“Viajar es el nombre de una enfermedad moderna que quedó fuera de control a mitad de los años cincuenta y se sigue expandiendo. La enfermedad –cuyo nombre científico es Travelitis furiosus– la transmite un germen llamado prosperidad”. Con esta cita del escritor húngaro George Mikes comienza un extenso reportaje sobre el turismo como actividad económica mundial, que publicó esta semana El País.
Mientras los gobiernos prestaban entera atención a los asuntos de energía, petróleo, finanzas, ciencia y agricultura, donde hay consenso de su importancia para el desarrollo económico, el turismo, salvo en Francia, era soslayado y guardado en algún lugar de la trastienda.
Los franceses son los pioneros en esta actividad que es un fenómeno nuevo en la historia económica del mundo. El Museo del Louvre recibe cada año alrededor de 9.3 millones de visitantes, siendo el más visitado en el mundo. Seguido por el Smithsonian National Air and Space Museum y el Smithsonian National Museum of Natural History en Washington, El British Museum en Londres y el Metropolitan Museum of Art en Nueva York. Francia ha sido consistente a través de los años de ser el país más visitado. Recibió 83 millones de turistas en 2013. Le siguen Estados Unidos, España, China e Italia.
La periodista Elizabeth Becker, autora del libro Overbooked: The ¬Exploding Business of Travel and Tourism, ha manifestado como la mayoría de los gobiernos no han valorado los recusros naturales o lugares históricos que tienen para sustituirlos por centros comerciales o construcciones que no conllevan ningún fin que ayude a largo plazo la actividad económica de sus países. “Se ha estropeado tanto a cambio de tan poco…” dice Elizabeth Becker. “Los franceses han sido los más cuidadosos. Y es que Francia fue el primer país que comprendió la importancia del turismo”.
Alrededor de 2.5 billones de personas anuales tienen la intención de visitar otros países; mayormente nacidos después de 1980. Este crecimiento vertiginoso comenzó a finales de la década de 1950, cuando la Pan American hizo un vuelo sin escala de Nueva York a Bruselas. Según Taleb Rifai, secretario general de la Organización Mundial de Turismo: “En 2014 hubo 1.138 millones de turistas internacionales que traspasaron alguna frontera. Lo que quiere decir que más de uno de cada siete habitantes del mundo hizo un viaje internacional. En 1950 eran 22 millones”.
Para Rifai: “Uno de cada 11 empleos en todo el mundo se ha creado gracias al turismo. Y cada puesto de trabajo del sector genera 1,4 trabajos adicionales; es decir, cuando un hotel contrata a 100 personas, se están generando 240 empleos”.
Bajo la administración de Luis Fortuño, siendo Mario González director de la Compañía de Turismo, se aprobó la nueva Ley de Incentivos a Cruceros, y hoy la cantidad de barcos que nos visitan en un día puede crear, en ocasiones, una población flotante en el Viejo San Juan de alrededor de 15 mil personas que inciden directamente en nuestra economía.
Puerto Rico no debe ser la excepción. El turismo, como actividad económica, debe seguir diversificándose. Debemos reforzar y expandir el turismo ecológico, y crear el turismo académico y cultural, donde las ferias internaciones del libro en toda latinoamérica son el mejor ejemplo como elementos de mercadeo y atracción de turistas. Esa debe ser una estrategia para los próximos años.
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