revisar los decretos de exención contributiva

9) Agilizar aún más el proceso de permisología

10) Revisar las leyes laborales

Es momento de dejar de hacer lo mismo, miremos y aprendamos fuera de nuestras costas. Se necesita voluntad y determinación de hacer las cosas de otra manera, tiremos la raya en la diferencia.